Katherina
Las palabras de Marcus hacen que mi corazón lata desenfrenado, quedarme sin respiración, ¿Por qué ocasiona todas estas sensaciones en mí? No quiero cometer los mismos errores de nuevo, no podría recuperarme de algo así dos veces, con una vez aprendí la lección.
—Marcus, no hagas promesas que no cumplirás. —advierto con tristeza, me encantaría que fueran reales.
—Te he dicho que no soy un mocoso, —espeta fastidiado. —Se lo que quiero, y te quiero a ti Khrustal´nyy tsvetok (flor de cristal).
No tengo tiempo a procesar sus palabras, porque me besa de esa forma avasallante y posesiva que solo este hombre puede hacer, sus manos presionan mis caderas, llevo las mías hasta su pecho desabrochando los botones de su camisa, cuando lo logro, la abro para poder pasar mis dedos en sus pectorales marc
Marcus—Prométeme que no le dirás a mi padre. —es lo primero que dice, después de unos minutos en silencio.—Katherina, lo único que te prometeré será que nada ni nadie ta lastimara, —la abrazo más a mi cuerpo. —Lo demás se verá con el tiempo y las circunstancias. —no pienso prometerle algo que no podre cumplir después.—Está bien. —esconde su cara en mi pecho. —Tengo frío. —susurra.Me alejo de su cuerpo para sacar las sabanas, me quedo embobado observándola, es una mujer hermosa, sus cabellos rubios esparcidos por la almohada, su cuerpo desnudo, las marcas que deje en su pecho y cuello, la hacen la mujer perfecta, no necesita nada más.—Ven. —le hago un lugar a mi lado, se acerca como si fuera un dulce gatito. —Eres demasiado perfecta. —la aprieto a m
KatherinaSiento mi cuerpo ser movido suavemente, estoy muy cansada me gustaría dormir un poco, sin embargo los besos que recibo en mi cuello hacen que me despabile por completo, giro entre los brazos de Marcus que me mira con esa expresión estoica que siempre tiene en su bello rostro, es muy serio, pero me gusta así.—Duerme, —ordena, niego. —Hazme caso chiquilla. —arrugo mi ceño.—No soy una chiquilla. —susurro avergonzada.—Lo eres, —besa mi frente. —Eres mi chiquilla. —levanto la vista para observar sus ojos inexpresivos.—¿No te molesta que me quede? —trato de cambiar el tema.—No, si me molestaras no estarías en mi cama. —sus palabras son justas, ni más ni menos.—De acuerdo. —susurro escondiéndome en su pecho, iba a dormirme cuando recuerdo algo sumamente
MarcusBajo las escaleras para prepararalgo de cenar, "una ensalada" quiere, se volvió loca, comerá algo más como que soy un Vinográdov, esa chiquilla es demasiado hermosa para que haga dietas estúpidas y muera de hambre.Cuando llego a la cocina, busco en la nevera unas verduras para hacer la ensalada de la chiquilla y algo de carnes blancas, no me dirá que el pescado engorda, porque sería una vil mentira, comienzo a preparar todo mientras recuerdo mi conversación con Victor, si no fuera por el cuerpo de esa niña no hubiera hablado demás, aunque no me arrepiento.Flashback—¿Qué dijiste? —¡Mierda, estoy muerto!—Lo que escuchaste, —no pienso mentir. —Tu hija está en mi casa y en mi cama. —sigo observándola como si fuera un pervertido.
KatherinaEstamos yendo a la casa de mi padre en un profundo silencio, Marcus se ha mantenido sereno y con su mirada estoica que no me deja ver más haya de esos ojos verdes. Me consoló cuando comencé a llorar por el llamadode Xavier, después me obligo a cenar una ensalada y pescado, cosa que comí de mala gana, no me gusta cenar demasiado, sin embargo este hombre no sabe lo que es un no, así que me comí todo sin chistar.—¿Estás molesto? —pregunto en un susurro.—No, ¿por qué crees eso? —niego mirando por la ventanilla de su deportivo.—Por lo que paso con Xavier. —mi voz sigue saliendo en un susurro.—Reconozco que estoy enfadado de que ese tipo esté aquí, sin embargo tú no tienes la culpa de nada. —asiento sin mirarlo, mis recuerdos me invaden por completo.Cada maltrato psi
MarcusEspero una respuesta de esta chiquilla asustadiza, la necesito para mí, no puedo dejarla ir, ni creo poder hacerlo, sus ojos se iluminan comienza asentir.—Me voy contigo. —dice bajando su miradaavergonzada. —Victor. —susurra.—¿Confías en mí? —pregunto acariciando su mejilla, parece pensarlo sin embargo vuelve asentir.—Si Marcus. —su afirmación hace que mi tonto corazón lata desesperado.—Perfecto, ve a decirle a tu padre que estás bien, —dejo un beso en sus labios. —Iré a hablar con Nikolay. —asiente con una tímida sonrisa.Se marcha escaleras arriba, me quedo en el medio de la sala solo con mis pensamientos, no entiendo como ese idiota se le dio por aparecerse aquí, ¿con qué derecho?, está completamente desquiciado si cree que puede venir a llev&aa
Katherina¿Por qué me traiciono?, confíe en él, le pedí que no digiera nada y fue lo primero que hizo, mi tío le dirá a mi padre y él a mi madre, mi progenitora me matará por mentirle todo este tiempo, no entenderán las razones, ni yo lo hago.—¿Qué te sucede? —pregunta mirándome.—Nada. —esquivo su mirada.—Dime que mierda tienes, —me tomo del brazo acercándome. —¿Por qué estás enojada? —niego temblorosa. —No lo niegues y no te haré nada. —me sueltay vuelvo a respirar tranquilamente.—Le dijiste la verdad a mi tío, —susurro con lágrimas en mis ojos. —Te pide que no lo hicieras y fue lo primero que hiciste, —comienzo a llorar. —Me traicionaste. —mi voz sale en un débil susurro.Ma
MarcusDespierto por los rayos de luz que entran por el ventanal del dormitorio, parpadeo para acostumbrar a mis ojos, busco el calor de la mujer que no deje dormir anoche por hacerle el amor, pero no la encuentro, arrugo mi ceño molesto, cualquier mujer hubiera amanecido entre mis brazos tratando de conseguir más de mí,cosa que nunca han logrado, sin embargo Katherina es diferente siempre me está sorprendiendo.Me levanto de mal humor, ingreso al baño y tampoco está, decido darme una ducha y buscar a esa chiquilla malcriada, cuando termino de bañarme salgo al cuarto envuelto en una toalla, busco ropa que ponerme para poder ir a la oficina, cuando encuentro un traje negro con camisa blanca me los coloco, con las medias y zapatos, busco mi reloj de muñeca, acomodo mi pelo largo y por último me coloco perfume, estoy listo para buscar a mi mujer.Salgo del cuarto y me dirijo a las
KatherinaSalgo corriendo de la empresa, con rumbo desconocido, ya que no conozco a nadie aquí, sin embargo no me importa, solo quiero alejarme lo que más pueda de Marcus y sus mentiras. Dice que las odia y él ¿qué ha hecho?, mentirme, eso hizo.Llego a la esquina y cruzo sin mirar la calle, me detengo en el acto cuando siento una bocina ser tocada y una frenada que me deja estática en mi lugar, busco con la mirada quien casi acaba con mi vida, un deportivo rojo de vidrios negros es lo primero que veo y lo segundo es una mujer bajando del mismo, una morocha que parece modelo de revista me mira con el ceño fruncido.—¿Te has vuelto loca? —es lo primero en preguntar cunado llega a mi lado, niego bajando la mirada. —Podría haberte pisado. —anuncia enojada y ¿cómo no?, si soy una torpe.—Disculpe señora, —susurro avergonzada