Capítulo 31.

Una sonrisa salió de sus labios cuando se dio cuenta de que ya era hora de salir de su cabaña e ir hacia donde su hermano a seguir lo que habían estado haciendo por días, semanas y los meses que él había regresado de esa escuela militar.

Miró hacia ambos lados para darse cuenta de que no había nadie a la vista que pudiese interrumpir su huida hacia el otro lado del campamento, donde supuso que su hermano estaba solo porque vio a Nedward salir hace unas horas solo hacia una de las salidas del bosque. Ajustó bien su abrigo, para no morir de hipotermia, agradeció a los dioses que la supuesta tormenta no hubiese comenzado aún, porque si no su pene estuviera morado y no solamente por la excitación.

Miró por la ventana de la habitación y su sonrisa se hizo más gra

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