Capítulo 5

El día pasó rápido para todos en la casa, Ian ya no estaba por lo que Noah ya no tenía que hacer nada más que dormir por largas horas después de lo que pasó en la noche de tormenta en la casa del omega. Podía agradecer que esta vez no dejara marcas en su cuello como hizo algunas veces en el pasado, cuando apenas las cosas iniciaban. Ian se comportó de manera diferente con él esa vez algo que le hizo pensar en algunas cosas que hace tiempo las tenía en el olvido.

Como le era costumbre a su hermano Oliver llegó como si nada a la casa después de que salía en las noches en busca de su amor platónico. Oliver tenía tantas esperanzas de tener algo de suerte cuando vaya a pedir la mano de su omega a Alexander y a Paola, pero esas esperanzas se iban cuando recordaba las palabras que este decía sobre sus hijos.

Noah estaba en la entrada de la escuela con su hermano esperando que alguno de los padres de Ángel llegara por el menor o que su papá Dylan llegara por ellos para poder ir a la casa.

— Así que ustedes dos son novios — dijo Alaric, señalando sus dedos entrelazados.

— Si, somos novios y nos casaremos en un futuro no muy lejano — dijo Oliver, besando los nudillos de su chico.

— Yo creo que ese futuro está muy lejos de aquí — se burló — Con la fama que tienes dudo mucho que el tío Alex decida dejarte con su pequeño angelito.

— No tengo mala fama — frunció los labios — No sé porque dices eso, Alaric.

— Tienes la misma fama que nuestro padre, y eso que siempre le llevas la contraria en todo — le sacó la lengua y luego miró a Noah — Este tiene pinta de ser más pasivo que Jacob.

Ángel y Noah se miraron entre si y no les quedó de otra más que desviar la mirada hacia otro lado que no fuese el rostro de Alaric o el de Oliver por los avergonzados que estaban.

—Ya ll-llegó papá — Noah fue hacia donde estaba el carro de su padre Jared recién estacionado.

Oliver se giró hacia donde estaba Ángel y le dio un beso en los labios después de que sus hermanos le dieran un poco de especio. Pudo sentir bajo su tacto como el sonrojo en las mejillas de su chico estaba presente y más aún por la temperatura que estas tenían.

— No le hagas caso a Alaric — besó otra vez sus labios — Ahora, .debes de preocuparte por ser el mejor de tu salón de clases y también en pensar en un regalo para tu cumpleaños.

— Todavía falta para mi cumpleaños — le sonrió — Ya vas a terminar la escuela y luego te irás a la universidad.

— No pienses en la universidad todavía — se pasó la lengua por los labios — Por el momento es mejor que estemos juntos y que pasemos estos tres meses sin pensar en nada más que no sea en nosotros.

— Tienes razón — asintió — Es hora de irnos antes de que alguien más nos vea de esta forma o que mi papá sospeche de nosotros solo porque tengo tu olor en mi cuerpo como las demás veces.

Oliver asintió y entrelazó sus dedos con los del menor y fueron hacia donde estaba Alaric parado, para luego ir hacia el auto de su padre.

— Hola, papá — dijo Noah, con una sonrisa en los labios.

— Hola, cielo — besó su frente — ¿Cómo te fue?

— C-Creo que bien — miró hacia los asientos traseros y una pequeña sonrisa maliciosa se cruzó en sus labios — Hola, p-pequeño Luca.

— Hola, Noah — le sonrió el hermano de Ángel — ¿Y hermano?

— Tu h-hermano ya v-viene — señaló sobre su hombro — ¿Q-Quieres ir c-conmigo de c-camino a tu c-casa?

— Si — tendió sus brazos hacia Noah.

Jared ya suponía que se traía su hijo entre manos cuando sacó el cuerpo del pequeño en el mismo instante que Alaric se acercaba con Oliver y con Ángel. La tercera guerra mundial se armaría en la parte trasera del vehículo cuando su hijo viera a esos dos juntos. Y el gruñido que salió de los labios de su hijo no se hizo esperar al ver a Noah con su pequeño en brazos. Sería un viaje largo para todos de camino a la casa de Alexander y de Paola.

— ¿Me p-puedes ll-llevar a la e-empresa de Ian, papá? — preguntó Noah, sentándose cerca de la ventana — T-Tengo que h-hacer t-tareas de c-contabilidad.

— ¿Por qué irás hasta allá? — preguntó, en cuantos sus demás hijos entraron junto con Ángel.

— Es sobre contabilidad — Oliver habló — No es una tarea fácil y si Noah sabe yo también la sabré yo.

— Eso es algo muy cruel — murmuró Jared.

Pero no opuso resistencia alguna a que su hijo fuese hacia la empresa de su sobrino para hacer esa dichosa tarea. Al fin y al cabo iba hacia ese lugar más tarde para entregarle unos documentos, Noah le quitará el viaje hacia la empresa.

El dilema fue cuando Luca se quiso ir con Noah hacia la empresa solo porque quería Nutella. Alaric se puso histérico porque Noah le quitó toda la atención de su omega en todo el camino, algo lo puso de mal humor ganándose carcajadas de sus hermanos, de Ángel y de su padre.

Jared le entregó los documentos a su hijo y le pidió que le dijera a Ian que lo llamara lo antes posible después de que los leyera. Noah se despidió de su padre y de los demás, menos de Alaric que solo le enseñó el dedo del medio.

Una vez que el vehículo de su padre se perdió en su campo de visión fue hacia la recepción del lugar donde encontró el lugar completamente solo y sin nadie que pudiese decirle donde estaba la oficina de su primo.

Hizo un puchero cuando se sintió perdido, pero vio dos elevadores y no dudo en ir en el que decía presidencia. Por suerte solo tenía un solo botón que tenía la letra P, y en ese momento llegó la encargada de ese lugar y trató de correr hacia él pero las puertas se cerraron.

Noah sacó la corona de flores que le quitó a su padre ese día y se la colocó viéndose en el espejo del elevador. Lo que pareció ser horas ene se elevador en realidad solo fueron pocos segundos en los que llegó al último piso del lugar.

La oficina estaba vacía, al parecer Ian no estaba en la empresa o estaba en una reunión. Dejó su mochila en una esquina del escritorio y vio todo el lugar comprobando si esa era la oficina de Ian, y sí que lo era.

Dejó los papales en el escritorio con algo de nervios, el miedo que sintió en ese momento fue inesperado. Solo esperaba que la actitud que del alfa no cambiara o si no estaría en grandes problemas ese día por llegar de esa forma al lugar.

Se dio la vuelta en cuanto la puerta se abrió dejando ver a Ian con ambas cejas arriba sin poder creer que sea él la persona que tenía en frente.

— ¿Qué haces aquí? — Cerró la puerta detrás de él — No espera, no me digas... ¿Eres el niño que se coló en mi elevador?

— Si, ese soy yo — murmuró — Lo s-siento m-mucho...

—No tienes por qué disculparte — lo rodeó con sus brazos — Tuve un mal día y necesito que te quedes conmigo — suspiró sobre su cabello — Tú eres lo único bueno que tengo en mi vida en estos momentos.

— ¿S-Sucedió a-algo m-malo hoy? — preguntó, colocando su mejilla contra el pecho de Ian.

— Me enteré de algunas cosas que no tenía idea — dio un beso en el cabello del chico — Justamente en ti estaba pensando de camino hacia aquí y cuando me dijeron que un niño con tu descripción se coló en mi oficina vine lo antes posible. 

Noah dejó escapar una risita al imaginarse la cara que debió de tener el mayor cuando le dijeron que se coló en el lugar. Pero, era de suma importancia que estuviese allí para que lo ayudara con la tarea que tenía pendiente y también los documentos que su padre le dijo que debía de entregarle.

— V-Vine p-para h-hacer t-tarea — se separó de él — Y mi papá me d-dijo que d-debía d-darte esos p-papeles — señaló la mesa — ¿Me a-ayudas?

— Si, mientras más rápido acabemos con tu tarea podemos hacer lo que queramos — dejó un beso en sus labios.

Noah asintió y se sintió de lo más feliz por lo que sea que haya pasado antes del que el mayor entrara a la oficina. Ian hizo que el omega se sentara en sus piernas mientras le explicaba cada una de las fórmulas de los ejercicios.

Ian trataba de explicarle varias veces los ejercicios cada vez que veía alguna de las caras raras o muecas disgustos cuando no entendía algo de lo que se le estaba explicando desde hace horas. Hasta que por fin entendió todo de otra manera, Ian le puso un reto que si aprendía todos los ejercicios en veinte minutos o menos le daría chocolates blancos o Nutella, o cualquier otra cosa que deseara.

Después de que el chico aprendiera todos los ejercicios lo colocó sobre el escritorio quitando del camino algunos papeles del camino.

— ¿Qué vas a tomar? — Abrió las piernas del omega y se colocó entre ellas — Puedes tomar lo que desees — Noah se encogió de hombros — ¿No sabes que vas a tomar? — Negó con la cabeza — Pues si no sabes, yo iré tomando algo que me gané por enseñarte con esa clase. Será como una especie de pago para mí.

Ian besó los labios del menor introduciendo su lengua de una. Las manos del chico rodearon su cuello y envolvieron su cadera pegando más sus cuerpos, logrando que una deliciosa cercanía de sus miembros se volviera intima. Las grandes manos Ian fueron hacia el cuerpo del más pequeño, subiendo de a poco la camiseta de la escuela en la cual estudiaba el menor, y arreglando la corona de flores que se había movido fuera de su lugar cuando se la quitó.

Ambos estaban conscientes de que era un completo error el que estuviesen juntos, pero poco eso les importaba ya que sentían que ese momento era correcto, que no importaba que la misma sangre corriera por sus venas como si fuesen hermanos. Pero, no lo eran, eran primos que de a poco sentían como sus cuerpos reaccionaban a las cosas que hacían cuando estaban juntos.

Sólo eran primos, primos que sentían cosas el uno con el otro. No era tan  malo tener sentimientos hacia alguien de su familia, ¿No?

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