Lo primero que logra ver son unas botellas vacías tiradas en el piso, sigue con su mirada y ahí está Rick sentado había estado en la completa oscuridad bebiendo desde el pico de una botella.
Samantha suspira y niega mirando al techo.
—¿Qué se supone que estás haciendo?
Él la mira y sonríe
—Hasta que llego la señora de su cita — habla con dificultad, casi no se le entiende.
—No era…
Se queda callada no lograría nada discutiendo con una persona en su estado.
Rick trata de ponerse
Samantha no dice nada, pero está incómoda por las palabras de Glen, acomoda su cabello atrás de sus oídos, el viento es cálido y todo alrededor es tranquilo.—Prácticamente toda mi vida he vivido en esta ciudad y nunca había venido a este lugar — mira alrededor — es muy relajante.—Me cuesta creer lo que dices — sonríe — no es tan difícil encontrar este sitio y podría decir que es muy conocido.—Ya lo ves, para muchos es terreno inexplorado.Lleva su vista al horizonte, un pensamiento viene a su mente.“En dos días he conocido un restaurante nuevo y un lugar hermoso, muy cerca de casa”
—Quise pasar la tarde con David.Lo mira desde abajo, no puede levantarse, ya que la cabeza de David está apoyada en sus piernas como si fuera una almohada.—Ya lo veo — responde serio.Samantha mira la hora en su reloj—¿Qué haces tú acá? Deberías estar trabajando.Baja la mirada para restarle importancia y comienza a buscar algo inexistente en su bolso.—Quise caminar un poco… pensar… — su voz tiene un tono de tristeza — ¿Vas a la casa? Te puedo ayudar con David a cargarlo.Samantha lo piensa por un instante, quisiera decir que no
Samantha se obliga a no caer en sus encantos, aunque el aroma que emana de él le impidan pensar con claridad.—¿Crees que todo es tan fácil?El ambiente se torna serio, las risas de hace un instante se han acabado, y se ha abierto paso a una conversación que no saben cómo terminará.—Sé que no es fácil, pero quiero que creas en mí — Samantha suelta una risa burlona—Eso está difícil — dice en manera mordaz.—No recuerdo haberme acostado con Andy ni sacado esas fotos.La mira fijamente y en su expresión no hay d
La canción que tiene por timbre sigue sonando, Samantha lo había cambiado el día anterior.“Y aprendí a quitarle al tiempo los segundos, tú me hiciste ver el cielo aún más profundo, junto a ti creo que aumente más de tres kilos con tus tantos dulces besos repartidos, desarrollaste mi sentido del olfato y fue por ti…”Samantha responde inmediatamente, antes que siga la letra, ya que Rick la miro levantando una ceja al escuchar cómo va el coro.—Disculpa me llaman.Ella contesta, Rick solo le sonríe y continúa ayudándole con su desayuno a David.—Hola — le habla una voz ronca al otro lado de la línea.<
La voz de Rick suena casi como un murmullo, al mismo tiempo un aire frío ingresa por el ventanal, por el que ha ingresado el intruso.Rick cierra los ojos, los frota y los vuelve a abrir, como tratando de entender que eso lo que está ocurriendo, si es verdad lo que está frente a sus ojos, o es una alucinación producto del vino.Ella está de pie frente a él, con una gran sonrisa en sus labios, el cabello recogido en una coleta alta, un pantalón ajustado de mezclilla negro, una blusa blanca y una chaqueta negra, no tiene señas de haber estado tres metros bajo tierra.Empieza a caminar acercándose a él, contenta por el efecto que ha tenido su presencia.
—¡¡¡Jill!!!Un grito proveniente desde la mampara que conduce al jardín, resuena en el salón, todos voltean a ver a la persona que está de pie, solo pueden distinguir la silueta de su figura, la luz tenue de la chimenea hace que no sea posible reconocer su rostro.Da unos pasos acercándose, dejando al descubierto de quien se trata.—Glen — la voz de Samantha sale casi imperceptible.Rick lo mira fijamente sin entender como llego ahí, pero agradeciendo que llegara a tiempo.—Jill ¿Qué haces? — le pregunta con voz suave.Se acerca lentamente a su lado. —¡¡¡Jill!!!Un grito proveniente desde la mampara que conduce al jardín, resuena en el salón, todos voltean a ver a la persona que está de pie, solo pueden distinguir la silueta de su figura, la luz tenue de la chimenea hace que no sea posible reconocer su rostro.Da unos pasos acercándose, dejando al descubierto de quien se trata.—Glen — la voz de Samantha sale casi imperceptible.Rick lo mira fijamente sin entender como llego ahí, pero agradeciendo que llegara a tiempo.—Jill ¿Qué haces? — le pregunta con voz suave.Se acerca lentamente a su lado. —¡¿Qué pasó?! — dice con el corazón en un hilo.—Necesitamos hacerle una transfusión con urgencia, la sangre de su esposo es muy rara y no tenemos, ya hemos preguntado a todos los hospitales.—¡No puede ser! — Sara se toca el rostro al borde de la desesperación.—¿Qué tipo de sangre es? — Frank pregunta dando un paso hacia adelante.El detective Clark se acerca a la enfermera.—Quizá yo pueda ayudarle, mi sangre también es difícil de hallar.—Venga por acá por favor, no tenemos tieDESESPERACIÓN
EL FINAL