El cambio de vida les hiso florecer en todos los sentidos, adecuándose a sus necesidades, sin ataduras.
Laura Marina se vio obligada por las circunstancias a regresar a la ahora parroquia llamada Paz y amor, para solventar la situación con Diego, ya no quería seguir ligada a él legalmente. Le envió un mensaje al que nunca recibió respuesta, Diego le enviaba continuamente dinero a su hijo, eso era todo lo que hacía, no lo llamaba ni se preocupaba últimamente por saber de sus estudios. Laura Marina tenía razón al no querer formalizar su estado, pero como él lo solicito tantas veces no quiso defraudarlo. Al final la vida le demostró que así sería, Diego solo se preocupaba por él mismo, ya lo había manifestado incontable veces. Cuando le comunico la partida física de su madre, solo recibió un "Lo siento" y ella le respondió con el mismo tono, “Gracias”. Al decidir regresar y cambiar su estado civil, le comunico a la señora Rosangela para verla y conversar con ella, ya tenía nuevo trabajo con otra familia y disfrutaba de hacerlo. Llego la tarde de un viernes, suspendió todas sus activid
Laura Marina se levanto temprano desayuno y salió a buscar al transporte que la llevaría donde estaba Diego, se tardo dos horas en llegar al pueblo, allí se construían casas rurales y un puente pequeño de unión con otros dos pueblos cercanos a Paz y amor. En el viaje observo el paisaje. El pueblo era pequeño y muy atractivo le hubiese gustado estar allí con su hijo, a él le agradaban las montañas y los ríos, además era muy buen pescador, seguro que hubiese inventado pescar y cocinar a la orilla del rio. Se bajo del bus para buscar la posadita donde estaría alojada mientras se aclaraba la situación con su actual esposo, así lo creía sobre todo por las conversaciones que tuvo con el párroco y la señora Rosangela. Esta última en su encuentro para merendar dejo claro su total apoyo en lo que necesitara, le indico qué hacer al llegar a la posada: -Debes comunicarle al encargado que estás allí de mi parte. -Perfecto Rosangela, sí lo haré. Le dijo Laura Marina. Conversaron muchos so
En la pequeña habitación reino la calma y el sosiego. Se escuchaban las respiraciones de los cuatro seres humanos presentes. Las caras de Arelis y la de Gustavo eran de sorpresa y felicidad, a consecuencia de la rumba en la noche anterior, el acto que estaban consumando y la presencia de la mujer extraña para ellos, no así para Diego. Su placer se les notaba en los rostros, sus ojos brillaban y la sonrisa en sus caras era de satisfacción, a su vez estaban intrigados por la figura de alguien desconocido, quién era la señora parada en frente de ellos que hizo que Diego se levantara tan abruptamente y detuviera la actividad sexual que estaban teniendo tan exitosamente para los tres. Diego por su acostumbrado sentimiento de solidaridad, no sabía qué hacer, se levanto y por su mente cruzaron miles de momentos con Laura Marina, parecía una película en movimiento rápido pasando a toda velocidad por su cerebro, en su rostro se dibujaba un pequeña sonrisa de goce e histeria. Nunca estaría
Laura Marina se levanto de la cama por hambre, sentía un gran vacío en el estomago nunca fue propensa a retener sus deseos de comida, busco en la despensa y la habían abastecido para unos tres o cuatro días. -Seguro fue la amable y querida señora Rosangela, siempre tan atenta con ella. Pensó en voz alta. Invariablemente cuando su cuerpo necesitaba alimentación en extremo procedía a cocinar arepas fritas o plátanos fritos, con huevos, mortadela o cualquier embutido que tuviese para el momento, tenía todo hasta le buen queso de la comunidad. Se hizo lo más rápido para comer que era freír plátanos con dos huevos, queso frito y mortadela. Comió con hambre y deseos de fortalecer su cuerpo y estomago, hasta el punto que casi se ahoga con su desesperación, luego respiro profundamente, sabía que si se alteraba todo su alimento iría a parar al inodoro. Terminó de cenar y lavo todo lo que ensució al cocinar, revisó los estantes y fue a sentarse frente a la ventana que daba al rio, eso la t
Capítulo XLIIEn el hospitalito estuvieron Laura Marina y su bebe cuatro días, hasta que Cristóbal estuvo seguir que no sufriría otra hemorragias, en esos días la visitaron los ayudantes en la cirugía conoció a la gineco obstetra y a la partera del pueblo, quienes se sintieron muy felices de haber participado y colaborado en la cirugía. La gineco obstetra tomo nota de todo y le aseguro realizar un artículo para publicarlo, sobre la importancia de atención a las pacientes que eran portadoras del factor 8 y de la posibilidad de poderlo hacer en cualquier lugar del mundo con los debidos medicamentos y atención adecuada.La recuperación fue amorosa. Diego no se separo ni un segundo de ambos, el niño crecía y lo cargaba un rato. Los cuidados estaban a cargo de la señora Rosangela e Isabel, el amor de Diego hacia Laura Marina y a su hijo floreció y se transmitía.La naturaleza de la vida y ser madre comenzó su camino y recobro poco a poco su salud. Las atenciones de sus ayudantes aunados a
Capitulo XLIIIPor su lado Diego quería presentarle a sus dos hijos a Diego José, se llamaba igual que su hijo fallecido, por eso al principio no quiso llamarlo así, hasta que comprendió que era un niño nuevo con otra mujer y eso debía llenarlo de satisfacción por decidir perpetuar su nombre.Laura Marina comenzó a empacar lo necesario para su viaje, algunos objetos los vendió y otros los regalaría. Todavía sin la certeza de regresar a la comunidad. Diego terminaría sus obras y saldrían ambos a finalizar su jornada oficialmente y a solucionar sus vidas familiares.En medio de sus objetivos principales que eran reestructurar su vida juntos establecer su casa, les llego la información de los organizadores para que se presentaran en la institución, donde comenzaron la jornada. Comenzaron a planificar su vida y la de su hijo en torno a ello.La salida a la ciudad seria en dos meses, en los cuales tendrían que vender, regalar y seleccionar lo que se llevarían, que sería muy poco, prácticam
Capitulo XLIIIPor su lado Diego quería presentarle a sus dos hijos a Diego José, se llamaba igual que su hijo fallecido, por eso al principio no quiso llamarlo así, hasta que comprendió que era un niño nuevo con otra mujer y eso debía llenarlo de satisfacción por decidir perpetuar su nombre.Laura Marina comenzó a empacar lo necesario para su viaje, algunos objetos los vendió y otros los regalaría. Todavía sin la certeza de regresar a la comunidad. Diego terminaría sus obras y saldrían ambos a finalizar su jornada oficialmente y a solucionar sus vidas familiares.En medio de sus objetivos principales que eran reestructurar su vida juntos establecer su casa, les llego la información de los organizadores para que se presentaran en la institución, donde comenzaron la jornada. Comenzaron a planificar su vida y la de su hijo en torno a ello.La salida a la ciudad seria en dos meses, en los cuales tendrían que vender, regalar y seleccionar lo que se llevarían, que sería muy poco, prácticam
Capítulo XLIVDiego José se la pasó excelentemente, nunca había disfrutado tanto en el patio de la casa, ese día los vecinos y familiares también se acercaron a él, y al final del día se durmió antes de regresar al apartamento.Mientras tanto Diego era el centro de atención por ser el menor de la familia materna y paterna. Antes de llegar con sus hijos visito a sus padres y hermana, todos estaban bien. Él los ayuda económicamente con su manutención. El país pasaba momentos difíciles en sus recursos y los salarios básicos no alcanzaban para vivir, para él enviarles remesas de dinero no era mucho pero para sus familiares sí.Los encontró sanos y fuertes, esperando conocer a su nuevo nieto y sobrino respectivamente. Estuvo toda la tarde y noche con ellos, al siguiente día luego de desayunar se dispuso a buscar a sus hijos mayores, era sábado y lo esperaban para salir a un centro comercial.En la salida descubrieron y conocieron a su hermano a través de las imágenes que tenía en su celul