HENRY
—Señor —me llama Monroe nada más entrar por la puerta.
Hoy he llegado antes de tiempo, para ser preciso a las siete y media, pero ella ya está aquí.
—¿A qué hora has llegado? —le pregunto extrañado.
—A las siete, ¿por? —me responde distraída.
—Sabes que nuestro horario de trabajo empieza a las ocho, ¿verdad? —le pregunto mientras cierro la puerta pues nos dirigimos a la sala donde tenemos toda la información recopilada.
—Estaba inquieta y no podía dormir así que he venido antes —me explica bajito mientras pasamos los cubículos de nuestros co
HENRY Después de esperar unos diez minutos a que Drake llegue, no perdemos ni un minuto más, cuando se sienta en su asiento detrás del ordenador. —Necesitamos encontrar la dirección de alguien —le explico. —Bien —me responde mientras enciende el ordenador para poder buscar— ¿Nombre y apellidos? —Pablo Delgado Flores —le responde Monroe leyendo en su libreta. Una vez que el ordenador se enciende y mete el nombre en la base de datos, no tarda ni un minuto en darnos la información. —Ya está. —¿Qué? —pregunto conmocionado por su rapidez. —Este tipo está en el sistema —explica como si fuera obvio.
ASESINOEstoy organizando el siguiente clueddo eligiendo a los participantes cuando decido ir a ver donde viven y sus costumbres para saber qué momento es el idóneo para secuestrarlos sin levantar sospechas hasta que sea demasiado tarde.Estoy siguiendo a Lucía Guapo a la salida de su trabajo cuando se da cuenta de que le sigo de manera que me enfrenta.—¿Quieres algo? —me pregunta cabreada.—¿Perdón? —hice como si no entendiese.—Me estás siguiendo, así que para si no quieres que llame a la policía vete —me amenaza con el móvil en la mano.—En realidad, voy al bar Christie que está a
HENRYEs viernes y hemos estado toda la semana interrogando a posibles sospechosos, es decir, amigos y conocidos de las víctimas. Pero no hemos sacado nada de las conversaciones, todos han acabado teniendo una coartada, ya sea porque han estado con gente o por cámaras de seguridad, en consecuencia seguimos básicamente con pocas pistas sobre el asesino.—Monroe —le llamo mientras me aproximo a su cubículo— ¿Puedes venir a mi despacho?—Deme cinco minutos —me responde concentrada en lo que está haciendo.—Claro.Tarda más de cinco minutos, pero apenas me doy cuenta a causa de que estoy haciendo papeleo. Antes de entrar toca la puerta y cuando le digo que entre
HENRYEs el padre de Carla, va vestido de traje de luto al igual que su mujer que va con un vestido negro y otra pareja más que también van de negro.—¿No tenéis trabajo que hacer? —nos recrimina a Evelyn y a mi mirándonos enfadado.No voy a consentir que arme un escándalo, así que le pido que salga y ante su negativa no tengo más remedio que agarrarle del codo y sacarle a la fuerza del restaurante para no montar una escena dentro.—Señor Manchego…—No —dice soltándose y sin dejarme hablar— mi hija acaba de ser asesinada y vosotros estáis aquí de celebración… ASESINOEstoy en el trabajo decidiendo quiénes van a ser mis próximas víctimas cuando mi jefe se acerca a hablar conmigo de modo que tapo los papeles a todo correr.—¿Estás bien? —me pregunta con preocupación— no tienes buena cara.—Lo cierto es que no me encuentro bien —miento a modo de excusa debido a que no me apetece trabajar.—Deberías ir a casa a descansar, has estado metiendo muchas horas extra, tomate el día libre, descansa y vuelve mañana.—Gracias —le sonrio ya que me viene como anillo al dedo.Recojo todos los papeles y me voy al coche para ir a casa. En el camino decido parar en elCAPÍTULO 35
—Déjame en paz —le dijo al oso mientras se dirigía a su habitación.Pero el oso lejos de dejarle en paz se acercó a la habitación y abrió la puerta dando un portazo que hizo repiquetear los objetos de la cómoda que estaban al lado de la puerta.—¿QUÉ QUIERES? —le preguntó chillando.—Tu pequeña rata —le
ASESINOYa he jugado unas cuantas veces al Clueddo y me estoy empezando a hartar de que al igual que pasó con los diez negritos nadie adivine quien soy.El juego está empezando a ser aburrido, de modo que tengo que pensar en una manera de mejorarlo sea como sea.Estoy pensando diferentes ideas cuando se me ocurre una espectacular.—Eso es —digo a la nada— invitaré a gente relacionada con los crímenes de forma que tengan más posibilidades de atraparme.Después de la gran idea me pongo a buscar personas que encajen con lo que quiero. Luego de estar un buen rato buscando, consigo crear la lista perfecta.Además de ello, me incluyo en ella
ASESINOQuerida señorita Zabaleta:Tengo entendido que usted es una famosa periodista de crímenes.En consecuencia le agradecería que investigara un crimen que la policía ha zanjado como un suicidio. Por mi parte yo no creo que sea así, de tal modo me complacería que usted viniese a investigar.Mi nombre es María Rosa Del Carmen y tengo 54 años, y me gustaría que investigase la muerte de mi querido hermano Manuel. Ambos somos o éramos residentes del pueblo Umbralejo de Guadalajara.Me gustaría mucho que viniera porque sé que mi hermano no se suicidó.