Xana podía sentir el cuerpo de White cada vez más tenso. La apretaba contra él y la envolvía con sus feromonas con insistencia y cada parte de él le decía que no se moviera, pero ella… sentía que debía hacer más. No era normal esa curiosidad que estaba sintiendo en ese momento y que la obligaba a ver por el costado del alfa.
Solo pudo correrse un poco, apenas algo y solo pudo ver un pequeño reflejo, apenas un mechón de cabello rubio pero que a la vez hizo resonar algo en ella. Su corazón comenzó a latir sin sentido y acto seguido el gruñido de White se hizo más audible. Ella miró hacia arriba confundida encontrando una expresión en el alfa que no le gustó para nada.
-¿White?
-Alfas- una voz masculina los interrumpió y los dos nombrados giraron la cabeza a un lado encontrando a un lobo que inclinó su cabeza y su cola en sumisión- Bienvenidos, permítanme llevarlos a sus habitaciones.
Ciliam fue el primero en responder con una sonrisa.
-Está bien- y miró la espalda de White que aún mante