Katherina
La mano de Marcus en mi cintura y sus labios sobre los míos me tienen mareada, mi impulso inicial fue huir, sin embargo una energía magnética que desprenden nuestros cuerpos hace que me pegue más al ruso respondiendo a su beso, somos dos polos opuestos que se atraen, él es tan dominante, tan brusco, tan posesivo, todo lo contrario a mí que soy una oveja asustada.
Sus labios me están devorando por completo, cada partícula de mi cuerpo se la está llevando sin ningún permiso y eso me aterra. Aprieta más mis caderas, siento como el cuaderno cae al piso, esa mano libre va a mi nuca inmovilizándome por completo, como si tuviera miedo que me aleje, aunque mi cerebro diga que debo huir, no puedo, no quiero, sus labios desprenden una calidez que me embriagan haciendo que mi corazón lata desenfrenado.
Se aleja de mi boca para dejar besos en mi cu
MarcusSigo mirando el bendito dibujo que me regalo Katherina, hago mis manos en puños por la frustración que recorre mi cuerpo, ¿Quémierda hice? ¿Cómo se me ocurrió besarla? Peor aún alejarla de mí, maldito estúpido me he vuelto, parezco un puberto sin experiencia, en realidad no la tengo, con ella todo es nuevo, es un soplo de aire en mi vida.Golpeo el escritorio de mi oficina con rabia, no me perdonaré hacerla llorar, porque si me di cuenta como limpia sus lágrimas disimulando que nada había pasado, sin embargo ninguna palabra salió de mí, ningún sentimiento, nada que demostrara que tengo corazón, para mí es el motor de vida que tengo, algo físico, nada que ver con esas cursilerías a las que llaman amor, no está en mi diccionario esa palabra y menos el sentimiento.Debo trabajar, aunque no t
KatherinaArrastro mi maleta por los pisos lustrados del aeropuerto, estoy volviendo a España, pueden decirme cobarde, sin embargo no tengo ganas de que jueguen conmigo, no de nuevo, no juzgo a Marcus entiendo que es hombre y es más impulsivo que una mujer o por lo menos yo no lo soy, prefiero huir y no tener que seguir viéndolo, hacerlo sentir culpable o tener que vivir situaciones incómodas, no es mi estilo molestar a las personas, prefiero hacerme a un lado.Tomo asiento en los bancos, una lágrima rueda por mi mejilla, dejo que caiga total nadie me ve y si lo hicieran no me importa lo que puedan pensar, no hoy. Este mes en Rusia la pasé de maravilla compartir tiempo con mi padre fue lo mejor de todo, sin embargo debo irme, Victor está dolido porque lo dejo, creo que se había ilusionado con tenerme en su casa y empresa, su mirada rota hace mi corazón pequeño.Fla
MarcusHace media hora que traje a Katherina a mi casa, ni sé por qué la traje aquí, solo quiero que me diga que le sucede, a que mierda le teme tanto. No debería importarme lo que le suceda, sin embargo tengo un instinto sobre protector con ella, le hice una promesa y la voy a cumplir, nadie la dañara mientras que viva.La observo detenidamente, buscando la razón por la cual me tiene entre sus labios, la razón de que mi corazón lata desbocado cuando estoy a su lado, su bellezano es, estoy acostumbrado a tener mujeres tan hermosas como ella, reconozco que sus ojos grises llaman la atención de cualquier mortal, sin embargo su esencia me vuelve loco.Que mujer con el dinero que tienen sus padres viaja en un vuelo comercial, no usa guardaespaldas, no le interesan los lujos, en mi mundo esas personas no existen, todo es manejado por poder, al parecer esono le interesa, no est
KatherinaLas palabras de Marcus hacen que mi corazón latadesenfrenado, quedarme sin respiración, ¿Por qué ocasiona todas estas sensaciones en mí? No quiero cometer los mismos errores de nuevo, no podría recuperarme de algo así dos veces, con una vez aprendí la lección.—Marcus, no hagas promesas que no cumplirás. —advierto con tristeza, me encantaría que fueran reales.—Te he dicho que no soy un mocoso, —espeta fastidiado. —Se lo que quiero, y te quiero a tiKhrustal´nyy tsvetok (flor de cristal).No tengo tiempo a procesar sus palabras, porque me besade esa forma avasallante y posesiva que solo este hombre puede hacer, sus manos presionan mis caderas, llevo las mías hasta su pecho desabrochando los botones de su camisa, cuando lo logro, la abro para poder pasar mis dedos en sus pectorales marc
Marcus—Prométeme que no le dirás a mi padre. —es lo primero que dice, después de unos minutos en silencio.—Katherina, lo único que te prometeré será que nada ni nadie ta lastimara, —la abrazo más a mi cuerpo. —Lo demás se verá con el tiempo y las circunstancias. —no pienso prometerle algo que no podre cumplir después.—Está bien. —esconde su cara en mi pecho. —Tengo frío. —susurra.Me alejo de su cuerpo para sacar las sabanas, me quedo embobado observándola, es una mujer hermosa, sus cabellos rubios esparcidos por la almohada, su cuerpo desnudo, las marcas que deje en su pecho y cuello, la hacen la mujer perfecta, no necesita nada más.—Ven. —le hago un lugar a mi lado, se acerca como si fuera un dulce gatito. —Eres demasiado perfecta. —la aprieto a m
KatherinaSiento mi cuerpo ser movido suavemente, estoy muy cansada me gustaría dormir un poco, sin embargo los besos que recibo en mi cuello hacen que me despabile por completo, giro entre los brazos de Marcus que me mira con esa expresión estoica que siempre tiene en su bello rostro, es muy serio, pero me gusta así.—Duerme, —ordena, niego. —Hazme caso chiquilla. —arrugo mi ceño.—No soy una chiquilla. —susurro avergonzada.—Lo eres, —besa mi frente. —Eres mi chiquilla. —levanto la vista para observar sus ojos inexpresivos.—¿No te molesta que me quede? —trato de cambiar el tema.—No, si me molestaras no estarías en mi cama. —sus palabras son justas, ni más ni menos.—De acuerdo. —susurro escondiéndome en su pecho, iba a dormirme cuando recuerdo algo sumamente
MarcusBajo las escaleras para prepararalgo de cenar, "una ensalada" quiere, se volvió loca, comerá algo más como que soy un Vinográdov, esa chiquilla es demasiado hermosa para que haga dietas estúpidas y muera de hambre.Cuando llego a la cocina, busco en la nevera unas verduras para hacer la ensalada de la chiquilla y algo de carnes blancas, no me dirá que el pescado engorda, porque sería una vil mentira, comienzo a preparar todo mientras recuerdo mi conversación con Victor, si no fuera por el cuerpo de esa niña no hubiera hablado demás, aunque no me arrepiento.Flashback—¿Qué dijiste? —¡Mierda, estoy muerto!—Lo que escuchaste, —no pienso mentir. —Tu hija está en mi casa y en mi cama. —sigo observándola como si fuera un pervertido.
KatherinaEstamos yendo a la casa de mi padre en un profundo silencio, Marcus se ha mantenido sereno y con su mirada estoica que no me deja ver más haya de esos ojos verdes. Me consoló cuando comencé a llorar por el llamadode Xavier, después me obligo a cenar una ensalada y pescado, cosa que comí de mala gana, no me gusta cenar demasiado, sin embargo este hombre no sabe lo que es un no, así que me comí todo sin chistar.—¿Estás molesto? —pregunto en un susurro.—No, ¿por qué crees eso? —niego mirando por la ventanilla de su deportivo.—Por lo que paso con Xavier. —mi voz sigue saliendo en un susurro.—Reconozco que estoy enfadado de que ese tipo esté aquí, sin embargo tú no tienes la culpa de nada. —asiento sin mirarlo, mis recuerdos me invaden por completo.Cada maltrato psi