Finalmente llega la hora de partir a Colombia, la fatídica cena solo me han dado los ánimos de acabar con toda esta mierda de una puta vez.
Tomamos el auto y nos dirigimos a toda velocidad a la ciudad no podemos pedir el helicóptero desde aquí, sería bastante sospechoso así que una vez en la ciudad partimos directo a Colombia.—Señora, no la esperábamos tan pronto— sacando mi arma le disparó directo a la cadera, en un lugar específico para no matarlo, pero si para dejarlo con una lesión de por vida. Miro a los demás de tal manera que si mis ojos tuvieran balas seguramente lo atravesarían una y otra vez.
—¿Acaso creen que esto es un maldito juego? ¿Acaso creen que yo solamente estoy aquí para adornar? Deja de decir idioteces, que alguien me lleve con ella, y espero que esté maldito lugar este limpio como el culo de un bebé&
—Está todo listo el helicóptero nos espera, Ricardo finalizó— la joven morena de 19 años se queda atónita sin comprender exactamente qué es lo que estaba sucediendo.—Lamento en verdad todo lo que sucedió, pero no creerás que me quedaré aquí para ser capturada, tú vienes con nosotros y seguiremos hablando, sé que tus amigos vienen en camino y no pienso arriesgarme— sin más Ricardo y Peter la escoltan hasta el helicóptero yo detrás de ellos me encargaría del resto de los hombres, sin duda el tráfico de mujeres para prostitución y de niños para la venta de órganos no era uno de mis negocios y no lo sería nunca.—Señora ¿Se va tan pronto?— sonrío mirándole.—Sí, debo encargarme de ella, tranquilo si han seguido mis órdenes estarán
—Moretti por favor hazme caso, solo hay que mirar cómo está ubicada la carpeta, está recién puesta ahí, todo se conecta, ellos han dejado la casa sola, han vuelto con cargamento, el contenido de la carpeta está esparcido como si lo hubieran dejado con apuros— pienso en lo que dice y tiene razón, ignorando los disparos retrocedo y miro el contenido de la carpeta.—Son cifras y direcciones, es de su maldita jefa.—¡Te lo dije! Vamos llévala contigo— guardando la carpeta entre mi chaleco prosigo con mi recorrido.—Mierda— grito al ver que me apuntan y acto seguido me disparan, corro y me tiro tras un sofá, esperando el momento adecuado inicio a disparar.—Toma las carpetas y vámonos de aquí antes de que lleguen esas malditas cucarachas— escucho gritar a uno de ellos.—Pero hay uno tras el sofá.&m
Ha pasado un par de meses desde aquel incidente en la cena. Paolo y Rachel están dominados por el orgullo y aunque él ha intentado ganarse su perdón y dejar todo de lado para estar con ella, Rachel simplemente pasa de él, le gusta verlo sufrir y arrastrarse por ella, aunque eso no signifique que no le duela, la necesidad que siente por estar con él es fuerte, cada día se da cuenta que ese italiano no solo se metió entre sus piernas, también se metió en su corazón como un proyectil de AK—47Rachel estaba echando pereza en un sofá pensando en aquel italiano que era su vecino y cada día luchaba más por ella.—¿Por qué no me sorprende encontrarte haciendo nada productivo?— escuchar la voz de su padre mientras se servía un brandy le confunden.—¿Cómo demonios entraste...?—
—No te preocupes por como entré— responde al ver aquella reacción, ella lo podía tener todo, pero aun así se asombraba por cosas banales, estaba claro que ella estaba necesitada de muy y no de dinero —tengo mis métodos— sonríe orgulloso —esta joya la diseñó un famoso pintor italiano para su musa, pidió que no se fabricara ni una copia más en el mundo por lo cual es única y se la obsequió el día que se casaron, permaneció en la familia por años hasta que su hijo la heredó, quiero que sea tuya ahora— le mira a los ojos. Rachel totalmente atónita y muriéndose de amor por lo que él decía le mira con ternura.—¿Estás seguro de esto?— nunca antes le habían dado algo tan valioso a nivel sentimental, al verle sonreír pone la caja a un lado y se le va encima —saber q
—Por favor... ¿Un Moretti aquí?— Rachel se detiene y mira al que un día fue su suegro —Paolo Moretti— ríe, Rachel mira a quien se suponía era Angelo —trabajé un par de veces con tus padres— le tiende la mano —debes acordarte de mí, soy Marck Schneider— a Rachel el corazón se le detenía poco a poco, si bien ella se había presentado por un nombre falso era porque debía esconder a lo que se dedicaba ¿Pero él por qué lo hacía?—Angelo... Su nombre es Angelo no Paolo— aclara Rachel sin querer creer lo que decía aquel mal hombre.Mientras tanto a Paolo el hecho de que él le reconociera le confirmaba lo que minutos antes sospechó, él era el maldito infeliz que había matado a su padre, su madre y violado a su hermana, él había sido el infeliz que les hizo pasar ese i
—Quien diría que necesitaría a un héroe después de todo— le da un beso la mejilla —eres el mejor— ya le diría que debía cuidarse de su tomento, Paolo le mira sonriendo por aquel beso, se sintió como si lo dejarán en un knock out y relajaran de inmediato.—Bueno, te dejaré que sigas agradeciéndome más tarde, si es que así me lo agradecerás— dice pícaro. Rachel sonríe la mar de feliz, aquel hombre se había adentrado a su vida de una manera bastante común pero única.—Por favor...— grita Ricardo —esto es una pasada...— se deleita con su platillo. La cena pasa y ella se divierte con sus amigos.—Buenas noches— todos escuchan la voz de Antón Amstrong al micrófono —como saben que mi hija es la mejor en todos los aspectos quiero que conozcan ese talento o
—Cuando uno se sincera el otro también debe hacerlo— enarca una ceja y ríe —¿Por qué lo has hecho tú?— come la mitad de la fresa que él dejó. Paolo suspira de nuevo.—Soy agente, mi nombre es tan inconstante como mi residencia por protección de mi equipo y mía— Rachel al escuchar eso su sangre se hiela, él era un agente y ella una mafiosa, trata de que su gesto no la delate, ahora entendía la fuerza que tenía y la confianza. Él sabía que se estaba exponiendo ante ella, pero sus metas ahora estaban cambiando y aunque sentía conflicto por estar enamorado de una líder del narcotráfico no podía ni quería ignorar lo que ella despertaba en él, además su objetivo ahora era diferente, ya lo había confirmado.—Vaya... Eres un agente... ¿De la policía?—
—Ooohhh Paolo— chilla al sentir como pasaba su lengua sin miedo por su mojado sexo, eso le hacía temblar, su manos atadas le daban impotencia por no poder tocarlo, pero al contrario de incomodarle le excitaba más, se revolvía bajo tanta intensidad —cariño.... No... No te detengas aaaahhhh siii— sus ojos dejaban caer algunas lágrimas por el placer. Él al escucharla decide acelerar sus movimientos un poco más, ella intentaba cerrar las piernas, pero él se las mantenía abiertas y firmes succiona su clítoris mordiendo con suavidad, su lengua viajaba entre sus pliegues introduciéndose ocasionalmente a su vagina y otras bajaba más hasta su ano introduciéndose con gran facilidad por lo mojada que estaba. Su lengua era ágil, era deliciosa y caliente, se sentía desmayar por tanto placer, sentía que ya no podía más, el calor era so