—Preferiría quedarme en casa— se quejó Grace— me aburré enormemente estar en un crucero, ya hemos ido a muchos— su hermana mayor la miró con desprecio, mientras que las miradas que llegaron por parte de sus padres no fueron muy alentadoras.
Amelia, su madre, la miró reprobatoriamente, como si negarse fuese un pecado, mientras que la mirada de su padre era aún más severa.—Haz silencio, Grace— le ordenó el padre— no te he consultado nada, es una orden. Iremos al crucero porque somos invitados especiales, así que ve a hacer tu equipaje ahora mismo, porque mañana salimos a primera hora— Grace quiso rodar los ojos frente a su frustración, pero supo que sería aun mas cuestionada por aquel gesto, asi que decidió evitarlo.—Y procura comportarte— le advirtió su hermana mayor, Candace— en el crucero habrá lo mejor de lo mejor, de la alta sociedad, esfuérzate en no ridiculizarnos. Ian, estará con nosotros así que por una vez en la vida, no lo arruines. Ian Sullivan, el despreciable prometido de su hermana.Grace miró fijamente a su hermana, Candace era extremadamente pretenciosa, y llevaban una relación no muy cordial. En ocasiones pensaba que su hermana la despreciaba, en otras solo reconocía que Candace había sido criada con la mayor de las exigencias, al ser la primogénita de la familia McCartney, Candace estaba obligada a ser perfecta, siempre le exigían al mil por ciento, en cualquier evento en sociedad, su hermana siempre tenía las miradas sobre ella, había crecido con una educación sumamente estricta; La educación perfecta, el prometido perfecto, el vestido perfecto, el peinado perfecto, los modales perfectos.Mientras que para Grace, la vida había sido menos estresante, aunque si bien era cierto que ella no era tan presionada como su hermana, también debía estar a la altura de su poderosa familia y hacer todo cuánto pudiese por mantener en alto el honor y respeto de la misma.Puesto en pocas palabras, Candace era la imagen de la familia como futura heredera, visible ante la vista de todos, mientras que Grace gozaba de un poco más de flexibilidad, lo cual había generado una constante riña de la hermana mayor en contra de Grace.Así pues, siguiendo órdenes de su padre, la mañana siguiente se embarcaron en la travesía de aquel crucero, era muy lujoso y elegante, pero nada que pudiese sorprenderla mucho, estaba acostumbrada a moverse en esas clases de eventos. Su camarote era lujoso y muy bonito, aunque no tan amplio como el de su hermana ó el de sus padres, aún así era muy bonito.La siguiente semana transcurrió en medio de fiestas, bailes, cenas, las mejores familias estaban presentes, tal y como lo había advertido su hermana, por lo cual aprovechandose de su poca popularidad o exigencia social, Grace se dedicó a comportarse y pasarla bien.Estaba recargada de las barandas, observando el amplio mar azul, cuando escuchó la odiosa voz de su hermana.—No estarás pensando en saltar. ¿O sí?— Candace, elevó una bien cuidada ceja.—Solo si saltas conmigo, hermanita— respondió Grace con burla. —¿Dónde está tu sombra?— su hermana la miró mal—disculpa, tu prometido.—Pequeña estúpida — le respondió Candace— Ian Sullivan, es el prometido que todas quisieran, es guapo, joven, alto de buena familia, heredero de una enorme fortuna y yo seré su esposa, en cambio tú — la miró con burla— no tienes nada, Grace, ni un prometido ideal, ni siquiera una herencia familiar, porque todo el imperio McCartney pasará a mis manos. Eres una pobre segundona sin ninguna importancia, mi sombra no es Ian, sino tú, niña tonta — se burló.— pensándolo bien, deberías saltar, nos harías un favor— y enderezando su espalda en una postura perfecta, se alejó con la cabeza en alto, dejándola rabiando.Grace suspiró de mala manera, no entendía la frustración de su hermana, tal y como lo había dicho ella tenía todo y Grace no tenía nada.Al menos hasta ahora.Aquella noche, tras la cena y el baile, los invitados estaban dispersos por el amplio salón, inmersos en alegres conversaciones mientras bebían sus bebidas favoritas. Grace por su parte, tan invisible como siempre, pidió una copa de un elegante vino tinto, y se dispuso a divagar un poco, parecía que era invisible para todos, excepto para el personal del servicio y así es la cruel alta sociedad, dónde debes ser alguien importante, con buena familia, apellido prestigioso y dueño, o heredero en su defecto, de una gran fortuna, esos requisitos eran indispensables para ser "visible" socialmente.Estaba en un rincón disfrutando de su copa, cuando su hermana mayor llegó hasta ella.—Grace, ¿No crees que un vino tan caro no puede ser desperdiciado de esa manera?—¿De qué hablas, Candace?—De ti, ¿Qué haces bebiendo buen vino?, ¡No lo mereces, lo desperdicias!—¿Qué rayos te pasa, Candace?, ¡Déjame en paz!— le respondió enojada, pero dispuesta a desquitarse de la humillación, elevó la copa para arrojar el contenido en el precioso vestido color azul cielo de su hermana, sin siquiera imaginar que estaba por suceder lo peor. En ese momento apareció Ian, quién interviniendo de manera oportuna, la tomó del brazo, en un rápido movimiento, el contenido que tendría que haber terminado en el vestido de Candance, cayó sobre su delicado vestido color marfil, Grace abrió la boca gimiendo de sorpresa, sus ojos fueron directamente a Ian, quién la observó con una burlona sonrisa.—¡Eres un patán!—¿Por evitar que arruinaras el vestido de mi bella prometida?.—Comportate Grace, que no tienes cinco años— se burló su hermana— son las consecuencias de tus actos, ahora retirate. No te atrevas a dar un espectáculo que ponga en tela de juicio la reputación de nuestra familia.—Ustedes son tal para cual, ¡Detestables!— los observó con la rabia brillando en sus hermosos ojos verdes, luego se giró para marcharse en dirección a su camarote, no solo para cambiarse, sino para meterse a la cama, ya tenía suficiente de aquel estúpido crucero y de su estúpida hermana que no perdía oportunidad para ridiculizarla frente a otros.Llena de rabia y humillación, comenzó el descenso de las escaleras, en busca del piso correspondiente a su camarote, pero un evento cambiaría su vida, para mal o para bien, cegada por la rabia, no vio por dónde caminaba y terminó chocando de bruses con un hombre mayor.Un hombre destinado a ser verdugo y salvador, perdición y redención para Grace MccartneyGrace, gimió de sorpresa ante el golpe que se llevó al chocar contra aquel extraño, lo miró con sus verdes ojos muy abiertos, aquel era un hombre mayor que ella, tenía una camisa blanca abierta hasta la mitad de su cuerpo, dejando al descubierto el amplio pecho, pantalones negros, una barba corta, que en algún tiempo fuera toda oscura, ahora tenía hebras grises, lo mismo sucedía con el cabello, sus labios gruesos, carnosos, una nariz perfecta y unos preciosos ojos azules que resaltaban en su bronceado rostro. Él era alto, muy alto, quizás más del metro ochenta, porque Grace con su metro sesenta y ocho centímetros, se sintió pequeña delante de él. —Yo... lo siento— tartamudeó. El universo parecía conspirar en su contra, no bastaba la discusión con su hermana y futuro cuñado, sino que ahora golpeaba a un extraño— no le ví, yo...—Hemos tropezado...— el hombre parecía estar ebrio, pero le regaló una espléndida sonrisa. —Venía distraída... lo siento, debo irme.— se giró para avanzar en
Dormía plácidamente, en aquella cama suave como una nube, cuando el silbido del crucero la sacó del mundo de los sueños, Grace abrió los ojos asustada y en un primer momento fue incapaz de reconocer en dónde se encontraba, hasta que los recuerdos de la noche anterior la golpearon con fuerza. "Demonios, no puede ser"No había dormido en su camarote, el sonido indicaba que habían atracado, pronto comenzarían a bajar del crucero, los invitados y su padre estaría furioso si no la veía con el resto de los pasajeros. Saltó fuera de la cama para vestirse, pero en cuanto sus pies tocaron el suelo, una punzada de dolor le atravesó, su intimidad palpitaba a causa del dolor y la incomodidad, pero no tenía tiempo para pensar, debía darse prisa, así que se vistió y se pasó las manos por el cabello, intentando estar lo más presentable posible, o al menos dar un poco de decencia a su imágen. Estaba por salir de aquel lujoso camarote, cuando se giró y se encontró con que su amante desconocido dormí
Tres meses... Tres largos meses habían transcurrido desde que la familia McCartney asistiera como invitados de honor a aquel crucero, tres eternos meses para Grace, quién como otras tantas mañana había despertado con mucho malestar, se sentía incómoda por las mañanas, se mareaba y la comida le provocaba asco, estaba asustada porque lo peor de todo es que no había visto su mestruación...¿Sería posible que estuviese embarazada de aquel hombre desconocido?—¡Por favor Dios mío, que no sea un embarazo, que no sea un embarazo!— rogó, mientras que estaba a la espera de los resultados de las pruebas caceras, había comprado cuatro pruebas distintas, había realizado las cuatro y ahora tenía miedo de ver los resultados, temblando, se obligó a tomarlas. Prueba uno; dos rayas rojas, positiva. Prueba dos; dos rayas rojas, positiva.Prueba tres; dos rayas rojas, positiva. Prueba cuatro, prueba digital; " embarazada" y abajo aproximadamente dieciséis semanas. ¡No podía ser!, ¡No podía ser!Mald
—¿Qué?, ¿Casarnos?— volvió a mirar a Noah, quién parecía muy tranquilo como si ya estuviese al tanto de la situación. ¿Quería decir que la única que no lo sabía era ella?—¡Yo no puedo casarme con él, ni siquiera le conozco, es primera vez que le veo!— intentaba guardar la compostura, pero estaba por tener una crisis de nervios. —No es tan malo— se escuchó la voz de Noah, Grace lo miró aturdida ante sus palabras —¿Cómo podía no ser "tan malo" casarse con un desconocido — soy un gran partido para cualquier dama— señaló con orgullo. —No lo dudo, Noah... no me malinterpretes, no se trata de ti, si no del hecho de que no nos conocemos. —Es suficiente, Grace— le recriminó su padre— Los O'Farrel son amigos de nuestra familia, Izan es un gran amigo, no de ahora, si no de hace mucho tiempo, crear una alianza fortalecida con el matrimonio de nuestros hijos, es perfecto. —¡Pero yo no quiero casarme!— dijo angustiada. —¿Por qué tengo que ser yo?—Porque así yo lo digo— aseveró su padre. —Pad
Oliver McCartney, estuvo en silencio durante todo el camino a casa, furioso, solo quería descargar su enojo contra Grace, quien había pasado a desobedecerlo y dejarlo en ridículo frente a su amigo. Al llegar a la mansión, Grace bajó en silencio caminando detrás de su padre, tenía toda la intensión de huir hacia su habitación, el estrés y el momento de tensión le estaban pasando factura y se sentía momentaneamente mareada. Caminó apresurada hacia las escaleras para subir, pero la voz de su padre la detuvo. —¡A mí despacho, Grace!— ordenó con desprecio, y ella sintió estremecerse, sabía que no podía escapar del enojo de su progenitor y por si fuese poco... tenía tener que revelarle a su padre la verdad sobre su embarazo. Temblando internamente caminó hacia el despecho, en dónde su padre había entrado unos segundos antes. —Cierra la puerta— el tono calmado y amenazante la hacia estremecer, era un evidente contraste con su ira. Prefería mil veces que gritara, que estallara, que maldijer
—¿Qué sucede?, ¡Qué ésta mujerzuela está embarazada y de un desconocido!—dijo Oliver con desprecio, Candace frunció el ceño, no podia creerlo, Grace, no podia hacer sido tan poco inteligente. —Candace, padre no quiere oirme, ayúdame a...— suplicó con desespero, sin embargo Oliver no le permitió terminar. —¡Ni se te ocurra, Candace!— le advirtió su padre—¡Desde hoy, yo solo tengo una hija y tú no tienes hermanas!, Grace se ha comportado como una mujer de la calle, ahora debe irse. —Te lo advertí, ¿cómo fuiste tan estúpida?— Candace, la miró enojada—¿Por qué no puedes hacer nada bien, Grace, por qué?, ¡Te dije que si hacías alguna tontería, padre te echaría!—Ayúdame, Candace... madre, padre, los necesito, los necesito más que nunca... por favor. —pidió con desesperación, la joven llegó con la cartera y se la entregó a Oliver, el hombre la arrojó a los pies de Grace. —Por favor—suplicó Amelia, intentándolo salir pero su esposo la tomó con fuerza del brazo y la miró con desprecio. —
—¿Cómo pudiste echarla así de casa, Oliver?— preguntó Amelia angustiada. —Sabes que no tiene a nadie y está embarazada. —¡No es mi problema!—gruñó el furioso hombre — ¡Qué vergüenza para nuestro apellido, embarazada y ni siquiera sabe quién es el padre!, ¡Ahora debo pensar qué le diré a O'Farrell!—¿A quién?— Candace se sorprendió al escuchar el apellido de uno de los hombres más influyentes del país. —Se supone que Grace debería casarse con Noah O'Farrell, era un acuerdo, ahora esa niña tonta me ha metido en un aprieto, le di mi palabra de darle la mano de mi hija en matrimonio y esa niña estúpida lo arruinó todo. —El hombre entenderá —aseguró Amelia. —Por supuesto que no lo hará, no tienes idea Amelia, tengo grandes negocios con O'Farrell, ¿cómo va a respetarme si quedó en ridículo demostrando que no puedo cumplir mi palabra, porque mi hija es una zorra?—Lo solucionaremos...—aseguró Candance segura de sí misma. Los negocios con aquel hombre no podían venirse abajo, a fin de cue
Candace, observó a su padre con ojos enormes, pero incapaz de rebatir su palabra frente a aquellos extraños, bajo la dura mirada de su progenitor decidió guardar silencio. Su mirada fue directamente a Noah, quién la observaba en silencio, aparentemente evaluandola de pies a cabeza, al devolver la mirada a sus ojos le regaló una amplia sonrisa, al parecer había pasado su escrutinio. —Yo también estoy de acuerdo— aseguró Noah— necesito una buena esposa. Cenaron en medio de planes, un compromiso que anunciar y celebrar, una boda que organizar. —Imposible mejorar está alianza; dos herederos que fortalecerán nuestros apellidos—aseguró Izan— el inicio de un nuevo imperio, O'Farrell McCartney.—Brindemos por ello— respondió Oliver con una amplia sonrisa. Después de la cena, tomaron un buen digestivo, una copa de vino, Candace estaba ansiando con desesperación que terminara aquella reunión para ais poder conversar a solas con su padre y así argumentar con él sobre los motivos por los cua