Quiero llorar, me siento como una mierda, al llegar al recibidor escucho la suave voz de Mariela, me detengo para mirarle de frente.
—Ven mi niña— me sonríe, se acerca a mi tomándome de las manos, me guía al sofá, me siento a su lado —se quedaron esos dos discutiendo y ahí no pinto nada, algo me dice que tú no eres así como actuaste, mi marido es bastante especial y creo lo tomaste con él, por lo menos ha ayudado en algo ¿No?— bromea la mujer.
—Muy especial diría yo
Llego a mi edificio, el jodió me cobró cincuenta dólares, es un cara dura el tío, pero no estoy yo para peleas, voy directo a mi departamento, me doy una ducha y me coloco algo sencillo debo salir a comprar un móvil nuevo, no tengo ganas de nada pero mis padres han de estar locos llamando una y otra vez, decido no pedir el mismo número, así Sebastián no me llamará ni me buscará. ¿Cómo estará? ¿Habrá llamado a aquella mujer?Me obligo a dejar de pensar tonterías y prestar atención a lo que el vendedor me explica, ya con el teléfono en mano vuelvo a mi casa. Después de hablar con mis papis me encierro en mi habitación a llorar sin consuelo, a pensar en todo lo que viví con ese hombre, con la causa de mi dolor. ¿como me pude enamorar tan rápido de él? ¿cómo le entregué todo de mi esperando a que él lo valorara? ¿cómo fui tan estúpida en creer que él me podía hacer feliz? me odio por sentirme completa con su presencia, me odio por amarlo como no ame a nadie más siquiera a Alonso,
Es lunes por la mañana y no ha pasado un solo día sin que Sebastián vaya a mi departamento, se quedaba plantado en mi puerta, rogándome, exigiendo que hablara con él que lo escuchara, cada vez que sonaba su voz mi corazón dolía, mi alma se iba de mi cuerpo, me sentía morir, sin embargo cada vez que estaba a nada de abrirle y tirarme a sus brazos recordaba la conversación de esa mujer, su cara de triunfo y su sonrisa de perra me venía a la cabeza y me llenaba de coraje, de celos y dolor.Los obsequios no dejaban de llegar, arreglos de flores en mi puerta cada hora, en muchas ocasiones intentó meterse cuando abría la puerta, forcejeaba conmigo pero sus dolores le restaban fuerzas y no lo lograba.—Corazoncito...
Leo la pancarta anonadada. ¿Que cojones es esto? ¿Cómo pudo Filipo prestarse para estas cosas? El chico de la pancarta me da un sobre, está lleva una carta, miro a mis amigos y estos me incitan a leerla, saco la carta del sobre con un poco de miedo, está dicho hoy es día de recibir sorpresas, leo en voz alta a petición de Luna quien está emocionada.Para ti gatita:
—Desde luego extrañaba esto gatita, si justo así, entre más te resistas más me gusta— río divertida, lucho por que me suelte pero no lo hace le divierte y me divierte a mí, una vez en su piso me baja, extrañaré todo esto, miro cada rincón de este departamento y en cada uno de ellos hay una historia un momento que vivimos los dos, este recibidor ha visto discusiones, forcejeos, sexo salvaje, lágrimas y demás, la sala… ¡Madre mía! Sí que hemos vivido cosas aquí, peleas por cual película ver, discusiones por que Sebas llegaba a una hora que no debía o solo porque dejaba las botellas de cervezas tiradas, las escaleras, esas escaleras que en muchas ocasiones las baje o las subí corriendo por que le gritaba tacos a mi chico y después debía huir por mi bien, su despacho, ¡Jesús! Su despacho ha de tener mis gemidos retenid
Estamos en la cocina yo centrada en lo que hago y él comiendo sus arándanos mientras me mira, he dejado de pensar en que me voy solo quiero disfrutar de él, de este último día juntos.—¿Amor puedes dejar de manosearme?— le pregunto ya excitada por como me toca —vamos aguanta un poco más ya casi termino, solo falta el smoothie— no me escucha no se aleja de mí, una de sus manos baja de mi pecho a mi sexo y joder que corriente más gustosa siento —aaahhh Sebastián— jadeo mientras me sostengo con fuerza del borde de la encimera del fregadero.
—Al inicio aunque aparentaba seguridad estaba aterrado, jamás había sentido algo así de intenso aún habiendo tenido algunas relaciones que no fueron duraderas pero si había química, ya hemos experimentado que no todo es color de rosa, prometo intentar no volver a lastimarte nuevamente, aunque de seguro te haré rabiar más de una vez, cada vez que me saques de mis casillas y tenga que recordarte quien manda— me sonríe divertido,! que cabrón¡ —ya no podría vivir sin ti, inconscientemente cree una conexión un vínculo contigo, no comprendía lo que era y sin duda lo averiguaría— me toma entre sus brazos —y en efecto, cuando te tome entre mis brazos en aquellos aseos, al ver tus ojos supe que no era mi imaginación y lo entendí todo, sabía que tú sentías lo mismo que yo, esa atracción fue desde el momento cero, me entregué a ti de una manera que jamás lo había hecho con aquel primer beso que te di en el club, contigo las cosas iban más allá del sexo, de la lujuria y el morbo, me alegro que
Estoy nerviosa, ansiosa y muy emocionada, hoy es el día, hoy me presentaré en aquel edificio como la jefa de RR.HH, mi amiga está muy emocionada, ayer llegué directo a su puerta y no lo podía creer cuando me vio ahí, mi precioso Blackie se me lanzo encima, al parecer me extraño tanto como yo a él, le conté a Miriam el por qué regresé y esta hizo un baile estilo ritual demoníaco.Entre risas me contó que nadie sabe quién será la nueva jefa, todos están a la expectativa, ella está convencida que será una súper bomba cuando llegue ante todos, yo solo pienso en que debo estar al cien, dejar de extrañar a mi amor y a mis amigos, todos ellos han de querer matarme no me he comunicado con ninguno y Dios mi odioso, debe estar buscándome como loco, haciéndole un tercer grado intenso a mis amigos para que le digan dónde
—Buenos días a todos— saludo. Antes que nada es la buena educación como siempre dice mi madre —y para responder a los comentarios poco profesionales y chistes malos de la...— le miro de arriba a abajo —Señorita Larson— paso de ella y dirigiéndome al resto prosigo —Sí, soy la nueva directora a cargo y para los expertos en decir lo obvio estoy aquí para poner un par de cosas en su sitio, eliminar cualquier problema que afecte la sucursal y prescindir de todo aquel miembro que no aporte nada a la empresa, llámese hacer su trabajo como corresponde en vez de andar promocionándose cual trozo de carne a punto de caducar como si esto fuera carnicería...— digo esto mirando un punto a la distancia, a quién le quede el guante que se lo ponga. Vuelvo mi mirada a mi mejor amiga que más orgullosa no puede estar, poco después miro a una más que avergonzada plastibruja.—Aquí están los documentos que me pidió señorita White— me entrega una carpeta Miriam la cual tomo en mis manos y con un ges