Al llegar al hospital de inmediato subo al cuarto piso que es donde está papá, antes de entrar a la habitación veo a Ryan hablando con mamá están riendo mucho y divertidos.
—Hija— mi madre se levanta de inmediato al verme, le miro con seriedad —has tardado y me preocupé por ti— mira mi ropa —por lo menos has ido a casa y sé que te has alimentado— me da un beso en la mejilla.
—Hola Catrina— me saluda Ryan con otro beso.
—Buenas noches— saludo secamente, no me gusta que mi madre pase tanto tiempo con Ryan,
—Dios...— susurro llevándome las manos a la cara —lo siento... Lo siento...— quito las manos para mirarles —les juro que se los iba a contar pero...—¿No pensabas decírselo a Sebastián?— pregunta Mikeila frunciendo el entrecejo y frunzo el mío por su seguridad al decir que es de Sebastián.—Si, claro que sí, por eso es mi desespero en encontrarlo y comunicarme con él, lo he llamado, enviado correos y WhatsApp pero no obtengo respuesta de su parte, se los iba a contar después que se lo dijera a él— les miro suplicante —si ustedes tienen noticias de él por favor no se lo diga
—¿Qué haces aquí?— pregunto evitando que me tome entre sus brazos —los chicos te han contado de mi embarazo ¿Verdad? Ellos han roto su promesa, nunca debí confiar— susurro esto último, estoy tan descolocada que no pienso en la posibilidad que ellos han hecho que él viniera aquí ¿Pero por qué venir pasándose por su hermano? mirarle a sus hermosos ojos me traen muchos recuerdos, está tan precioso como siempre, su barba larga, su firme cuerpo y esa manera de mirarme me aceleran el corazón.—¿Ellos lo sabían?— frunce el cejo —no me han dicho nada— asegura con seriedad pero su gesto se suaviza y no deja de caminar en mi dirección —nena por favor.
Voy corriendo por los pasillos de la clínica San Francisco, los tacones resuenan en el espacioso lugar, me restan velocidad y mi vientre me dificulta todo, apoyándome en un hombre que iba pasando, me quito los zapatos y sigo mi camino, todos me miran incrédulos, una mujer embarazada, zapatos en manos, vestida con ropa de oficinista y despeinada está corriendo como loca y gritando para que no dejen ir el elevador, son cosas que no pasan todos los días.—Dios, les agradezco...— digo sin aliento, los presentes en su mayoría doctores me miran.—No debería estar con esos trotes en su estado— dice uno de ellos, le miro y sonrío.
—¿Sabes aquel día que me contaste tus dos decepciones con el amor y yo solo dije un "lo siento"?— asiento sin mirarle, siquiera de mi embarazo quiere saber —ese día sabía que Sebastián aún estaba muy presente en tu corazón y con ello en tus sentimientos y yo quise ignorarlo, opté por eso, lo hice porque realmente te amaba y quería estar contigo, creí que tal vez y solo tal vez podía borrarlo de ti definitivamente pero no era así, si me llegaste a amar lo sé, me diste todo lo que pusiste darme aun cuando no lo hacías por completo, pero no me importó te tenía para mí y solo eso bastaba, aquellas salidas en la que coincidíamos con él y Jennifer se notaba en el ambiente lo que ustedes dos emanaban, se sentía esa atracción aun cuando pasaban u
—He sido un completo gilipollas, un imbécil, un ser irracional y todo lo que tú me quieras decir, pero este tonto es tu tonto y te ama— sonrío por lo que dice, que razón tiene, es todo eso y más —sé que no merezco tu perdón pero soy tan incapaz de dejarte ir que estoy dispuesto a llegar a donde sea que tenga que llegar con el fin de ganarme tu perdón, no me importa que deba hacer para conseguirlo lo haré, me has dicho que no te querías casar conmigo porque no sabes nada de mi pasado pero cariño eso no justifica tu respuesta, no me parece justo, te amo, me amas y solo eso basta, no perdamos más el tiempo y vivamos está locura, nuestra locura— verlo arrodillarse me pone cardíaca, mi hombre lo está haciendo nuevamente ¿Pero seré capaz de seguir a ciegas? &i
¡Sigo siendo la Reina!—Joder Sebastián es mi jodida boda y quiero estar al pendiente de todo lo que se haga, ya mañana nos casaremos y quiero que todo esté perfecto— mi hombre está igual de imposible, su posesividad y control lo llevó a un extremo que no creí que existiera. —Esa puta boca, no quiero que estés en esos trotes, tus amigas y nuestras madres están con Silvia organizando todo, no tienes porque ir— le miro furiosa. Silvia la organizadora de bodas es una muje
¿Puede un viejo sentimiento despertar cuando se tiene el corazón blindado y los sentimientos congelados?Aquí estoy nuevamente, un día más para soportar y aguantar sus miradas, sus señalamientos y sus burlas, este mundo es una mierda con todo y sus prototipos. Eso diría si fuera una tía fuerte y segura como las demás, pero el caso es que pienso que abajo de todo eso aquellas personas son buenas, solo deben comprender que no todos podemos ser como ellos quisieran.Cabello negro largo, pero siempre recogido y despeinado, ojos marrones, labios carnosos, altura normal, pero con un gran defecto, poca autoestima. Mi timidez y poca confianza en mí son siempre la causa de mis problemas. Siempre he sido una mujer muy cohibida, desde niña hasta la actualidad, a mis 24 años solo he tenido un novio, novio que me dejó por otra chica más guapa que
Han pasado nueve meses desde mi traslado, extraño horrores a mi loca amiga, pero extraño aún más a Mike, mi corazón duele... tristeza, soledad, nostalgia, eso siento cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo. Por lo menos me sentía así las primeras semanas, Mikeila la versión rubia de Miriam, es toda una lianta, descontrolada y peleonera, ella hace de mis días una diversión alocada.Desde que llegué a Seattle Washington todo está mejor, siento el aire fresco y no precisamente por el frio, me siento otra persona, en la empresa todos me miran con respeto, nadie se aprovecha de mí y eso me gusta, joder me gusta y mucho.