Capítulo 22: Josh

¡ESTÁ TAN GUAPA! Siempre lo ha sido, pero ese corte de pelo le queda genial, es la mujer más hermosa que he visto en mi vida.

Estas semanas han sido una tortura, y pensar que he dejado que pasara tanto tiempo sin verla, debería haberme tragado mi orgullo y haberla llamado. ¡Soy gilipollas!

Me acerco a ella después de que nuestros ojos se encuentren, pero ahora creo que no ha sido una muy buena idea, no puedo dejar de mirarla. Hablamos y como esperaba está fría, y no es para menos, mi estupidez es tanta que dejé que mis celos nublaran mi mente y acabé besando a Patty delante de sus narices.

—Meghan, espera por favor —le digo cogiéndola de la muñeca para retenerla, pero al sentir el calor de su piel, todo en mí se vuelve gelatina—. ¿C–Cómo estás?

—Bien, gracias.

Y se va. Y yo no puedo hacer nada para detenerla, la he cagado.

La veo irse delante de mis ojos y soy tan cobarde que no la detengo, soy incapaz de ir tras ella y decirle cuanto la he echado de menos, cuanto la quiero y que me muero por tenerla de nuevo entre mis brazos y esta vez no soltarla nunca, pero no puedo.

—¿Josh?

Me doy la vuelta y me encuentro con Savannah, mi ex. ¿En serio?

—Savannah, hola.

—Cuanto tiempo ha pasado, ¿seis años? —me pregunta y me da dos besos.

Fue mi novia hace mucho tiempo, y yo por aquel entonces ya estaba muy colado por Meghan —como si en algún momento de mi vida no lo hubiera estado—, pero al final terminé saliendo con Savannah después de que el amor de mi vida cerrara cualquier posibilidad de tener algo con ella, me refugié en sus brazos para poder olvidarla, y como podéis ver ahora, no funcionó.

—Sí —miento, lo cierto es que no lo recuerdo—. Mucho tiempo.

—Pues yo aun lo recuerdo, sobretodo porque nos pasábamos el día metidos en la cama, fueron buenos tiempos.

Buenos tiempos, tal vez para ella. Esto va a sonar a que soy un cabronazo, pero en esa época en lo único en lo que pensaba cuando me la tiraba era en qué lo hacía con Meghan, pero la verdad es que no era tan buena en la cama.

—Josh, ¿puedes venir un momento?

La interrupción de Mel me viene que ni pintada, es la oportunidad de cortar esta situación tan desagradable, me disculpo con mi ex y me voy por patas.

Mel y Elijah llevan juntos tres años, yo conocía a su prometido de mucho antes, y me alegré cuando empezaron a salir. Él es un buen hombre y se nota que la quiere con locura, son la pareja más perfecta que he conocido nunca, y lo reconozco, siento envidia de ellos, tienen lo que yo he deseado toda mi vida, el amor verdadero.

Aunque intento prestarles toda mi atención a mis amigos, mi cabeza está en otra parte, más concretamente en una rubia preciosa que me vuelve loco. La busco con la mirada cada pocos segundos y no la veo por ninguna parte, parece que se la ha tragado la tierra.

Finalmente decido ir a buscarla y la encuentro rodeada de varios tíos, y no es para menos, es una mujer increíble, pero no puedo evitar sentir celos de todos ellos, al menos por la atención que ella les presta, me gustaría que centrara toda esa atención en mí, aunque me lo tengo merecido, he sido un cobarde.

—Y dime, ¿cómo es que no te había visto antes por aquí? —le pregunta uno de ellos.

«Típica frase para ligar, ese tío es patético».

—Hacía tiempo que Mel y yo no nos veíamos, tal vez no hayamos coincidido.

—Pues espero que eso cambie a partir de ahora —le contesta y a mí me entran ganas de vomitar.

¿Se puede ser más gilipollas?

Otro le trae una copa de vino, ella la mira y la coge a pesar de que no prueba ni un sorbo. Sonríe y puedo ver que está incómoda, la conozco demasiado bien para saber como actúa cuando eso pasa.

Mi instinto de protección me obliga a ir en su ayuda, paso antes por la barra libre y pido un cóctel sin alcohol, pero antes de que puedo llevárselo, aparece Mel y se la lleva dejado su copa sobre la mesa y dándole otra que imagino es como el que yo iba a darle. Meghan le sonríe y esta vez su sonrisa le llega hasta los ojos. Esa es la expresión que mejor le queda, cuando es feliz.

Aunque preferiría que fuera gracias a mí.

Las horas pasan y yo cada vez estoy más impaciente, me he bebido medía barra buscando la valentía para acercarme, pero ella está apoyada en el respaldo de uno de los sofás hablando con un tipo, llevan más de una hora hablando sin parar y ella no deja de reírse. Y yo me siento miserable.

Dos chicas se me acercan, la primera es morena con dos pares de razones para no dejar de mirarla, pero mi vista está centrada en otra. La segunda es rubia con mechones rosas, tiene un culo en el qué podría partir nueces, pero tampoco me interesa y acaba marchándose igual que ha venido, sola.

Meghan le pone la mano en el brazo al tipo y le sonríe, se nota que está cómoda y yo cada vez más cabreado, no entiendo por qué narices tiene que tocarlo.

—¿Crees que es buena idea torturarte así? —la voz de Patty llega a mis oídos difuminada.

Está pegada a mi oreja y me susurra como si fuera uno de esos demonios que aparecen para decirte lo gilipollas que eres por permitir algo así.

—Vámonos, no merece la pena.

—No. Sí lo hago todo habrá terminado, y no puedo —le contesto sin dejar de mirar a mi rubia.

—Pues yo creo que eres idiota si te quedas aquí sin hacer nada.

—Tienes razón.

Me levanto y camino con paso decidido hasta donde se encuentran mi amor y ese capullo que parece estar cortejándola. La cojo de la mano sin decir nada y tiro de ella, aunque al principio no se queja ni intenta soltarse, cuando estamos en otra habitación se suelta de mi agarre y me mira furiosa.

—¿Qué coño crees que estás haciendo?

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo