Capítulo 21: Meghan

NO ME LO PUEDO CREER, he sido tan tonta de pensar que entre nosotros había algo especial, no ha pasado ni media hora desde que lo he visto y ahora le mete la lengua a Patty y, ¿desde cuando se ven estos dos?

No entiendo nada, llega a mi casa y me confiesa su amor, para luego liarse con otra, ¿pero que clase de hombre hace algo tan rastrero? Lo cierto es que creía que él era diferente, que nosotros teníamos una fuerte conexión, y ahora me hace esto. Desde luego me ha decepcionado.

La semana pasa muy despacio, los segundos se convierten en minutos y los minutos en horas, la vida pasa muy lentamente cuando te rompen el corazón. Me siento tan mal, no creía que el amor pudiera ser tan cruel. Y si encima le sumo que lo hecho de menos, la situación se vuelve más insostenible.

—Cógeme el teléfono, tenemos que hablar —me dice Freddy en el enésimo mensaje que he recibido de él desde hace dos semanas.

Lo ignoro, otra vez.

Llaman a la puerta, me niego a abrir por sí es él, no quiero ver a nadie, pero menos aún a ese miserable, por su culpa Josh no quiere saber nada de mí.

La voz de Mark, mi jefe, se oye a través de la puerta y me levanto. Le abro y me mira de arriba abajo, debo de tener un aspecto deplorable.

—¿Estás bien? —me pregunta y parece preocupado.

—Sí, pasa por favor.

—Freddy es un capullo, no se merece que estés así por él.

—No es por Freddy —le señalo el sofá y me dejo caer—. Él no tiene nada que ver.

Arquea una ceja y no parece muy seguro de sí creerme o no. Le devuelvo el gesto y este sonríe.

—Te lo prometo, Freddy ya es historia.

—¿Entonces? ¿Por qué pareces tan decaída? —me pregunta y aparta un mechón de pelo de mi cara.

—Es complicado.

—Bueno —hace una corta pausa y añade—. Sí merece la pena, díselo, seguro que lo arregláis.

Me sorprende que descubra tan rápido que es por otro hombre, Mark y yo no hemos mantenido ninguna relación fuera del ámbito profesional, pero parece que me conoce muy bien. En cambio yo, no sé nada de él.

—¿Te apetece un café? O, ¿un té?

—No gracias, solo quería comprobar que estabas bien, ya me marcho. ¿Te espero mañana?

—Sí.

Sé que tengo que seguir con mi vida, voy a tener un hijo y necesito un trabajo para mantenerlo, y el desamor no es un motivo para faltar al trabajo, me levanto después de que él lo haga y lo acompaño hasta la puerta, antes de que pueda cerrarla, se da la vuelta.

—Eres una persona increíble, no dejes que nadie te haga de menos, y sí Freddy no se da cuenta de lo que vales, otros si lo hacemos.

—Gracias —le contesto entre lágrimas y lo abrazo.

Cuando se va cierro la puerta y me la quedo mirando unos segundos antes de secarme las lágrimas y dirigirme al baño, me voy a dar una ducha y salir a la calle, no puedo seguir encerrada lamentándome.

Más tarde me encuentro en el centro comercial donde he ido a comprarme algo de ropa, y en un momento de locura, he decidido hacerme un cambio de look. Me corto el pelo muy, muy corto, al estilo Bob pero más largo en la parte delantera. Y no es porque lo diga yo, pero me queda genial. De vuelta a casa me encuentro con Mel, y esta casi no me reconoce.

—Estás estupenda —me dice por segunda vez.

—Sí, ¿tú crees? No estaba segura.

—Créeme, te queda muy bien. ¿Cómo van las cosas?

Suspiro y mis ojos vuelven a llenarse de lágrimas, pero las contengo para que no caigan. Le explico por encima la situación y ella se queda boquiabierta.

—¿Vas a ser madre soltera? —me pregunta insegura.

—Así es. He decidido que es lo mejor.

—¿Y el padre?

—Es Freddy, aunque eso ya lo sabes. Conoces nuestra historia, pero finalmente me he dado cuenta de que él no es lo que necesito.

—¿No quiere saber nada del niño?

—Más bien, soy yo quien no quiere saber nada de él. He descubierto como es en realidad, aunque ya lo sabía, pero no quería admitirlo. Es mejor así, Mel.

Mel me abraza y yo le devuelvo el abrazo y esta vez si que dejo caer las lágrimas, ya no puedo mantenerlas por más tiempo.

Ha pasado otra semana sin tener noticias de Josh y cada vez que pienso en él, el corazón se me rompe un poco más. Duele demasiado el no tenerlo a mi lado.

Mel me invitó a su compromiso con Elijah cuando la vi el otro día, es esta noche y por primera vez desde lo que pasó con Josh, me siento con fuerzas de salir. Tengo las energías renovadas y muchas ganas de pasármelo bien.

Pero en cuanto le veo en la fiesta, toda esa seguridad se desvanece.

—Hola Josh.

—Meghan, ¿te has cortado el pelo?

Su mirada pasa de mi cara a mi pelo y vuelve a posarse en mis ojos, parece realmente sorprendido.

—Así es.

—Estás... increíble.

—Gracias —le contesto y me alejo.

Necesito soltar el aire que he estado conteniendo desde que lo he visto. ¡Está tan guapo!

«Dios, ¿por qué me torturas así? He sido muy buena».

—Meghan, espera, por favor —al sentir su mano en mi muñeca todo alrededor de desvanece, mi cuerpo arde y mi cabeza da vueltas—. ¿C–Cómo estás?

—Bien, gracias.

No, no es verdad, le hecho mucho de menos y me gustaría poder volver atrás y hacer las cosas de otra manera, pero ya no puedo. Mi historia con Josh se ha terminado al igual que la de Freddy, pero esta vez duele más, mucho más.

Me alejo de nuevo y esta vez no me detiene, no puedo girarme y mirarlo aunque me muero de ganas, quiero volverme para verlo por última vez y poder recordarle tal y como era antes de toda esta m****a, un hombre increíble que me ha dado los mejores momentos de mi vida, y no solo el sexo era maravilloso, toda mi historia con él lo era.

Adiós, Josh.

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