Capítulo 5

—Ah… — dijo la secretaria. — el señor… Creo que dijo Emerson Rose, ha estado esperándolo más de una hora. Dice que necesita hablar con usted…

—Bien…— se acercó lentamente. Emerson distraído, no supo de la presencia de su amigo, hasta que no estuvo a más de tres metros y escuchó la voz de la secretaria. El pelirrojo se levantó de golpe y puso sus manos al costado del cuerpo. Hacía cuatro años que no se veían, y no tenía idea de cómo reaccionar ante él. ¿Qué debía hacer?… darle la mano ¿Abrazarlo? Afortunadamente para él, Carlisle fue el que habló primero.

— ¡Vaya, Vaya! ¡Si no lo veo no lo creo! — río malignamente. — ¿qué te trae por aquí… Rose? — Emerson lo miró. Ni un hola, ni un cómo estás… ese no parecía su amigo. — Me perdonarás que no te salude efusivamente… — lo miró con rabia. — Si mal no recuerdo, ustedes no me despidieron afectuosamente…

—Carlisle…

—¿A qué has venido? — dijo en una voz gélida.

—Necesito hablar contigo… es algo importante.

—Importante… ¿tu, Emerson Rose hablando de algo importante? — sonrió burlón. — ¿es algo sobre Futbol? — siguió su camino hacia la oficina. Emerson se había quedado sorprendido de ver la actitud del otro joven. Él se detuvo en la puerta y lo miró. — ¿quieres que te levante y te traiga en mis brazos? Vamos, sólo te daré diez minutos de mi tiempo. A diferencia de otros, yo tengo el día bastante ocupado —

“Bien, pensó Emerson, esto no será para nada fácil”. Y sin ninguna gana, comenzó a caminar hacia lo que imaginaba sería su tortura.

—Carlisle… — dijo una vez adentro de la amplia y confortable oficina — Sé que no nos hemos portado contigo como se merece…

—Ah… el arrepentimiento — dijo sarcásticamente. — no sé por qué me parece que no vienes precisamente a pedir perdón, ni estás arrepentido de culparme por lo que, según ustedes, les hice a sus padres — Dijo sentándose en su sillón. — Siéntate… ¿quieres algo de beber? — Emerson se negó. — ¿A qué has venido? No creo que hayas llegado hasta aquí, sólo para decirme esas tonterías… y mucho menos pensaras que voy a creérmelas. —lo miró. — ¿te casaste? —

—No… — lo miró. — Farrah y yo vivimos juntos, en la casa de mis padres.

—Los demás…

—Ferdinand y Evana tendrán un bebé. Emmanuel sigue soltero y los gemelos… no les ha ido bien en la tienda… después del accidente de papá y mamá… — Carlisle se movió incómodo.

—Y ella… ¿se casó? — Temía preguntarlo.

—No — él lo miró — Está de novia con Green… aún.

—¿Vive con él? — No podía. Era más fuerte que él, tenía que saber que era de la vida de esa rubia.

—¡Claro que no! — sonrió. — Eso tiene a Green de cabeza…

—¿A qué viniste Rose?

—Creí que para ti era Emerson…

—Creí que para ti era un amigo — le espetó con rabia. — hasta que me separaste de tu vida… tu y tus hermanos…

—Es que, no teníamos otra opción…

—¡Tu, y todos tus hermanos me acusaron sin darme la oportunidad de defenderme de algo que no tuve la culpa! — gritó. — ¡No me vengas con esa infantil excusa de la opción! ¡Déjasela para un imbécil que se la crea, yo no lo soy!

—¡Es verdad, no una excusa! Nosotros nunca creímos que tú fueras culpable de nada…

—Pero le hicieron caso a tu hermana ¿no? Es casi lo mismo…

—Tú no entiendes, tuvimos que hacerlo… Eleanor…

—Esa… — respiró entrecortado — ¡ni la nombres!

—Carlisle… entiende que mis padres estaban heridos, ella no pensó…

—¿Está arrepentida de lo que dijo? — Emerson lo negó. Se levantó de golpe. — ¿Qué quieres ¿A qué viniste? ¿Por qué me molestas ahora? — Lo miró.

—Es por mamá y papá — él se tensó. — si has leído el periódico, Neville ¿te acuerdas de él? — Carlisle asintió. — Bien, él descubrió una medicina que hará que mis padres… bueno que todo sea como antes…

—Me alegro por tus padres… — dijo indiferente, acomodando unos papeles.

—El problema es que… según Neville eso cuesta — Carlisle lo miró, y entendió. El por qué su ex amigo se estaba humillando, obligado a hacer algo que nunca quería hacer… mendigar dinero. Pero eso no esfumó las ganas que tenía de desquitarse.

—Así que tu visita es sólo por dinero… — sonrió. — Es por lo único que vendrían… ¿verdad? Sólo por el asqueroso dinero…

—Carlisle, no es eso…

—¿No es eso? — río. — Apuesto mi vida, si no es sólo por eso que estás aquí.

—Bueno en parte es verdad… Mira, yo sé que te hemos tratado mal…

—¿Cuánto dinero necesitas de mí? ¿Eso es lo que represento para ti y tu familia? ¿Unos números en oro ¡Vaya que has caído bajo “amigo”!

—Sé que estás dolido…

—¿Dolido? Ja, ja — dijo burlón. — ¡No me hagas reír! Hasta me imagino la escena: Farrah dando la idea… “Ey vamos, tenemos al idiota de Stone forrado en billetes. ¡Hagámonos los arrepentidos y caerá como un chorlito!

—No es así…

—Y todos diciendo: “¡Si! Hagámosle creer que lo aceptamos nuevamente en la familia. ¡Sólo tendremos que sacrificarnos hasta que nuestros padres dejen de ser vegetales! — Emerson lo miró, Carlisle se había convertido en un hombre cruel. — y todos diciendo bien! Y ella, tu hermana, la más cínica… — cerró los puños. — diciendo “ve tu Emerson… ¡Tu podrás ablandar a ese asesino! — lo miró. — ¿me equivoco en algo?

—En todo — se levantó. — mi hermana no quiere que esté aquí.

—Sigue culpándome de todo…

—Entiéndelo Carlisle, ¡yo debía elegir! Si te elegía a ti… ¡hubiera perdido a mi hermana! Mis padres… yo les prometí cuidarla. No sabes lo que me ha costado todo… estar sin mi amigo.

—¡No trates de ablandarme con palabras Rose! Viniste por negocios ¿no?

—No te entiendo.

—Quieres dinero… ¿qué tienes para ofrecerme?

—Yo, no sé… — lo miró. — Carlisle, sabes que no tenemos dinero. Dejar en el hospital a nuestros padres se lleva la mayoría de nuestros sueldos… yo tengo un empleo de m****a en el congreso.

—No me interesa tus desventuras económicas — dijo serio. — guárdatelas para dar lástima en otro lado, a mí no me harás cambiar de opinión. — se iba hacia la puerta, y la abría — ahora si no tienes nada más que decir, tengo un día ocupado hoy… mejor vete.

—Carlisle, por favor, por los viejos tiempos.

—¡Vete antes de que me acuerde la forma en que me corrieron de tu casa y haga lo mismo contigo! Ya no soy el Carlisle de los viejos tiempos. Pregúntale a Eleanor… ella hace una descripción excelente de la horrorosa persona que soy.

—¿Ni siquiera lo harías por nuestros padres? — él bajó la mirada. — es que no… olvídalo. Venir aquí fue una pérdida de tiempo. — salió de la oficina y comenzó a caminar por el piso rumbo a los ascensores.

Carlisle se había quedado en la puerta, con una rabia que no podía contener. Necesitaba descargarse, gritar, vengarse… y no supo cómo, ella invadió sus pensamientos. Y una sonrisa siniestra se dibujó en su rostro. Corrió hacia el elevador. Emerson que ya había llegado, se metía en él. Cuando la puerta estaba a punto de cerrarse, Carlisle metió la mano, haciendo que ésta se abra. Emerson miró a su antiguo compañero de travesuras. Pero la mirada que vio en vez de darle esperanzas, le hizo temer.

—¿Qué tanto estarían dispuestos a hacer?

—No te entiendo. Vine aquí a pedirte un préstamo, no quisiste escucharme… no te quito más tiempo — trató de sacarle la mano del elevador y seguir su camino. Él lo impedía.

—Quiero que ella venga y me lo pida…— Emerson no entendía. — Tu hermana… — sonrió. — Si tanto quiere que tus padres estén bien, dile que quiero que ella venga y me pida el dinero… veremos qué tanto es capaz de hacer.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo