Capítulo 5. Lucha entre Alfas

    Briana quería regresar a su recamara, pero Kevin no se lo permitió.

   —Quita esa cara, no quiero que se enfrenten nuestras manadas y nos matemos antes que lleguen los Rogues.

   Ryan pidió un aplauso para los novios y Emma se encargó de poner música y que se diera mucha comida, para que las dos manadas comiencen a convivir en armonía.

   Después de un rato, Thalia se acercó a los novios.

   —Briana ven conmigo —su hija la miró esperanzada en que hubiera entrado en razón—. Les recuerdo que deben comportarse con propiedad, ya que es evidente que su unión no es destinada por nuestra magia —ahora se dirigió a Kevin—, dentro de un rato despidete, les he asignado una habitación para ustedes, vengo a recordarle que no debe marcar a Briana.

   —¿Tanto me odias por ser la culpable de la muerte de mi padre? —murmuró Briana a su madre, Kevin las miró asqueado, pensando lo peor de Briana.

   «Si fue capaz de llevar a su padre a la muerte quizás por eso le quitaron sus poderes» 

   Esta nueva teoría era peor de lo que antes pensaba.

   —Esta manada es de víboras —musitó cuando Thalia se llevó a Briana tomándola por el codo cuando se dio cuenta que ella iba a formar un escándalo frente a todos.

   Kevin disgustado caminó en dirección al río y entonces vio la loba color gris de cola blanca y su alegría fue inmensa.

   —¡Ava! —exclamó y su amada se materializó en el lugar de su loba.

   —Kevin, amor mío —expresó con su dulce voz de soprano—, tu padre me encarceló —corrió hacía él y lo abrazó desesperada.

   —Ya estás conmigo, no permitiré que mi padre vuelva a dañarte.

   —Fue horrible Kevin, vine por el río para limpiarme, pero me liberaron, ¿quiere decir que te casaste?

   —Tuve que hacerlo Ava, pero lo hice por ti, para que te liberaran, pero vámonos de una vez, seamos libres, renunciemos a las manadas, nosotros nacimos para ser libres de amarnos.

   Ava abrió mucho los ojos.

   —Qué más quisiera yo —Ava se concentró en sentir tristeza, sabía que él podía detectarlo si lo fingía—, no me imagino vivir huyendo, tendríamos que entregarnos a nuestras bestias por un largo tiempo, sabes que detesto alimentarme siendo una loba.

   —Ava, es nuestra naturaleza, somos lobos, creí que preferirías que huyeramos a perderme.

   —Pero no tengo que perderte, seguramente esa heredera tiene amantes, es una Alfa, solo debe pedir a un macho para que de rodillas estén a sus pies —Ava se sentía triste, pero por no ser ella una Alfa y gozar de ese poder de hacer lo que le venga en gana.

   —Dices que no te importa —inquirió Kevin con duda—, es mi esposa ahora, Ava, compartiremos cama, vendré a ti oliendo a ella.

   Ava apretó los puños y siente celos, ella a su manera quiere a Kevin, o quiere la forma de él quererla, sin magia, sin designios de la diosa, solo por ella, pero la heredera tiene una fortuna en diamantes que también anhela.

   —Me encerraron para castigarte, si huyes conmigo y te capturan te echarán de la manada y a mí me matarán.

   —¿Dudas de mi capacidad para cuidarte?

   —La manada te necesita, a mí ya me tienes.

   Ava lo besó y luego se echó atrás.

   —No puedo, alejate, tu esposa sentirá mi aroma y tendrás problemas.

   —Ella es humana, no sabrá nada.

   Para Ava fue una sorpresa, esperaba que Kevin le dijera que no le importaba que lo supiera, ella quería sentirse más importante que una Alfa, no que ella fuera la amante escondida y una simple humana la dueña de su macho.

   —¿Qué quieres decir?

   —No lo sé, por una extraña razón mi esposa no tiene sus poderes licántropos.

   —Pues mejor para ti —le recriminó Ava—, no quieres que se entere, como siempre soy tu puta.

   —No seas ridícula Ava, te he ofrecido largarnos muy lejos. 

   Ava se arrepintió, no quería hacerlo enojar, últimamente está muy cascarrabia.

   —Solo no olvides que te amo, cumple con tu deber, te esperaré aquí, regresa a la medianoche y yo te daré la despedida de soltero, Alfa —Ava lo abrazó y mordió el cuello como a él le gusta.

   —¿Quién dijo que yo quiero una despedida?, tú eres mi mujer, mi única loba.

   —¡Vaya, vaya, pero que tenemos aquí! —ambos vieron hacia arriba, era Briana quien les gritaba desde la elevación rocosa a la altura de la casa—. No se ha secado la tinta en el acta matrimonial y el contrato y ya haces promesas de amor a otra.

   Kevin soltó a Ava y estuvo al lado de Briana en dos segundos subiendo a hiper velocidad.

   —No te permito que me hables así, no es tu problema a quien veo, tú y yo no somos nada realmente.

   —¿Por qué si tienes pareja aceptaste esta boda?

   —¿Por eso no tienes tus poderes?, renunciaste a ellos para poder casarte conmigo y ponerme a mí en riesgo y no a tu pareja. Dime quien es el cobarde que teme enfrentar a los Rogues

   —No es tu problema —le dijo Briana con el mismo tono empleado por él antes.

   —Camina a la casa, deberías estar esperándome, no andar de entrometida.

   —Es mi manada, esa mujerzuela no pertenece aquí, es ella la que está donde no debe.

   —Ella es mía y estará donde yo esté, me compraron para defender a tu manada, pues ella viene conmigo.

   —Pues largate con ella, no me importa, si la cosa es comprar a un Alfa, pues entonces compro a otro y problema resuelto.

   —Te enseñaré a respetar a tu Alfa.

   —Tú no eres mi Alfa.

   —Pues hay un papel que dice lo contrario, no podrás buscar a otro, porque ya me aceptaste a mí.

   Kevin la cargó de nuevo en su hombro, entró a la casa por una puerta paralela y Briana escuchó que preguntó:

   —¿Cúal es nuestra habitación?

   —Pues sigue el camino de pétalos, genio —contestó Sophia sarcástica, Kevin le pasó por un lado a la muchacha de 15 años.

   —Sophia, llama a mi mamá —le suplicó Briana con un nudo en la garganta encaramada en el hombro de Kevin, sentía mucho miedo, pero su orgullo le impedía reconocerlo.

—Es tu esposo, tanta tontería por pasar una noche follando con un macizo como este Alfa, eres una m*****a egocentrica que disfruta ser el puto trofeo.

   Kevin volteó y miró a la niña, masticaba chicle y usaba sombra, ropa negra y maquillaje oscuro.

   —Qué boquita, ya veo que saben mucho de follar ustedes dos —Sophia puso los ojos en blanco y siguió su camino.

   Kevin siguió el rastro de pétalos de flores, abrió la puerta y encontró una cama enorme llena de más pétalos, tiró a Briana sin miramientos.

   —Aléjate de mí —exclamó Briana con altivez pegándose al cabecero con las rodillas al pecho.

   —Tú y yo vamos a tener las cosas muy en claro —dictaminó Kevin, mirándola a los ojos en voz baja—, vas bajando esas ínfulas, eres una patética humana que no puede ni compararse conmigo, acepta que soy tu Alfa, tu dueño...

   —Yo no soy una esclava…

   —Pues lo hubieras pensado antes de faltarme el respeto a mí y a mi mujer.

   —Esa loba no es tu pareja, nadie puede ser tan abominable como para aceptar estar lejos de su pareja destinada.

   Kevin siente como la ira asciende y es que Briana sin darse cuenta da justo en el clavo, su lobo brama en su pecho sintiendo como la ira de Kevin es como gasolina para el fuego de su propia ira, el balance entre Kevin y su lobo está más inestable que nunca.

   —Callate, no te permito hablar de ella, limítate a no estorbar, y yo mataré a los malditos Rogues que amenazan tu manada.

   —Eres tú quién debe respetarme, soy yo la Alfa y quien te ordena a ti, porque si yo ordeno a mi gente que no te sigan no lo harán y te matarán los Rogues sin que nadie mueva un dedo por ayudarte.

   Los ojos de Kevin cambiaron y Briana se sorprendió, pensó que si el hombre se transformaba iba a aplastarla, pero no lo hizo, quedó a media fase, dejó de ser un hombre racional, se convirtió en una bestia y Briana hubiera preferido que se transformará en lobo por completo y la masticara, antes de que hubiera hecho lo que hizo.

   Kevin con sus pupilas dilatadas y brillantes de lobo gruñía con las garras afiladas en sus dedos desgarrando su ropa y llevando parte de su carne en el proceso, era imposible para Briana quitárselo de encima, mucho menos razonar con él.

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