Zander y Beth bailaban al son de la música dejándose llevar por el sonido de la hermosa canción que estaba en la radio. Para ambos esa canción era una promesa de amor.

Él comenzó a besar a Beth dulcemente – Crees que no es muy pronto para estar contigo-dijo preocupado.

-Zander estoy perfecta, agape mou-dijo ella por primera vez

-Sabes que al decir esas palabras en griego me enloqueces-sonrió pícaramente-

-Puede que no hable muy bien el griego pero si aprendí las palabras que tanto me importaban-dijo ella abrazándolo y respondiendo a sus caricias.

-Entonces me dejaras portarme indecentemente contigo, yineka mou-dijo Zander seductoramente.

Beth no pudo evitar sonreír ante la sugerencia de su guapo marido, la verdad es que lo amaba como nunca pensó que podría hacerlo. Ella no tuvo tiempo de echarse a reír del todo porque los labios de su marido descendieron sobre los suyos.

La beso ávidamente, como si fueran siglos de no haberla beso entre sus brazos, con deseo que la dejaba abrumada. La