El frío penetrante del metal se extendía por las muñecas de Alexia, un contraste cruel con la sofocante calidez del cuarto de interrogación. Las luces blancas, como ojos escrutadores, la bañaban en una luz implacable, reflejando en su rostro una mezcla de determinación y resignación. Sus pasos firmes resonaban en el silencio sepulcral, dirigiéndose hacia la mesa central donde la esperaba su destino.
Cinco pares de ojos la observaban en silencio, cargados de una mezcla de expectación y recelo. Algunos la miraban con escepticismo, otros con un ápice de compasión. Alexia se sentó erguida, sin esperar una invitación, su postura rígida como una estatua tallada en la tensión. Sus ojos oscuros, como pozos sin fondo, escaneaban la sala con una mirada penetrante, deteniéndose brevemente en cada uno de los presentes.
El detective a cargo, un hombre de rostro curtido por la experiencia y mirada penetrante, se sentó frente a ella. Carraspeó, su voz áspera rompiendo el silencio:
—¿Sabe por qué está aquí? —preguntó con voz firme.
Un leve asentimiento fue su respuesta.
—Lo sé —respondió con voz apenas audible, cargada de una mezcla de emociones—. He venido a confesar un crimen.
Un silencio expectante se apoderó de la sala. Las miradas se intensificaron, la tensión se podía cortar con un cuchillo. El detective se inclinó hacia delante, sus ojos clavados en los de Alexia.
Un escalofrío recorrió la espalda de Alexia. Sus ojos se nublaron por un instante, como si un velo de recuerdos dolorosos la envolviera. La imagen de una mujer, de rostro familiar y sonrisa radiante, se materializó en su mente. Un nudo se formó en su garganta, impidiéndole hablar.
—No puedo —susurró finalmente, su voz temblorosa—. Todavía no estoy lista para hablar de eso.
El detective la miró en silencio durante unos segundos, sus ojos llenos de comprensión.
—Está bien —dijo finalmente, con un tono más suave—. Tómese su tiempo. Cuando esté preparada, estaremos aquí para escucharla.
Un suspiro de alivio escapó de los labios de Alexia. Se levantó de la mesa y se dirigió hacia la puerta, sus pasos pesados por la carga de su pasado. La sombra de la culpa la perseguía, un fantasma que la atormentaría hasta que finalmente revelara la verdad.
Pero esa verdad, escondida en los rincones más oscuros de su memoria, era tan terrible que incluso la confesión se convertía en un acto de insoportable dolor.
La historia de Alexia apenas comienza. Un pasado turbulento, un presente incierto y un futuro plagado de interrogantes. La búsqueda de la verdad la llevará por un camino lleno de peligros y revelaciones, donde la redención y el perdón se convierten en espejismos que se alejan con cada paso que da.
¿Podrá Alexia encontrar la paz que tanto anhela? ¿O el peso de su pasado la condenará a una vida de remordimientos?
La oscuridad se cierne sobre ella, amenazando con consumirla. Solo el tiempo dirá si la luz de la verdad podrá finalmente vencer las sombras que la acechan.
La vida puede acabar en cuestión de segundos.
Un simple cambio puede durar incluso días, meses, años. Pero se vuelve aún peor cuando ni siquiera sabes quién eres y que quieres modificar en concreto. Alexia Jacques lo perdió todo después de ese accidente. Aquel golpe en la cabeza le ocasionó una amnesia temporal y según algunos doctores estipularon que estos regresaran en cuestión de tiempo.
La paciencia era clave para ello.
Ha pasado el tiempo.
Los Jacques esconden mucho y puede que lo podamos comprender. Alexia sigue buscando entre fotos, vídeos e historias contadas por familiares. Aun así, siente ese gran vacío de verdades entre recuerdos. Sigue sintiéndose fuera de este mundo, quiere comprender los sucesos que rodean su apellido.
Tal vez ella no merece vivir.
Tal vez ha hecho algo tan malo que tratan de cobrarse por medio de su dolor.
Tal vez no todo empezó con esa llamada.
Tal vez, hay alguien que la quiera de vuelta y es capaz de quemar el mundo por ella.
Reporte del accidente
Nombre completo: Alexia Jacques Evans
Edad: 20 años
Sexo: Mujer
Estatura: 1.65 aprox.
Señas particulares: cabello negro, tez blanca, lunar cerca de los labios, cicatriz en el abdomen, hombro y espalda, lunar rojo en la cadera.
Vestimenta: Vestido negro de encaje con altura hasta la rodilla, tacones negros y plataforma roja, abrigo de piel y bolso de mano color negro.
Hora del accidente: 21: 30 hrs aprox.
Automóvil gris con marca Nissan Versa.
Placas correspondientes ASE020807.
Salió de la autopista en dirección al barranco, área noroeste de la ciudad. Según la policía y las huellas dejadas por el automóvil, el conductor con nombre: Armando Cazares, perdió el control del volante a causa del suelo congelado, al momento de cruzar la curva el automóvil siguió derecho atravesando la reja de seguridad y cayendo contra un árbol. Dentro del auto se encontraban sólo dos personas, se da por desafortunado el fallecimiento del señor Cazares.
El frío metal de las esposas contrastaba con la calidez sofocante del cuarto de interrogación. Las luces blancas, implacables, reflejaban en aquel rostro conforme avanzaba con paso firme hacia la mesa central. A su alrededor, un grupo de cinco personas la observaba en silencio, sus miradas cargadas de una mezcla de expectación y recelo. Se sentó, sin esperar a que le indicaran. Su postura era rígida, erguida, como si una fuerza invisible la mantuviera en tensión. Sus ojos oscuros, llenos de una determinación inquebrantable, escaneaban la sala, deteniéndose brevemente en cada uno de los presentes.
El detective a cargo, un hombre de mediana edad con mirada penetrante, se sentó de frente. Carraspeó y comenzó el interrogatorio.
—¿Sabe por qué está aqui? —pregunto con voz áspera.
Asintió levemente.
—Lo sé —respondió—. He venido a confesar un crimen.
—¿Por que la mataste?
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Espera, aun no llegamos a la parte de esta historia.
Capítulo 1 parte I Candem, bosque área norte. 2 de octubre, 12:39 am La fogata era su única fuente de calor, la leña crujía y pequeñas materias de fuego sobresalen de ella. Todos en círculo disfrutando de una cálida compañía. El destello más hermoso era la sonrisa de cada uno, Alexia, Evelyn, Edgar y por supuesto Scott quien cómo siempre llega tarde a todos los lugares. —Un poco más y me termino los bombones —comenta Edgar, con la boca llena de bombones. Un poco más y los escupe. —¿Por qué tienes que ser tan asqueroso? —exclama su gemela, con desagrado. —Lo siento, me perdí en el camino. Por un momento olvidé cómo se llega aquí. —Ríe, y toma asiento en un tronco cerca de la fogata. —Casi voy por ti. Alexia da un mordisco a un bombón derretido, hasta que sintió un dolor agudo en su mandíbula. —Tranquila, pelinegra. —Le quita el bombón—. No estoy idiota cómo para no saber llegar. Las risas sarcásticas se hicieron presentes en el momento. Todos se habían perdido en el camino a
Capítulo 1 Parte IICandem, centro de la ciudad. 3 de octubre. 3:00 pm —Si, mamá lo sé. —Acomoda su celular, de manera que su hombro lo ayude a sostenerlo—. De verdad estoy bien, anoche salí de campamento con algunos amigos. Hoy entré a la escuela y empezaron los proyectos pesados… Lo prometo mamá, cualquier cosa yo te aviso y estaremos al pendiente. Te llamo después… te quiero, besos mamá. Avísame cualquier cosa que sepas de mi hermana. Mete su celular con fastidio a su pantalón. Lleva un buen rato buscando las llaves dentro de su mochila, pero sólo movía libros, libros, basura, libros y más libros, y más basura. Su cara ya mostraba la frustración total, hasta que sintió el frío metal de estas. Con aires de grandeza y desespero, abrió la puerta de su departamento. No era muy grande, sólo lo necesario para estar cómoda. Tiene un aire rústico y un olor a vainilla inundó sus fosas nasales, fue una excelente idea comprar aquellas velas aromáticas en el supermercado con la chica loca d
Capítulo 1 parte IIIEl pasillo hacia la morgue se extiende como un túnel de pesadilla, su fría atmósfera envuelve todo en un aura tenebrosa. Las paredes grises absorben la luz de las bombillas, apenas ofreciendo una débil iluminación que parece destinada a desvanecerse en cualquier momento. El gélido ambiente se cuela por los huesos, aunque la ausencia de ventanas no debería permitirlo, como si el propio lugar exhalara un frío más allá de la comprensión humana.El comandante de la policía informó que la persona que tenía los datos, era el forense. Después de todo tiene que hacerse la fuerte a un lado de su madre, quien estaba aferrada a sus brazos, casi encaja sus uñas. Primero su padre y ahora su hermana. Si a Alexia le dolía, no quiere ni imaginarse el dolor que siente su madre. Quizá para la muerte de un esposo existe la palabra viuda, pero para la muerte de un hijo, no existe alguna denominación porque ni el mismo dolor era indescriptible para una persona.Pasaron un par de pasa
Capítulo 2 parte I —¿Estás segura que quieres estar sola, Alexia? —pregunta Evelyn, sin dejar de abrazarla—. Me puedo quedar todo el tiempo que quieras. —Estaré bien —Alexia afirma, con algo de desgano—. Solamente quiero pasar un rato sola. No me siento bien ahora, me siento agobiada. —Sabes que te daremos el espacio que necesites —habla Eddy—. Para ti estaremos siempre, llámanos si necesitas algo. Lo que sea, no importa. Pero estamos aquí para ti. Alexia asiente con la cabeza y una leve sonrisa se forma en su rostro. No es exactamente que no los quiera en su casa, teme que aquella persona que la acosa llegue a ellos y les haga lo mismo que a su hermana. Teme perderlos. Teme perder todo y vivir en la agonía de saber que ella es la cómplice. No pudo dormir por la noche pensando en lo que expuesto a su hermana. No pone atención a clases, pues espera a que esa persona le llame por celular y así, poder reclamar con todo el coraje que siente la devastadora muerte de su hermana. Aunqu
Capítulo 2 parte IIEl lugar está repleto de un aroma a putrefacción, alcohol, sexo y tabaco. Nada más y nada menos que aquella cantina de mala muerte donde se reúnen todos los grupos de mercenarios, y alguna que otra prostituta que busca a su mejor cliente. El piso está manchado de sangre y orina, incluso se podría apostar que había un par de dientes sueltos por ahí en el suelo. Todo el lugar tiene un tono grisáceo, las paredes están llenas de póster de algunas bandas de rock o metal, también una pizarra con algunas apuestas de pool que se desarrollaban cada día. Las mesas y los bancos eran de madera vieja, a excepción de la barra de tragos; la cual siempre está muy limpia y de un material resistente. En la mesa del fondo se encuentra Mendax disfrutando la acción que una pelirroja le brindaba con su boca. Frente a ella sólo él con los pantalones abiertos y su pene por fuera. La pelirroja porta un antifaz negro que tapa la mitad de la cara, los pechos los lleva al descubierto sin pena
Capítulo 2 parte IIIMendax menea su copa cómo todo un ganador. Cómo siempre la chimenea está encendida, la leña se quema poco a poco, las llamas del fuego regalan calor a esa gran sala, es reconfortante. Su cabello blanco y desordenado es lo que más reluce a la luz del fuego, a pesar de que sus ojos son de un verde fuerte y muy hermoso. De alguna manera a las mujeres les interesa más su cabello. Jamás habían visto a un hombre de cabello blanco y tez misteriosa.Frente a él caminan varias mujeres desnudas, llevan y traen bebidas o bocadillos en banderas. Los demás hombres sentados se limitan a mirar y toquetear con gran descaro a todas las mujeres. Ellas tenían en su sistema más droga de la que un ser humano podría consumir, parecían robots controlados por Mendax. La mesa está llena de todo tipo de productos, parecen animales aspirando todo lo que se concentraba en ese polvo blanco, mientras que algunos otros follaban en donde hubiera espacio pero que a cuál más pudiera verlos. Si alg
Capítulo 3 parte I Reposó su cabeza sobre el frío cristal, sus ojos estaban hinchados, sus labios ligeramente rojos y temblorosos. Un frío casi congelador recorría cada centímetro de su piel a pesar de estar abrigada con un gran suéter. Ni siquiera sabía de dónde salía su voz cada que se acercaban a ella para darle un abrazo muy poco reconfortante. Sacó un cigarrillo cannábico y lo encendió con tal anhelo para comenzar a aspirar aquello que la relajaba de sobremanera. Todo su alrededor estaba lleno de personas vestidas de negro. Jamás creyó que ese hermoso color pudiera aturdir de tanto verlo, pero estaba sucediendo. Demasiados jóvenes rodeando la caja de su hermana, unos llorando y desbordándose en el dolor; otros riendo con nostalgia, cómo si tuvieran historias que les hacían recordarla. Los murmullos que preguntaban: ¿Cómo esto había pasado? Y algunos que afirmaban: “Era una buena chica, no tuvo por qué acabar así”. De verdad que, ni ella ni su madre, tenían la respuesta má
Capítulo 3 parte IIPorte al caminar, mirada fija en un solo punto; cada paso firme y sus brazos levemente sueltos, pero sin perder fuerza en ellos. Esa sonrisa tan burlona adornaba su cara, su reflejo estaba frente a él. Movió su cabeza para ambos lados admirando su cabello, se había acostumbrado a verlo siempre blanco, pero no dudaba que ese color natural le hacía resaltar más sus facciones, en especial sus ojos. No sería Mendax si nunca elogiara su persona en el espejo. Sus ojos, como dos faros perdidos en la niebla, se clavaban en los barrotes oxidados que marcaban los confines de su mundo. Un mundo monocromático, donde el gris del cemento se fundía con el frío del metal, creando una atmósfera lúgubre y opresiva. La soledad, un inquilino permanente en aquella celda, susurraba en sus oídos melodías de desesperación, amplificando el silencio sepulcral que reinaba.De pronto, un recuerdo irrumpió en su mente como un relámpago en la noche. Un análisis leído hace un par de años, sus p