Camila Narra

 Entre al baño, me duché, lave mi cabello y me preparé con anticipación para estar hermosa, para que vea que ya no soy una niña si no una mujer. Deseaba que no viniera con Elizabeth, ella es perfecta y yo era una chica normal, no tenía un cuerpo perfecto, no era delgada, era más bien llenita; lo que destacaba en mi eran mis ojos grandes y azules. Pero ese día quería sentirme hermosa para él, si se iba de mi lado, que se fuera con ese recuerdo de mí.

Me fui del brazo de mi padre que me había encontrado hermosa.

-Hija te ves hermosa, eres igual que tu madre, si ella estuviera aquí se sentiría orgullosa de la hija que tuvo.

-Gracias, papito te amo mucho.

-Aunque ojo con todos los buitres que pueden aparecer para querer engatusar a mi pequeña.

 Yo me reía (eso era amor de padre). Cuando llegamos al centro de evento ya habían llegado algunos amigos de Javier, algunos me conocían y se habían admirado de lo hermosa que estaba y mi papá los miraba con una cara que los espantaba. (Seguro solo lo decían por hacerme sentir bien).   También había llegado el hermano de Javier, Juan Pablo, que me miró de forma despectiva y apenas me saludó. No podía disimular su odio hacia mí.  Lo había visto solo unas cuantas veces desde lejos ya que no quería compartir conmigo. Saludó a su padre con un beso en la mejilla y un gran abrazo.

Juan Pablo Narra

Cuando entré, lo primero que vi fue a mi padre del brazo de esa mocosa que tanto odio, ya no es la niña que recuerdo haber visto en unas cuantas oportunidades, ahora se ve como una mujer y es igual a la mujerzuela de su madre; idéntica con esa cara de mosquita muerta. A penas la saludo y me dirijo a mi padre.

-Hola viejo tanto tiempo sin verte.

-Juan Pablo hijo me alegro hayas podido venir a la despedida de tu hermano.

Empiezo a conversar con él ignorando a esa chiquilla, su sola presencia me molesta. Me recordaba a mí mismo que estaba ahí por mi hermano y mi padre.

Camila Narra

Llego Javier se veía tan guapo, y con esa sonrisa que le formaban esas margaritas que me encantan, quería correr y abrazarlo, pero no me atreví, por el cambio de su actitud hacia mí. Él nos vio y caminó directo a nosotros, abrazó a papá.

-Viejito gracias por organizar esta recepción con mis compañeros.

-Hola Camila te ves hermosa… permiso voy a saludar a mi hermano

-Juan Pablo que bueno verte hace tanto tiempo que no nos veíamos.

Sentí mucha pena y rabia me saludo solo por cumplir, como si no fuera nadie, preferí alejarme de donde no me querían. Un poco después llego Elizabeth, se veía hermosa. Siento odio por ella, se ve perfecta, en comparación conmigo, me estoy sintiendo menos, como siempre.

Javier Narra

Al entrar al salón veo a mi familia, camino hacia dónde están, sin embargo, mis ojos no pueden creer que mi princesa se está convirtiendo en toda una mujer, esta hermosa, es como si todo lo que fuera por dentro ahora estuviera aflorando para que todos lo vieran, pero debo mantener mi distancia; es por el bien de ella. Así que a penas la saludo.