A la Deriva 3

A la Deriva 3

Había caído la noche y la luna llena brillaba sobre el mar y la Cruz del Sur.

—¿Porqué están tan callados?—preguntó Theo sarcásticamente.

—¿cómo pudiste hacerle eso a Ian?—preguntó Jorge molesto.

—ay ya tío, tenía que alimentarme, además nunca me cayó bien. Gracias a él no tendré hambre por un tiempo y cuando eso pase me comeré a alguno de ustedes, tal vez al grumete, lo detesto—

—¡ni se te ocurra acercarte demonio del mar!—gritó el grumete apuntándole con una espada.

—¿Cómo podés decir esas cosas?— gritó exasperado Jorge.

—ya no soy el mismo tío—dijo Theo mirando a la nada.

—sabía que ese tipo te haría daño—

—¿Qué decís? Nada que ver, al contrario, me hizo un gran favor, gracias a él podré llevar a cabo mi venganza—

Jorge lo miró con el ceño fruncido.

—una m*****a sirena me asesinó— dijo Theo molesto lanzando una pequeña daga contra una puerta.

—así que ahora la buscaré por todo el mar y cuando la encuentre se las verá conmigo, no podrá matarme de nuevo—

—pero capitán, como se lo habíamos advertido, esa ruta es muy peligrosa—dijo Osvaldo con la voz temblorosa.

Theo lo miró con incredulidad.

—por favor, a mi no me ocurrirá nada, soy un vampiro, a ustedes no sé—

Los hombres solo se miraron en silencio, definitivamente ahora su destino era totalmente incierto…

Como a las cuatro de la mañana Joseph y Osvaldo eran los únicos que estaban despiertos a parte de Theo claro.

— Y capi ¿Cuándo salga el sol va a dormir hasta que anochezca o qué?—preguntó Joseph mientras bebía un sorbo de vino.

—Claro que no granuja, el día solo me debilita un poco pero nada más, cuando amanezca solo iré a recostarme un rato—

Joseph lo miró asombrado.

Mientras Theo maniobraba el timón Joseph se acercó a Osvaldo y en un murmullo le dijo:

—definitivamente no sabemos nada sobre estos demonios, pensaba esperar a que fuera de día, entonces mientras dormía le clavaria una estaca en el corazón y seguido de eso lo lanzaría al mar y fin del problema—

Osvaldo lo miró asombrado.

—definitivamente sos muy valiente y tenés mucha imaginación, pero eso será imposible—

Intercambiaron miradas nerviosamente.

—¿escucharon eso?—

Preguntó Theo caminando hacia ellos.

Los hombres negaron con la cabeza.

—y si, que van a escuchar si están secreteando como dos mujercitas— se quejó Theo.

Seguido de eso corrió hacia la proa.

Los hombres lo miraron incrédulos y corrieron tras él.

Tal fue su asombro al ver a una hermosa joven pidiendo ayuda.

Sin dudarlo Theo tomó una soga con un salvavidas para lanzárselo, pero Joseph lo detuvo.

—espere capi, esto es muy extraño, de seguro es una sirena— le susurró Joseph.

—mejor aún— dijo Theo con una sonrisa macabra que dejó ver sus inusuales incisivos.

Joseph lo miró horrorizado.

Así Theo le lanzó el salvavidas a la chica y la subió hasta el barco con ayuda de la soga.

Para sorpresa de todos la joven lucia unas hermosas piernas, solo llevaba unas enaguas que al estar mojadas dejaban ver un poco sus partes...

Theo quedó un momento atontado.

Ella se sonrojó y como podía trataba de cubrirse.

—eh, capi como todos sabemos es yeta subir una mujer al barco— se quejó Joseph.

Al oír eso Osvaldo no pudo evitar reír.

—¿yeta? ¿Más de la que ya tenemos? estamos condenados—dijo Osvaldo entre risas.

Las risas de Osvaldo hicieron que Theo volviera a la realidad.

—eh, disculpe señorita—dijo él avergonzado pasándole su saco.

Ella se sonrojó y tímidamente tomó el saco de Theo y se lo colocó.

—no quiero parecer atrevido pero si no se quita esa ropa mojada pescará un resfriado—dijo Joseph con una sonrisa picaresca.

Theo lo miró molesto y la chica no pudo evitar sonrojarse aún más.

—bueno capi, ella es humana ¿no? como pudimos constatar— dijo Joseph mirando las piernas de la chica.

—¡definitivamente serás el próximo! —lo amenazó Theo.

—bueno, cálmense, o van a asustar más a la chica, que al parecer ya se percató de que está en un barco pirata. Además Joseph es el mejor preparando una rica sopa de calamares, ya no tenemos cocinero, así que considérelo capitán— interrumpió Osvaldo.

Theo solo lo miró serio, seguido de eso tomó la mano de la joven.

—no les haga caso señorita, estos hombres ya están borrachos, sígame, le mostraré donde puede dormir, también hay algo de ropa por acá—

Así fueron hasta el camarote de Theo.

—por cierto, soy Theodore, el capitán de esta embarcación—

Ella lo miró asombrada.

Sus miradas se encontraron, eso inquietó a ambos.

—eh, yo me llamo Laurine— dijo ella tímidamente.

—bonito nombre—

—bueno, este es mi camarote, puede dormir aquí, yo no duermo de noche así que…

— muchas gracias, puedes tutearme, me incomoda un poco ya que somos casi de la misma edad ¿no?—dijo ella sonriendo.

Theo sentía que se derretía.

—si, si así parece bueno esta bien, solo era por respeto, somos piratas pero no tan bárbaros, jaja—dijo él sonrojándose.

—es bueno oír eso, ya me estaba asustando—

—no te preocupes, yo te protegeré—dijo él sin pensar.

Ambos se sonrojaron.

Ella lo abrazó.

—gracias Theodore—

—puedes llamarme Theo— dijo él desviando la mirada nervioso.

Ella asintió con la cabeza.

—entonces ¿vos también fuiste víctima de la tormenta de hace unos días?—preguntó él intrigado.

Ella miró a todos lados nerviosa pero asintió con la cabeza.

—bueno, me gustaría cambiarme, sino pescaré un resfriado como dijo tu grumete— dijo ella sonriendo.

—claro, si, acá tenés ropa de mujer, es un motín que acabo de conseguir, jaja— dijo él avergonzado.

—bueno, gracias, de todas formas no estoy en condiciones de juzgarte, me salvaste así que…

—bueno, si, eh, bien que descanses, cualquier cosa estaré en el timón— dijo él nervioso cerrando la puerta tras de sí.

—bueno capi, lamentablemente no es una sirena— exclamó sarcásticamente Joseph.

—ya, pará con eso, te salvó Osvaldo, así que más te vale prepararle una buena sopa a Laurine—

—oh que hermoso nombre, ¿qué más le dijo?—

—que fue víctima de la tormenta también, y nada más por ahora, mañana le haré más preguntas, pues como dijiste es humana, y los humanos duermen de noche. Todavía lo recuerdo—dijo Theo sarcásticamente dirigiéndose al timón.

—ahora es más detestable— se quejó Joseph.

—pues si, pero será mejor que dejes de provocarlo, está vez te salvé de pedo, la próxima no sé— dijo Osvaldo preocupado.

Así el sol se alzó rápidamente sobre el mar, como lo había dicho, Theo se metió en su camarote cuando comenzó a amanecer. Para su sorpresa Laurine todavía dormía. No pudo evitar contemplarla.

Su belleza era única, sus cabellos eran azabache y lacios. Un fleco bien peinado le cubría la frente, su piel era blanca y sus facciones bien enmarcadas.

Se acercó para contemplarla más de cerca, pero se alejó bruscamente hasta la puerta, ya que ella había despertado de golpe.

—perdón, no era mi intención asustarte—dijo él desde la puerta. Su rostro apenas se divisaba desde las penumbras del camarote.

—estoy, bien, solo que sentí que algo me estaba viendo fijamente—

Theo se sorprendió al oír eso.

—bueno, era yo, es que sos muy hermosa—dijo el rojo como un tomate acercándose a la litera.

Ella solo sonrió nerviosamente.

—es la verdad, mirá, dudo que se me de bien la galantería, nunca estuve con una mujer, bueno excepto…

En ese momento Theo recordó su nefasto encuentro con la sirena y su rostro se ensombreció.

—en fin, a lo que me refiero es a que solo vi ese tipo de belleza una sola vez en mi corta vida— dijo él mirándola con sus ojos celestes.

Ella sonrió nerviosamente.

—bueno, creo que si se te da bien eso de la galantería—

Theo volvió a sonrojarse.

—eh, es la verdad, mirá, no me vas a creer seguro. Pero a lo que me refiero es que esa belleza solo la vi en una sirena—

Laurine arqueo las cejas sorprendida.

—como lo pensé, no me creés, pero está bien no pasa nada. En fin voy a descansar un rato—

—si, está bien y te creo—dijo ella un poco aturdida levantándose de la litera.

Theo sonrió acostándose boca arriba, ella estaba a punto de salir pero él tomó su mano.

—está bien si de verdad no me creés, porque en parte también te estoy cortejando, no puedo evitarlo—

Laurine lo miró y con el rostro totalmente enrojecido y abatido salió del camarote... 

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo