Cap 4

Anastasia.

Después de esas agradables palabras que me ha dicho mi nuevo jefe miro cómo sale de la oficina, cuando lo pierdo de vista doy un suspiro de frustración y pasó mis manos por mi cara, este hombre es un fastidio, es grosero, es idiota, es desesperante que se cree la quinta deida o algún duque, un rey, es odioso.

No es tiempo de darse por vencida querída, arriba esos ánimos, agarré esos papeles los  firmare y se los métere por la garganta, me dirijo al escritorio y efectivamente hay estan el juego de papeles nuevos, los tomé y los firmo claro después de leerlo, después de eso dirijo mi atensión hacia los grandes estantes, me acerco a ellos y empecé a revisar los libros decidí empezar a arreglar este lugar por aquí.

Sebastián.

Miro como Iván se lleva a la pobre señorita, me siento en la sala y doy un suspiro, eso de ir y venir en avion es un poco cansado o será mi edad, no lo creo es cansado, sigo siendo joven, dirijo mi atención a Iván qué vienes solo trae una pequeña sonrisa en su rostro y se sientan a mi lado, da un suspiro.

-Crees que dure.

-No lo sé tal vez.

-No creo que dure ni una semana las demás por lo menos se miraban capaces, ella se mira tan frágil, delicada que con un simple estornudo se desase, será una inútil.

Eso vocabulario es demasiado grosero, doy un zape en la cabeza de mi hijo el voltea y me mira con odio sobándose la partan donde lo golpie.

-No quiero volver a escuchar que te dirijas haci a la señorita. Ella solo está aquí para ayudarte y está haciendo su trabajo no seas grosero.

-Lo siento padre.

Miro como se levanta y se va por uno de los pasillos. Mi hijo Ivan ya es un adulto pero sigue quejándose como un niño, demasiado orgulloso para recibir ayuda de terceros, doy un suspiro es frustrante, escucho como Natacha se acerca desde la cocina.

-Señor Sebastian la cena está servida.

-Gracias, yo iré avisar a los demás.

-Gracias señor.

Me levanto y me dirijo a la oficina de Iván tocó su puerta y escucho como contesta.

-Adelante.

Abro la puerta y entro 

-La cena está servida.

-En un momento voy.

Salgo de hay y miro a la otra puerta se mira la pequeña señorita Anastasia.

-La cena está servida.

-Gracias señor Sebastian.

-Me quiere acompañar.

Extiendo mi mano por el pasillo ella sonríe y acepta, caminamos en silencio hacia la cocina, le pongo un poco más de atención. Muy apenas me llega al pecho, es pequeña y delgada, mi hijo tiene bastante rason se ve frágil pero no hay que dar todo por sentado.

Ya en el comedor sacó un silla para que se ciente lo hace gustosa.

-Gracias señor Sebastián.

-De nada señorita Anastasia.

Doy la vuelta y me siento enfrente de ella, segundos después llega Iván. Natasha nos sirve la comida, la cene es un poco incómoda.

-Señor Iván ya tengo firmado los papeles si gusta después de la cena se los llevo a su oficina.

Iván solo la mira.

-Entonces se va a quedar.

-Claro hay algún inconveniente señor.

-No ninguno déjame los papeles después de la cenar en mi oficina.

El resto de la cena ocurrió sin ningún sonido alguno, hasta que la señorita Anastasia se levantó.

-Sí me disculpan caballeros tengo trabajo que hacer, que la disfruten la cena y que pasen buenas noches.

-Buenas noches señorita Anastasia.

Iván solo asintió con la cabeza, mire como la pequeña dama se fue por el pasillo. 

-Al parecer piensa darte una sorpresa Iván.

-Lo dudo mucho padre ahora sí me disculpas estoy cansado y me iré a dormir.

-Buenas noches Iván.

-Buenas noches padre.

Miro como Iván sube las escaleras y desaparecen en los pasillos, yo me levanto de la mesa y le doy gracias a Natacha, me dirijo al patio trasero, tengo ganas de fumar un puro antes de dormirme, me siento en una de las bancas y lo fumo me quedo ahí un buen rato, no sé qué horas serán miro mi reloj, las 12 creo que es hora de entrar me levanto y me dirijo para adentro por pura curiosidad paso por la oficina de Anastasia y para mí sorpresa la miro recostada en el suelo recargada en una pila de libros, pobre a qué hora se habrá quedado dormida, me acerco y la muevo por el hombro.

-Señorita Anastasia.

No recibo respuesta alguna, espero que no se moleste, paso una de mis manos por su espalda y otra por sus piernas y la levanto, es bastante ligera y al parecer tiene el sueño pesado ya que solo se acurruca en mi pecho, subo las escaleras con ella, entró a su habitación y la depósito en la cama le quitó las pantuflas y la tapo.

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