Rebecca 

1 de Enero, 6’30 hs. 

Nos mirábamos cada vez que nos deteníamos y mamá me apretaba la mano cada minuto como si supiera que pronto inevitablemente íbamos estar separadas, pero no dijimos una palabra.

Fuimos hasta el mostrador y le dimos nuestras identificaciones para que nos imprimiesen la tarjeta de abordaje para que guardasen nuestros equipajes. 

Mamá y Allesia habían insistido con que no abordará, que fuera a buscar a Nathaniel y luego viajaramos juntos. Sin embargo, no me parecía del todo correcto. Me mordí el labio inferior nerviosa. 

—¿Estás segura? Yo no estoy segura de hacerlo —le pregunté a mi mamá. 

—Sí que lo estoy —Me pasó los dedos por el pelo —. Aún estas a tiempo de dar marcha atrás, puedes acompañarnos hasta la puerta de embarque. —Sonrió—. Es decir, si te parece bien y luego correr a contarle la verdad. Es lo que quieres y así debía ser, sin embargo yo me inte