ENCADENADOS AL PASADO
ENCADENADOS AL PASADO
Por: Meredith Collen
PROLOGO

-Señorita Valeria puede usted pasar a verla, pero solo le pido que sea cuidadosa, ella aún se encuentra en un estado delicado.

-Gracias señorita. – Dije mientras la enfermera me mostraba el camino que llevaba a la habitación de mi media hermana.

Al abrir la puerta pude ver a una frágil chica sentada en su cama mirando la ventana.

- ¿Valentina? – Pregunté para que ella volteara su atención hacia mí.

- ¿Tú quién eres?

-Soy quien más deseaba que llegara el momento de poder concerté en persona.

Al acercarme pude notar que esa chica tenía unos rasgos muy hermosos, pero que se podía notar su cansancio.

- ¿Qué haces tú aquí?

-Quería conocerte ya que una persona me dijo sobre tu existencia y tenía tantos deseos de conocerte ya que me contaron sobre tu enfermedad.

Un instante después, escuché una gran explosión que provenía de la parte de abajo del hospital.

Así que sin dudarlo salí a buscar a mi guardaespaldas que se encontraba en la puerta haciendo guardia.

Pero mi guardaespaldas se encontraba inconsciente en el suelo, por lo que al voltear hacia Valentina mire como estaba siendo cautiva por unos hombres.

 por lo que al preguntarles que querían, ellos solo me dijeron que tenía que ir con aquellos hombres.

No sabía cómo reaccionar ya que en esos instantes tantas cosas estaban pasando, pero al ver el rostro atemorizado de Valentina mi miedo se esfumo. – No se que es lo que desean, pero no le haga ningún daño a esa chica.

En ese instante esos hombres se miraron entre sí, por lo que yo aproveche para acercarme hacia Valentina, pero mi intento fue inútil ya que el hombre que la sostenía me quedo observando, quedándome inmóvil.

-Mire… nosotros solo queremos que usted venga con nosotros.

Yo sabía que si iba con ellos Valentina se quedaría desamparada y correría peligro.

-Voy con ustedes, pero necesito que ella se quede.

-Lo siento, pero si ella no viene con nosotros, no tendremos ningún seguro en caso de que algo salga mal, así que tomamos a esta chica como nuestro rehén.

Al no tener otra opción decidí aceptar, por eso uno de los hombres se acercó para tapar mis ojos y tomarme del brazo para así salir de la habitación a empujones.

Caminamos varios metros hasta que el hombre que me empujaba me soltó dejándome a rastras del piso.

Estuve unos minutos en silencio para tratar de averiguar qué es lo que estaba pasando, pero todo se tornó en silencio. Al sentir que no había nadie cerca decidí quitarme la venda que estaba cubriendo mi visión pude notar que tenían encerrada a Valentina y que uno de ellos estaba apuntando con un arma para asesinarla.

Al ver que un arma estaba tan cerca de Valentina el sentimiento de impotencia y miedo se apodero de mi cuerpo por lo que mi mente solo pensaba en una forma de salvarla.

Fue en ese momento que me di cuenta de que no tenía ningún poder. Necesitaba que mi hermano llegara a salvarnos, ya que después de que mi padre muriera él era la única persona que podría sacarnos de esta situación.  

-Mira niña solo queremos que tú mueras ya que esa fue la orden que nos dieron, pero al parecer tú hermano ya sabe que te tenemos aquí, así que, si no quieres que nada le pase a esta chica, vas a tener que aceptar tu destino.

Tenía tanto miedo de que nos hiciera algo a las dos, pero sobre todo tenía miedo de que lastimaran a Valentina ya que en esos instantes recordé el motivo de mi visita por lo que tomé una decisión.

-Está bien puedes matarme, pero solo no le hagas nada a ella, es lo único que te pido.

Al terminar de decir estas palabras vi como ese hombre me dispara dándome en el pecho, pero en ese instante mi hermano había entrado a la habitación en la que nos encontrábamos.

Al verme el solo corrió hacia mí y me sostuvo entre sus brazos. Solo escuchaba como repetía que todo iba a estar bien y que iba a buscar a la persona que me había hecho daño.

En ese instante escucho como la gente de mi hermano se encargaba de los hombres que nos habían secuestrado.

Mi hermano gritaba que alguien llamara aún doctor. Momentos después un hombre vestido de blanco entraba corriendo con una camilla.

Todo se tornaba cada vez más oscuro y lo último que vi fue a mi hermano Mateo tomándome entre sus brazos mientras el doctor me levantaba con la camilla.

Después de cerrar mis ojos solo escuché a Mateo llorar y el sonido de la camilla que se movía rápidamente.

Después de eso, solo hubo un silencio y una sensación de calidez que recorrió todo mi cuerpo, dándome cuenta de que estaba en un lugar que no era esa habitación, era un lugar de paz y en donde no sufría por el dolor.

Quise tratar de salir de ahí pero solo pude ver como Mateo lloraba desconsoladamente y decía que se iba a vengar … ¿por mi muerte?               

Capítulos gratis disponibles en la App >
capítulo anteriorcapítulo siguiente

Capítulos relacionados

Último capítulo