capitulo 4

Violet

Despierto repentinamente, esta vez no por algún sonido, ni porque no puedo dormir, simplemente ya no tengo sueño, y son las 8 am, sonara algo raro pero nunca me levanto tan tarde, mi rutina siempre ha sido levantarme a las 6 am, dado que nunca puedo dormir más de eso, es ley.

Luego de salir de mi asombro matutino por haber despertado tarde, voy al baño a cepillar mis dientes y hacer mis necesidades para luego salir de mi habitación e ir a la cocina, ahora tengo más hambre de lo usual, díganme por favor que este rollo de los lobos no trae también un mini lobito dentro de mí que come mi comida y me hace tener hambre todo el tiempo, ¿Via? Tú no te comes mi comida ¿Verdad? Pienso a ver si la loba quiere responderme.

«Para estar embarazada necesitas tener sexo Violet, no, no estas embarazada, ¿de dónde sacas esas locuras? además, no me como tu comida.»

Dice Vía tranquilamente, me río de mi misma porque sí, estoy loca.

— ¿De qué te ríes hija? — pregunta mi madre sacándome de mis pensamientos, ahora que me doy cuenta ya había llegado a la cocina.

— Nada importante — respondo rápidamente.

«y me niegas»

Dice Via indignada, ruedo los ojos y me concentro en mi madre quien me mira como si estuviera loca.

— Es mi loba mamá — explico haciendo que ella asienta y ponga frente a mi un plato de huevos revueltos y tocino.

— Hoy vendrá a buscarte — recuerda mi madre.

Hago una mueca de fastidio, sinceramente ese chico me hacía sentir extraña, era una mezcla, de algo bueno, y algo que no sabría describir, definitivamente no lo quería cerca, pero claro que eso sería difícil, por no decir imposible, ya que pues, viviré con él, con o sin mi consentimiento.

— Lo sé.

Miro a mi madre con un poco de miedo, soy muy mala compañía... No soy cariñosa, ni social, siempre hemos sido mis padres, Sandler y yo.

(...)

Escuchó que tocan la puerta de mi habitación, ya había hecho las maletas para irme y un sentimiento agrio se asentaba en mi garganta.

— Pase — grito a quien quiera que este tras la puerta.

La puerta se abre dando paso a mi padre, quien mira mis maletas y baja la mirada, triste, melancólico.

— Hija ¿Cómo te sientes? — pregunta

Clavo mis ojos en él y me encojo de hombros.

— No lo sé... Todo esto es extraño — confieso mirando un punto fijo.

— Lo sé, siento no habértelo contado antes, pero fue para protegerte — dice y yo asiento sin mirarlo — Violet tu eres una loba especial, puedes hacer cosas que nadie más puede, quiero que tengas cuidado en la casa del Alfa. — Pide mirándome preocupado — por favor — suplica otra vez al no tener respuesta.

— Esta bien, pero... ¿Porque dices que soy especial? — pregunto

Confundida — sé que no se mucho acerca de nosotros pero... Bueno olvídalo — digo y escucho que tocan el timbre, ahora que mis sentidos se han agudizado escucho y huelo todo, parezco un perro.

— Llegó Kale — suelto un pesado suspiro y mi padre rueda los ojos.

Ambos salimos de la habitación y caminamos en dirección al living donde el delicioso aroma de Kale se hace presente, abrumándome, demasiado delicioso para su propio bien.

— Hola mi Luna — Kale en todo su esplendor se levanta del sofá y se acomoda su cabello rubio para después acercase a mí y darme un beso en la mejilla sin darme tiempo a reaccionar, quedó pasmada en mi lugar y él sonríe con arrogancia.

Mi piel quema ante su toque. Eléctrico y diferente a cualquier cosa que haya experimentado.

— Hola Kale — respondo a su saludo.

— ¿Estas lista? — pregunta mirando a su alrededor.

— Si, aunque no sea

Voluntariamente — respondo rodando los ojos — ¡Sandler! — llamó a mi amigo quien a estado encerrado en su habitación desde anoche... No ha querido hablar conmigo, pero no tengo la culpa de que el lobo lunático me quiera llevar con el.

A los pocos segundos aparece mi amigo, serio, y eso en el es malo, muy malo, ya que el siempre tiene una sonrisa en el rostro.

— San.... — susurro haciendo que me mire, en su rostro no puedo vislumbrar ninguna emoción, sólo una seriedad y frialdad que duele en mi corazón... Mi amigo

— ¿Ya te vas? — pregunta indiferente

— No tengo otra opción — musito por lo bajo haciendo que el suspire, en este momento, uno que nunca había experimentado, en el que Sandler es frío e indiferente conmigo, me permito mostrar lo vulnerable que me encuentro, muevo mis dedos con nerviosismo y miro al suelo buscando un poco de alivio, pero no lo encuentro.

— Claro, luego cambiarás de opinión, te olvidarás que me conociste Willow — dice haciéndome mirarlo enojada.

— ¡Como puedes decir eso! Yo te quiero muchísimo Sandler, has sido mi mejor amigo por tantos años, ¿cómo crees que te olvidaría? — pregunto pasmada.

— Sólo tu mejor amigo, ese es el problema — declara haciéndome abrir mucho los ojos

«Ese es el problema»

Se repite en mi mente dejándome en shock, es decir, Sandler, diciéndome que no sólo me quiere como amiga. Dejándome en una encrucijada, dado que es una persona demasiado importante para mí, no quiero perderlo, y teniendo a un lobo que me reclama como suya, frente a nosotros, tampoco es una buena ayuda.

— Yo... No se que decir... Sandler yo... — tartamudeo sin saber que decir, siento unas manos mis cadera apegándome a un duro pecho, miro hacia arriba y la verdosa mirada de Kale me recibe, está enojado, puedo sentirlo.

— Nos vamos — declara autoritorio.

Me suelto de su agarre y me dirijo a mi padre, este me envuelve en un cálido abrazo.

— No olvides lo que hablamos — susurra en mi oído antes de separarse, asiento discretamente y abrazo a mi madre.

— Cuídate, iré a visitarte — dice y algunas lágrimas salen de sus ojos.

— Ya mamá, no me iré para siempre. — digo haciendo que asienta lentamente.

Miro a Sandler que está parado a unos metros de mí, este me mira con recelo, me acerco lentamente a el y envuelvo mis brazos a su alrededor esperando su rechazo, cuando esté no llega lo aprieto contra mí y este corresponde.

— Lo siento Willow — susurra acariciando mi cabello.

— Perdóname a mi — respondo soltando algunas lágrimas

— No es tu culpa... — dice y siento que me separan de golpe de él.

Miro con enojo al intruso quien le da una mirada asesina a Sandler.

— No te quiero cerca de él — ordena enojado, me zafo de su agarre y lo miro enojada.

— Es mi amigo, y lo puedo abrazar cuando quiera — lo reto con enojo.

— Tu eres mía — responde acercándose mucho a mi, desequilibrándome.

— Podré ser tu mate, pero no soy tuya. Cuidado lobo. — digo fríamente, el enojo saliendo de mi.

El ambiente es tenso pero ninguno quiere ceder.

— Vámonos, fue suficiente — declara, ruedo los ojos y tomó mis dos maletas.

Él se acerca a mi para tomarlas pero lo miro mal haciendo que se detenga.

— Puedo sola, gracias — exclamo indiferente.

— No seas terca — dice con reproche, giro mi cabeza hacia él y conecto mi mirada con la suya, dándola una fría mirada, sé que talvez no soy tan intimidante como quisiera pero al menos puedo dejarle claro que no quiero nada de él.

«no seas tan mala con el... El nos ama violet»

Escuchó a mi loba, ¿Amarnos? Puff recién lo conozco, y no tengo intensiones de encariñarme, me ha separado de todo lo que amo, y ser su mate implica socializar, lo peor.

— Adiós, nos veremos pronto — digo dándoles una sonrisa de boca cerrada, intentando transmitirles algo de tranquilidad, una que no siento, algo me dice que tendré más problemas.

(...)

Al llegar a la dichosa mansión del Alfa, empiezo a sentirme fuera de lugar, ya que esto parece... Un castillo.

«Dramática»

Dice Vía.

Déjame en paz pulgosa

«Yo no soy pulgosa, y te recuerdo que somos una persona»

Suspiro con fastidio y me adentro a la "mansión" detrás de Kale quien de vez en cuando me da una mirada sobre el hombro, ¿y este quien se cree?

«El alfa dah»

Molesta mi loba otra vez... Pero es que no se calla...

Escuchó el sonido de unos tacones y... Ay no, por favor, esto parece una novela donde llega la perra justo cuando la pareja está enojada...

¿Via? Que te parece si salimos de aquí antes de que mis santos ojitos vean esto.

«Esa loba no me da buena espina»

A mi tampoco.

— ¡Mi amor! — chilla la rubia

Sip, definitivamente esto parece una novela adolescente.

— Zahira, ¿qué haces aquí? Creí que no vendrías — dice Kale esquivando el abrazo de la castaña que ahora sé que se llama Zahira.

— Pues si guapo, si vine, a visitar a Megan y por supuesto a ti también — intenta poner sus manos de perra en el pecho de Kale, pero repentinamente se separa confundida.

— Hace frío — dice ella frotando sus brazos...

¿Frio? Yo no tengo frío...

«Debe ser cosa de la loca, los lobos no sentimos frio»

Explica mi loba.

— Bueno, Megan está en su habitación, yo me iré con mi Luna al despacho — dice el tomándome de la cintura, disimulo mi molestia porque siento que si me separo de el la zorra se le tira encima... Nada más echarle una ayudita.

— ¿Tu luna? — pregunta esta mirándome confundida

— Si, mi Luna. Violet te presentó a Zahira — me indica

— Un gusto — digo aceptando la mano que ella me extiende

— Igualmente... — responde titubeando, me mira con desconfianza más sin embargo no veo nada más.

— ¿Puedo llevármela a ver a Megan? — pregunta ella mirando a Kale.

— Claro, no tarden — responde haciéndome mirarlo indignada, ¿Me dejara en la boca de la loba? Literalmente.

— Vamos — chilla la chica tomando mis manos y jalándome hasta las escaleras.

— ¿Eres amiga de Megan? — pregunto y ella me mira dudosa.

— La considero una amiga, pero ella no lo hace, siempre he querido a Kale... Pero ahora que apareciste él no me prestara atención — declara haciendo una mueca.

— No quería aparecer créeme, te lo regalo — digo con pesar.

— El sufrió mucho tu ausencia, no querría alejarlos ni en broma — dice al llegar a la puerta de la habitación de Megan. Miro fijamente a la chica y me doy cuenta que la pinta de zorra es una fachada, en realidad no parece una mala chica.

— ¡Megan! — Chilla Zahira haciéndome quedar sorda... Bueno, casi.

— No quiero hablar contigo Zahira — habla Megan sin abrir la puerta.

— ¡Vengo con tu cuñada! — responde Zahira

— ¡No te casarás con mi hermano! — grita de regreso Megan haciéndome rodar los ojos

— Soy yo Megan — hablo para hacerme notar a la extrovertida rubia tras la puerta, segundos después la puerta se abre de golpe.

— ¡Violet! — chilla abrazándome

Que calurosa bienvenida.

— Hola — digo tranquila.

— ¡Que bueno que viniste! A ver, ponte un bañador y vamos a la piscina a tomar el sol — ríe estruendosamente.

— ¿Estas segura que es buena idea? — pregunta Zahira mirándome.

— ¡Claro que sí! La pasaremos excelente. — dice jalándome dentro de su cuarto.

¿En qué lío me he metido?

Editado

Nota de Autora:

¡Wenas copitos!  ❄ 😄. ¿Que tal les está pareciendo?

Diganme ¿Que piensan acerca de Zahira?

¡Besos!

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