Capítulo 08

LINDA

Me gustaría tanto estar en una de mis clases de King boxing, de patear la lona hasta que mis piernas estén molidas. Sebas me confunde por ratos siento su mirada sobre mí, sé que le atraigo, que cuando me ve con el uniforme que lo uso más ajustado que el resto me queda entallada en ciertas zonas que sé que le llamarían la atención, pero esta vez pasaré a la fase dos ya empiezo a hacerme notar, ahora queda provocarlo.

—¿Ahora porque te grito? Nuestro jefecito anda más iracundo de lo acostumbrado. Aún recuerdo cuando — Me sentía a la expectativa, esperando que me diga algo de mi grandote cuando el teléfono sonó y Pam esa esperanza se fue volando cuál paloma al viento.

HORAS DESPUÉS

—Vamos a almorzar Linda, los chicos nos esperan — Les podría decir que no, pero tengo algo en mente.

—Lo siento, es que quiero avanzar con los archivos que mando nuestro querido jefecito — Sé que le estoy mintiendo, pero el fin justifica los medios, ella se va prometiéndome traerme algo de comer, mientras veo que mi jefecito sale de su oficina.

Parezco un ladrón, procurando que nadie me vea especialmente él, suspiro de solo pensarlo, tomo una pequeña silla que veo cerca y me subo para tratar de alcanzar un archivador que está bastante alto, acomodo mi falda, esperando el momento exacto, cuando escucho murmullos ni quiera miro fijo mis ojos en el folder que está por arriba de mi cabeza, creo que la puerta se abrió y tuerzo mi cuerpo de una manera que pueda caer de manera lenta si es eso posible, de pronto siento unos brazos sostenerme cuál pluma, pero no tengo tiempo de reaccionar, ya que veo que no es él, ósea no es mi osito cariñosito.

—¡Suéltala en este instante Harrison! — Él solo sonríe de una manera que me da escalofríos, es algo aterrador o creo que es el grito de Sebas que hace que mi cuerpo tiemble.

—¿Se siente bien señorita? No se hizo daño ¿Cierto? Hey tu gruñón, no ves casi se cae solo la rescate, como todo un caballero que soy ni modo que dejara que se cayera — Sebas tiene su teléfono en la mano y siento que en cualquier momento lo va a romper por la manera en que hace puño su mano con él en ella.

—Solo bájala y déjala en paz y en cuanto a usted señorita Olivares ¡¿Qué diablos hace en mi oficina?! — Bueno todo esto no lo planee así, pero hay que improvisar.

—Puede soltarme señor Harrison, — Mientras me baja lentamente como si quisiera demostrar algo—gracias por ayudarme, pero estoy bien y señor Rentería solo quería comprobar si ese archivador que estaba ahí era del mismo tipo que los que están en sótano. Pero vi que no es, con su permiso señor me retiro

Estaba por irme cuando recién me di cuenta de que mi falda se había rasgado con el movimiento de la caída, me sentí avergonzada es que estaba un cliente muy importante de mi grandote y eso podría traer consecuencias, si con una sonrisa pensaba que me quería buscar un sugar daddy imaginen con algo como eso,

—Siéntese en mi silla y no se mueva de ahí, tome mi saco y tápese, mire el ridículo que está haciendo — Yo solo obedezco y me siento como niña pequeña, ese donde de mando, esa manera dura en que me trata hace que las brasas del deseo crezcan en mí, es su boca, su cabello hacia atrás que aún se lo toca como peinándolo cuando está nervioso ¿Estará nervioso por mí? Ya quisiera que fuera así.

—Linda vista la de tu oficina, lo digo por el gran ventanal que deja ver la ciudad — Y me lanza un guiño, este hombre no tiene descaro alguno no respeta el hecho que mi jefe y futuro esposo está aquí presente, bueno eso último ni el involucrado lo intuye, pero ya lo hará

—Al grano Harrison, que no tengo para perder mi tiempo.

—Sabes que Rentería olvídalo, recordé que tengo una reunión ¿Nos vemos en la noche cierto? Y Por favor lleva a tu hermosa asistente contigo, dará una muy buena impresión con los otros empresarios, una belleza como ella no pasa desapercibida en ningún lado.

¿Reunión dijo? Yo no sé nada de ninguna reunión, sin embargo, si él va a estar en esa reunión claro que quiero ir, vamos mi amor di que sí por favor.

—Ándale bajando a tu nube que para eso tengo a mi secretaria. La señorita Olivares solo es la asistente de la secretaria y no va a ir se acabó, fin del asunto.

¿Alguien escucho mis esperanzas quebrarse? Porque yo sí, quisiera zapatear y decir que yo quiero ir, pero no puedo hacer ridículos que hagan que se enfade conmigo de manera innecesaria

En cuanto Harrison se marchó, la ira de mi grandote se desató, golpeo la mesa de vidrio de su escritorio haciendo que yo de un sobre salto y todo lo que había en ella tiemble.

—¡Que sea la primera y la última vez!, que usted ingresa a mi oficina sin mi autorización, como si fuera una vulgar delincuente y encima hacer un espectáculo como ese, voy a llamar a las personas de recursos para que manden un nuevo uniforme para usted, no puedo andar pavoneándose como si esto fuera una vitrina.

Yo lo miro seria y retiro el saco de mis piernas y se lo entrego, estas quedan expuestas y mucho más esa que está a un lado de ella, el de manera instintiva clava su mirada en deleitarse, sé que tengo hermosas piernas no por algo hago ejercicios, la idea es que el las vea, se quede prendado por ellas.

—Señor ¿Se siente bien? Lo veo algo agitado, si quiere yo — Me levanto, pero el de inmediato me detiene, y se va al baño privado que tiene dentro de la oficina azotando la puerta.

POCO ANTES DE LA CENA.

SEBASTIAN

Se supone que no debería alterarme su presencia, se supone que acabo de follarme a una morena de grandes tetas y un trasero espectacular y mi mente lo único en lo que piensa es esas piernas, las imagine en tantas posiciones y ninguna era para caminar o correr. solo pienso en sus piernas traslucirse bajo el vidrio de mi escritorio y la rabia que me dio ver a ese imbécil tocándola.

—Eres un mentiroso Rentería, se supone que me dijiste que ella no vendría y ahora mírala aún más hermosa que nunca, si eso era posible — Yo no entiendo un demonio lo que este dice, pero cuando volteo hacia la entrada, ella esta como ángel, con un vestido blanco todo ajustado al cuerpo, se ve tan hermosa, estás loco Sebastian Rentería, solo es follable esa eso muy pero muy follable.

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