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NICHOLAS

—¿Se puede saber por qué dabas vueltas por la casa a las 3 de la madrugada? —pregunta mi hermana menor, Isabella, entrando al despacho acompañada de mis otros dos hermanos menores, los mellizos, Lucy y Jacob.

—Te conté que algo le está pasando a Luk —mascullo—. No sé si está enojado conmigo, si decidió odiarme y aplicarme la ley del hielo, jodidamente no lo sé. Está imparable. Repite una y otra vez que siente que algo va a pasar pero no puede decirme que es, y tampoco puede decirme si es bueno o malo. ¡Joder! 

Mi lobo está volviendome loco.

Estoy agotado, se me cierran los ojos, creo que ya voy por el cuarto café del día y apenas son las 10 de la mañana.

—¿Es para tanto? —Me mira con esos ojos oscuros mientras me mide.

Siempre me pregunté de dónde sacó esos ojos, no recuerdo a nadie de la familia que los tenga así. Nunca preste mucha atención pero si alguien nos viera juntos no creería que somos hermanos. Mientras mis ojos son verdes los de ella son marrones. Mientras mi pelo es lacio, el suyo tiene ondas y donde el color de mi cabello tira a dorado, el de ella es más oscuro. Bella es mi otra mitad, mi compañera. Soy muy unido con todos mis hermanos pero con Bella comparto más cosas porque tiene una edad más parecida a la mía, acabo de cumplir 22 años y ella 18, por eso siempre digo que Bella es mi conciencia femenina. En cambio, los mellizos tienen 15 años, compartimos distintas cosas pero los amo a los tres con una fuerza descomunal.

Mirando bien a los mellizos podría decir que ellos sí se parecen más a mí, es decir, tienen los ojos verdes como los míos y nuestro color de pelo es casi el mismo. Son tal para cual, no sé si es algo de mellizos pero es como si fuesen un alma que se dividió en dos personas. Se cuidan las espaldas y están siempre juntos. Lucy es una adolescente seria, de esas que parece que una vieja viviera en su cuerpo, mientras que Jake es un alocado que vive en problemas. Donde Lucy es tímida, él es un coqueto de primera. Se complementan, eso es lo mejor, ver lo mucho que se complementan. 

—¿Nos estás prestando atención?

—Sí, Lucy. Perdón, esto de Luk me tiene agotado y estoy con la cabeza en cualquier lado.

—¿Qué le pasa? —pregunta Jake.

—Está ansioso, nervioso, insoportable. No me deja dormir, solo quiere correr.

—Está por pasar algo, Nick.

—¿Y por eso no me dejas dormir? ¿Es algo malo?

No lo sé, ya te dije que no lo sé, simplemente me tiene ansioso.

—¿Qué te dice? —pregunta Lucy.

—Que algo va a pasar. No sabe si es bueno o malo, pero eso lo tiene ansioso. Hace días que es lo único que me dice.

Todos me miran tratando de descubrir qué es lo que está pasando, pero sinceramente ni yo lo sé. Cuando los monos entran al despacho y ven las ojeras que tengo, saben que no estoy para bromas.

—¿Luk? —Asiento a la pregunta de Noah.

—Terminemos esta m****a rápido así nos dejamos de joder y te podes ir a descansar.

—Gracias por pensar en mis horas de sueño, Killian.

—Tenes que dormir mínimo 8 horas si queres ser la mitad de lo hermoso que soy yo, y eso es mucho. —El comentario de Harry nos tiene a todos poniendo los ojos en blanco.

—Los dejamos trabajar —dice Bella mientras sale de la habitación junto a los mellizos.

—Tenes que firmar estos negocios del reino Wicca, hermano —dice Noah extendiéndome unos papeles.

—¿Qué son? ¿Qué negocios tenemos con el reino de los brujos?

—Vos no, los hizo tu padre hace muchísimos años. No es nada del otro mundo, es un simple tratado de paz.

—¿Esta es la jodida hija del rey? No me lo creo, es la mujer más linda que vi alguna vez. —De reojo veo que Killian le muestra una foto a Noah. Yo no levanto la vista, me dedico a firmar los papeles. Cuanto antes termine, antes me puedo ir a dormir.

—¡Si! Nunca la vi en persona, pero tengo entendido que es ella. Se llama Davina.

Luk empieza a desesperarse, quiere salir, quiere correr. Necesita aire, no puede respirar y yo tampoco. Todos me miran alarmados.

—¿Qué m****a pasa?

—Es Luk, no puedo más. —Los ojos se me ponen celeste pálido, son los ojos de mi lobo. Sin que me dé cuenta toma el control y de repente estoy convertido en este enorme lobo negro delante de todos.

—¡Por la Diosa, Luk! ¿Se puede saber qué te pasa?

No lo sé.

—Les habla por la conexión mental—. Se viene algo, algo grande.

—Todos lo miran atónitos. Nunca me pasó una cosa así, no pude controlar la transformación. Estaba desesperado por salir y lo hizo.

—Anda a correr, Luk. Noah se encarga de terminar con estos papeles.

Sin pensarlo salgo corriendo desesperado, dejo que mi lobo tome el control y él nos hace correr hasta la laguna de siempre. Algo pasa acá, estos últimos días es el único lugar al que Luk quiere ir.

Se desespera, se pone ansioso, toma el control y corre hasta acá para sentarse cerca de la laguna y mirar el cielo. Es lo único que lo tranquiliza y eso me está empezando a poner bastante nervioso.

Podemos estar en nuestra forma humana y que el lobo tome control de nuestro cuerpo, suele pasar ante situaciones que los ponen nerviosos, pero Luk no está haciendo eso, él directamente se convierte. Es así de fuerte lo que le pasa, quiere salir, no simplemente tomar el control.   

Háblame, Luk. ¿Qué pasa?

No lo sé, de verdad no lo sé. Va a cambiarnos la vida, Nick. Te digo en serio que te prepares.

Eso no me tranquiliza.

—No quiero tranquilizarte, quiero que te prepares y prepares a los demás.

Luk...

Siento que algo se avecina y tenemos que estar listos.

Por favor, que no se venga nada malo. 

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