BRENDAN

Brendan Anand Jones Yadav era un joven Ingeniero en Sistemas, con una Maestría en Finanzas.  Nació en Manchester Inglaterra, sus padres Arthur Jones, un ex director de cine que falleció en un accidente automovilístico a la temprana edad de 40 años, también era nativo de Manchester; su madre era médico e hija de médicos, era nativa de Delhi India, llamada Alisha Yadav, cuyo nombre significa La Protegida de Dios.  Llegó a Inglaterra a la temprana edad de seis años, allí se educó, se graduó de médico y estudio medicina forense, luego que fallecio su esposo regresó a la India.

Alisha creció en Inglaterra, específicamente en Londres, donde conoció al padre de Brendan, luego al casarse se mudaron a Manchester donde vivían con su pequeño hijo.

Aunque su madre se empeñó en transmitirle la mayor cantidad de costumbres de la cultura de la India. Sin duda, Brendan era el típico joven inglés, según sus palabras, a pesar de ser un tipo brillante, apenas terminó la maestría se dedicó a su verdadera pasión, la fotografía, y con frecuencia su madre le reclamaba el hecho de los pocos ingresos y falta de estabilidad que, al haber tomado esa loca elección, le brindaba, pudiendo a diferencia, trabajar en cualquier empresa y tener así un mejor futuro, pero Brendan hacia caso omiso de los reclamos de su madre y se fue de viaje por el mundo e hizo de la fotografía su medio de vida.

Según él mismo, hasta ahora, a sus 26 años, era un desconocido y fracasado fotógrafo, no obstante era lo que amaba, enviaba con frecuencia sus fotografías a revistas en todo el mundo, pero nunca tenía éxito, por ello se fue a India a visitar a su madre que se había regresado a su ciudad natal Delhi y decidió instalarse a vivir allá e intentar mostrar, a través de la fotografía, toda la belleza que su segundo País tenía.

Brendan amaba la cultura India,  y en su intento de mostrar, desde la fotografía, su belleza, se recorrió todo el país cámara en mano.

Finalmente, una revista inglesa lo contrató pero la paga no era buena, no obstante él se empeñó en seguir mostrando su trabajo y su gran sueño era tener su propia revista, era soñador y loco, lo cual había heredado de su padre, según su madre, pero era feliz haciendo lo que hacía.

Amanda ya contaba con 23 años y había culminado sus estudios de finanzas en la universidad, teniendo ahora mas tiempo libre se dedicaba al 100% a atender los negocios de la familia bajo la tutela de su padre y, según sus propias palabras, todo el entrenamiento recibido durante los años anteriores estaba surtiendo el efecto ambicionado, Amanda se había convertido en una exitosa ejecutiva de negocios.

No le gustaba estar en las oficinas de la empresa, sentía que como directora del Consorcio Janssens su lugar tenía que estar aparte, ella le comentó esa inquietud primero a Emma, quien le sugirió adquirir una oficina apartada de la empresa, se lo comentó a sus padres y ellos dieron el visto bueno, fue así como adquirió en uno de los edificios más elegantes de Brujas un piso completo donde Amanda tendría su propia oficina desde donde dirigiría todo.

Su madre Elise se encargó de la ambientación y decoración, era un lujo deslumbrante, cuando Emma su amiga fue a visitarla expresó, tu madre sí que tiene buen gusto, todo esto es justo lo que necesita una chica exitosa como tú.

Una de las cosas que mas llamaba la atención eran las hermosas y llamativas pinturas colgadas en el salón de reuniones, adquiridas en la famosa casa de subastas Christie’s.

Todo estaba digitalizado, los invitados sentían que el confort los absorbía y Amanda se lo había imaginado con toda la intención, podía controlar, no solo el consorcio, sino participar en el mundo bursátil, a ella le apasionaba el mundo de la Bolsa y desde allí podía dirigir sus inversiones con su grupo de asesores.

Su amiga Emma llevaba una vida muy similar, pero su estilo era más conservador.  Amanda era ambiciosa, agresiva e impactante, tenía el maravilloso don del convencimiento, era admirada y asediada por muchos hombres, generalmente rechazaba las invitaciones que sintiera eran con el fin de conquistarla, prefería compartir con su familia y sus amistades y al igual que su padre amaba el mar y con frecuencia salía a navegar en el yate bautizado con su nombre, El Amanda, al fin de cuentas el yate  estaba equipado con la más alta tecnología, por lo que Amanda a veces estaba navegando 15 días en el yate y manejando los negocios desde allí.

Los que la conocían jamás la llamaban Louise, en ocasiones, inclusive, no atendía cuando la llamaban por ese nombre, no lo hacía porque no le gustase, solo que le encantaba el sonido que emitía la pronunciación de su otro nombre y cuando alguien recién la conocía y le llamaba Louise cortésmente le decía, por favor llámeme, Amanda.

Marie, la hermana menor de Amanda ya contaba 21 años, estudiaba arquitectura y profesionalmente quería ser una mezcla perfecta entre su padre y su madre, le encantaba el diseño de barcos y yates pero siendo amante de la tecnología tenia una visión futurista de lo que pensaba hacer su padre y su hermana.  A Marie le tenían proyectada para suceder a su padre dirigiendo los diseños.

Su vida privada era contraria a la de Amanda, quien hasta ahora había sido conservadora en el amor,

Marie en ese sentido aventajaba a Amanda en todo, su primer amor lo tuvo a los 14, y tanto Amanda como Emma, quienes eran sus principales confidentes, les guardaban el secreto de haber perdido su virginidad a esa edad, un fin de semana de fiesta navegando en el Amanda.

Nathan y Mathis de 19 y 17 respectivamente aun estaban jóvenes para integrarse a formar parte de los negocios familiares.

A Mathis le encantaba andar de viaje con su tío Adam, por lo que posiblemente estaba conociendo el negocio de la compra venta de hoteles.

Nathan por su parte era un poco tímido y parecía solo importarle sus estudios de medicina, compartía poco con su hermanas y hermano, siempre se sintió atraído por Emma pero ella decía que lo veía como un hermano menor, sin embargo salían a cenar, iban al cine juntos y con frecuencia Nathan acompañaba a Emma de vez en cuando, los fines de semana, a la casa de campo de los Peeters, generalmente solían hacerlo solos, Amanda siempre le comentaba a Emma, Nathan esta enamorado de ti y Emma le contestaba, sabes que no lo veo con esos ojos, pero le has alimentado la esperanza de que pueda ocurrir algún día, al menos eso piensa él. ¿Acaso te ha comentado algo alguna vez?  No, pero es mi hermano y lo conozco muy bien.  Por Dios Amanda como puedes pensar eso, no será la primera vez que algo así ocurre dijo Amanda, Emma se quedó mirándola y al dejar de pensar comentó, créeme que de ser así no lo he notado.  Amanda le dijo, es extraño Emma, ustedes comparten mucho tiempo juntos y hasta se van los fines de semana solos amiga.  Emma, quien había estado muy pensativa durante la conversación le dijo, me encanta compartir con Nathan pero nuca he pensado en eso.  Dime algo Amanda, ¿alguien mas piensa como tú?  Mi madre una vez me lo comentó, y ¿tú que le dijiste?, absolutamente nada, preferí guardar silencio, sería lindo dijo Amanda, Emma sonrió al tiempo que encendía su camioneta y se marchó, chao querida.

Amanda se sintió atraída por la curiosidad, luego de su reciente conversación con Emma, invitó a Nathan a pasear en el Amanda el fin de semana siguiente, con la intención de indagar sobre la relación de supuesta amistad que Emma quería venderle con respecto a su hermano, pero Nathan se negó, argumentando que tenia que estudiar, Amanda se interrogó y pensó… ¿Será que Emma se me adelantó?  Y se prometió a si misma averiguarlo en cuanto tuviese oportunidad, tenía una memoria excelente y no dejaba nada absolutamente nada sin resolver.

Noah, el padre de Amanda, cada día delegaba en ella más responsabilidades, por lo que Amanda decidió, que antes de dedicarse al 100% de todos los negocios, irse de vacaciones a conocer Singapur, Vietnam, Malasia, Filipinas, China y la India e invito a su hermana Marie y a su inseparable amiga Emma, estarían unos dos meses apartadas y disfrutando al máximo, tenían el dinero que era lo principal y más importante de todo.

Brendan, quien analógicamente al igual que Amanda, se hacia llamar por su segundo nombre Anand, seguía haciendo fotografía mostrando la cultura India a través de imágenes, finalmente consiguió que su compañera de universidad y sentimental, los últimos cinco años, Stacy Campbell, financiara su proyecto de formar una revista, por ahora se encontraban en la fase de fotografía, aunque Stacy se estaba encargando de contratar un editor que formalizara la idea de Anand.

Stacy Campbell había heredado de su familia una escudería de Formula Uno, que tenía por nombre Campbell F1. Stacy nació millonaria, era la nieta preferida de la dinastía Campbell, liderada por su octogenaria abuela Amelie O’Sullivan Campbell, viuda de Geoffrey Campbell.

Stacy y Anand llevaban una extraña pero muy estable relación, se juraban con frecuencia amor, pero ambos sabían que el verdadero amor, ese que destroza vidas y hace perder la razón y todos los sentidos, aún no había tocado las puertas de sus respectivos corazones, por ello, se prometieron que el día que aquello ocurriese, aunque se separarían, obviamente, eso no permitiría que su amistad se rompiera, lo aceptarían con madurez y dignidad y se mantendrían unidos en secreto,

Ellos vivían cada uno en su departamento, Stacy en New York o Londres, donde pasaba la mayor parte del tiempo y Anand en Nueva Delhi, se veían muy enamorados y eran amantes de disfrutar del mejor arte culinario de los sitios que visitaban. Anand era un romántico empedernido, solía comprarle flores a Stacy durante el tiempo que pasaban juntos, costumbre que aprendió de un compañero latino en la universidad y le había generado excelentes frutos, de hecho fue así como logró acercarse a ella.

Por su parte Stacy adoraba que Anand le profesara amor, y se habían recorrido algunos sitios alrededor del mundo donde Anand le pidió que se casaran, aun a sabiendas de que eso nunca ocurriría, entre esos sitios se encuentran: El Puente Bridge Park de Nueva York; la Azotea del Terrass Hotel en Montmartre, Paris; las espectaculares vistas desde The Shard, Londres; el Jardín de los Naranjos del Monte Aventino, Roma; el Castillo de Neuschwanstein, Baviera; o la Puesta del Sol en Imerovigli Santorini. Era una hermosa manera que a Stacy la hacia sentirse amada.

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