Feliz Cumpleaños, Alma

Los días rutinarios de mi trabajo son  algo que únicamente me sacan de mis casillas, aún más cuando en un  día tengo tantas cosas que hacer: juntas, relación con proveedores, firmas de contratos, viajes...

Dejo escapar un suspiro agotador, justamente tenía que salir de la ciudad dentro de un par de horas sin saber el horario de retorno. Miro mi reloj, son más de las 10 de la mañana. M pequeña niña debe de estar en clases, sonrió.

-Justamente hoy...-susurro hacia el viento, nunca me he considerado un hombre extremadamente romántico, pero Alma ha despertado sentimientos que me hacen actuar de esa manera solo por el hecho de que sé que a ella le gusta el romanticismo.

Tomo mi celular y empiezo a escribir un mensaje de texto a la niña que actualmente e tiene fuera de mis cabales.

Feliz cumpleaños mi hermosa princesa, deseo que este día este lleno de inolvidables sorpresas para ti. Que la pases muy bien junto a todos los seres que te amamos y queremos estar junto a ti cariño, eres una hermosa chica que me cautiva a cada instante. Definitivamente lo más hermoso que he podido mirar. No me canso de decirte lo especial y hermosa que eres para mí, Alma. Dios te bendiga hoy, mañana y siempre y cada instante de tu vida. De más está decir que me siento afortunado de tenerte junto a mí, quien te ama. Mathias.

Justamente hoy, el día de su cumpleaños mi horario laboral se me ha complicado de sobre manera, trato de ante mano arreglar todo de tal manera que pueda arreglármelas para regresar lo antes posible y estar con ella. Recuerdo entonces que, David le ha enviado a hacer un regalo hace unos días, regalo que ya debe de tener en sus manos, siento algo en mi interior que descifro como celos y no puedo evitar negar con mi cabeza.

-celos de mi propio hijo.-digo en tono burlón mientras me dirijo hacia mi oficina dispuesto a reunirme con unos proveedores. Pasado ya varias horas, salgo de i oficina y me dirijo al aeropuerto para salir de la ciudad con la esperanza encima de poder regresar en cuanto pueda para poder estar con ella aunque sea un rato.

Al llegar a la ciudad destino, me encuentro con mi socio Frank quien me espera con su carismática sonrisa de siempre, estrechaos manos y nos saludamos como siempre.

-¿Cómo estás?- me pregunta mientras nos subimos en su coche y nos dirigimos hacia un lugar muy conocido para ambos.

-Bien, no me quejo.-le respondo mientras observo mi móvil. Elliz me ha escrito un mensaje para saber si estoy bien, le envió un simple “Si, todo bien” y continuo en mi conversación con Frank.

-la vida siempre te trata bien, Mathias- se burla- todos tus negocios siempre salen como lo esperas- continua hablando mientras gira hacia la derecha- o como casi siempre esperas que sean.

Sonrió.

-vamos, no siempre es así. ¿Recuerdas nuestro primer negocio? Fue todo un caos.-le comunico mientras miro hacia la carretera y diviso una pareja festejando en lo que se ve algo íntimo en una cafetería. Recuerdo a Alma.

Su risa contagiosa me llega.

-éramos unos chavales que apenas íbamos iniciando en el mundo de la inversión.-dice y noto un deje de nostalgia en tu voz.

-¿cómo esta Cristina y los niños?-le pregunto. Mientras observo la vía.

-están bien, los niños más tremendos que nunca. Lucas ya tiene 9 años y Luciana... esa niña con sus 15 años me hará volver loco, tiene varios chicos detrás de ella enamorándola- ríe- yo parezco un buldog espantándole a todo el mundo.... es mi nena-susurra- no quiero que nadie le haga daño.-culmina por decir.

Yo lo miro fijamente. Alma también es joven, es una niña atractiva y hermosa ante los ojos de cualquier chamo de su edad como mi hijo y hasta mayores, como yo. El solo hecho de pensar que alguien más la pueda cortejar hace que me hierve la sangre, ella es a veces tan ingenua e inocente que no se percata de todo lo que sucede a su alrededor.

-te entiendo, durante esa edad es muy normal que eso suceda.- le comunico y el me mira unos segundos, mi mirada se fija sobre él.-¿qué pasa?

-Estas pensativo... ¿sucede algo?-pregunta con evidente curiosidad.

-nada malo.- digo evitando el tema. Frank es mi mejor amigo y me conoce como a nadie.

Pasaos directamente hacia un restaurant uno uy acode a nuestros gustos, la madera forjada, lisa, clásica y reluciente del lugar en general cautivaba a cualquiera que pasara, era lujoso pero clásico una combinación que nos gustaba en sobre manera. Unos minutos más tarde llega nuestro inversionista nuevo con quien estableceremos un trato muy importante para nuestros negocios. Luego de presentarnos y pedir algo empezamos a hablar.

No sé cuánto tiempo me demoro pero para cuando miro la hora, ya son más de las 7 de la tarde, está anocheciendo estoy por quedarme sin batería. Frank me lleva de nuevo al aeropuerto, cuando llego espero que mi vuelo salga surgen contratiempos. Ha pasado un error y mi vuelo está calculado para las 9 de la noche.

-¿está segura señorita?-pregunto nuevamente a la encargada.

-Sí, Señor Santeliz, ha ocurrido un error en su cuenta de selección, el vuelo seleccionado fue el de las 9pm mas no el de las 7:30pm.-dice.

-¿existe otro vuelo? No me importa pagar otro boleto de avión.- pregunto tratando de buscar una posible solución.

-no, señor Santeliz. El vuelo de retorno más temprano es el que ya tiene asignado.-me comenta

Suspiro con enojo. Paso mis manos por mi cabello tratando de calmar la rabia que siento. Esto solo me atrasara más.

-está bien, gracias de todos modos.-culmino por decir mientras tomo asiento y me dispongo a esperar

Después de esperar el tiempo, por fin tomo el vuelo de regreso mi ciudad natal. Para cuando he llegado son más de las 10 de la noche. Mi coche me espera y cuando voy en el decido aparcar en un local que observo abierto, entro y compro un pastel de un cuarto de kilo, observo una canasta con dulces dentro de ella, globos y un perfecto lazo rosa amarrado. No pregunto el precio simplemente lo tomo me dirijo a la caja y lo compro.

Una vez con esperanza de encontrarla despierta antes de que el día se termine. Conduzco por la ciudad hasta llega a su departamento, me bajo con las cosas en mano mientras me dirijo hacia su piso en el ascensor.

Una vez frente toco pero nadie abre, vuelvo a tocar repetidamente hasta que escucho como la puerta se abre le netamente con alma algo medio dormida y sorprendida a la vez.

-Feliz cumpleaños, mi niña.- digo mientras entro al interior de su departamento y coloco el pastel sobre la mesa y la canasta cuando me giro para verla sus ojos están llorosos- ¿pasa algo?- le pregunto ero ella se lanza contra mí me abraza con fuerza.- ¿pasa algo, pequeña?- pregunto confuso por su actitud pero muy en el fondo sé que me necesita como yo la necesito a ella. Sentí mi camisa empapada y allí note que lloraba, tomo su mentón con mi mano y hago que me mire fijamente- ¿qué pasa?-inquiero curioso, no me gusta verla llorar.

-nada-susurra mientras me besa y siento como si fuese algo que necesitaba en todo el día, y jodidamente sí que lo necesite todo el día, tan solo supe pensar en ella, correspondo sus besos de la mejor manera que las caricias se hicieron presente, toco su pequeña cintura estrechándola a mi cuerpo y apretándola contra mí, ella abre ms su boca y da paso a mi lengua que se encarga de probar cada espacio de su cavidad bucal.

-te amo...-le susurro cuando me he separado de ella unos centímetros. Amo a esta niña, un amor tan inocente y tan lleno de vida que simplemente no sé qué coño pasara conmigo y con ella. Me besa con pasión, lo siento hasta lo más profundo de mí ser. Solo quería estar con ella, en ese momento disfrutando de su día y de ella, solo de ella...

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