CAPÍTULO 05

"Adolescente Extraña"

Comisaria de San Carlos.

Me encuentro tomando un sorbo de café negro que trajo mi compañera Reina, mientras como una Dona llena de Glaseado rosa.

Y a un lado leo los informes de la muerte de Helen Garcia, la causa de su muerte es muy obvia se ahogó luego de un fuerte golpe en su cabeza o al menos eso muestran los exámenes del cráneo y pulmones.

Pobre era muy hermosa y joven , lo noto por las fotos que trajeron hace poco para investigarlo, sus padres no creen que ella simplemente se a resbalado y golpeado al estar en la piscina, por ello me han autorizado a investigar bien a fondo.

Alguien carraspea y levanto la mirada de los informes para toparme con Reina quien me da una sonrisa forzada.

—La familia y algunos amigos están afuera.

—Dios, ¿Amigos?—asiente y hace una mueca con los labios—Pobres chicos, ya voy.

Me levanto y esta desaparece por la sala, camino pasando los cuatro escritorios que están antes de llegar a la entrada, tomo una fuerte bocanada de aire y salgo.

Mi corazón se está arrugando un poco, tres chicas y un chico junto a sus padres no paran de llorar, carraspeo para llamar la atención y lo consigo de inmediato.

—Bien, yo soy Alfredo Casas y emm, soy quien está a cargo de informarles los detalles de lo obtenido en el caso.

—¿Es mentira cierto? ¿Es una confusión? ¡Helen No murió!—Escucho el grito del chico, quien mantiene en su mano un teléfono y que por su manera de hablar puedo notar que tiene una orientación sexual diferente.

—Alex Cálmate, quizás sea una confusión no pagues con él.

Esta vez es una chica, que por así decirlo, apareció de un lugar a otro en menos del tiempo que me costó pestañear

—La verdad joven, si es ella—se escuchan nuevamente los sollozos—mi más sentido pésame.

—Ella —sorbe su nariz—Ella ¿Sufrió?

Observo a la morena, que por lo que veo en sus ojos no ha dejado de llorar ni un segundo.

—No creo, el golpe que sufrió antes de caer al agua la dejo inconsciente.

—¿Golpe?

—¡Joder! ¿Cómo has llegado hasta aquí? —La chica da una media sonrisa, pero en su cara veo otro sentimiento parece ¿Apenada?, debo preguntarle cómo le hace para llegar a otros sitios sin ser notada.

—Lo siento... —Se aleja un poco dándome espacio y toma asiento en una silla cerca de la pared, se nota incomoda en ella.

—Sí, bueno se dio un fuerte golpe en la cabeza antes de caer, creemos que pudo haber resbalado y pegar a la orilla de la piscina pero aun no estamos muy seguros.

El chico de hace un momento deja de mirarme para teclear como loco en su teléfono

—Disculpa pero ¿Qué haces?— no debo dejar que ninguna información se filtre en caso de que sea un asesinato.

Alza un poco la mirada llena de lágrimas y la vuelve a bajar viendo su teléfono, no pasan ni cinco segundos cuando los demás teléfonos suenan, cada chico y adulto lo saca de su escondite.

—Oh cariño—comenta la mujer que me presentaron como madre de la fallecida—es tan...—Se echa a llorar un buen tiempo sobre las piernas de un hombre de piel morena.

—Él tiende a escribir lo que siente y demostrarlo solo por mensajes.

—¡Mierda!—grito asustado al ver de nuevo a la chica tan cerca de mí—Lo siento, me has asustado—Esta asiente y se va junto con las demás familias quienes van saliendo una a una de la sala para marcharse.

Me doy cuenta que una pequeña rubia con gafas y una vestimenta algo parecida a los chicos que sufren de bullyng en la televisión toma notas en un pequeño diario de color naranja.

Nota que la he observado y enseguida lo guarda en su bolso—Hola—pronuncia apenas audible y con voz quebrada.

Le dé vuelvo el saludo y sale por la puerta, doy vuelta para entrar cuando me doy cuenta que Reina me ve de manera interrogante.

—¿Que has descubierto?—niego y tomo asiento en uno de los bancos antes ocupados por uno de los chicos.

—Nada, y eso me preocupa. Más tarde tendré que ir de nuevo a la piscina y buscar a los alrededores. —suspira y me da una mirada cansada, no es para menos últimamente hemos estado hasta tarde investigando todo tipo de casos.

—Si gustas ve a casa. Puedo hacerlo solo—sonríe y me saca la lengua.

—Este es mi trabajo, dame treinta minutos y estaré como nueva. Tu—me señala y frunce el ceño—deberías tomarte también unos treinta minutos amigo— río por lo bajo y le hago caso, entro al despacho y tomo una manta me acuesto sobre la silla quedando profundamente dormido.

Siento un movimiento de un lado a otro abro los ojos y observo a Reina reír —uo, solo te dije treinta minutos no dos horas— me levanto de un brinco y me arreglo el cabello, veo la hora en mi reloj y me doy cuenta que son las ocho de la noche.

—¡Joder! Tengo que encontrar pistas y a esta hora será imposible. —escucho a mi compañera mover las llaves en su mano y sacar unas linternas.

—Vamos ya y deja de quejarte.

Tomamos uno de los autos de la comisaria y nos encaminamos al lugar, al llegar todas las luces se encontraban encendidas. Bajamos y comenzamos con nuestra tarea mi compañera por un lado y yo por otro.

—No veo nada fuera de lo normal.—comento para que mi compañera me dé su información.

—Lamento decirte que yo si, después de todo no fue un accidente—me giro para verla y esta tiene un bate de béisbol en la mano lleno de sangre.

—No lo puedo creer, lleva eso a el auto ¿tomaste las fotos antes? —asintió y guardo en una bolsa de evidencias el objeto.

—¿Dónde lo encontraste?—me señalo los arbustos y mientras ella buscaba la cinta de restricción yo me encamine a buscar algo más.

El sitio era oscuro, por lo poco que me dejaba ver la linterna no habían huellas ni marcas sólo gotas de sangre donde se encontraba el bate, camine un poco más y me di cuenta que había una puerta trasera.

La observe detenidamente y me di cuenta que antes había sido forzada—aquí hay más—comento al tener a Reina a unos pasos—alguien forzó la puerta para entrar—asiente y toma unas cuantas fotos para el informe.

—Así que después de todo alguien mato a Helen Garcia.

Me adentro al lugar y busco más pistas pero no doy con nada, bufo y me siento un rato en donde supongo deberían estar los bancos.— Los removieron antes para una limpieza—asiento y noto todo a mi alrededor, es una piscina muy hermosa es una lástima que usaran el lugar para cosas malas.

—Vámonos, hay que llamar a los demás y avisar que hay un asesino

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