Capítulo 2

           «No busques por amigo ni al rico ni al noble, sino al bueno, aunque sea pobre»

LANIE

Cinco minutos antes de que el despertador suene, me despierto y a decir verdad tampoco he dormido casi nada por los nervios de mi primer día oficial en el nuevo instituto y el fin de semana no es que me haya ayudado mucho.

Al levantarme de la cama, abro las ventanas para ventilar, y hace un día precioso a pesar de estar a finales de noviembre. Me dirijo a bajar las escaleras, cuando solo me quedan tres escalones por delante el olor de las deliciosas tortitas de papa me impregnan las fosas nasales y simultáneamente me suena la barriga indicándome que tengo hambre.

- hellou maralou- digo acompañado de un pequeño baile al llegar al piso de abajo

- Günaydın - responde mi madre desde la cocina abierta

- clanchinjin- contesto acompañado de otro baile

- ¿y eso significa…?

-  buenos días - digo sentándome en el taburete de enfrente de la encimera, llevándome un pedazo de tortita a la boca del plato que yace justo encima, que por cierto esta deliciosa

En Lanense

- ¿y papa? - pregunto

- se fue hace…- dice mirando el reloj colgado de la pared-…un cuarto de hora- termina de decir y justo después se gira agarrando el mango de la sartén y volviendo de nuevo a su posición para mostrarme el truco de voltear la tortita en el aire, pero como mi madre no es demasiado apañada lo único que consigue es caerla de cara al suelo.

- taran- termina de decir meneando las manos mientras nos reímos. Seguidamente me levanto del taburete para dirigirme a los armarios de al lado del fregadero a coger un plato para servirme unas cuatro tortitas del monto que sigue en la bandeja. Al cabo de quince minutos decido que ya no quiero comer más, dejando en el plato casi la mitad.

Los nervios me pueden provocándome que tenga más ganas que nunca por vestirme o realizar cualquier otra cosa que tenga que ver con el instituto y la verdad es que es totalmente justificable ya que me muero de ganas por conocer gente nueva, hacer amigos e interaccionar hasta con los profesores, así que me dirijo rápidamente a mi dormitorio.

Entro y primeramente hago la cama, siendo una doble me toca moverme de lado a lado cada vez que muevo la sabana azul; luego me dirijo hacia el armario empotrado, que se encuentra justo delante del lateral izquierdo, a elegir lo que me voy a poner y la verdad está todo hecho un desastre a causa de la mudanza, cojo el primer par de pantalones que veo, pero me doy cuenta de que no son los indicados al ver la gran mancha de chocolate que tienen en el bolsillo trasero, lo coloco en su sitio y me cojo otro par que casualmente también están manchados, al final me decanto por ponerme unos leggins ya que al parecer son los únicos que están limpios, busco una sudadera que combine con el gris de los pantalones; y listo outfit creado.

 Me dirijo al baño que se encuentra en el baño de abajo a lavarme los dientes, y al terminar me mojo las manos con agua y me intento peinar así, puesto que si lo hago con el peine aumentara más el frizz que por naturaleza ya es bastante, antes de salir del baño me echo perfume y al salir mi mama ya me ha preparado la mochila metiéndome el zumo y bocadillo que llevare por merienda hoy, únicamente la agarro y no voy a negar el hecho de que, aunque no lleve tantos libros pesa bastante.

 Una vez en el coche, el viaje se vuelve una mezcla entre canciones de la radio y muchas cosquillas internas, quince minutos después ya hemos llegado al instituto, le doy un beso en la frente a mi madre y velozmente me bajo del coche intentando alcanzar a la amiga que hice ayer, Jana, que se encuentra en la puerta a punto de entrar.

Al ver que no la voy a poder alcanzar decido gritarle, pero tampoco parece escucharme.

A lo mejor no le da la gana esperarme

No parece ser de esas personas, de hecho, algo me dice que ella no es así, no sé si es porque es mi única amiga o por la buena impresión que me lleve de ella o a lo mejor es porque no me acuerdo de donde está la clase y me da vergüenza volver a pedirle ayuda al conserje, de cualquier forma, no quiero dejarme llevar por las apariencias desde el primer día.

Al no verla me doy cuenta de que voy a tener que encontrar mi clase yo sola, intento hacer memoria, cosa que me cuesta bastante pues todas las puertas para mí son iguales haciendo que me sienta como si estuviera en un verdadero laberinto. Al final después de haber entrado en como tres clases que no eran la mía a la cuarta va la vencida y tan solo con quince minutos de retraso

Madre mía hoy estoy que me salgo

Llamo a la puerta y nadie me contesta, cosa que es muy rara porque se escucha bastante ruido dentro, abro y me dirijo a…

Un momento, ¿y la profesora?

Al parecer la profesora no ha llegado menos mal porque retraso que me ahorro, me siento en mi sitio, coloco la mochila en el suelo y me giro a preguntarle a Jana.

-oye y la… pero ¿qué haces? - le pregunto al verla con los ojos cerrados, dedos cruzados y repitiendo muchas veces para si “que no venga, por favor”

- cállate que me desconcentro- dice muy seria

Como parece ser que de ella no voy a obtener más información decido preguntarle a alguien más y después de un rato las respuestas que me han dado han sido “no ha venido”, “ni lo sé ni me importa”, “no sé, pero viene seguro es que, aunque haya un tsunami se presenta en bikini a dar clase” esta última me ha causado mucha gracia, pero estoy como al principio sin saber nada, así que solo me queda preguntarle al chico dormido que se encuentra a mi izquierda.

- oye y Rosario- decido sacudirle un poco el brazo al ver que no se despierta- oye y…

- Rosario te juro que no estaba dormido solo estaba…- dice el chico levantándose de repente y dándome un buen susto- y tú quién eres- termina de decir confundido

- ¡pero que no la invoquéis! – nos dicen Jana y una chica rubia que se encuentra detrás suya al unísono.

 Invocaciones, gente dormida, profesores perdidos, hotel ¿trivago?, vale no ahora enserio, ¿se puede invocar a alguien solo con decir su nombre?

- m****a solo falta que alguien más diga su nombre- dice Jana a mis espaldas preocupada

Pasados cinco minutos tocan la puerta y todos a la vez nos giramos hacia ella cuando se abre.

- buenos días yo soy la sustituta de la profesora Rosario Villanueva …- dice una muchacha de unos veinticuatro con gafas cuadradas y el pelo recogido

- ¡No! ya la has invocado- dice la chica rubia de antes.

- que ya la he que- dice la sustituta confusa

Y como si de magia negra se tratara se empiezan a escuchar unos tacones acercándose

- muchas gracias, pero te necesitan en jefatura- le dice la profesora a la chica y está la mira como si estuviera viendo un fantasma, de hecho, hasta yo la miro así, como es posible, o sea si digo tres veces Hermione ¿se me va a aparecer y me va a decir que su nombre se pronuncia ermaioni y no ermion?, no entiendo nada.

- bueno chicos hemos perdido ya bastante tiempo, cuando termine de pasar lista quiero que por orden alfabético me entreguéis los trabajos- dice sentándose en su cómoda silla mientras yo sigo en shock por lo que acaba de pasar

¿Trabajo?, ¿había que hacer un trabajo?

- de que trabajo está hablando- le susurro a Jana sin girarme

- uno que se me ha olvidado hacer y vale como un noventa por ciento de la nota

¡¿Que?!

Madre mía, estoy más perdida de lo que yo pensaba, me gustaría poder usar la excusa de que nadie me dijo nada, pero el viernes me dejaron bien claro que le pidiera los apuntes y deberes a alguien, cosa que me entro por un oído y me salió por otro, así que rápidamente me pongo a idear un plan, una vez lo tengo listo opto por no decirle nada a Jana para que parezca más real

Así que dicho y echeishon que empiece la funcioneishon.

- puedes parar ya de una puta vez...- empiezo a gritarle a esta mientras que me giro bruscamente y la empujo le iba a tirar del pelo, pero tiene unas trenzas muy bonitas y seguro le ha costado mucho hacérselas así que como yo voy despeinada cual león de la selva se lo propongo a ella- tírame del pelo- le termino de decir susurrando al ver su cara de incomprensión, tarda en responder, pero lo hace a lo que yo le propino un bofetón y ella me lo devuelve.

De repente nos ves a las dos ahí peleándonos e insultándonos tales animales salvajes cuando la chica rubia se une también tirándole del pelo a Jana a lo que ella suelta un quejido de dolor y me mira confundida sin saber que hacer, así que sin penar en las consecuencias me voy hacia ella y le pego un puñetazo para que se le quiten las ganas de meterse donde no le llaman.

- ¡basta! - nos grita la profesora a lo que las tres nos giramos hacia ella; Jana, de las dos trenzas que tenía hechas una ya no está, yo con mi cachete todo rojo y la rubia con sangre cayéndole de la nariz- pero ¿qué ha pasado? y tu Jana esto no me lo esperaba de ti.

- que esta malnacida de aquí no para de tocarme el pelo con sus sucias manos y yo así no puedo más- digo refiriéndome a Jana

-  serás hipócrita, pero si eres tú que no paras de hablarme- me grita ella siguiéndome la corriente

- yo sí que no puedo más como se te ocurre venir con una trenza más grande que la otra por favor- dice la rubia que todavía no entiendo quien le ha dado vela en este entierro.

- ala venga pues ya podéis ir tirando a convivencia que a mí me pagan por enseñar a personas civilizadas no a pollos de corral…- nos dice la profesora en un tono bastante elevado-… y tu delegado acompáñalas no vaya a ser que formen otra pelea de gallos por el pasillo.

Una vez los cuatro fuera le digo al delegado que se pierda que no lo necesitamos, pero el insiste en acompañarnos, una vez llegado a la sala de convivencia por fin se va y nos deja solas.

- oye Jana lo siento, pero tenéis que admitir que vuestra pelea daba pena y si no te hubiera tirado del pelo no se lo hubiera creído nadie - se “disculpa” la rubia- además la que se ha llevado una rinoplastia gratis he sido yo- dice mirándose en el reflejo de la ventana- soy Mirella, por cierto- termina de decir dirigiéndose a mí.

No le contesto únicamente me dirijo a forzar la puerta con una horquilla que le pido a Jana, tengo bastante experiencia con esto, pero no sé si vaya a funcionar, normalmente lo hacía con la cerradura de mi taquilla ya que el primer día perdí la llave y a partir de ahí la abría así, aunque bueno una vez me deje el móvil en casa de mi vecina y me cargue la cerradura, así que puede pasar de todo.

Después de unos diez largos minutos consigo abrirla, una vez todas adentro, cojo una silla y me subo encima alcanzando la llave de arriba del todo de la estantería y cierro la puerta tal y como estaba, lo vuelvo a poner todo en su sitio y me siento en el cabezal de la mesa encendiendo el portátil que yace encima, lo desbloqueo y lo dejo listo para comenzar el trabajo.

- ¿empezamos o qué? - les digo mirando a cada una con una sonrisa a lo que me las encuentro a las dos con cara de póker como si no dieran crédito a lo que acaban de ver. Al final reaccionan agarrando una silla cada una y arrimándola junto a mí.

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