Capítulo 4

—Te quiero dentro de mi ahora...— le exijo pero él no pretende obedecerme —te quiero dentro de mí ya mismo— le ordeno con firmeza en medio de mis gemidos, él se aparta de mi, me mira y sonríe, madre mía su sonrisa, de su pantalón saca un preservativos. Que bien preparado viene me gusta, con prisas se quita el pantalón, el bóxer y pone el preservativo, yo estoy jadeante, deseosa, lujuriosa y todo lo que el sexo conlleva, que buen tamaño y grosor tiene, espero que lo sepa usar, se acerca a mí, me abre de piernas y de una estocada se hunde en mí, me hace gritar... Me olvido del mundo incluso de que Mikeila está en casa, solo quiero que me penetre una y otra vez, que se siga hundiendo en mí sin descanso, sin piedad, me gusta, que rudo y salvaje es... Y madre mía si que lo sabe usar.

—Que apretada estás... ¿No eras virgen verdad?— le miro a los ojos, solo he tenido un novio y no teníamos relaciones más de dos veces por semana, y terminamos antes de mudarme a New York.

—No... No lo soy, no te detengas— una, tres, cinco, quince, treinta veces se hunde en mi, cada una más deliciosa que la anterior, gruñidos, jadeos, calor, morbo, deseo todo eso dan un ambiente arrollador y tremendamente morboso... Besos, mordidas mis uñas clavadas en su espalda le dan a saber que lo está haciendo bien, demasiado bien. Estoy al borde del frenesí, este hombre es realmente bueno.

—Vaya esa comida estará muy deliciosa— la voz de Mikeila llega a mis oídos y aún con la excitación a mil giro al lugar de donde proviene, mis ojos se abren de manera exagerada, ella sonríe desde la puerta de la cocina y como si nada pasara entra y va al frigorífico, intento que Jeff se detenga pero no lo hace, parece más excitado y más animado, le miro escandalizada pero él solo sonríe.

—Solo déjate llevar, estamos entre amigos, vamos piensa en el morbo, siente como ella nos mira, percibe esto que está en el aire, piensa en el placer que estás proporcionando, siéntete deseada— le miro incrédula ¿Pero que dice y por qué Mikeila nos mira con tal deseo? ¿Por qué no se ofende al vernos tener relaciones? Estoy incómoda, muy incómoda y apenada.

—Que pares ya joder...— grito, Jeff se detiene en seco, estamos agitados, sudorosos y muy calientes, no comprendo por qué no se me va la excitación con la pillada que nos ha dado mi amiga, aparto a Jeff de mi me bajo de la encimera busco mi ropa como una loca nerviosa y salgo corriendo a mi habitación para encerrarme —¿Pero que coño fue eso? ¿Por qué ella no se escandalizó? ¿Por qué no se dio media vuelta y salió corriendo mientras se disculpaba? ¿Por qué se paró ahí a vernos con esa cara de deseo y lujuria y aún más importante por qué Jeff no se detuvo y me dijo esas cosas, esas cosas que me excitaron aún más? ¿Por qué me excite?— Me meto al baño rápidamente para ducharme y que se me quite la calor, el fuego que siento dentro de mi, abro el grifo del agua fría y me meto bajo esta. Joder que fría está, una vez me ducho me seco y coloco ropa limpia ¿Cómo los voy a ver ahora a la cara?

Tocan la puerta y enseguida la voz de mi amiga se escucha ¿Mierda y ahora qué hago? Sé que debo abrir, no podré evitarlos por siempre, así que respiro profundo, me levanto de mi cama, camino a la puerta y la abro, no la miro a la cara no puedo.

—Venga tía... Tranquila... Estás como si te hubiera visto matar a alguien— me siento en la cama mirando el piso ¿Cómo puede estar tan tranquila? La escucho suspirar, segundos después está a mi lado— Catrina, siempre nos escuchas hablar de sexo, sabes que eso para nosotros es muy normal y creo que ya te habrás dado cuenta que el sexo no es un tabú, ni existe solo de la forma que tú la conoces, el sexo es un mundo, un juego, un estilo de vida que cada quien lleva como le plazca y ahí fuera vi en tu cara que a pesar de tu desconcierto te gustó y mucho, ser vista mientras mantienes relaciones sexuales puede ser muy estimulante y morboso, sé que ahora estás confundida y hasta sintiéndote mal por qué te gustó pero tranquila, es normal al principio, créeme debes expandir tu mente, si tú me dices ahora mismo que nada de esto te atrae, que te sentiste incómoda, que no quieres jamás ser vista, que eso no te gustó ni te provocó en nada cancelamos la salida de hoy— está vez le miro con atención, todo esto es muy nuevo para mí lo normal es que me sintiera ofendida, pero no es el caso, no puedo decirle que no me llamo la atención y no me gustó por qué no es así, eso me hizo sentir el momento más intenso y erótico de mi vida y me asusté.

—¿Por qué la cancelarias?— pregunto sin comprender ella me sonríe con cariño.

—Porque al lugar que te llevaremos, es para que conozcas nuestro mundo, nuestra pasión y ese estilo de vida que llevamos, el club de las tres P no es solo de fiesta, desorden, salidas a distraerse, va más allá de todo, cada uno de nosotros tenemos una conexión, es algo que nos une y al tú formar parte debes saber todo lo que conlleva, pero eso sí solo tú tienes el poder para hacer o dejar que hagan— le miro ahora más confundida ¿Que coño es esto una secta? ¿Me harán matar a alguien? Ella ha de ver mi gesto porque ríe divertida —sin duda no tienes que matar, joder Cat que te llevaremos a un lugar de intercambio de parejas a un swinger, pero tranquila no me mires así... Es solo para que conozcas, no te escandalices hay reglas ¿Recuerdas los exámenes que te obligue a hacer? Pues es para que saques tu credencial solo si te gusta claro— le miro, estoy totalmente asombrada ¿Cómo puede existir un lugar así? ¿Cómo es posible todo esto?

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