Capítulo 2

Todos nos apresuramos a tomar nuestras cosas para salir a comer, una vez en el restaurante vamos a nuestra mesa de siempre.

—Uisss un sexyman a mis 12— comenta Mikeila a los pocos minutos de pedir, nuestras miradas se dirigen de inmediato a donde indica incluido la de los chicos.

—¿Es enserio? Ese tío se nota que en la cama es un raro, solo miren como se viste por Dios, es todo un metrosexual— comenta Jeff.

—Pero si con los raritos es con los que más se experimenta— comenta Luna— joder esos tíos tienen más manía que el pan de pasas, les puedes meter el dedo por detrás y les fascina ¿Sabes tú lo que es cogerse a un hombre?— pregunta y está casi excitada.

—Por supuesto que no y no quiero ni averiguarlo ni saberlo— le advierte este.

—Igual te lo diré— le mira Luna— es algo asombroso, cuando te pones el arnés con un pito de 15 cm, cuando tomas el lubricante y se lo aplicas le acaricias ese asterisco con mimos, escucharlos gruñir y jadear por lo que le provocas no tiene precio, Joder sus miradas cuando están ansiosos es lo mejor que hay para ver, y cuando lo penetras y chillan de esa forma tan varonil Dios...— hace un gesto de gusto, yo debo estar en un color rojo chillón ¿Cómo pueden hablar de estas cosas con tanta naturalidad? Esto me perturba, no puedo evitar sentirme excitada por eso, en la cara de Mikeila hay una sonrisa traviesa, los chicos solo niegan con la cabeza.

—La verdad es que yo a esos gustos no llego— comenta Chris.

—Ni yo— le apoya Jeff.

—Pero respeto todo juego sexual— continua Chris— el sexo es para disfrutarlo, divertirse, aprender de el, es para sentirse realizado— nos mira— por eso respeto y no juzgo a nadie en este tema.

—Bien haces... Que viva el sexo— ríe Mikeila. Soy parte del grupo pero no entiendo como ellos pueden hablar tan abiertamente de esto, me dan la sensación que ellos se atreverían a follar en cualquier lugar que les agarre las ganas.

—Vamos Cat... Deja de sonrojarte, entiende que lo que hablamos es algo completamente natural y normal— me sonríe Luna.

—Es solo... Que se me hace un poco difícil pero creo que ya me acostumbraré— digo no muy convencida, pero vamos que si ahora soy una versión completamente mejorada y más atrevida de mi podré con esto.

Nos llevan nuestros platos y almorzamos entre risas, mis amigos son la diversión personificada y me gusta mucho.

—Cat... Pero te quieren comer con la mirada— me molesta Jeff.

—¿El qué?— pregunto sin comprender, le miro interrogativa.

—A tus 3— volteo sin ningún disimulo ahora tengo plena confianza en mí y en mi belleza, que por inaudito que parezca es mucha, un tipo castaño claro de ojos claros preciosos, trajeado pero más que parecer estirado se ve estúpidamente sexy, alto de mirada profunda, físico atrayente, sonrisa preciosa pero de cabrón.

—Un guaperas de linaje— comento —no quiero a ningún hombre en mi vida y ese se ve que quiere sexo puro y duro— nuestras miradas chocan, la sostenemos pero decido pasar de él y romper contacto visual —no me interesa— me encojo de hombros y sigo a lo mío. La comida está deliciosa y no merece dejarla en espera.

—Pero que cruel eres reina del mal— se mofa Chris haciéndonos reír a todos.

—Unas nacen y a otras las hacen, pero ya saben que en mi caso soy las dos— le guiño— voy al baño sin sus permisos— me levanto y me dirijo a los aseos, una vez entro hago pis y salgo, lavo mis manos, me miro al espejo, maquillaje perfecto, cabello perfecto, cuerpo de modelo, natural y perfecto quien lo diría el ejercicio me sirvió y mucho, ropa sexy sin pasar a lo vulgar, nadie me reconocería ni estando dos pasos cerca de mi, al ver mi reflejo en aquel cristal me gusta, me siento bien, me repito una y otra vez que esto es lo que siempre he sido. Salgo de los aseos —hostia— chillo al chocar con algo realmente firme, de inmediato desvío la mirada de mi bolso MK para ver al frente, me encuentro con unos pectorales firmes, aún debajo de esa camisa blanca se nota, sus fuertes brazos rodean mi cintura provocando quedar completamente pegada a su fuerte cuerpo, su perfume, joder su perfume tan varonil, tan delicioso y enloquecedor, es tan escandaloso y sutil a la vez, sentir ese poderoso cuerpo contra el mío provoca que mi cuerpo vibre, sus manos a mi alrededor hacen que mi corazón lata con fuerza.

—¿Estas bien?— mmm su voz... Esa voz que con solo escucharla debes agarrarte las bragas, ese acento brasileño si no me equivoco es sexy... Joder con mi pensamiento traicionero. Me obligo a deshacer su agarre y a apartarme de él.

—Estoy bien pero no gracias a ti— le suelto con desdén y de igual manera le miro, es aquel castaño, joder ¿Cómo puede tener asentó Brasileño si más blanco no puede ser? ni bronceado esta, este me sonríe, es una sonrisa de arrogancia.

—De hecho bonita, si no fuera por mí tú precioso culo estaría plantado en el piso ahora mismo— enarco una ceja tiene mucha razón pero no soy yo la que se la daré.

—Pues debiste dejarme caer ¿no? No te hubieras tomado el atrevimiento, pero claro lo hiciste consiente de que fue tu culpa que yo me estrellara contigo...

—Sí, pasa que yo venía con la mirada fija en mi bolso me disculpo— flipo pepinillos esté con sarcasmo ¿A mí? Él no sabe con quién se mete.

—Ni perdonado ni libre de pecado cabrón— le suelto de mal humor, no sé por qué pero lo hago— has de tener la vista fija en el camino cuando no me viste— sarcasmo— ahora quita tu blanco culo de mi camino— ajá yo soy morenita... ríe, se divierte, le divierto...

—Que boquita la que tienes... preciosa, pero debes tener cuidado, no siempre un galán como yo te tomará entre sus brazos— alucino... Pero alucino unicornios montando tortugas.

—¿Pretenciosidad dónde? Mira guaperas, puedes ser dos metros de puro músculo y lujuria pero eres un tonto nato ¿Crees que no sé lo que haces? Sé que me estabas mirando desde hace mucho, esperaste el momento indicado para seguirme y claro yo te di el pretexto idóneo para acercarte a mí, pero la cuestión es que no me interesas guaperas así pues sin permiso— paso por su lado pero este me toma por el brazo, sin previo aviso me volteo y le tiro un gancho derecho, nadie en su sano juicio me toma del brazo de esa manera sin mi consentimiento, mi puño va cerrado y muy rápido pero al parecer no lo suficiente, este lo esquiva sonríe y me toma del puño y cruza mis brazos dejándome de espalda contra su pecho, siento su dureza en mi espalda, joder se siente un bulto enorme, mi respiración se agita y no por la lucha que le doy para que me suelte, enserio necesito sexo urgente para no estar de caliente con todo lo que siento por ahí.

—Serás mía— me susurra al oído, sin más me suelta y se mete a los aseos de hombres dejándome ahí como una idiota, patidifusa, descolocada y descuadrada, me obligo a despegar mis pies del suelo y caminar a la mesa donde mis amigos me esperan ¿Quién se cree ese imbécil?

—¿Estas bien Cat?— se preocupa Jeff quien está sentado a mi lado— estás muy colorada y agitada— le miro, desde que cambie mi forma de ser ningún hombre se había aguantado mis palabras sin que su orgullo de machos se viera lastimado, pero este hasta un golpe me esquivo, joder que práctico kick boxing desde mis quince años.

—Estoy... estoy bien es solo que hace calor— me doy aire con la mano, me miran como si de una loca se tratara, la realidad es que hace frío y mucho. Cruzan miradas entre ellos y lo dejan estar.

Conversación, risas, mofas hasta que algo llama mi atención, es como si algo me atrajera, como si un imán atrayendo un metal, giro mi cabeza automáticamente a mi derecha y ahí está el cabrón ese mirándome con una sonrisa de gilipollas dibujada en su boca, yo que no soy menos también sonrío con malicia, acto seguido miro a Jeff acaricio su mejilla este me mira le sonrío y sin más lo beso, lo devoro, lo saboreo, mi lengua juega con la de él y vaya que el beso me está siendo bien correspondido, nos separamos por falta de aire, nos miramos a los ojos, Jeff tiene unos ojos color azules precioso tan preciosos como los de Zac Efron, el jodido incluso se parece a él, le sonrío como toda una devora hombres, este para mí suerte también lo hace y no pregunta nada, nuestros compañeros quedan con la boca hasta el piso.

—Hostia puta... Que bien lo tenían escondido— dice Mikeila con asombro total —¿Por eso es que no sucumbías a mis encantos verdad? Ya la jodia esta te tenía embrujado con su maleficio— no nos quitan ojo y como no allá van mis mejillas a arder.

—Corazoncitos...— susurra Luna.

—Cabrón me la ganó — bromea Chris y yo no sé ni dónde meterme.

—Bien vamos, quiten esas caras ¿Acaso no han visto nunca a nadie besarse? ¿Hablan abiertamente de sexo y esto les asombra?— estoy tan nerviosa que hablo demasiado alto y los comensales me miran, sin pretender miro al lugar donde vi a aquel hombre que me impulso a hacer esa locura y ahí está, serio sus ojos ensombrecidos y gesto tosco, ajá ¿y a este que cojones le pasó ahora? Sonrío con descaro, para mala yo.

Todos se levantan y salimos del lugar para ir a nuestro trabajos, una vez ahí todos se ponen a lo suyo, somos una locura pero muy responsables creo por eso encaje muy rápido.

—¿Me vas a explicar que fue eso?— Mikeila gira su silla y me mira, su mesa está a mi lado.

—Pues que el tipo me seguía mirando y le dejé en claro que no estoy disponible— me encojo de hombros para quitarle importancia.

—Jamás te lo dije pero Jeff se siente atraído por ti... Sabes que ahora pensará que...

—Pues le aclaro y le digo que no, que solo lo utilicé— le miro sería, no quiero seguir con el tema.

—Que cruel eres— sonríe y lo deja estar, suspiro ¿Enserio me estoy volviendo mala? Mi teléfono suena avisando un mensaje de WhatsApp es de mi amiga Miriam.

¿Ya superaste a Mike o debo enviarlo para que no cometas suicidio?

Sonrío al leerlo, ¡mi amiga está loca!

Ya han pasado nueve meses, él está más que superado.

¿Puedes preguntarme cómo estoy por lo menos?

Me apresuro a responder, su respuesta no se hace esperar

Lo sé pero yo no soy normal así que te aguantas, te extraño un mundo, esto no es nada sin ti, vuelve...

PDS. La plastibruja le está tirando los trastos a Mike.

Capítulos gratis disponibles en la App >

Capítulos relacionados

Último capítulo