Todos nos apresuramos a tomar nuestras cosas para salir a comer, una vez en el restaurante vamos a nuestra mesa de siempre.
—Uisss un sexyman a mis 12— comenta Mikeila a los pocos minutos de pedir, nuestras miradas se dirigen de inmediato a donde indica incluido la de los chicos.
—¿Es enserio? Ese tío se nota que en la cama es un raro, solo miren como se viste por Dios, es todo un metrosexual— comenta Jeff.
—Pero si con los raritos es con los que más se experimenta— comenta Luna— joder esos tíos tienen más manía que el pan de pasas, les puedes meter el dedo por detrás y les fascina ¿Sabes tú lo que es cogerse a un hombre?— pregunta y está casi excitada.
—Por supuesto que no y no quiero ni averiguarlo ni saberlo— le advierte este.
—Igual te lo diré— le mira Luna— es algo asombroso, cuando te pones el arnés con un pito de 15 cm, cuando tomas el lubricante y se lo aplicas le acaricias ese asterisco con mimos, escucharlos gruñir y jadear por lo que le provocas no tiene precio, Joder sus miradas cuando están ansiosos es lo mejor que hay para ver, y cuando lo penetras y chillan de esa forma tan varonil Dios...— hace un gesto de gusto, yo debo estar en un color rojo chillón ¿Cómo pueden hablar de estas cosas con tanta naturalidad? Esto me perturba, no puedo evitar sentirme excitada por eso, en la cara de Mikeila hay una sonrisa traviesa, los chicos solo niegan con la cabeza.
—La verdad es que yo a esos gustos no llego— comenta Chris.
—Ni yo— le apoya Jeff.
—Pero respeto todo juego sexual— continua Chris— el sexo es para disfrutarlo, divertirse, aprender de el, es para sentirse realizado— nos mira— por eso respeto y no juzgo a nadie en este tema.
—Bien haces... Que viva el sexo— ríe Mikeila. Soy parte del grupo pero no entiendo como ellos pueden hablar tan abiertamente de esto, me dan la sensación que ellos se atreverían a follar en cualquier lugar que les agarre las ganas.
—Vamos Cat... Deja de sonrojarte, entiende que lo que hablamos es algo completamente natural y normal— me sonríe Luna.
—Es solo... Que se me hace un poco difícil pero creo que ya me acostumbraré— digo no muy convencida, pero vamos que si ahora soy una versión completamente mejorada y más atrevida de mi podré con esto.
Nos llevan nuestros platos y almorzamos entre risas, mis amigos son la diversión personificada y me gusta mucho.
—Cat... Pero te quieren comer con la mirada— me molesta Jeff.
—¿El qué?— pregunto sin comprender, le miro interrogativa.
—A tus 3— volteo sin ningún disimulo ahora tengo plena confianza en mí y en mi belleza, que por inaudito que parezca es mucha, un tipo castaño claro de ojos claros preciosos, trajeado pero más que parecer estirado se ve estúpidamente sexy, alto de mirada profunda, físico atrayente, sonrisa preciosa pero de cabrón.
—Un guaperas de linaje— comento —no quiero a ningún hombre en mi vida y ese se ve que quiere sexo puro y duro— nuestras miradas chocan, la sostenemos pero decido pasar de él y romper contacto visual —no me interesa— me encojo de hombros y sigo a lo mío. La comida está deliciosa y no merece dejarla en espera.
—Pero que cruel eres reina del mal— se mofa Chris haciéndonos reír a todos.
—Unas nacen y a otras las hacen, pero ya saben que en mi caso soy las dos— le guiño— voy al baño sin sus permisos— me levanto y me dirijo a los aseos, una vez entro hago pis y salgo, lavo mis manos, me miro al espejo, maquillaje perfecto, cabello perfecto, cuerpo de modelo, natural y perfecto quien lo diría el ejercicio me sirvió y mucho, ropa sexy sin pasar a lo vulgar, nadie me reconocería ni estando dos pasos cerca de mi, al ver mi reflejo en aquel cristal me gusta, me siento bien, me repito una y otra vez que esto es lo que siempre he sido. Salgo de los aseos —hostia— chillo al chocar con algo realmente firme, de inmediato desvío la mirada de mi bolso MK para ver al frente, me encuentro con unos pectorales firmes, aún debajo de esa camisa blanca se nota, sus fuertes brazos rodean mi cintura provocando quedar completamente pegada a su fuerte cuerpo, su perfume, joder su perfume tan varonil, tan delicioso y enloquecedor, es tan escandaloso y sutil a la vez, sentir ese poderoso cuerpo contra el mío provoca que mi cuerpo vibre, sus manos a mi alrededor hacen que mi corazón lata con fuerza.
—¿Estas bien?— mmm su voz... Esa voz que con solo escucharla debes agarrarte las bragas, ese acento brasileño si no me equivoco es sexy... Joder con mi pensamiento traicionero. Me obligo a deshacer su agarre y a apartarme de él.
—Estoy bien pero no gracias a ti— le suelto con desdén y de igual manera le miro, es aquel castaño, joder ¿Cómo puede tener asentó Brasileño si más blanco no puede ser? ni bronceado esta, este me sonríe, es una sonrisa de arrogancia.
—De hecho bonita, si no fuera por mí tú precioso culo estaría plantado en el piso ahora mismo— enarco una ceja tiene mucha razón pero no soy yo la que se la daré.
—Pues debiste dejarme caer ¿no? No te hubieras tomado el atrevimiento, pero claro lo hiciste consiente de que fue tu culpa que yo me estrellara contigo...
—Sí, pasa que yo venía con la mirada fija en mi bolso me disculpo— flipo pepinillos esté con sarcasmo ¿A mí? Él no sabe con quién se mete.
—Ni perdonado ni libre de pecado cabrón— le suelto de mal humor, no sé por qué pero lo hago— has de tener la vista fija en el camino cuando no me viste— sarcasmo— ahora quita tu blanco culo de mi camino— ajá yo soy morenita... ríe, se divierte, le divierto...
—Que boquita la que tienes... preciosa, pero debes tener cuidado, no siempre un galán como yo te tomará entre sus brazos— alucino... Pero alucino unicornios montando tortugas.
—¿Pretenciosidad dónde? Mira guaperas, puedes ser dos metros de puro músculo y lujuria pero eres un tonto nato ¿Crees que no sé lo que haces? Sé que me estabas mirando desde hace mucho, esperaste el momento indicado para seguirme y claro yo te di el pretexto idóneo para acercarte a mí, pero la cuestión es que no me interesas guaperas así pues sin permiso— paso por su lado pero este me toma por el brazo, sin previo aviso me volteo y le tiro un gancho derecho, nadie en su sano juicio me toma del brazo de esa manera sin mi consentimiento, mi puño va cerrado y muy rápido pero al parecer no lo suficiente, este lo esquiva sonríe y me toma del puño y cruza mis brazos dejándome de espalda contra su pecho, siento su dureza en mi espalda, joder se siente un bulto enorme, mi respiración se agita y no por la lucha que le doy para que me suelte, enserio necesito sexo urgente para no estar de caliente con todo lo que siento por ahí.
—Serás mía— me susurra al oído, sin más me suelta y se mete a los aseos de hombres dejándome ahí como una idiota, patidifusa, descolocada y descuadrada, me obligo a despegar mis pies del suelo y caminar a la mesa donde mis amigos me esperan ¿Quién se cree ese imbécil?
—¿Estas bien Cat?— se preocupa Jeff quien está sentado a mi lado— estás muy colorada y agitada— le miro, desde que cambie mi forma de ser ningún hombre se había aguantado mis palabras sin que su orgullo de machos se viera lastimado, pero este hasta un golpe me esquivo, joder que práctico kick boxing desde mis quince años.
—Estoy... estoy bien es solo que hace calor— me doy aire con la mano, me miran como si de una loca se tratara, la realidad es que hace frío y mucho. Cruzan miradas entre ellos y lo dejan estar.
Conversación, risas, mofas hasta que algo llama mi atención, es como si algo me atrajera, como si un imán atrayendo un metal, giro mi cabeza automáticamente a mi derecha y ahí está el cabrón ese mirándome con una sonrisa de gilipollas dibujada en su boca, yo que no soy menos también sonrío con malicia, acto seguido miro a Jeff acaricio su mejilla este me mira le sonrío y sin más lo beso, lo devoro, lo saboreo, mi lengua juega con la de él y vaya que el beso me está siendo bien correspondido, nos separamos por falta de aire, nos miramos a los ojos, Jeff tiene unos ojos color azules precioso tan preciosos como los de Zac Efron, el jodido incluso se parece a él, le sonrío como toda una devora hombres, este para mí suerte también lo hace y no pregunta nada, nuestros compañeros quedan con la boca hasta el piso.
—Hostia puta... Que bien lo tenían escondido— dice Mikeila con asombro total —¿Por eso es que no sucumbías a mis encantos verdad? Ya la jodia esta te tenía embrujado con su maleficio— no nos quitan ojo y como no allá van mis mejillas a arder.
—Corazoncitos...— susurra Luna.
—Cabrón me la ganó — bromea Chris y yo no sé ni dónde meterme.
—Bien vamos, quiten esas caras ¿Acaso no han visto nunca a nadie besarse? ¿Hablan abiertamente de sexo y esto les asombra?— estoy tan nerviosa que hablo demasiado alto y los comensales me miran, sin pretender miro al lugar donde vi a aquel hombre que me impulso a hacer esa locura y ahí está, serio sus ojos ensombrecidos y gesto tosco, ajá ¿y a este que cojones le pasó ahora? Sonrío con descaro, para mala yo.
Todos se levantan y salimos del lugar para ir a nuestro trabajos, una vez ahí todos se ponen a lo suyo, somos una locura pero muy responsables creo por eso encaje muy rápido.
—¿Me vas a explicar que fue eso?— Mikeila gira su silla y me mira, su mesa está a mi lado.
—Pues que el tipo me seguía mirando y le dejé en claro que no estoy disponible— me encojo de hombros para quitarle importancia.
—Jamás te lo dije pero Jeff se siente atraído por ti... Sabes que ahora pensará que...
—Pues le aclaro y le digo que no, que solo lo utilicé— le miro sería, no quiero seguir con el tema.
—Que cruel eres— sonríe y lo deja estar, suspiro ¿Enserio me estoy volviendo mala? Mi teléfono suena avisando un mensaje de WhatsApp es de mi amiga Miriam.
¿Ya superaste a Mike o debo enviarlo para que no cometas suicidio?
Sonrío al leerlo, ¡mi amiga está loca!
Ya han pasado nueve meses, él está más que superado.¿Puedes preguntarme cómo estoy por lo menos?
Me apresuro a responder, su respuesta no se hace esperar
Lo sé pero yo no soy normal así que te aguantas, te extraño un mundo, esto no es nada sin ti, vuelve...
PDS. La plastibruja le está tirando los trastos a Mike.
Una triste sonrisa se dibuja en mis labios, también extraño aquel lugar que me hizo lo que soy ahora, gracias a su crueldad, pensar en que Jennifer tiene entre sus garras a Mike me entristece, esa mujer es como una penitencia para todo el que la rodea, ella es como una prueba del señor en donde una persona sabe hasta dónde puede llegar cuando la conoce, la tía es difícil.Lo sé amiga mía, en cuanto pueda te iré a visitar también te extraño, en cuanto a Mike por favor sálvalo, enciéndele fuego así la plastibruja no se acerca por miedo a derretirse. Debo trabajar hablamos después.
—Te quiero dentro de mi ahora...— le exijo pero él no pretende obedecerme —te quiero dentro de mí ya mismo— le ordeno con firmeza en medio de mis gemidos, él se aparta de mi, me mira y sonríe, madre mía su sonrisa, de su pantalón saca un preservativos. Que bien preparado viene me gusta, con prisas se quita el pantalón, el bóxer y pone el preservativo, yo estoy jadeante, deseosa, lujuriosa y todo lo que el sexo conlleva, que buen tamaño y grosor tiene, espero que lo sepa usar, se acerca a mí, me abre de piernas y de una estocada se hunde en mí, me hace gritar... Me olvido del mundo incluso de que Mikeila está en casa, solo quiero que me penetre una y otra vez, que se siga hundiendo en mí sin descanso, sin piedad, me gusta, que rudo y salvaje es... Y madre mía si que lo sabe usar.—Que apretada estás... ¿No eras virgen verdad?— le miro a los ojos, solo he tenido un novio y no teníamos relaciones más de dos veces por semana, y terminamos antes de mudarme a New York.—No...
Aquí estoy metida en un vestido de cocktail corto negro corte tipo halter y espalda semidescubierta con acabados de encaje y tocado en dorado, sexy, sutil, llamativo, pero no vulgar, consejo de Mikeila, será mucho más fácil a la hora de desvestirme o de vestirme si acepto jugar.Me ordenó que no llevara bragas pero eso sí que no lo acepté, aún no sé por qué estoy dispuesta a ir a ese lugar estoy muy confundida y turbada, me siento cohibida y hasta sucia ¿Qué tal si las personas se enteran de lo que hago en mi tiempo libre? La realidad es que no sé si podré hacer esto, no me creo capaz de tener sexo mientras me miran o tener sexo con varias personas a la vez, estoy tratando de relajarme pero la ansiedad no me deja, solo de imaginarme el lugar ya veo pechos y pollas al desnudo, personas follando en las esquinas
—Te lo dije es un lugar como cualquier otro, aquí estás en la zona del bar, música relajante, ambiente animado, personas comunes tomando y hablando con amigos, en este lugar está prohibido como ya te dije cualquier acto sexual, aquí puedes conocer personas, pasarlo bien y si se agradan pasar a la siguiente sala— me guía, yo lo miro todo alucinada, no hay desnudos, no hay gemidos, ni olor a sexo; al entrar a la siguiente sala de igual manera lo miro todo, esta es un poco más oscura, también hay barra, no hay mesas solo banquillos en la barra y un sofá en la esquina, música más movida, personas besándose, algunas se miran con deseos, otras meten mano —esta es la sala abierta, es el siguiente nivel, es aquí el lugar donde pides agua y te dan una toalla pequeña, mira ahí— me señala y yo miro— ¿Vez como la está masturbando?
—¡No!— digo en un susurro, él no da crédito a lo que escucha y yo no me creo lo que digo —¡No! No seré tuya— contra todo pronóstico y con un esfuerzo sobre humano me separo de él dejándolo descuadrado, me mira, mierda esa mira, tan seria, juro que se ve más sexy de lo que ya era, solo puedo pensar en lo gratificante y doloroso que está siendo para mí poder resistirme a él y lo desconcertante que debe ser para él que alguien se le resista, pero para mí sorpresa su expresión cambia de inmediato y me sonríe, ahora mi gesto debe ser el desconcertado.—Logre lo que quería, me deseas tanto como yo a ti, tu cuerpo me pide a gritos y tú lo sabes, quieres probarme, quieres tenerme entre tu humedad, quieres que te toque y te enloquezca y tarde o temprano no lo soportaras más, además de dejar en claro que tú eres mía, cada persona en este club me conoce y por solo besarte de la manera en la que lo hice saben que me perteneces— ahora le miro incrédula ¿Pero de qué cojones está hablando?.<
—Alonso...— le miro, ahí está el muy cambiado para bien claro, piel morena, esos ojos verdes que me enloquecían, esa sonrisa de niño bueno y esa mirada tan dulce, cuerpo atlético pero sin músculos, alto y elegante, muy elegante, trajeado con saco y corbata, quién diría que fuera un maldito —pero que bien te trata la vida hombre...— finjo indiferencia, me mira asombrado jamás hablaría así siendo la antigua Cat.—A ti te a tratado mucho mejor que a mi— no quita ojo y me estoy incomodando horrores, lo conozco sé que me quiere decir algo y rezo por que no sea lo que pienso —muñequita yo...
—¿Es cierto esto señorita?— pregunta el oficial aún sin creer, miro con malicia a Sebastián quien me mira con gesto de advertencia, bien puedo hacer que pase una buena noche en la comisaría, pero también yo la pasaría para declarar, cuando estos me miran con insistencia me obligo a responder con sensatez.—Si oficial, es cierto, soy muy juguetona y traviesa como dice mi sexyman— le sonrío, le doy un apretón de nalga que lo hace gruñir.—Esta bien, pero traten de no
—¿Te han dicho que los dos primeros minutos después de que un hombre alcanza el clímax son los dos minutos más vulnerables para ustedes?— le miro con mucha maldad, debo mirar hacia arriba para verle a la cara, él me mira desde su altura pero no se mueve ni un milímetro, estamos serios, muy cabreados uno con el otro —¿Jamás te han dicho que no desates los demonios si no conoces el infierno?— le hundo mi dedo índice en el pecho —eres lo más estúpido, lo más bajo, lo más desagradable, lo más tonto, lo más cabron que a parido tu madre...—Esa boca— gruñe entre los dientes.—Esa boca mis cojones, eres un gilipollas... ¿Cómo puedes dejarme así? ¿Cómo puedes atreverte? maldita sea... Eso fue muy bajo muy bajo...— estoy furiosa.—¡Esa puta boca! Ya te lo he dicho modera esa manera de hablar una mujer no debe expresarse de esa manera, te advertí que te castigaría y tú pasaste de mi, ignoraste cada unas de mis advertencias y aún así hacías lo que querías, no tienes que recla