Capítulo 7: Rumores

Bufé al ver nuevamente el sitio web de TMZ. Le di un trago al vaso con whisky mientras golpeaba suave la mesa con mis dedos.

Ya han pasado tres días desde la noche en la que Alyssa durmió en mi casa. No he tenido mayor contacto con ella y tampoco he querido ir al nightclub, en realidad es una tortura verla y saber que todos los hombres están teniendo los mismos pensamientos sucios que yo tengo en esos momentos.

Noticias de última hora —Sean entró a mi oficina con su celular en las manos mientras leía lo que segundos antes yo había releído por sexta vez—. ¿La hija mayor del matrimonio Carlson ya está emparejada?

Alyssa Carlson, hija mayor del empresario Jeffrey Carlson, es vista saliendo del Aeropuerto Internacional John F. Kennedy junto a un tal Andreus Davis. ¿Será este su nuevo amor? Hay que recordar que nunca hemos conocido a una pareja de Alyssa, ¿será Andreus Davis el primer chico con el que la veamos de la mano en las calles?

Puse los ojos en blanco al escuchar su intento fallido de parecer periodista. Miré mi computador y vi las fotos; una donde Alyssa lo miraba con la ceja alzada mientras sonreía y otra donde él la ayudaba a bajar las escaleras.

Realmente debe ser alguien muy importante como para haberlo ido a buscar vestida tan jodidamente bien. No me malinterpreten, siempre se ve como una diosa, pero esta vez sobrepasó los límites de belleza. Llevaba un vestido rojo ceñido al cuerpo que le llegaba un poco más arriba de los que usualmente utilizaba, tenía un escote pronunciado pero no se veía nada vulgar con él. Su cabello tenía unas ondas suaves y sus labios tenían el mismo color de su vestido.

—Ya estaba enterado.

—¿Sabes quién es? —negué encogiéndome de hombros—. Nadie importante la verdad, al parecer, y por lo que pude ver en su Instagram, es Licenciado en Historia —se sentó frente a mí cruzándose de brazos—. No creo que te intimide la llegada de ese tal Andreus, ¿o sí?

—No me intimida, solo me interesa saber quién es y por qué vino exactamente.

—Fácil, cuando te juntes con Jeffrey le

hablas con gracia sobre lo que salió en TMZ y él te contará algo que te sirva para responder tus preguntas, estoy seguro.

—¿Y si la obligo a cenar conmigo hoy?

—Será muy notorio, no le has hablado hace días y ¿justo ahora que se le vio con un chico tú la invitarás a cenar? No, definitivamente es muy mala idea.

¿Por qué me interesa tanto saber quién es ese cabrón?

NARRA ALYSSA:

—Y dime, ¿por qué mi madre no pudo venir? —miré de reojo a Andreus, quien me miraba con la ceja alzada mientras yo conducía.

—No le avisaste con anticipación que llegarías hoy —me encogí de hombros mientras cambiaba la canción que sonaba en la radio—. Estos días había estado con un dolor horrible de muela y por fin había conseguido una hora con el dentista, no podía faltar solo porque a su hijo se le olvidó avisarle antes

—Y como eres una buena patrona te ofreciste a ser tú la que vendría a buscarme. Impresionante, no me hubiese esperado eso de una multimillonaria como tú.

—Ay cállate —puse los ojos en blanco—. Marisa es parte de mi familia, haría cualquier cosa para ayudarla.

—Lo sé, siempre me ha hablado bien de los Carlson, especialmente de ti. Al parecer eres la más cercana a ella, y lo agradezco. Desde que me fui a California a estudiar tenía el miedo de que se sintiera sola acá, pero al parecer no fue así gracias a ti y los tuyos.

—Claro, Marisa ha estado en mi vida desde que soy pequeña, de hecho me parece impresionante que nunca antes nos hayamos visto.

—Cuando mis padres se separaron yo me quedé viviendo con él, mi madre vivía acá y yo no podía quedarme en la casa donde ella trabajaba —apuntó la carretera al ver que estaba más preocupada de poner buena música que mirar al frente, así que él siguió a cargo de la radio—. Y mírame ahora, tengo 22 años y viviré en tu casa por un tiempo. Que ilógico, no viví ahí de pequeño y viviré ahora que ya soy un adulto joven.

—¿Qué importa? Marisa está feliz y eso nos hace feliz a nosotros también.

Vi como sonreía, asintió y miró mi casa con la boca a abierta.

—¿Voy a vivir en una maldita mansión?

—Pues sí, que suertudo.

Estacioné mi auto y Andreus sacó su equipaje del maletero.

—¡Hijo! —Marisa salió y se acercó a él rápidamente para darle un abrazo bien apretado.

Comenzaron a hablar sobre cosas que no eran de mi incumbencia, así que entré a la casa y me dirigí a mi habitación para darme un baño. Me puse ropa cómoda y me acosté en la cama con mi computador en las piernas.

Fruncí el ceño al ver la gran cantidad de mensajes que tenía en Instagram. La mayoría de modelos y uno de alguien realmente cercana a mí, Chyler.

"¿Ya viste lo que TMZ está diciendo?"

Busqué rápidamente tmz.com y lo primero que salía era una foto mía junto a Andreus y una pregunta bien estúpida: ¿La hija mayor del matrimonio Carlson ya está emparejada?

Puse mis manos sobre el rostro frustrada.

A veces odio ser hija de Jeffrey.

No es primera vez que aparezco en el portal de TMZ. La primera vez fue cuando salí en la portada de la revista Marie Claire con la espalda totalmente desnuda; según ellos era impresionante verme en esa faceta, ya que todos me tienen catalogada como una hija ejemplar.

La segunda vez fue cuando Ryan O'prey, un modelo famoso de Nueva York, comentó una de mis fotos con un "perfecta 😍🔥". Obviamente comenzaron a decir que él y yo teníamos algo, pero en realidad sólo éramos buenos compañeros de trabajo.

"Espero que esto se olvide pronto, es solo el hijo de Marisa"

Le envié a Chyler molesta, pero reí al ver su comentario. Según ella todos van a hablar de las nuevas imágenes de Jacob Elordi junto a Kaia Gerber, así que en unos minutos nadie recordará las de Andreus y yo.

En estos momentos quiero ser Kaia para estar con ese bombón

Dejé el computador a un lado al escuchar Nothing Breaks Like a Heart de Miley Cyrus. Alguien me estaba llamando.

Hey.

Mordí mi labio inferior al escuchar la voz de Mikkel. Que yo recuerde no le he dado mi número.

—Hey.

Fruncí el ceño al escuchar sólo su respiración.

¿Qué tal todo?

—Todo bien, gracias.

Era la conversación más extraña que había tenido, realmente no sé por qué llamaba.

Que bueno, me alegro.

—Mikkel, ¿pasa algo?

Ehh... nada en realidad, sólo quería saber cómo estabas. Ya sabes, no hemos hablado en días.

—No te he visto en el nightclub, ¿has tenido mucho trabajo?

Sí, demasiado.

Moví mi pierna nerviosa. Esto era muy raro.

—¿Hay algo que tengas que decirme? No sé, esta llamada está siendo muy extraña.

Bueno, quería preguntarte algo...

—Ok, pregúntame.

Yo... Bueno, quería saber... Yo sé que no es de mi incumbencia, pero...

Nada, duerme bien.

Alejé el celular de mi oreja al notar que ya había colgado, lo dejé en la cama y aún con el ceño fruncido dejé mi mirada sobre un punto imaginario del techo.

¿Qué había sido eso?

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