Rick se acerca con una expresión que no habían visto antes en él, por instinto Samantha retrocede un paso, ahora se dirige a ella.
—Samantha no sabía que acostumbras traer hombres a tu habitación —abre los ojos asombrados no puede creer que le esté hablando de esa manera —por lo visto no puedes estar tranquila...
Antes que termine de hablar la palma de la mano de Samantha se estrella en el rostro de Rick, está furiosa, él no tiene ningún derecho a hablarle así, mucho menos después de haberle dejado claro que no siente nada por ella.
—Tranquilo Rick no pasa nada solo la acompañé — Frank trata de calmar la situación.
Rick no retira su mirada de Samantha se miran fijamente, ella ha sido la primera mujer capaz de darle una bofetada.
Samantha voltea a ver a Frank y se despide.
—Gracias Frank, buenas noches.
Abre la puerta e ingresa cerrándola con fuerza tras de ella, se asoma en silencio por la ventana, ve como Frank se va con Rick.
RICK
“Daniela es peor que un dolor de muelas, no me ha dejado tranquilo en toda la noche”, Rick se lamenta de haberla dejado quedarse en la fiesta ahora esta ebria y no tuvo otra opción que subirla a una de las habitaciones de invitados.
Rick no ha podido sacar a Samantha de su cabeza y el hecho de que la mayor parte de la noche ha estado acompañada de Frank.
Rick comienza a caminar de un lado a otro como león enjaulado en su habitación ya todos se han ido y él está intranquilo.
“Iré a buscarla aún tengo ganas de pasar un rato con ella, aunque no sé si me quiera ver”
Ese pensamiento se apodera de él y camina decidido hasta las habitaciones de servicio.
Rick llega y los ve conversando, conoce a Frank y sabe que no se va a ir sin besarla.
—¡FRANK! ¿Qué haces acá? Esta área es privada —se acercó y ve como Samantha retrocede un paso —Samantha no sabía que acostumbras traer hombres a tu habitación —me mira asombrada —por lo visto no puedes estar tranquila...
Antes que termine de hablar su palma se estrella en mi cara, estoy furioso nunca nadie me había abofeteado antes.
—Tranquilo Rick no pasa nada solo la acompañé —escucha las palabras de Frank, pero no puede apartar la vista de ella, que ingresa a su habitación azotando la puerta.
—¡QUE DIABLOS PASA CONTIGO AMIGO! —Frank trata de calmarlo —¿estas con ella? ¿quieres algo con ella?
—Para nada, sabes que después de lo que pasó no me interesa nadie — trata de sonar seguro.
—No es lo que me pareció — Frank coloca una mano sobre el hombro de Rick —no debes cerrarte a la posibilidad de volver a sentir.... — antes que termine de hablar Rick lo interrumpe.
—Cambiemos de tema —caminan de nuevo dentro de la mansión
—No me habías dicho que Samantha estudia Administración y además es muy buena compañía
—No veía por qué te lo tendría que decir o ¿acaso estás interesado en ella?
Rick trata de lucir relajado, pero dentro de él hierve al pensar que Frank intenta algo con Samantha.
—Me parece bastante guapa e interesante, creo que vendré a tu palacio más seguido, claro si no te molesta—la mirada de Frank es penetrante está esperando ver su reacción
Frank lo hace a propósito se ha dado cuenta de que Rick se está enamorando y quiere hacerlo sentir celoso, para que empiece a reconocer sus sentimientos.
—Frank, estoy cansado discúlpame debo ir a descansar —camina en dirección a su habitación.
—Te llamo mañana —le grita desde donde lo dejo.
SAMANTHA
Ayer todo se salió de control, Samantha debe alistarse para empezar el día, se coloca un pequeño vestido de verano, fresco de tiras y sale a ayudar con el desayuno, Rick ya está ahí sentado, no la mira mucho menos le habla.
Samantha continúa con normalidad, no quiere hacerle caso a su actitud.
Samantha ingresa al salón de juegos a limpiar la mesa de billar, de pronto siente un cuerpo colocarse detrás de ella, no tiene que ser adivina para saber que es él.
Rick con su mano retira el cabello de Samantha dejándolo a un costado, mientras besa la clavícula y la oreja, Samantha apoya su cabeza para atrás para darle mayor espacio, su mano izquierda agarra la cadera de Samantha y la otra la sube por debajo de su vestido hasta llegar a su vagina, Rick mete la mano dentro de su braga y se abre paso por sus pliegues, hace que le den pequeños espasmos, con la otra mano le jala del cabello, su agarre es fuerte pero no la lastima, Samantha empuja el trasero acercándose y frotándose contra su creciente erección.
—Tú eres solo mía, ¿Entendiste?
Rick le habla al oído, ahí está ese posesivo que a ella le fascina, se soba más fuerte contra él.
—Sí... amo... dame duro.
Con estas palabras Rick la voltea y besa, su lengua se mete dentro de la de ella, mientras sus manos exploran todo su cuerpo dejándola desnuda.
—Arrodíllate — Samantha hace lo que le pide, Rick se baja el pantalón dejando su enorme miembro hinchado al descubierto, inmediatamente se le hace agua la boca a Samantha —todo tuyo.
Comienza a lamerlo suavemente puede ver cómo la mira desde arriba, con una sonrisa de satisfacción, pasa la lengua desde la mitad de sus testículos hasta llegar a su miembro, da pequeños gemidos de satisfacción, lo mete a su boca lo más que puede ayudar con sus manos y comienzo a succionar, extraer pequeñas gotas de pre semen, que saben deliciosas.
—Carajo vas a ser que me venga en tu boca
Samantha no hace caso a sus palabras y continua, la levanta y apoya contra la mesa de billar, ingresa dentro de ella con fuerza de una sola estocada, haciéndola soltar un grito de placer, curva su espalda para darle entrada a sus pechos, él los recibe con gusto, besa muerde y lame cada uno de ellos estirando la punta de los pezones duros por la excitación, su penetración es fuerte y rápida sus manos están en el trasero de Samantha apretandola y empujándola hacia él.
—Que rico amo… Ah..., así más duro, quiero tu leche sobre mi
Al decir estas palabras Rick la mira y sonríe maliciosamente, después del segundo orgasmo de ella, Rick sale de su interior y se viene encima de ella, su leche cae por sus pechos, bajo vientre y estómago, está literalmente bañada de él, Samantha pasa su dedo índice limpiando un poco de su pecho y lo meto a su boca chupandolo, mirándolo fijamente a los ojos.
—Delicioso.
Samantha dice esto mientras chupa su dedo, el rostro de Rick dibuja una gran sonrisa y la besa, pero este beso es diferente, no tiene la intención de ir más allá, simplemente es un beso tierno y delicado, cuando se aleja le acunó el rostro y besa su frente.
—Vamos a bañarnos.
Rick la toma de la mano y caminan juntos hacia la habitación de él, donde ingresan a la ducha, Samantha se para bajo el chorro de agua fresca, empieza a sentir las manos de Rick acariciar sus pechos, se apoya contra él y siente su erección en su espalda baja.
—Otra vez duro — su voz es casi un susurro y una sonrisa maliciosa se dibuja en su rostro apoya su espalda contra él con sus manos comienza a masturbarlo, la mano de Rick aprieta el pecho de Samantha, acariciando su pezón que esta duro por la excitación y la otra va directo a su sexo, introduce sus dos dedos dentro de ella y soba su clítoris, provocando gemidos de placer y que su espalda se arquee.
Luego Rick la gira, apoyándola contra la pared se arrodilla, coloca una de las piernas de Samantha su hombro y se abre paso por su sexo con su lengua, lame, muerde y succiona mientras sus dedos se mueven dentro de ella, las manos de Samantha acarician su sedosa cabellera.
Ni el ruido del agua cayendo puede ahogar sus gemidos, están en lo más profundo del Nirvana.
Luego Rick se pone de pie, Samantha enrosca sus piernas alrededor de las caderas de él, Rick ingresa en ella con fuerza, sus manos mueven su trasero dándole impulso para la penetración, ella se agarra de sus hombros por qué siente que si no lo hace se desmayará ahí mismo
—Qué ...... rico.... así….
Después de unos minutos se viene dentro de ella, que bueno que Samantha tome esas estúpidas pastillas para regular la regla ahora le están sirviendo, sus fluidos se juntan, se quedan por unos segundos abrazados bajo el chorro de agua.
Terminan su largo baño en silencio, era como si al hablar rompiera ese momento, Samantha lo ve salir y secarse, lo ve pasar la toalla por sus músculos, su trasero firme y ese miembro que aún en descanso sería la envidia de muchos, no puede dejar de observar y él lo nota.
—¿Te gusta lo que ves? —se acerca a ella cogiéndola por las caderas y pegándola a él.
—No —le sonríe y comienza a pasar sus dedos por los músculos de sus brazos.
—Mentirosa.
Rick la besa sin la intención de ir más allá, se separa colocándose un buzo y una camiseta, camina hacia la puerta.
—Debo trabajar en el despacho un momento, quédate a descansar ya vuelvo —sale y cierra la puerta.
Samantha camina como si estuviera entre las nubes, se lanza en la cama mirando el techo, sus dedos recorren sus labios aun hinchados, cierra los ojos y recuerda sus encuentros, puede percibir su olor en las sábanas y almohada todavía sin tender, se levantó para arreglarla.
Levanta las sábanas y cae una braga de encaje color lila, es una puñalada en su pecho, en un segundo la realidad la abofetea, deja todo tirado y sale de ahí lo más rápido que puede, tropezando con lo que se le atraviese sus manos le sudan y siente la cabeza darle vueltas.
“¿Qué hago? ¿Le reclamo? Con qué derecho, quedó claro que no quiere nada serio conmigo, seguro ayer se acostó con esa tal Daniela y ha dejado su ropa interior”, su pensamiento la apuñala.Va directo a su habitación, se cambia de ropa, agarra sus cosas y sale a estudiar, necesita salir de esa casa, siente que le falta el aire.Por suerte su nana viajó a su pueblo a visitar a un familiar enfermo, Samantha no hubiera querido que la vea en este estado.Sale de la casa caminando rápidamente cuando una voz la detiene.—Samantha, ¿Cómo estás? —voltea y Frank está parado con una tierna sonrisa.
Samantha y Andrea llegan al lugar de moda, una fila enorme les da la bienvenida, Andrea jala de su mano y se dirigen a la puerta de ingreso, le sonríe a uno de los de seguridad, este la saluda y las deja pasar, escuchan a las chicas de la fila reclamar, Andrea se voltea y les levanta el dedo medio, ríen e ingresan.El lugar es enorme, el olor a alcohol, cigarrillo y marihuana inundan sus fosas nasales, la música electrónica suena en todo el ambiente. Caminan hacia la barra, piden dos tequilas para entrar en ambiente, lo toman de golpe y sueltan un grito de alegría, un rubio se acerca donde Andrea a sacarla a bailar, esta mira a Samantha, le sonríe en señal de aprobación.—Estaré bien — le dice y Andrea se va.Se acerca un chico pelinegro a sa
El día paso rápidamente entre besos y caricias, han pedido el almuerzo, no se han separado ni un instante, es hora de que hablen, Samantha ha estado postergando todo el día.—¿Sigues acostándote con Daniela? — suelta la pregunta como si no fuera importante.Se cachetea mentalmente, como puede soltar la pregunta así, toma un trago grueso de whisky, siente el amargo de su sabor pasar por su garganta y quemarla por dentro.Rick voltea a mirarla asombrado por la pregunta, pero automáticamente se le dibuja una sonrisa en el rostro.—¿Estás celosa?—Para nada, simple curiosidad — se encoge de hombros — solo quiero saber si tambi
SamanthaEl despertador suena, me estiro entre las sábanas, hoy no tengo ganas de salir de mi habitación, doy vueltas hasta que caigo de la cama —Auch... —eso me pasa por floja, me coloco de pie, ingreso a la ducha para despertar, me alisto para ir a la universidad hoy tengo clases en la mañana, antes tengo que dejar todo dicho en la casa.Salgo ya vestida, con mi mochila en los hombros, llevo puesto un pantalón de mezclilla rasgado, un top blanco con zapatos deportivos del mismo color, suelto mi cabello y me dirijo a la cocina, me quedo estática, parece que me golpee la cabeza muy fuerte y estoy viendo visiones, parpadeo un par de veces, mi corazón recibe una punzada, es real, ella está acá, la veo regresando el desayuno y dirigiendo qué es lo que se
—¡¿Qué está haciendo acá?! — estoy desnuda, tapándo con una mano mis partes y mis pechos los cubro con mi brazo.—¡Qué crees que hago! — se pone de pie — Esperándote ¿Por qué no llegaste a dormir? — su cara y sus palabras son de enojo.—Eso a usted señor Morris no le incumbe, así que ¡salga de mi habitación! — lo miro decidida.—No lo haré hasta que me digas donde pasaste la noche, te dije que tú eras solo mía — hace una pausa y siento como me recorre con la mirada —me parece absurdo que te cubras cuando he visto cada milímetro de tu piel — se acerca, veo sus ojos arder de deseo, mis mejillas se tornan rojas, pero no
—Déjame terminar por favor…Lo que te dije el otro día, no sabes cuan equivocado estaba… tú no eres solo para pasar el rato ni solo diversión, te quiero a mi lado, pero…. Si tú no me quieres solo dimelo y entonces… intentaré todos los días hacer que te enamores de mí.Una gran sonrisa se dibuja en mi rostro no puedo creer lo que estoy escuchando, una lágrima de felicidad rueda por mi mejilla, su mirada se transforma en preocupación.—¿Estás bien? No era mi intención hacerte llorar — limpia con su pulgar mi lágrima.—Las chicas también lloramos cuando estamos felices — me sonríe y nos besamos, nuestro beso se vuelve cada vez más ardiente.
—No te permito que le hables así, ¿Qué haces acá? Ya estás empacando tus cosas — le habla con desprecio.—¿Por esta tipa es que me dejas? — se acerca a mí de manera amenazante, si cree que le tengo miedo se equivoca, la miro fijamente.—Tú fuiste quien me engaño a mí y eso fue hace mucho, además yo no volvería contigo así seas la última mujer sobre la tierra — el tono de su voz es firme, está seguro de lo que dice y eso me alegra.—Rick por favor, nosotros nos amamos—pone cara de niña buena, de no haber matado ni una mosca en su vida, no le queda, está fingiendo y se nota.
—El señor Morris, está en una reunión, pero… no tengo ninguna cita programada después de eso, así que no la podrá atender, tendrá que sacar cita para otro día — me mira con desprecio por un segundo antes de regresar su mirada al computador de su escritorio.—Esperaré que termine su reunión, él me está esperando… aunque no lo tenga agendado — trato de sonreir, no me gustaría llevarme mal con la secretaria de mi hombre… “Mi hombre” qué bien sonó eso en mi cabeza.—Como desees, pero yo de ti no me haría ilusiones, el señor no recibe a nadie que no tenga una cita previa agendada — su voz está cargada de fastidio y me indica con la mano que me aleje — está