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POV

―Señora Kennard entiendo que le dio trabajo a ella por su condición de madre sortera, pero por respeto debió avisarme ―le reclamo a la antedicha anterior, contrato a otra en mi lugar sin ni siquiera avisarme, me salta con la excusa barata de que lo otorgo a una madre soltera, es una mentira más de la suyas, bien tal vez me despido a causa de que no le caigo a su caprichosa nieta ―. No le rogare señora quédese con su trabajo de mierda.

Lanzo con frustración mi teléfono al sofá ¡claro que no al suelo! Mis ahorros no los descompletare. Me paso las manos por mi rostro no tengo idea a donde acudir perdí toda esperanza de recuperar mis empleos extra, con la señora Kennard no cuento y los del bar los clausuraron a causa de encontrar drogas en el baño.

Me dirigiré a buscar otro empleo de tiempo completo para costear la operación de mi mamá, por lo menos se encuentra aquí en su casa descansando, no ira al servicio en mucho tiempo lo acepto de mala gana, lo prohíbo por su bienestar nada más. Logre pagar la cuenta de ahora gracias a Abril me presto dinero, de hecho, siempre me facilita de su capital gana muy bien en ese empleo. Veré si en los clasificados del periódico ubico algo sostenible.

Estoy a punto de ir a buscar unos dólares para comprar un periódico de hoy cuando escucho un golpe en la puerta, miro por la mirilla es mi querida Abril ¿Qué raro? A estas horas de la mañana visita su abuela, quito el seguro abro dándome la vuelta. Voy me tiro al sofá esperando a que termine de entrar.

Al hacerlo la detallo con lágrimas secas y un rojizo intenso en su mirada, al parecer lloro por mucho tiempo, me da una sonrisa tan falsa como los videos de que llaman al 666.

―Antes de que te pregunte ¿Qué tienes? Y me des una contesta de nada, ¿lloraste por el trabajo o tu abuela? 

―La primera opción ―desvía su mirada al ventanal que da a la calle de al frente ―mi jefa me envió con un cliente que tenía un departamento a las afueras de la ciudad, el cual no me pago por mi servicio, pero no es lo grave al reclamar me mostro una cámara donde grabo todo lo que hicimos. El hijo de puta me chantajeo que si le cobraba subiría el video al internet.

―No tiene el derecho de hacer tal cosa ¿háblate con tu jefa?

―fue lo primero, pero la hija de perra me cobrara el dinero de mi sueldo.

―Abril hermosa deja ese empleo sé que no es sencillo conseguí otro ―le repito por milésima vez. Niega repetidas veces.

―Cariño salirme de ahí no es como ir a comprar el pan, si bien pudiera sería una marca que me perseguirá, me cogí con muchos hombres, si por ejemplo trabajo en una cafetería y uno de los que la frecuenta me reconoce, sabes lo prejuiciosa que es la gente ―conforme tiene razón las personas nada más se fijan en tus malos actos del pasado ―. No te apures llorar me sirve para limpiar mi alma. Mejor dime ¿Dónde está mi mamá secundaria?

―Descansando ―respondo sabiendo que mi amiga quiere cambiar del tema ―los hospitales te dejan estropeados.

―Hablaste con la tal Kennard ―asiento.

―Contrato a otra, supuestamente ella fue a la puerta de su casa a rogarle ya que es madre sortera con un hijo enfermo. Su mentira que se la trague su abuela debió ser causa de su estúpida nieta al no tragarme, y como la nena le dan todo lo que pida la consintieron en mi despido de forma indirecta.

―Vieja miserable ―farfulla airosa Abril.

Mascullo un si

Tomo unos sobres que están debajo de un jarrón en la mesita del frente del mueble, los abro uno por uno en lo que me arrepiento todos son pagos de luz, agua, renta entre otros pendiente me dará un colapso con tanto estrés.

―Mierda ―Abril me miro al escucharme maldecir.

―Ahora a ¿quién le debes la vida? 

―A todo el mundo. Creo que buscare una cuerda y me colgare, si las deudas no me matan primero. Si no fuera por la perra de Dahiana seguiría con mi empleo ―juro que le arrancaría las extensiones si la tuviera al frente, que de gracias por estar presa.

Lo importante es mi madre lo demás de luz y agua quedaran en segundo plano. Siento la mirada atenta de abril.

La miro un momento le hago un gesto de ¿Qué paso?

―Descuida no es nada. Noto tus característica eres muy hermosa.

―Gracias, por si acaso las chicas no son mis gustos ―le respondo en broma, ella suelta una risa rodando los ojos. Vuelvo a leer mis facturas.

―Li ―Abril me llama nerviosa, le presto mi atención de nuevo ―te tengo una idea de qué forma conseguir el dinero, ante mano te pido no me pegues ni me botes por lo que te diré ― suspira nerviosa, arrugo mi entrecejo. Hago el además de hablar, pero levanta su mano cerca de mi boca.

 ―déjame hablar ―chisto la lengua y asiento ―existe una página no conocida por ser peculiar los que tiene acceso son personas pagan el derecho no es caro ni barato es intermedio, pues allí pagan bien por fotos de chicas hermosas así de tu calibre. Tu piel y cuerpo son una simetría perfecta eres una belleza extraña además ningunas de las curvas de tu cuerpo es artificial, ellos por fotografías tuyas pagarían excelente para la operación de la señora Alba.

―Unas fotos no son nada querida ¿porque he de pegarte? No me propusiste venderme, han que me lo hayas dicho no te tocaría.

―Aquí voy al detalle peculiar del porque es oculta y pagan, Li allí suben fotos de chicas desnudas en donde hombres o pueden mujeres que les gusten chicas pagan por verlas si eres de su agrado te solicitan para ir en persona. No tengo que dar más datos al respecto.

Entro en desconcierto ¿qué clase de web es esa? En donde prostituyen a mujeres, no pensaría en una cosa así en mil años, por más desesperada que este no me convertiré en el centro de atención de unos depravados.

Dejo los sobres en donde los encontré. Tomo la mano de mi amiga apretándola no muy fuerte, sus intenciones son de ayudar, el inconveniente de su propuesta es la desnudes, no es que sea una santa, pero no dejare que un extraño explore mi cuerpo con intenciones Dios sabe cuál pensamiento en su retorcida mente.

―En efecto me estás buscando una solución por mi falta de empleo, de cierta forma te agradezco por la preocupación por mi madre y de mí. Lamentablemente no puedo ni siquiera pensar en algo tan grotesco, existen mil manera de buscar el dinero sin llegar tan bajo ― levanto mis manos en forma de paz ―. Sin ofender.

―Bien. Pero piénsalo es una cantidad grande, que no cualquiera porta al menos que venda drogas, asesinen a sueldo o se vendan ―adelanta su mano poniéndola en mi mejillas ―una joya invaluable seria para ellos, además no es por ti es por la vida de tu madre bien dijiste eres capaz de todo por ella. Es hora de cumplir tus mismas palabras, piénsalo bien ―se levanta dándome un beso en la mejilla, con eso se va. Dejándome con una espina de un pensamiento de una propuesta que mantendría descartada.

***

Ser rechazada en los empleos que solicito. Es mi típica rutina de todas los días después de haber perdido mi empleo, me estoy quedando sin dinero, tome parte de mis ahorros han que sea para pagar la luz y agua, la renta será ya para cuando pueda.

Lo peor del caso es la enfermedad de mi mamá, temo mucho por ella, cada instante que pasa me invade el miedo de que su enfermedad empeore tal como dijo su doctor encargado del seguimiento de sus estado actual.

Eso me recuerda que tiene una cita programada en la mañana

Llego a la entrada del edificio, doy largos pasos a la entrada de mi departamento, se me tambalean las llaves de las manos cuando la retire apresurada de mí, me coloco en aridillo al instante de recoger mis llaves, una voz parlanchina que conozco a la perfección.

―Buenas tardes, pequeña Lili ¿cómo va todo por tu casa? ―mejor antes de su presencia. Celebro en mi mente

Fuerzo una sonrisa ―Bien señora Alena, si me permite deje un pendiente en mi casa, buen día ―lo último que deseo oír son los chimes del edificio, tipo el vecino se follo a la recién llegada a sabiendo del estar casado. 

Me suda toda la vagina de que hagan con su puta vida mis queridos groseros vecinos, puede que el único rumor que me molesta es de mi amiga Abril, no son nada para juzgarla por su oficio, por una razón muy validad elijo ese trabajo.

―Pequeña Lili ―salgo de mi cadenas de pensamientos, cuando la señora Alena toca mi hombro ―segura que todo bien ―asiento ―bien, vengo a decirte que la renta aumento ―joder lo que faltaba ―debió a las altas facturas de cierto servicios costeados por mi esposo, de paso te digo que si vas a pagarme lo que me debes de estos.

―Señora le dije que le avisare, bien descuide todo su dinero lo tendrá en cuanto resuelva ciertos problemas personales. Ahora si me disculpa me retiro ―abro de inmediato mi antes de que me dé un informe detallado de lo ocurrido en el edificio.

Por los mil demonios tenían que acrecentar justo ahora la maldita paga, bien podría revocar eso supuestos servicios, a no ser que valla utilizarlos para beneficio propio, no me sorprendería una vez recolectaron dinero para adquirir un supuesto calefactor, que misteriosamente “desaprecio”.

Lanzo mis llaves al mueble dirigiendo a la habitación de mamá, al llagar me llevo semejante sorpresa.

―Mamá, bájate de ahí debería de estar en tu cama reposado ―suelta la cortina que iba a colgar, subida en un estante mediano.

―Pero cariño me siento bien.

Ruedo los ojos mi madre es imposible, bueno no niego que me parezco a ella en eso, acerco ayudándola a bajar la tomo de la mano, llevándola a la cama la obligo a que se acueste, después la cubro con una manta.

―Mamá tu deber por el momentos es estar en la cama.

―Amor te preocupa demás, no te estreses por mí. Mejor dime si pudiste conseguir el empleo ―. Suspiro negando con la cabeza.

―No tuve éxito, esta difícil y para mi esta doble la dificulta, la no poseer estudios completos.

―Es un poco mi culpa cariño, sin tal solo no… ―la dejo sin continuar su oración.

―Mamá olvida eso quedo en pasado, si me retírate de la escuela fue cuando casi la culminaría fue por una razón validad, no te revuelvas la conciencia con ese asunto, puede que me enoje anteriormente, pero ya paso ―me da un leve asentimiento.

Deja la escuela casi en la etapa de culminarla no fue sencillo falta muy poco para graduarme de secundaria, por cosas del destino mi mamá fue a la cárcel, supuestamente encontraron sustancias prohibidas en su bolso, el día en que su antiguo empleo realizaban una requisa. Mi madre quedo detenida de inmediato.

Era la secretaria de una escuela parece que se denegó a darle un permiso a unos de eso chico problemático, que no anda por buenos caminos, en venganza a eso le implanto la droga, una año y medio después fue que se le encontró inocente, por el mismo joven, si profeso la verdad fue por convertirse en un fiel creyente.

El tiempo que estuve alejada de mamá no tuve de otra que ir con mis vecinos era buenas personas, lo único que abusan en mi obligación poniéndome de más, pero en otros aspecto siempre fueron amables 

Fue un año duro, mis vecinos no podían mandarme a estudiar, el dinero de su trabajo era para pagar la hipoteca de su casa, al mamá salir fue difícil retomar su vida, nadie le daba empleo por su antecedentes penales, sin importarme ser menor de edad tome la riendas de casa, me dedique a trabajar hasta ahora.

Sera que conseguí una maldición egipcia se me han juntado tantas plagas que no lo duraría. 

Que locura pienso.

―Liliana te estoy hablando.

―Si disculpa mamá me fui del otra lado de mundo con mis pensamientos ―aclaro mi garganta ― ¿Qué decías? 

―Que fueras a prepararme un café sin azúcar.

― ¡Sin azúcar! ―exclamo sorprendida por ese pedido ya que ella le voltea medio taro de azúcar a casi todo ―ok descansa lo hare en unos minutos me daré una ducha.

―De acuerdo nada mas no tardes.

Asiento y salto a mi habitación, me despojo de toda mi ropa en cuestión de segundo me introduzco al ducha, en 10 minutos salgo a mi armario diviso mi cómodo leguis negros y mi blusa de tirantes verde olivo, me quedo descalza siempre he tenido esa manía llevándome regaños de mamá inclusive de Marco.

Llegando a la cocina saco todo lo utilizado en la preparación del café, ya puesto.

Me recuesto en la isla de la cocina a pensar en la posibilidades de cómo obtener el dinero de la operación, que es único tema importancia en estos momentos para mí, es vital ya conseguir un trabajo, el miedo de que la enfermedad empeore sigue vigente desde el instante que el doctor lo anuncio.

Suspiro mirando arriba, debo ser paciente y poner fe a esta situación, el sonido del vapor me alertad que el café ya está listo, pagando la estufa tomo un paño y sirvió el café en las tazas ya previamente ubicadas.

Primero sirvió el de mamá que debe estar esperado impaciente, sostengo con firmeza la taza morrada, al llegar a la habitación mis pies de enfrían dejo caer la taza en mi mano, ahogo un grito de horror ante lo que ven mis ya empapados parpados 

―Mamá despierta, mamá por favor abre los ojos ―espeto histérica sacudiéndola ―mami por favor ―no recibo señal, me levanto corriendo al puerta para salir a pedir ayuda.

Llegando a primera puerta golpeo desesperada millares de veces gritando ayuda, me di cuenta de que nadie iba a salir corrí al siguiente di 3 golpazos cuando Max salió.

No deje que alcance a hablar ―Ayúdame mi madre se desmayó, está enferma por favor ―hablo entre hipidos.

Sale corriendo entrado a mi casa ―se encuentra en la habitación del fondo izquierdo ―le grito. 

Al instante aparece con ella en brazos sago corriendo junto a Max, cierro mi departamento lo que me preocupa es mi madre.

***

Con mi dorso limpio las gruesas lagrimas que no paran de salir, me duele la garganta de tanto reprimir mis sollozos, observó inquita a los lados parándome cada minuto, no he sabido nada de mamá desde que llegue me dará un jodido colapso de nervios.

Una botella de jugo de naranja se posa frente a mi cara, el que me la ofrece tiene un semblante nostálgico, creo que lo contagie de mi tristeza, las cosas con mi madre ponen mis sentimientos afijado a flote, la cojo tomándome un poco de inmediato tal vez se me alivie un poco mi adolorida faringe.

 ―Dado el accidente de la señora Alba, debes estar cansada por la preocupación, debería ir a tu casa Liliana y volver ―declara Max después de sentarse a mi lado. 

―Descuida, por el momento no descansare, debo estar presente en el momento que el doctor se digne a venir ―digo un poco irritada por la tardanza.

―No sea una desesperada, todo saldrá bien créeme.

― ¿Cómo puedes tener tal seguridad? ―nadie a parte de mí y Abril sabe de la enfermedad de mi madre.

―La señora Alba de nota de aquí a Pekín que una mujer sumamente fuerte ―rio un poquito por la comparación, puede tener razón ella posee una gran fuerza de voluntad, es una distintivo admirable de ella, y no soy la excepción para no concebirlo.

―Gracias Max ―pongo una mano en su hombro ―por dejar lo que realizabas y salir a socorrer a mi mamá, creo que te debo una.

―Por favor lo hago sin interés, pero podrías agradecer si vas a tomar un café a mi casa.

―No tendría problema si tu novia no hace una escena.

―No abra dificulta en ese tema termine con ella.

― ¿Cómo? Si ese chica babeaba ¿Qué sucedió? ―no exagero con eso de que salivaba, bueno que mujer no mi vecino es muy guapo con un cuerpo que se ven lo frutos del ejercicio.

―Resulta que me usaba para cubrir sus gustos por las chicas ―ok no me lo esperaba, en si recuerdo cuando Abril me dijo que la miraba extraño y posaba sus ojos en su trasero guiñándole el ojo, cosa que prendía como una carbón bañado en gasolina a mi amiga.

Esta por seguir la conversación cuando el doctor llego ¡al fin!

―Hola señorita Liliana un gusto verla.

―Doctor vaya al punto omitamos los saludos ―se retira los lentes suspirando, su cara tiene una expresión que no me gusta y cualquier cosa que saldrá de su boca me altera a mil.

―Señorita me acompañaría ―chisto la lengua demasías vacilaciones para decirme.

―Bien ―volteo a Max ―me puedes hacer un favor ―asiente sonriente ―llama a Abril para que me ubique, si desea te puedes ir a tu casa, por mi parte estaré bien luego que mi amiga venga me hará compañía.

―Segura no es molestias.

―has hecho mucho querido, prometo ir luego al café ―levanto mi mano en señal de promesa ―por cierto, gracias por el jugo.

―como digas me llamas cualquier cosa ―me despido con la mano, con la mano el doctor me indica que camine, nos dirigimos a un área del hospital más despejado. Me siento en una silla el me sigue el paso.

―Bien señorita como me dijo en el anterior pasillo será directo, su madre empeoro su tumor paso de benigno a maligno ―me quedo perpleja ―la situación es delicada Liliana si no se interviene en cuanto antes a tu madre si días están contados.

―Doctor conseguir el dinero es una tarea difícil sin trabajo, además no poseo seguro ―topo mi mano con mi boca para amortiguar mi sollozos ―me encuentro atrapada como si tuviera técnicamente los brazos atados, y sabe lo que me duele no cumplir la promesa a mi madre de salvarle a la vida ―rompo a llora no como lo hice en anterior pasillo si no más audible.

Puede verme fuerte por fuera así me veo para lograr no dejarme pisotear, pero soy débil en relación con mis personas cercanas.

Si pierdo a mi madre mi mundo se caerá a pedazos, mi corazón se volverá a quebrar como la vez que perdí al hombre que amé con todos mis fuerzas.

―Liliana debe calmarse ―hable sacándome de mi duro pensamiento ―espero que no le moleste que le hable de tú.

―No pasa nada ―sorbo mis mocos si dejar de llorar.

―Se nota que la situación de su madre te afecta más a ti que ella en sí, porque ella se ha mostrado como una mujer con una fuerza de voluntad inquebrantable ―suspira ―te siente abrumada por todo este evento se te entiende, pero, así como Alba es fuerza es tu deber serlo también.

―Te aconsejo que busque todos los medios posibles para buscar ese dinero sin importar que fuera ilegal, porque si ella muere creo que tú lo hará lentamente eso veo en tus ojos te diré esto como personas no a modo médico. Acepta cualquier propuesta por más absurda, espantosa, tétrica que pueda sonar no piense en ello por ti si no tu madre, no es mi deber decirte estas cosas, pero viendo tu estado me queda claro el inmenso amor que siente por tu madre, has todo por ella porque el tiempo avanza y cada segundo la vida de Alba se acaba ―declarado eso se levanta.

Me quedo congela sin saber que paso dar, pero ocurre algo que me llaga como un destello “la propuesta de Abril”

Puede que entre en un riego dando mis fotos intimas a extraños que sabes Dios con que asquerosos planes en su ensortijada mente, pero me importa si tengo que venderme incluso a mí por más espelúznate que suene, bien los dijo mi rubias demuestra tu palabras. Sin importar las consecuencias que conlleven mi decisión.

“Hare todo por ella”

Capítulo 5

Maratón 2/4

― ¡No me jodas Li! ―ruedo los ojos ante la estallido de Abril debido que le sorprendió mucho que aceptara su idea.

―Ya lo decidí firme acepto tu propuesta, además no comprendo tu cara de sorpresa, bien que intentabas conversarme.

―No pensé que fueras a aceptar conociéndote, pero de verdad ¿segura?

―Por la quinta maldita vez si ¡joder!

―Bajete Li era para reconfirmar.

―Pues mejor explícame el jodido procedimiento de la página esa.

―Claro te detallare a paso querida por cierto ¿le comentas a mi madre secundaria? 

―Abril ―digo irritada ―debes andar metiéndote las drogas que la perra de tu jefa te ofrece o ¿qué diablos?

―Fue una pregunta al azar relájate bebé ―alude calmada.

―Mira explícame de una puta vez los procedimientos de la estúpida página, entre más rápido ejecute esta maldita decisión será mejor.

―Primero bájale de ovarios a tu actitud ―suspiro avergonzada.

En las últimas horas posteriormente que le dirán de alta a mamá y asegurarme que descansa bajo los analgésicos que le receto el doctor, vine a casa de Abril mi actitud es jodidamente tosca, ella no merece mis malos modales, tendría que mejor gratificarla por su preocupación.

―Mi rubia bonita perdóname por favor, todo estos eventos me saca la parte desesperada a flote, cuando me encuentro fase puedo parecer un perra desagradecía ―bajo la cabeza lamentada.

―Li te entiendo, pero debes relajarte así vas a salir bien.

Asiento levanto mi mentón, por otro lado, existe algo que me digo Abril que me carcome, la pequeña parte de ir a conocer quién te solicita.

―Abril eso que dijiste de ir si te solicitan las personas suscritas a la web ¿Qué tanto de eso es cierto?

―No mentiré, todo mi bebé ―expresa con calma absoluta.

―Con esa tranquilada lo dices ―se encoge de hombro cosa que me vuelve a irritar ―advierto que no me cogeré con ningún extraño con manía Dios sabe de qué.

Me pasa una sonrisa arrogante haciendo que la mire con incrédula ―Cariño mi nombre es Abril no te confunda, hablas con la reina de las trampas ―alza una ceja le hago gesto de interesada ―a ver Li ―se acomoda mejor en el sofá de color crema ―desde tu llamada de aceptación supe que existía el detalle de no aceptar follar con un desconocido, se me tubo que ocurrir una idea para que parezca que cogieron.

La interrumpo sin pedir permiso cosa que me regañaría mi mamá si me viera, me enseñó a que es de mala educación ― ¿porque no lo persuadimos de remover esa parte?

―Ni lo menciones esa gente no se logra inducir, te puedo jurar que te convencen a ti, y además no me interrumpa mi madre Alba no te enseño modales ―ruedo los ojos ―también eso.

―Jodete Abril ―siseo.

―Te escuche, usa ese vocablo con ellos. Como te comentaba se me ocurrió la genial idea de drogar al aludido que ofrezcas más por ti, nunca sabes quién será.

― ¿Cómo diablos lo hare sin darse cuenta?

―lo más probable pida algo de beber, si no la pide puedes sugerírselo. Puede que vaya al baño ahí aprovechas y si no has que salga algún lugar no es complicado ¿no?

No si ese plan que se fue pensado rápido por mi rubia, pero no puede dejar cualquier ideas descartada, no tendré sexo con nadie que no conozco.

Aun así, existen dudas si tome la decisión correcta en mi interior.

No es por ti Liliana es por tu madre.

Mi conciencia rebota esa misma palabras a cada intente que coloco mi decisión en tela de juicio, debería no ser dudosa, pero ¿con que personas me reuniré? 

Debo calmar esta angustia abrazadora, o si no me regresare al momento de dar el paso de ejecutar las fotos y sin ese dinero que ganare por vender imágenes de mi intimidad a extraños, salvare a mamá ella podrá vivir y se quedará a mi lado acompañándome hasta el día que el señor la llame, porque esa enfermedad es una pruebas más así debe ser dirigida.

Respiro lo más hondo, antes de dar mi última decisión ―. No mi rubia, no es una ardua tarea como un laberinto, es hora de que me retire por completo algún rastro de duda por si queda, y mejor salga a flote mi lado de perra sin vergüenza, que el día que posee en la estúpidas fotos le dé pena ajena mi forma de posar a cada uno de los administradores retorcido ―Abril me dé su mejor sonrisa ladina.

―Llego la hora de sacar a la Liliana más jodidamente sensual, vamos a hacer que Jessica Rabbit tenga envidia.

 Una parte de mi sabe que después esto no será la misma, incluso si la llegare hacer ese lado sensual durará impregnado en mí.

***

El tiempo avanza a velocidad de un tren impulsado por reactividad nuclear, mi rubia como maestra graduada con honores de sexualidad espontanea, jamás me enteré de que fuera tan profesional en posar como esa chicas de la revista playboy, si no la conociera pensaría que trabajó para la mansión.

Claridad, precisión y detalladas son cada conjugación que sale de su boca, junto con las demostraciones una que otra medio complicada. En esa demostraciones tuve que ensayarla cada vez terminaba, si no le gustaba recibía un regaño más volver a realizarlo hasta quedar a la satisfacción de mi profesora de sensualismo cuya cara de goce me da la notación de lo concebiste bien.

Una lencería roja intensa fue mi uniforme debido a que doña Abril me quería desnuda, me negué y conocida como hija de Alba Miller no me retraté a pesar de su argumentos de:  no es lo mismo, es mejor para acostúmbrate, vamos ni que fuera a violarte entre otras tonterías, en fin, le dije que no estaba bien depilada a regañadientes se rindió.

Mi expresión facial era lo más importante, han que intentaría convencer de no verse mi cara en las fotografías, el propósito de la expresión del rostro revela la esencia en acompañamiento del movimiento del cuerpo, los semblantes de inocencia con picardía, el de salvajismo con disimulo y el de seriedad sugerente, hipnotizan a los hombres según palabras de mi rubia.

Mi cara no es nada inocente se ve a los lejos, pero loas ojitos de cachorrito bebé con hambre funcionan para mi cara de odio los lunes.

Aparte de prepararme físicamente también la mentalidad juega un papel importante, bien dicen que la mente funciona con el cuerpo, dependiendo de mis pensamientos negativos/positivos es como saldrá la acción o el estado de bienestar del sistema humano, por mi parte el día que acuda a ese lugar relajare mi mente los más posibles, quizás pensado en los buenos momentos transcurridos en mi vida, fueron pocos y esos ocurrieron con Marco lo ame con una intensidad increíble, ¿volveré amar así de nuevo? Puede que, si puede que no, eso lo dejare al destino aun que tengo mis dudas que algo tan bello como el amor que viví con Marco me vuelva a pasar.

Deje mi ensoñación de amor lado mi enfoque deber estar en la explicaciones, si acato todo poder llegar y salir los más rápido posibles.

***

Al cabo de 2 horas Abril acabo de terminar su clase de sensualidad para impresionar a una jodido maniacos, porque eso son ¿Quién que sea normal no abre una web así? Acabado todo mi rubia me acompañó a mi departamento a seleccionar mi ropa interior y exterior.

 ―Li como que no tienes un puto vestido en tu armario? ―se cruza de brazo con una de mis blusas en su mano izquierda.

―Rubia mejor que nadie sabes que los vestido no son lo mío ―respondo seca.

―Li necesitas un vestido, o piensas ir en jeans y camiseta.

― ¿Por qué no? Es una ropa ―me encojo de hombros.

―Cariño iras a una web casi pornográfica no al misa dominical ―se detiene a pensar algo más ―te conseguiré una vestido sexi y una lencería de infarto.

―Querida no es obligatorio usar ropa descarada, como quiera me la quitare ―dijo bajo lo último por si mi madre me oye.

―A ver Liliana ¿fue por el culo que escuchaste toda mi locución? Vas a sacer a la mujer sensual que llevas durmiendo, con la ropa lograran apreciar tus curvas, al denotar tus detalles sin reparo fácilmente conseguir buen dinero y un cliente muy acaudalado, deja de esconder tu cuerpo marco no está.

― ¿A quién se lo voy a lucir si no era a él? ―un poco de nostalgia florece en mi los recuerdos del pasado salen a flote. Abril suspira acercándose a mí me da un ligero abrazo.

―Perdón Li, no debí mencionar ―no la dejo terminar.

―Descuida no es importante―dejando de lado forma rutinaria acepare lo del vestido, solo por una vez ―busca todo lo que vaya a vestir tu deseo es ayudar.

―Tranquila Li ―me da media sonrisa ―aquí estoy yo si ellos se pasan de listo se las verá conmigo, y también me enfrentaré con ellos si te quieren obligar en hacer cosas que no te sientas cómoda ―asiento, sé que ella estará para mí ―por cierto, llame al dueño de Macini ―arrugo mi entrecejo 

― ¿Qué eso? 

―Es el nombre de la página si muy “originales” ―hace comillas con los dedos con la palabra original ―bueno el asunto es que ya tiene un horario determinado para el domingo de esta semana a las 10: 45 Am.

―Eso es en 2 días.

―Pues sí, incluso a mí me sorprendió que te pusieran una fecha tan pronto son estricto con eso de dar horarios, son complejo con ese asunto, pensaba que te iba a dar entre un mes la cita de la sección ya me preparaba para un discurso emotivo con respeto a la situación de mi madre secundaria.

―Gracias Abril ¿dime que haría sin ti?

―Anduvieras descarriada mi bebé ―. Le di un gran abrazo

En dos días iré al campo de batalla a perder mi vergüenza, a vender mis fotos intimas por una buena causa.

Una interrogante ronda mi mente ¿Por qué me dieron el horario tan pronto, como que si tuviera un privilegio? Me separo de Abril a preguntarle.

―Mi rubia ¿sabes o sospecha el motivo? De ¿Por qué me dieron el privilegio de darme una fecha tan próxima?

Aclaro su garganta nerviosa ¿ahora que rollo hiso mi loca rubia?

―Puede que ―se detiene a pensar lo que dirá. Parece que es grave y no me gustara ―le enviara una foto de ti en ropa interior.

Mis ojos abren como dos discos antiguos, me separo de ella poniendo mis brazos en jarra, ella debía la mirada por mi cara enoja. Si sé que soy capaz de provocar con ella.

***

Nervios, es una palabra que define todo mi estado de ánimo en este preciso instante. Llego el día en donde me presentaré en el estudio de fotografía D’ Macini, es un apellido común de Italia, tengo por entendido que el administrador es descendiente de esa país.

Secos mis manos por sexta vez por el sudor que no para de secretar, es una señal de lo nerviosas que me encuentro, una parte de mi me dice que retroceda o salga corriendo a las montañas, allí abril no me localizaría.

Pensado en ella, poseo un fuerte enojo con ella por mandar fotos sin mi consentimiento, desde ese día no le hable han que me puso sus carita de cachorrito con hambre para que la perdone me aguante, por un mínimo minuto le hablarías, pero me desistí debe aprender a pedir permiso de una persona para tomar fotos, más si es intima.

Recuerdo una vez en donde le destroce una teléfono a una estúpida perra de mi escuela, por sácame una foto a escondida, lo malo de la historia fue pagar el jodido teléfono, mamá entrego sus ahorros de 6 meses y medio debido a ser un iPhone.

Hiso mucho por mi sin mirar atrás o arrepentir. Ahora le devolveré el favor por todo su amor y cuidado inquebrantable.

Me pego palmadas en el rostro en un intento de no estresarme más de la cuenta, pero no puedo mis nervios son irremediables, no consigo controlarlos, mi corazón late fuerte los latidos llegan perfectamente a mis oídos incluso si alguien estuviera cerca lo percibirías. No digo no ponerme nervios incluso histérica, en mi sueños más locos no imagen desnudarme ante extraños, los cuales me comerán viva con su mirada descarada por todo mi cuerpo. Hay personas en mi lugar que prefieren buscar prestamos, hipotecar su casa, o vender algún órgano doble. No le pasa por la mente vender a extraños lujuriosos. Pero no tengo de otra la vida de mi madre depende de un hilo, si me doy el lujo de declinar a esta espantosa situación que me espera ella puede morir.

Relájate, Liliana no es el momento de ser débil las clase y el tiempo de Abril no puede ser en vano, a pesar de estar molesta con ella por su atrevimiento, y los más, pero más importante ante todo es la salud de mamá, si no vas y sacas tu trasero de la habitación y te tomas las jodidas fotos, tiene los días contados. 

 Mi mente hace eco para no arrepentirme, todo saldrá bien. Si continúo pensado en lo peor así saldrá. Bien dicen piensa mal y acertaras, y no acertara ¡claro que no! Todo por ella, la única personas que más me ama en este mundo mi hermosa madre.

Repesa mi vestimenta escogida por Abril, un vestido azul marino muy encima de las rodillas, me agacho y las bragas de encaje rojas se revelarán al máximo, el vestido tiene un escote pronunciado todo mis senos que un poco expuestos, no son grades, pero tienen un buen tamaño adecuado para mi peso y estatura, llego unos tacones grises altos, mi cabello negro los llego suelto con ondas hechas por mí, un maquillaje ligero. No quiero llamar la atención suficiente con este vestido que correr el velo todos mis muslos.

Me siento incomodo de echo bastante. 

Odio los vestidos.

Mi madre intento millares de veces hacerme poner, ese tipo de vestimenta jamás tuvo éxitos en su cometido. Desde que tenía 6 los no los uso a igual que las faldas, el día de hoy cambio mí, bueno no lucos mal con. pero será la última vez lo mío son los pantalones y overoles.

Una pequeña sonrisa contonea mis labios pintados de rosa coral, llevo tiempo sin consentirme en mi imagen, al morir Marco siento que se volvió un tanto innecesario, si no puedo despegarme del recuerdo de Marco lo amare hasta el fin de mis días, no creo que alguien vaya a llegar el espacio de mi corazón que siguen siendo de él, no soy capaz de remplazarlo aún no existe el hombre que obtenga ese honor y no creo que viva no para mí.

Repaso por ultima esta mi ropa ajustada, al punto en donde mi cadera y trasero quedan pronunciados, suspiro diciéndome que lo correcto a mí misma.

Me voltee a tomar mi celular de la mesita de noche a agarra mi celular, con él en mano doy paso seguro a fuera de mi habitación veo mi abrigo tirado en un brazo del mueble, voy allá y lo tomo. Verificando que todo esté bien en mi alrededor y más dentro de mi departamento me dispongo a irme.

Por mi madre no me preocupo mucho se a la iglesia con su compañera de servicio, mi madre se volvió muy creyente estando en prisión, orar a Dios la mantenía cuerda le daba la fuerza para saber que saldrá de ahí por justicia divina, y miren así fue. Deje ir a mamá al iglesia con restricciones a ella y su compañera Melina, a regaña diente acepto, no limpiar, no subirse en lugares alto, no irse a otra lugar y sobre todo permanecer a cada segundo con Melina, en caso de no sentirse bien le pediría a su compañera regresar a casa, me tranquilizo un poco ya que Melina me aseguro de que estará sobre ella como abeja sobre miel. 

Ante de que se fuera le susurre que le entretenga un buen rato al salir de la iglesia, y no se preocupe por mí. no asumo clara la hora a que regresare.

Abril me envió la dirección, sin importar que la votara. Si me pongo descompuesta al estar enojada, al volver iré a donde mi rubia a aceptar sus disculpas. 

Suspiro de nuevo para tomar impulso y salir de una vez por toda, cojo mis llaves que siempre cuelgan de un calvo cerca de la pared, al abril la puerta sorpresa para mí.

 ―veo que estas lista para irnos ―expresa con una sonrisa tímida.

―No tienes una pizca de vergüenza ―digo falsamente en un tono de desprecio.

 ―Una puta como yo no la posee, no existe en nuestro diccionario ―sonríe de lado. Sin más que decir le doy un fuerte abrazo murmurándole un “te extrañe”.

―Yo más Li, de corazón te pido una enorme disculpa no debí tomarte esa foto mientras te cambias ―agacha la cabeza.

―Dejemos esa situación de lado, no niego que sigo molesta un poco, pero no tiene gran importancia. Mejor dime ¿Por qué no fuiste al trabajo?

―Le rogué un permiso a la perra de mi jefa para asistir a tu encuentro con esa gente, por nada te dejare sola esos italianos guarros te comerán si vas sin una defensora ―pone una postura retadora, la observo con una ceja alzada.

―Tu jefa anda muy bondadosa.

―Ja, si supieras, pero es una historia larga y estas con el tiempo encima ―joder cierto en media hora empieza la sección.

Cierro apresurada tras de mí, le indico a Abril caminar al instante se pone en marcha.

―Joder Li no te detalle bien ante, luces jodidamente sexi y guapa. Podemos convencer al taxista llevarnos a mita de precio, solo sube un poco más el vestido ―la fulmino con la mirada al bajar las escalera.

―Baja tu mirar Li solo jugaba, pero enserio te ves muy sexi, al punto que estoy pensado de mi sexualidad al respeto ―no puedo evitar soltar una risita ante su comentario.

―Gracias mi rubia loca, si es tu forma de decir que hice bien tus consejitos.

Jiro mi cabeza y me da media sonrisa, al llegar a la puerta del edifico salimos rápido, encontramos un taxi de inmediato que para mi suerte acaba de dejar a una chica, que supongo vive en el piso de abajo, remontamos y Abril le dio la dirección.

En camino fue con mi rubia dándome palabras de relajación para aflojar mi nervios que seguían sobre mí a flor de piel está a unos minutos de vivir un intenso momento que recordare de por vida.

Al llegar a la dirección no bajamos después de pagarle por su viaje, me dispongo a caminar, pero mi amiga me detiene.

― ¿A dónde se supones que vas Li?

―A buscar el camino hacia la puerta del local.

―Ah cierto, se me fue decirte que debemos esperar aquí nos recogerá para llevarnos ―frunzo el ceño.

― ¿Cómo se te olvida algo así? Si no vienes me haya quedado como una estúpida a esperar.

―Li no me regañes, tengo mis problemas también ―mierda, verdad ella es una sola personas, sufriente es con cargar con el peso de su abuela, ahora le reclamo como si estar al pendiente de mi es una obligación, hiso mucho al enseñarme sus conocimientos de este sombrío mundo.

―Disculpa rubia no era mi intención sonar con reclamo en mi tono de voz

―Despreocúpate Li te paso peores ―antes responder un carro negro con vidrios polarizados se detiene al frente nuestro, del sale un hombre con un traje todo negro con una gafas en su manos sostiene un intercomunicador.

Se ponen delante de nosotras con pose imponente.

―Son las señoritas Liliana y Abril ― ¡joder! Este hombre tiene una voz de macho Alpha tan potente que logra causarte que los vellos de la piel de levanten, creí que las novelas ficticia existían esos tipos de hombre con voz de mando, si eso son los guardias el jefe debe hacerte mojar las bragas con solo articular un hola.

―Supongo ¿Quiénes más? Le van a esperar hoy ―responde mi rubia loca con altanería y fastidio.

―Suban ―ordena con voz demandante de autoridad ¿de dónde salieron esos no conozco gente así? Hasta hoy.

Me ubico en la puerta del auto me adentro de inmediato seguido de Abril, al entrar la atmosfera se pone pesada, una frio recorre mis espina dorsal, haciendo que mis nervios guardados resurjan a flote. Me seco el surdo de mis manos y frente, Dios yo no soy de sudar, pero esta situación provoco que mi cuerpo empiece a expulsar la jodidas toxina, más bien supongo que el sudor es normal debido a que de esa manera reacciona el cuerpo en estado caóticos de nervios.

―Li ―Abril chasquea sus dedos frente a mi ―sal de tu nube de pensamientos, y toma la venda ―veo la frente cuando menciona lo de una venda, el tipo del copiloto me extiende una venda gruesa negra.

― ¿Para qué diablos debemos usar esa cosa? ―el hombre que me extiende la venda me da una mirada irritante.

―Liliana controla tu boca―me reprende Abril en una susurro. Chisto la lengua y de mala gana tomo la dichosa venda ―tranquila es un protocolo, para que no venga una lengua suelta a dar la ubicación, no tanto por la policía también los enemigos que fueron acumulando, ahora relájate cavila en otra cosa hasta llegar a nuestro destino, tal vez así dejes de sudar como un trabajador de una mina.

―De acuerdo ―bufo, colocándome la ridícula venda esta, supongo que Abril se la colocaría después de mí. Deje mi cabeza descansando en el respaldo, a pesar de tener oscuridad por la venda cerré mis ojos, despeje mi mente de todo lo último antes de ponerme en modo mente en blanco, que sentí fue el carro dando marcha.

***

20 minutos y algunos segundos más tarde el dichoso auto se detuvo, me sentí alivia lo caminos lagos me provocan migraña y nauseas, no dispongo de algo dulce que me alivie el malestar, pero ni loca me pido algo a estos tipos con mala vibra a su alrededor.

Sin embargo, su mirada es sin vida como si fueran robot prográmanos, no demuestras ninguna emoción, a la verdad en mis 25 años de vida no conocí personas así. 

―Pueden retirarse las venda, llagamos a su destino ―en vez de una petición suena como una orden dicha por narcisista. Sin mucho ruedo me deshice de la venda seguido de mi fue Abril que la lanzo con odio.

―Odio ponerme esa puta cosa ―gruñe.

Procede a salir el hombre del copiloto, dando la vuelta para ubicarse en nuestras puertas procediendo abrillas, sin brindar su la mano para ayudar a salir muy “caballeroso” pienso con sarcasmo, al bajar me alise mi vestido con las manos un poco.

Al mirar al frente veo un edificio gris de 6 plantas con ventana de cristales opacos. Los tipos nos indican con un gestos que caminemos, al segundo nos ponemos en marcha. Un silencio incomodó perturba el ambiente, cada vez que sucedes en las películas de suspenso algo escalofriante sucede en el interior del lugar que se atreven asistir.

Dado largos pasos al interior del lugar, nos detenemos frente una puerta traslucida, en donde el hombre que venía conduciendo saca una tarjeta negra con un especie de microchips en la parte superior, al colocarla suena un pitido extraño permitiendo que la puerta de abra.

Procedemos a entrar a un gran pasillo en donde el piso igual que corredor es angosto, tuvimos que entran en fila Los dos tipos estos delante, Abril viene detrás de ellos y yo le sigo, ya que mis nervios siguen latentes. Nos detenemos de golpe frente a una puerta de roble negra lisa, el picaporte es de color dorado claro, el sujeto del frente tocas unas 3 veces, al instante sale una mujer de piel morena, cabello castaños rizado un poco alta no tanto, un maquille candente para esta horas del día, un vestido verde olivo que ¡por Dios mi vestido parece de ir a la misa! Delante esta mujer con aire de diva.

―Buen día Priscila, llego la chica del cita del día ―dirige su mirada a mí, dándome una sonrisa lobuna.

―Pueden retirase yo atiendo a las muñecas ―le guiña un ojos a los tipos, yo me quedo desconcertada con lo de “muñeca” no anda acostumbrada a que una mujer me alague. Los hombre asiente dando la vuelta, pasando por nuestro la con mucha delicadeza. Que va como si fuera animales pasan por nuestro lado llevándose mi hombro, cuando le apetezca me lo devuelve.

La morena candente se ubica a nuestro frente ―Bienvenidas muñecas, no sabía que una estrella vendría a tomarse las fotografía ―que aduladora celebre en mi mente ―a la muñeca dorada la he visto rondando por la habitación del jefe ―Abril la fulmina con su mirada, puedo apostar que si matare esta tipa estuviera 3 metros bajo tierra ―pero tu muñeca de cristal, si no me dicen los guardias que eres la de la cita, pensaría que eres una miss universo.

―Priscila querida tus halagos tan… ―aclara su garganta, a lo mejor iba a soltar una palabrota ―no son necesarios, vamos a lo que venimos, el tiempo de ambas es preciado, seria amable de conducir con tu aman… digo jefe.

―Tan mable como siempre muñeca, ¿y tú reina? ¿eres muda? ―se dirige a mi sin importar lo que Abril dijo, y estoy muy de acuerdo perdemos el jodido tiempo lo sección debió empezar hace 15 minutos.

―Claro que no soy muda, tenga una gran boca, una que te dice que dejemos los putos halagos hipócritas o de no sé qué tipo, y empecemos con la maldita sección de una vez, cuando quiero pender mi tiempo voy a cualquier lugar, menos hablar contigo ―trate de sonar segura.

Ella me mire con cierto recelo ―Vamos “muñeca” ―le dice con sarcasmo mi rubia.

Se da vuelta de mala gana moviendo su caderas, nos miramos entre nosotras negando con la cabeza.

Se gira haciendo un geste que entremos, al poner mi pie en la entrada mis piel se eriza por el aire y el ambiente cargado igual de frialdad.

―Vamos Li relájate no te muestres débil frente a estos leones ―masculla Abril, suspirando pesado doy un paso al frente seguro de adentrarme a esperar lo que Dios quiera.

―Bizcochito ―diablos que cursi ―la muñequita llego es ella ―dice la morena señalándome, levanto la vista ya que la tengo en el suelo, viendo al semejante hombre frente a mí. 

Joder es un dios griego.

En mi mente iba ser un viejo verdad mañoso con aires de creerse más galán que Cristian Grey, el hombre frente a mi es muy guapo, con unos ojos azules, mandíbula cuadrada y dura, su pelo azabache reluce de maravilla con su piel bronceada, se ve que asiste con frecuencia al ejerció.

Me observa fijo como yo a él, sin embargo, de nada su cara seria dibuja una sonrisa diabólica me remuevo incomoda, me mira como si va a saltar de su silla de cuero color chocolate y me comerá. Abril bufa al notar mi incomodada, sé que no es por él es por el tipo hermoso delante de ambas.

Un carraspeo me sobresalta ―Podría dejar de cogerte a mi amiga con la mirada, y hablar de una vez ―alega con sumo enojo mi rubia. Me ruborizo un poco.

―Yo también te extraña mi muñeca dorada ―giro a mi amiga que rueda los ojos, el tipo este hablo con una voz ronca con un acento extranjero que denote que es Italiano ―veo que trajiste a pelar negra ―lo miro al escucharlo ―está mucho más deliciosa en persona.

―Lo pervertido no se te quita ni que te tallen con una piedra.

― ¿yo? ¿pervertido? No recuerdo que lo dije….

―Ante de que tu boca brote Dios sabe qué demonios, hablemos de lo importante por lo que vinimos, ¿Cuál es el trato que vas a estipular con mi amiga? Pondremos sobre la mesa tus condiciones y la nuestras ―el hombre nos hace un gesto de que tomemos asiento, al sentarnos mis vestido se sube a la altura de mis rodillas, quedando casi al compás de la morena, que por cierto se sitio detrás del asiento de este hombre.

―Bien señorita…. ―hace pausa esperando mi nombre.

―Liliana Miller.

―Bien Liliana, no te molesta que te hable de tu, odio las formalidades.

―No hay inconveniente.

―Perfecto ―alude con algarabía ―primero antes porque nos relajamos reinas ―dice recorriéndome con su mirada todo mi cuerpo, me remuevo incomoda en la silla ― ¿se les antoja una rico vaso de vino? Me llego una buena cosecha de Italiana antes de ayer?

―Ni te molestes querido, además no son horas de beber alcohol, suelta sin tapujos los te vayas a decir de la propuestas que pensantes, tenemos prisa, y entre más rápido mejor ―enuncia Abril sin desparpajo.

―Lo que digas muñeca.

―No me digas muñeca, mi nombre es Abril ―gruñe entre dientes.

―Es mejor que tu apodo de la puta dorada ―la cara de mi amiga se trona roja, si habla va a estallar es mejor que intervenga yo.

―Mire señor, llevo 4 minutos perdiendo mi tiempo, no estoy aquí por gusto, si fuera por mí no habría pisado este lugar nunca. Mis problemas que solo a mí me competente me llevaron a usted, póngase sus pantalones de negociador y deje de follarme con su lujuriosa mirada, vaya directo a lo que me interesa, porque no solo yo lo requiero si no usted a mí, sin mí no hay sección de fotos y muchos menos dinero muy jugoso que van a pagar sus enfermos clientes, bien lo dijo soy una perla negra, no cualquiera una que se encuentra casa mil años un día ―declaro sin un titubeo yo misma me sorprendo de mis palabras, Abril me codea dándome una sonrisa orgullosa.

El italiano a mi frente pestañea dos veces, lanzándome a los segundo una sonrisa macabra, intento no inmutarme ni bajar la mirada ante él, no seré una fresa fácil de joder, va a hacer malabares para lograr que yo me baje las bragas.


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