ANGUS

Me encontraba en la biblioteca del colegio leía un libro de pociones que mi madre me había dado, quería saber un poco de ellas y la manera de elaboración de estas. Un ruido peculiar parecido a un pitido invade mis oídos, los tapo porque no aguantaba el dolor fue entonces que me di cuenta de que algo sucedió, el ambiente era sombrío y la energía que radicaba no me gustaba se sentía como demoniaca, mientras caminaba observe que todo estaba destruido y el cielo era naranja. Me estaba asustando por lo que estaba a mi alrededor, pareciera como si una bomba hubiese caído encima del estado.

Busque mi celular para llamar a mis padres y no tenía nada en mi bolsillo, no me quedaba de otra que caminar hasta la casa quizás mis padres podrían explicarme que sucedió, cada vez todo era más devastación trataba de no entrar en pánico porque sería peor y podría causar algún daño irreparable con mis poderes. Finalmente llegué a casa, al verla también lucia dañada corrí de inmediato para asesorarme de que mis padres estuviesen vivos, los llamaba y nadie respondía hasta que un ruido llamo mi atención; había alguien más en la casa y debía saber quién invadía mi hogar cerré mis ojos por un momento intentando concentrarme para poder localizarlo rápidamente, no podía escuchar sus pensamientos así que no me quedaba de otra que guiarme por sus apresurados pasos.

Mi puerta tenía un sello que yo podía distinguir rápido, mi madre me enseño como podía trasladarme a un sitio rápidamente es llamado trasmutación o teletransportación como lo superhéroes. En seguida llegue, fue entonces que recibí un golpe en mi espalda pareciera que fuera una onda de poder. Caí al suelo dando algunas vueltas, me empezaba a molestar y noté que veía todo de una manera diferente por juzgar eran mis ojos, una gran bola roja venía hacia mí por reflejo levante mis manos y esta se detuvo enseguida como si yo la estuviese manejando.

─No puede ser verdad─ expresó una voz masculina.

De la oscuridad podía ver dos pupilas rojas brillando, desaparecí la esfera y quedé estupefacto por lo que estaba viendo. Ese hombre era yo, era casi igual lo que cambiaba era la altura y el cabello como pude llegar aquí era lo que me preguntaba mientras estaba en silencio observando, si suena extraño decir que te ves a ti mismo, pero del futuro, me estaba asustando porque no entendía que paso para que llegara toda esa destrucción y sólo quedase yo como único sobreviviente.

─Necesito saber de qué año vienes.

─2016

─Es una visión, necesito que te prepares e informes a tus padres que fuerzas demoníacas causarán este gran daño del que eres testigo, traten de buscar aliados fuertes, mayormente a la generación más fuerte de hechiceros.

─Cálmate, necesito que me expliques qué sucedió aquí primero para poder entender.

─No hay mucho tiempo, las visiones no son prolongadas. Localiza a tres hechiceros, ellos son un pilar fundamental, por mi culpa ellos murieron antes que yo los buscará y paso esto.

─¿Quién causó este desastre?

─No es un desastre, es el apocalipsis. Su nombre es Ka...

 Miles de voces invaden mi cabeza y todo daba vueltas muy rápido, nuevamente me encontraba en la biblioteca como si nada hubiese pasado. Algunos me observaban con el ceño fruncido, me sentía cansado mentalmente daba la casualidad no tenía clase a la última hora. No avise a mi padre que pasara por mi para no preocuparlo y así poder recordar algunas cosas que no lograba entender y así explicarles todo lo que vi en aquella visión del futuro.

─ ¿Angus te encuentras bien? ─me pregunto Azai.

─Azai, hola, si estoy bien solo que necesito irme a mi casa─ respondí sin vacilar.

─Entiendo, Hunter te estuvo buscando, ¿quieres que le avise que logre verte?

─Claro, dile que el fin de semana podemos hablar.

Pude salir del colegio la verdad Azai me parece un poco extraño, aparece en ocasiones en las que nadie se da cuenta de su presencia, aunque presentía que oculta algo, pero no quiere decirlo. La verdad lo que me preocupaba en ese momento era la visión, en el árbol familiar nadie podía ver el futuro leí quizás mis poderes iban al limite de todo, solo me faltaba llegar una cuadra de la casa cuando me encontré con el mismo grupo que se burlaba de mí, al verme sus rostros cambiaron, por mi parte yo seguí caminando como si ellos no estuviesen allí.

─Vean a quien nos conseguimos, es nuestro día de suerte, deberíamos darte un susto para que tu madre la bruja te cure con su “magia negra” ─ expreso uno de ellos.

Aunque yo siguiera caminando ellos me perseguían, no quería cometer una imprudencia ya que eso me hizo recordar cuando aquel cazador ingreso a nuestra casa, empezaba a contar para no causar un daño en plena calle sus voces me atormentaban no quedaba de otra que correr era la única solución de todo, temía que algún cazador estuviese vigilándome. Comenzaron a lanzarme piedras, hasta que una más grande impacto mi cabeza provocando que cayera al suelo intente pararme, uno de ellos inmovilizo mis piernas para que no lograra ponerme de pie, mi respiración era agitada empezaron a revisar mi bolso fue allí donde encontraron mis libros de hechicería y con cara de sorpresa lo sacaron y empezaron a leerlo en voz para que el resto de ellos escuchara, sus cínicas sonrisas provocaron que comenzara a molestarme, intentaba liberarme pero no me dejaban tenían más fuerza que yo.

─Entonces es verdad, ustedes son practicantes de la magia negra, sería interesante que toda la gente supiera la verdad y revivir los juicios de Salem en persona ¿no creen?

─ ¡Déjenme en paz! ─Grité con todas mis fuerzas.

Ya era tarde los había expulsado al aire con mi mente, no tenia opción era notable que mis ojos habían cambiado porque todo lo veía diferente podía ver sus auras, parecían de un color blanquecino. Limpie mi pantalón, algunos de ellos intento gritar, pero al verme lo que hizo fue huir, los demás estaban inconscientes tome mis cosas y me retire de ahí lo más rápido que pude para que nadie se diera cuenta lo que había pasado, finalmente llegue a casa escuche que mis padres estaban hablando en la sala y corrí esta allá para comentarles lo que había pasado.

─Padre, Madre, necesito hablar con ustedes de inmediato.

─ ¿Qué sucede hijo?

─Pude ver el futuro, mejor dicho, tuve una visión del futuro.

─ ¿Clarividencia? No es muy común que pase, o al menos que sea un universo alterno.

─No cariño, recuerda que ellos ven muertos, lo que le paso a Angus fue como una visión, mayormente esto ocurre cuando un acontecimiento fuerte sucederá─ respondió mi madre.

La verdad estaba pensativo sobre la visión, mi pregunta era la siguiente: ¿Quién sería capaz de ocasionar tanto daño de tal magnitud? Eso debía averiguarlo cuando sea prudente, lo que me importaba ahora era saber controlar mis dones quizás solo sea una simple que nunca se cumpliría.