Han pasado días desde que sucedióesa incómoda situación entre aquel ególatra y yo. No logro quitármelo de lacabeza y ahora solo sé mirarlo por la tv, sale por todos lados y es un cretinopretencioso el cual no soporto ver. Resulta que aquel insultante hombre es elempresario más emblemático de los últimos tiempos.
Por otro lado está mi casi exmejor amigo, estoy muy enojada con él, si no se hubiera confiado de aquelhombre que me recomendó la casa yo no estuviera con la imagen de aquel cuerpode Dios griego y de su extremadamente polla erecta y grande. Siempre que piensoen ese hombre y su mirada toda yo me caliento y mis rodillas tiemblan, ya no loquiero pensar más.
—Teddy, cariño, ya no quiero queestés enojada conmigo— mi darling quien se ha pasado disculpando estos 2 díasconmigo y no ha tenido éxito se acerca a mí —ya te lo he dicho, el chico notenía idea de que su amigo estuviera ahí. Se suponía que a esa hora debía estaren una junta— suspiro y miro a mi mejor amigo.
—Pues no estaba en la junta,estaba desnudo frente a mi mientras sonreía, me miraba bailar y se pegaba a micuerpo…— una corriente recorre mi bajo vientre, cierro los ojos por unossegundos –creo que estoy traumatizada, Plankton no sale de mi cabeza— alabrirlos miro mi plato para no tener que ver la confusión en la cara de midarling, no pienso explicarle nada sobre el tema.
—¿No será que simplemente tegustó?— le miro con dureza –ok… lo siento, solo es una pregunta. Además, tienes20 años cariño, sigues siendo virgen y no has salido con nadie desde que vivesaquí. Te recomiendo buscar por lo menos un peor es nada, mira que esos sonbuenos para darle brillo a la cueva— suelta la carcajada. Gruño por sutontería, no quiero reír.
—No me pidas eso, sabes muy bienque yo solo estoy por mis estudios, ahora mismo solo me importa mis trabajos ypasar de año en la universidad. No tengo tiempo para novios, y después de todote tengo a ti— me encojo de hombros —me divierto contigo y tú me mimas— miamigo rueda los ojos.
—Sí, te mimo, pero no es igual aque un hombre de esos que parecen Dioses te tocaran, y te pido que no metas atu tía, ella te lo ha dicho mil veces, “busca a alguien, los estudio no sontodo, eres joven y debes vivir” así que no hay excusa— dejo caer los hombros,me lo ponen bastante difícil —¿Y a has leído la carta?— muerdo mi labio y niegocon un gesto de cabeza.
—Aun no estoy lista, no quieroleerla— mi amigo guarda silencio y respeta mi decisión. Vivir sin mamá aún esmuy doloroso para mi corazón, la extraño todos los días a todas horas –hoy deboir a la bodega, ¿Vendrás conmigo en la noche? Quiero verte mientras trabajo— midarling es un rubio precioso de ojos mil, estatura baja, y figura delicada, sucabello copos le llega a los hombros y su físico es el de un niño, ¡Es hermosoy gay! Pero, no le gusta los lugares de bajo mundo, él solo es glamour yestilo, nada que tenga que ver con los bares de mala muerte, o las discotecascon mucha gente, eso no le gusta en lo absoluto, los detesta todos. Veo comopone gesto de asco.
—Sabes que sufro cada vez quevoy, hay tantas personas sudorosas… bebiendo del botellín y por dios… vistenterrible— suelto una carcajada al verlo tan espantado por lo que recuerda —perosi hace falta ir para que me perdones, entonces iré y lo soportaré todo— una gransonrisa se dibuja en mis labios, agradezco que aceptara ir, no me gusta estarenojada con él.
—Muchas gracias darling, te amo,te adoloro y te deseo— le guiño y ambos reímos por mi broma –ahora venga,debes comer para que busques tu outfit de hoy, no te pongas nada estilosocariño, ya sabes lo que pasa cuando lo haces— mi amigo se sonroja.
—No seas mala y no me lorecuerdes, que vergüenza pasé aquel día— muerde su labio, sonrío al verlo así—pero igual me gustó mucho salir con él— suspira. Mi amigo es bastanteenamoradizo, pero siempre le va mal, los hombres que consigue siempre son unosvividores, unas sanguijuelas, unos parásitos.
—Tranquilo darling, prontoencontrarás a uno que te valore, pero tienes rotundamente prohibido amarlo mása él que a mí. Yo soy tu favorita y tu teddy, nadie me quitará el puesto, esonunca porque lo voy a defender con uñas y dientes— mi amigo carcajea divertido,soy bastante celosa.
—Jamás te quitarían el lugarteddy, tú tienes mi corazón completo y siempre será así— satisfecha por lacontestación de mi darling sonrío y sigo comiendo, me estoy atrasando comosiempre.
Al terminar el desayuno meapresuro a despedirme de mi amigo, tomando mis cosas salgo de la casa, mecoloco los audífonos y enciendo la música, la bodega no está lejos de casa. Voycaminando a pasos medios voy observándolo todo y recordando mi vida en Colombiay lo que está siendo ahora. Me detengo ante una magnifica construcción, sonríoal saber que pronto seré una creadora de bellezas fantásticas. Al ver que hay doshombres con planos en manos, me acerco a ellos, soy bastante curiosa, entrona ynada me da vergüenza.
—Pero si ponemos esa viga eldiseño se verá comprometido— dice uno de ellos, es un pelirrojo, se nota que esel arquitecto y quien diseñó el lugar por su vestimenta.
—Pero sin el soporte pueden haberdaños a futuros— dice el otro, sus voces no son muy claras por el ruido de lasmaquinas, pero aun así los escucho perfecto sin los audífonos –necesitoseguridad, joder— el arquitecto resopla.
—No me jodas tío, te he dicho quecomprometerá el diseño— le gruñe de vuelta, yo veo el lugar y rápidamente medoy cuenta del problema.
—El diseño no se verácomprometido si pones la viga horizontal— me meto entre los dos y miro el planoexterno, tras comprenderlo y localizar el lugar exacto donde el otro quiereponer la viga lo señalo –mira, fíjate el cambio para bien que seria. Si la ponesvertical es obvio que se verá espantoso, pero si lo haces como te digo leaportará al diseño, puedes hacerle esto— sin importarme la cara incrédula delhombre tomo el lápiz que lleva tras la oreja y dibujo un logo –si teníaspensado poner un logo, esa parte seria perfecta, es más, el nombre quedaríaestupendo ahí— le sonrío cuando le miro.
—¿De dónde has salido?— preguntaahora riendo mientras baja la mirada, no soy muy alta —¿Cómo sabes de esto? Ymás importante, ¿Cómo has comprendido los planos en tan poco tiempo?— alza lascejas y yo me encojo de hombros.
—Soy estudiante de arquitecturaen el Pratt institute. Es fácil lo que hacían y me pareció estúpido quediscutieran por algo que se podía solucionar, es todo— el pelirrojo carcajea,frunzo el cejo, ¿Se está burlando de mí?
—Yo a ti te conozco— esa vozprovoca un escalofrío en mi espina dorsal –eres la chica que me debe el jarrón—volteo lentamente y al hacerlo completamente me encuentro con un par de ojosque a pesar de ser claros se ven oscuros, mi corazón inicia a latir con rapidezy toda yo me estremezco, ¿Cómo reconocerlo si ahora lleva un traje Dolce &Gabanna?. Sin esperar a que diga nada salgo corriendo de ahí –hey espera,detente por favor— me pide corriendo tras de mí, acelero para que no me alcance,a mi mente viene Plankton, ¿Por qué coño pienso en Plankton justo ahora?
—Mierda— chillo cuando me veocontra la pared, agitada y nerviosa le miro, él está muy cerca de mí y eso mealtera –suélteme por favor, se lo advierto, no le gustará lo que haré si meenoja— se acerca más a mí y se pone entre mis piernas, sujeta mis manos contrasus caderas y sonriendo me mira.
—Ya no podrás patearme lostestículos ni golpearme la cara, y por supuesto Plankton estará a salvo se tusgarras— enarca una ceja burlón –has sido la primera mujer en golpearme de esamanera— alzo mis cejas y paso de su tono grueso y vibrante.
—Y seré la primera en romper susmalditos huesos si no me deja ir ahora mismo— le ladro a la cara con rabia,forcejeo para que me suelte y no lo hace, simplemente me mira. Mi corazón estápróximo en salirse, mi respiración se agita a cada segundo más, mi cuerpo secalienta por su cercanía y toda yo reacciona de una manera desconocida para mí.Su cuerpo, su mirada y su olor me están enloqueciendo.
—Eres muy ruda y muy sucia conesa boca— gruñe con mal humor escuchándose inexplicablemente más sexy –me debesun jarrón, quiero que me lo pagues— tiro a morderle y él quita la cara –no lohagas, no vayas a morderme, me enojaré— me advierte.
—Pues déjeme ir, yo no me voy aacostar con usted. Olvídese de esa absurda idea que tiene, es un enfermo,¿Quién acórrala así a una desconocida en dos ocasiones?— ríe y el vello de micuerpo se eriza al escucharlo, ¿Es normal tener una voz orgásmica como la deeste hombre?
—Solo deseo…
—¿Está bien señorita?— leinterrumpe una voz masculina, al mirar tras de él es la policía, me tensoinmediatamente, estoy ilegal y no tengo documentación de ningún tipo y las quetengo son falsas y se darían cuenta si investigan a fondo —¿La está molestandoel señor?— siento el corazón en la garganta por la mirada que me da el hombrefrente a mí, debería estar nerviosa por el policía y no por él. Si digo que metiene contra la pared en contra de mi voluntad, me llevarán a declarar si sesale de control y me pueden deportar, y si digo que no lo hace él puede creerque me gusta lo que hace. ¿Pero que pienso? Es de Yazahib Meyer de quiénhablamos, claramente a él no le harán nada, ni caso me harán.
—No oficial, al parecer hoytendré un buen día— sonrío con coquetería, sinceramente prefiero correr elriesgo de meterme en problemas con el mala leche frente a mí, que darle gusto acallar –la situación económica hace cosas que ni imaginamos y bueno, un clientees algo aunque no sea el mejor— el hombre que me sostenía y aún le daba laespalda al policía, me suelta y mira inmediatamente al oficial, este al verlose sorprende.
—Señor Meyer— dice el oficial entotal asombro, no es para menos, he dado referencia a que soy una prostituta.Al verme liberada voy con la intención de irme cuando el moreno me sujeta de lamano y tira de mí para después pasar su mano por mi cintura. Deseo darle uncodazo, pero no lo hago, estoy asustada, no quiero que me deporten, ahora lopienso mejor y el voz orgásmica puede hacerlo con facilidad.
—Buenas tardes oficial, mi noviaestá de broma, es… ¿Cómo se lo digo? Muy creativa y le encanta hacer cosasnuevas, ya sabe, despertar mi pasión para una vez lleguemos a casadesquitarnos— le miro incrédula y él me guiña, el oficial le sonríe concomplicidad, ¿Está creyendo lo que dice? Este hombre es el mayor mujeriego queexiste en la historia.
—Lamento la interrumpían— eloficial le tiende la mano y el gran empresario Meyer se la estrecha —siganpasando buen día— se despide el hombre y se aleja a su patrulla donde sucompañero le espera. Al verlo irse me separo del hombre que me sujetaba.
—Eh… eh… umpalumpa, tú no irás aningún lado— me sujeta con posesividad de la mano —¿Qué ha sido eso? ¿Dar aentender que eras una dama de servicio? No lo entiendo— me mira confundido.
—Solo debe agradecer que nodijera la verdad, así que como mínimo debe soltarme y no acercarse a mi aunqueyo me entrometa en su trabajo— sonríe de manera chulesca.
—¿Me crees alguien tonto? Séperfectamente cómo te tensaste al verlo, eres latina… y tu acento es muymarcado, bien pudiste decir que yo te tenía ahí en contra de tu voluntad y nolo has hecho— los nervios me van atacando, si ese hombre se lo propone puededañarme por su estúpido jarrón –me has dicho que estudias, así que supongoestás en algo turbio, ¿Cierto?— trago con dificulta.
—Dejeme en paz, no quise meterloen problemas, ahora adiós— intento alejarme y no me suelta.
–No…— carcajea incrédulo —¿hasfalsificado tus documentos? O acaso es otra cosa, ¿Realmente eres dama decompañia de manera ilegal?— alzo el mentón, no le voy a demostrar nada, nopuedo poner en riesgo al amigo de Simone ni tampoco le daré gusto en ofendermepor lo que ha dicho.
—Déjeme ir maldita sea— tiro demi brazo para que me suelte, él me sujeta con más fuerza.
—Tranquila, como mínimo de midiscreción merezco saber tu nombre. Has estropeado el jarrón que mi abuela meregaló antes de morir— le veo fruncir el cejo y en sus ojos veo un reflejo detristeza, sintiéndome mal por eso suspiro.
—Suélteme y se lo diré— él lohace —primero que nada gracias por no decir nada, y lamento lo del jarrón, peroeso no le da derecho a querer follarme, aléjese de mí— doy un paso atras —soyDan...— frunce el cejo, pero paso de ello y salgo corriendo, voy tarde y noestoy para darle placer a ese idiota.
—Sensei— los niños a los queentreno se acercan a mí corriendo, sonriendo feliz por verlas las abrazo y doyun beso a cada una.
—Hola mis karatecas hermosos—ellos sin despegarse de mi me acompañan a cambiarme, me coloco el karategi porencima de mi ropa de ejercitar. Una vez listas iniciamos las clases, yo junto aotros dos amigos nos encargamos del lugar. Enseñamos karate, yo para no lidiarcon los hombres decidí darles clases “Kyu” a los niños que inician con cintablanca.
Los niños como siempre fueronexcelente en sus clases, tras felicitarlos y hablar con sus madres los despidouno a uno, me encantan los niños, compartir con ellos es reír y divertirsehasta el cansancio.
—Vaya, eres Sensei— su voz comohoras antes provocan un escalofrío a lo largo de mi espina dorsal –ahoraentiendo porque me diste esa paliza— dejando de lado el comportamiento de micuerpo ante él me giro y le miro seria.
—Le voy a pedir por última vezque me deje en paz, no estoy interesada en usted ni en ningún otro empresarioarrogante, pretencioso, y que cree que el mundo en su totalidad le pertenece ypor ello se creen capaces de tener todo lo que quieren, cuando y donde se lesda la gana. Olvídese de mi señor Meyer, créame que no soy de esas mujeres quese impresiona por su nivel social, su dinero y sus lujos, me es totalmenteindiferente, y si cree que por romper el jarrón de su abuela y saber que ustedestá al tanto de mi trampa con el gobierno voy a caer a sus pies está muyequivocado, me está demostrando que hay más de una cosa en usted que no tienecerebro— le doy la espalda para ver a mi amiga –nos vemos más tarde Sam— medespido de ella y camino a la salida dejando el idiota que no me deja en paz.
—¿Sabes algo?— escucho que diceuna vez me retiene por el brazo –de todo lo que has dicho hay una sola cosa enla que acertaste en cuanto mi manera de ser— resoplo, no se da por vencido–siempre consigo lo que quiero y últimamente me estás interesando mucho, erescomo la caja pandora, y la abriré sin importar los peligros y consecuencias—sin más pasa sus manos por mis caderas y me pega de un tirón rápido y preciso,no me da tiempo de resistirme. Besa mis labios y las corrientes se vandispersando por todo mi cuerpo hasta colocarse en mi sexo, jadeo al sentir sulengua en mi boca. Me veo obliga a corresponder el beso, cierro los ojos y lodisfruto, me siento en el aire, me siento como atrapada en mil sensaciones. Esexcitante besarlo, pero no puedo seguir, no puedo permitirle estas licenciasconmigo. Me separo de él y le doy una bofetada. Agitada y con el cuerpocaliente le miro a los ojos, quiero gritarle y es como si no pudiera, me gustóese beso, me gustó su posesividad, y sobre todo me gustó que me abrazara de esamanera, pero no soy tonta y no caeré en su juego.
—Aléjese de mí, se lo digo porúltima vez— sin saber que más decirle y con mi pobre corazón latiendo como unloco salgo corriendo y detengo un taxi, no quiero que me siga a casa.
Turbada por aquel beso y porsaber que aquel imponente hombre no me dejará en paz llego a mi departamento.Al entrar veo a mi darling sentado en el sofá.—Teddy, ¡has vuelto!— sonríeemocionado, pero yo no le miro, paso de largo.—Voy al baño— es lo único quepuedo alcanzar a decir, mi corazón está realmente acelerado, mis labios aúntienen la sensación de aquel beso indecente y escandaloso que ese hombre me dioy yo correspondí como una tonta —¡Contrólate Daniel!— me regaño —ese hombre esun multimillon
Es lunes por la mañana, voy en dirección a la oficina, mi jefa a pedido verme y por primera vez no voy tarde, no he podido dormir bien. El señor Meyer no sale de mi cabeza, se mantiene en mis pensamientos, su actitud tan posesiva me deja pensando siempre más y más. Aquelloslabios carnosos y sensuales, aquel cuerpo fuerte y fornido, aquellas caricias sutiles y enloquecedoras, mejor dicho, ¡Estoy perdida ante ese hombre! Me detesto por ser tan débil con él, siempre me he cuidado de hombres así y de pronto llega Yazahib Meyer a dejarme la cabeza liada.He hablado con mi amigo y le he pedido que no le dijera nada de mí a Yazahib, que tratara de ayudarme a esconderme de ese hombre, pero la respuesta de mi amigo fue una gran verdad. Ese hombre es p
Al terminar el desayuno me pongo a trabajar. Patricia me guía a la habitación de nuestro jefe, al entrar mi boca se abre exageradamente. La habitación es enorme y majestuosa, está pintada en tono oscuro, puedo asegurar que el tono es un gris, la cama es enorme, tiene un estante que abarca toda la pared llena de libros, la mesa de noche es en negra y lleva una lámpara con diseños en chocolate caoba, también cuenta con sofás visiblemente cómodos en negros, las ventanas son enormes y todo el lugar está perfecto.Dejo de admirar el lugar y me pongo a limpiar. Al ver la cama tan desordenada frunzo el cejo, él estaba con esa mujer aquí y después me besó a mí. Furiosa quito las sabanas y maldigo al sentir el olor de su perfume, es delicioso y varonil, ese olor despierta la sensaci
Ha pasado una semana, misma que he estado soportando al señor Meyer y a su amiga. Él se niega a aceptar la relación que tiene con la mujer, pero realmente yo no le hago caso, no quiero saber nada de ese hombre, no me tomará de tonta.Yazahib en cambio es el mismo celoso, posesivo y controlador de días atrás, pero ya no lo soporto más, quiero salir corriendo, quiero alejarme de él lo más que pueda, pero simplemente no pudo, debo cuidar de mi trabajo, no puedo perderlo.Mi mejor amigo me está dando ánimos, me está aconsejando que le dé la oportunidad a Yazahib, pero no puedo, no cuando me pasa por el frente a esa mujer que es muy grosera y se cree su d
Después de desayunar entre charlas con Yazahib y Patricia me levanto para limpiar los platos, Yazahib quiso negarse, pero yo no se lo permito, debo ayudar a la mujer, no quiero ser una carga para nadie.Después de limpiar los platos hablo con Patricia mientras Yazahib está atendiendo unos asuntos de su trabajo. Siempre mantiene ocupado hablando por el celular o revisando la computadora para responder correos, no sé para que se quedó en casa si iba a prestar más atención a su trabajo.
Sentados a la mesa, Yazahib me mira con ojos de deseo, me siento nerviosa ante esa mirada. Patricia nos cocinó realmente delicioso. Fue fantástica toda la comida que hizo, pero mejor fue disfrutarla con el imponente hombre que no deja de mirarme como si yo fuera el morbo personificado.—Yazahib, si me sigues mirando de esa manera ya no sabré como actuar— miro la copa para escapar su mirada lujuriosa que me da calor —deberías disimular un poco más— sonrío sin mirarle.—¿Crees que puedo disimular esto? Ya te lo dije. Desde que te vi moviendo las caderas al ritmo de aquella música me volví loco por ti— alzo la mirada y le veo directamente a los ojos.—¿Estás seguro que no me quieres solo por tener sexo seguro?— su mirada cambia, ahora es seria e inflexible. No le ha gustado mi cuestionamiento.—Te lo he dicho mil veces, Dani, te
Ha pasado dos semanas desde que me entregué a Yazahib. Dos semanas en las que él es un celoso y quiere dominarme. Discutimos mucho por su posesividad, realmente es muy controlador, pero aun así lo amo como nunca he amado a alguien.Mi mejor amigo me ayudó a conseguir una píldora para evitar embarazarme. Ahora estoy cuidándome a espaldas de Yazahib para no quedar embarazada. Mi amigo me reprocha y no está de acuerdo con lo que hago, pero no puedo tener un bebé, no tan pronto. Puedo ocultárselo a Yazahib y cuando sea prudente tendremos un bebé.Todo en la universidad marcha bien, sigo teniendo mis buenas calificaciones. En el trabajo igual. Aunque Yazahib quiera que lo deje no lo hago. Me gusta mi trabajo y no lo dejaré nunca. Yazahib no ha asistido al bar por su trabajo, ha estado muy ocupado y eso me ha dado la oportunidad de bailar libremente.—Teddy, ven aquí— mi da
Sonriendo me acerco a mi novio, él al verme se quita el móvil del oído y me mira serio. Yo voy borrando mi sonrisa poco a poco, su gesto no me gusta. Miro a mis amigos y ellos están también serios.—Hola cielo— me acerco para darle un beso y él me esquiva.—¿Dónde coño estabas?— me pregunta con voz ronca —¿Tú estabas en ese maldito escenario?— el corazón inicia a latirme rápido. Si Yazahib se entera que bailo para un público masculino se volvería loco —¡Contesta!— me sobresalto, a pesar de que hay música su voz penetra profundamente mis oídos.—Estaba en mi descanso, Yazahib— le miro con el cejo fruncido.—¿Dónde mierda está tu móvil entonces?— pregunta a continuación dando un paso en mi dirección.—Lo dejé en la barra, lo lamente— me toma de la mano y camina en dirección a la oficina —Yazahib no… no puedes entra aquí, harás que me echen… no puedes hacer esto— trato de detenerlo pero no puedo, él está dispuesto a entrar.—Yo puedo hacer lo que qui