Aglaia
—Tranquilos no es nada malo, —comenta la doctora. —Solo que hay dos bebes. —asiento ante sus palabras, espera ¿qué dijo?
—¿Cómo? —pregunto aturdida.
—Lo que has escuchado tendrás gemelos. —sigue moviendo el aparato en mi vientre.
—¡Mierda! —giro la cabeza para ver a mi esposo blanco como un papel, creo que se desmayara. —Son dos. —susurra.
—¿Te molesta? —pregunto con lágrimas en mis ojos.
—Por supuesto que no. —su respuesta hace que me vuelva el alma al cuerpo. —Te amo, los amo. —deja un beso en mi frente.
—¿Quieren escuchar sus corazones? —nos pregunta la doctora.
—Sí, obvio que sí. —Andre responde emocionado.
De un momento a otro comienzan a escucharse los latidos de mis hijos, es la sensación más hermosa que he vivido.
—Estas de un mes Aglaia. —sonríe, pero mi preocupación es mucha.
—¿Todo está bien? —indago con preocupación.
—Tranquila, todo está en perfecto es
Andre Observo como Aglaia descansa, en el asiento del jet, estamos viajando con destino a Grecia, la hora de la verdad llego, hoy hablaremos con Leandro, aunque sabe parte de la historia quiero decirle que estoy casado con su hermana y que seremos padres, no creo terminar de decir lo primero que ya me habrá golpeado es más creo que me golpeara cuando ponga un pie en su empresa, no queremos ir a su casa para no alterar a Marlene, así que lo haremos en laempresa. Sigo mirando a mi esposa, me tiene más idiota de lo que era, todo por ella, por su forma de ser, por su carisma, soy un idiota enamorado, soy tan feliz que no sé cómo explicarlo para que se me entienda, la nana dice que el amor no se explica se siente y es lo que estoy viviendo con esta mujer, amor puro y sincero. —La amas. —escucho la voz de Melanie, asiento mirándola. —Demasiado. —se me forma una sonrisa en los labios. —¿Cómo has estado? —pregunto con interés. —Bi
Aglaia Han pasado algunos meses desde que visitamos a Leandro en su oficina y han pasado tantas cosas que no sé por donde empezar, primero mi hermano está un poco más calmado con mi matrimonio con Andre, por lo menos ahora se saludan y se dirigen una que otra palabra, es un gran avance viniendo del idiota de mi hermano. Mi cuñada esta de novio con un empleado de la empresa, Andre puso el grito en el cielo, que era muy chica para empezar una relación y no sé cuanta cosa más, Colette le recordó que tenemos la misma edad, así que mi querido esposo no tuvo más remedio que aceptar, aún sigue mirándolo con recelo al pobre muchacho que es un chico bueno y de carácter fuerte, ya que le aviso al francés que no la dejaría por nada en el mundo, ya llevan varios meses de novios y se los ve muy feliz. Marlene y Leandro tuvieron un hermoso niño, es la fotocopia de mi hermano, no se puede negar que es un Doxiadis, mi cuñada aún le busca un parecido, pero no
Andre —Brigitte no. —regaño a mi pequeña princesa. —Dame eso o mami se enojará. —le saco de sus manitos unos folletos que Aglaia estaba diseñando, espero no se hayan dañado. —Papá, —refunfuña enojada. —Ame (dame). —pide a punto de hacer un berrinche. —No, vamos a darte un baño. —trata de huir, la tomo entre mis brazos antes de que lo logre. —No quero. —trata de zafarse de mi agarre. —Brigitte se una princesa buena. —beso, sus cabellos rubios, herencia de Aglaia. —Está bien. —responde resignada, haciendo un hermoso puchero. Han pasado casi dos años de que nuestras hijas nacieron, son como dos gotas de aguas lo único que las diferencia son sus hermosos ojos, Alizee heredo los míos y Brigitte los de su madre, son tan iguales físicamente y tan diferentes en caracteres, la primera es una niña muy tranquila y dócil, mientras que la segunda es rebelde y muy curiosa, me traerá muchos dolores de cabeza esta peq
Andre Escucho lo que esta niña le dice al griego y mi sangre hierve, cuántas veces debo decirte que no es una niña? la entrometida de mi conciencia aparece y muy a mi pesar debo darle la razón, Aglaia hace mucho que dejo de ser una niña. Pero sé que me odia, su despreció hacía a mí es evidente, casi no me tolera es más no podemos estar en la misma habitación sin querer matarnos, eso se llama tensión sexual hago a un lado esos pensamientos, por que es la hermana de mi mejor amigo y jamás podría ponerle un dedo encima a demás ¿Qué podría ofrecerle yo? Siento que me hablan, miro a mis amigos que me miran como si me hubiera salido dos cabezas. —¿Qué decían? —Leandro arruga su ceño y niega. —¿Dónde tienes la cabeza o en quién? —la mirada de Leandro no me gusta, sé que sospecha que algo pasa. —En tu secretaría esa mujer es hermosa. —trato de desviar el tema y lo logro. —Deja a mi secretaría en paz. —tiene los dientes apretados. —Ya
AglaiaVuelvo en mí cuando siento unos toques en la ventanilla, es Alfred que me mira preocupado, Dios ¿Cuánto tiempo pasé en el pasado?—¿Sucede algo señorita? —Alfred está preocupado, niego rápidamente para que se tranquilice.—No disculpa estaba recordando algo. —digo mientras enciendo mi auto.—Debe ser un recuerdo largo. —lo miro sin comprender. —Hace dos horas que está ahí señorita. —¿QUÉ?—Pensé que esperaba a alguien, pero como paso el tiempo por eso me atreví a llamarla.—Gracias Alfred estoy bien. —le regalo una sonrisa. —Iré a casa y deja de decirme “señorita” tengo nombre. —asiente.—Lo sé, pero no se vería bien. —giro mis ojos porque este hombre es muy correcto.—Est&aa
AndreVoy llegando al hotel donde voy a encontrarme con esa nimphe (ninfa), que Dios se apiade de mí porque no creo que aguante más sus desplantes. ¿Quieren saber que paso? Se los explicaré, nos íbamos a encontrar el lunes por la tarde, pero la señorita no pudo venir y se le olvidó llamarme, así que me dejo dos horas como un idiota en el bar del hotel esperándola.Estamos a viernes, aún no la he visto para ponernos de acuerdo con las reformas, si hoy no viene iré directo a su departamento.Cuándo me llamo por teléfono hice como que no tenía su número agendado, no quiero que piense que puede pasar algo entre nosotros, te mueres porque pase algo, la verdad es que si, pero Aglaia es joven tiene un futuro por delante, soy mayor que ella, solo por unos años.Una vez que llego al hotel me la encuentro en el lobby hablan
Aglaia Salgo casi corriendo del hotel, ya que no quiero volver a ver al francés como se le ocurre besarme y después disculparse. ¿Por qué es tan cobarde? ¿Y por qué me dejo besar? Dios mi cabeza es un lío, necesito hablar con alguien, mi compañera de departamento no es opción, iré a la oficina de mi hermano para hablar con Marlene. Así que con esa determinación tomo un taxi hasta la empresa, en el transcurso del viaje no puedo evitar que lágrimas caigan por mi rostro, ¿Por qué soy tan estúpida? Sus labios sobre los míos fue lo mejor qué me ha pasado en mi vida, su forma posesiva de agarrar mis caderas, hubiera querido que dudara toda la vida, pero los cuentos no existen, solo en los libros el príncipe azul rescata a la princesa encantada, ¿y si túlo rescatas a él? ¿Mi conciencia se volvió loca? ¿De qué habría que rescatar al francés?De el mismo. —¿Señorita está bien? —el taxista me da una mirada de lástima. —
AndreGolpeó el volante de mi auto con todas mis fuerzas mientras largó maldiciones. Aglaia no me dio tiempo a responderle, ¿Qué le hubieras dicho?carajo no lo sé, pero cualquier cosa hubiera sido mejor que ver su triste mirada.Quiero algo con ella, una relación sería, pero primero tengo que solucionar mis problemas con las relaciones estables, el miedo a formar una familia. Después esta que Leandro me mandara al hospital por tocar a su hermanita, mierda si el griego no fuera tan celoso y posesivo con los que quiere,tú eres igual.Es verdad no imaginó que Aglaia pueda amar a alguien más ¡y tú te quejas del griego!Voy llegando al hotel donde se harán las reformas, pero no para trabajar si no para cambiarme de ropa porque tengo la habitación presidencial aquí, siempre pido esta cuando me quedo en Grecia. Será tem