Capítulo 3

Escucho que golpean la puerta con fuerza e insistencia, cabreada porque no me dejan dormir gruño, si no es el atontado de mi padre es otra cosa que me irrumpe el sueño, anoche me pase de tragos y ahora viene los arrepentimientos.

—Scarlett, ve tú— susurro sin saber a ciencia cierta que está en la habitación.

—Ve tú— se queja ella, no dejan de golpear la puerta una y otra vez, ya fastidiada de tanta mierda me levanto tambaleando.

—¿Pueden dejar de tocar la maldita puerta de un vez por todas?— grito de mal humor cuando la baro, al enfocar bien me quedo de piedra —Martin ¿Qué haces aquí tan temprano?— me mira algo molesto, pero antes de que responda se escuchan los gritos de Ashley y Vanesa, sin importarles nos echan a un lado a mi padre y a mí para entrar.

—¿Qué coño les pasa? Ya la charla de bienvenida está por iniciar, vamos…— grita Vanesa, Scarlett en menos de nada le levanta y tira de mí, dejando al indecente de mi padre parado en la puerta voy por mis cosas para correr a la ducha.

—Lo siento Martin, será para después, la vida y el universo no nos quieren ver juntos— gritos desapareciendo con mi compañera de habitación al final del pasillo.

—Soy tu padre— escucho que grita, vergüenza le debe dar por decir tal gilipolles.

—Estás loca, ¿Cómo puedes tratar a tu padre así?— pregunta mientras se desnuda con rapidez al igual que yo.

—No es mi padre, con esta vez solo lo he visto 5 veces cuando mucho desde que dejó a mamá, así que no es difícil pasar de él— dejando la charla de lado nos bañamos rápido y de la misma manera nos alistamos, me pongo un vestido demasiado ajustado y corto.

—Todo está bien, pero ¿Debes usar esas estúpidas y feas botas?— Ashley mira con desagrado las botas que llevo puestas, ruedo los ojos sin detenerme.

—No son las militares, te debe bastar con eso, y no me cambio el vestido porque ya vamos contra el tiempo— me detiene y me mira a los ojos.

—Tienes un fantástico cuerpo, ese vestido te queda de muerte, no veo por que lo quieres cambiar, y en cuanto a esas horrorosas cosas igual son botas— sin prestarle demasiada atención inicio a caminar y ellas tras de mí, somos las únicas que estamos por el pasillo corriendo como locas. Al abrir la puerta esta hace un escándalo fatal, todos nos miran incluido los que están al frente dando la charla, como no sufro de vergüenza doy los buenos días y entro como si nada haya pasado.

—Bien ahora que estamos completos seguimos con la charla a la que se debía llegar a las 9 horas no a las 10 horas y tantas— aquel es un estiradillo de esos que todo les gusta pijo, es un risas con su cara de cagazón.

—Es el director— cuchichea Vanessa —es un tío estirado y muy estricto, si tus calificaciones bajan solo un punto te tendrá en la mira hasta que estas sean mejores de lo que eran. Para él mantener la visión de la universidad ante el mundo es lo más importante— alzo las cejas y recorro lo largo de su traje gris impecable y a su medida. Cuando presentan a los profesores me quedo de piedra.

—Uuuiisss el ingles sexy— chilla Ashley al ver al gilipollas con el que me he topado dos veces en situaciones como poco vergonzosas para cualquier persona menos para mí. Cuando este posa su mirada en mí, la mía encuentra la suya, las comisuras de sus malditos labios como es de costumbre se ladean en una discreta sonrisa —ese hombre es sexy y ese aire imponente vuelve loca a la mitad de la universidad— está casi excitada.

—¿A la mitad? Hija tiene a toda la universidad loca— aclara Scarlett —seas heterosexual, gay, lesbiana y hasta a los religiosos— ríe por lo bajos, mi risa que no es para nada baja se escucha un poco más alta.

—¿Algo que decir señorita?— pregunta el ingles sexi mirándome a los ojos, mis mejillas arden como cosa rara, me hago la loca y miro a cualquiera disimulando para que piensen que es con alguien más —no busque, es con usted— su tono de voz me aceleran el corazón, es un maldito.

—¿Conmigo dice?— pregunto con inocencia —no señor, nada que decir o pregunta por ahora, va muy bien, lo felicito— sonrío con falsedad, no me deja de mirar con insistencia, cuando por fin aparta sus ojos de mi suspiro y dejo salir todo el aire que me guardaba.

—No me jodas Mel…— me empuja Ashley con el hombro —eres la bomba, ¿Siempre llamas la atención de esa manera?— niego, si algo quiero yo es pasar desapercibida para que no me estén molestando y diciendo todo lo que hago a Martin.

—Mi arma… pero es que no he hecho nada, este tío es la caña, la ha tomado conmigo y ya está, verán que pronto se olvida de mi— decido saltarme mi encuentro de anoche.

—Ese hombre es todo lo que deseo para ser feliz en la cama— fantasea Scarlett, si supiera que yo tuve la oportunidad de verlo solo en pantalón de vestir me hace un tercer grado para que les cuente lo ardiente que está el gilipollas.

Después de una aburrida charla donde nos dejan claro el nivel académico que tiene la prestigiosa universidad presentan a los profesores de cada rama, me tocan algunas clases con mis nuevas amigas, eso me alegra. Tras salir todos los estudiantes, mi grupito y yo quedamos solas en el gran salón con el director y el profesor alias ingles sexi.

—Esto es inaceptable, solo fue la charla de bienvenida y cuatro estudiantes me llegan tarde ¿Qué debo esperar de ustedes para el resto del curso?— Scarlett presiona mi mano discretamente.

—Sé que pudimos dar una mala primer impresión— pongo mi voz de tonta y mi cara de arrepentimiento —pero soy nueva y me había perdido, ellas amablemente me han mostrado el lugar hasta llegar aquí, por eso hemos llegado con tardanza, pero puedo prometerle que no pasará más, pues no me pienso perder nuevamente en este fantástico lugar, y si he de hacerlo será en la biblioteca. Pido disculpas por retrasar a mis compañeras— el hombre suaviza el gesto y mira al profesor que está demasiado serio para mi gusta, si mete su puta boca me cago en él.

—Bien… solo por esta vez se los paso señorita, pero también debo felicitarlas por el buen acto que han tenido con su nueva compañeras, el profesor Randall les estará dando sus horarios— mira al aludido —profesor, las dejo a su cargo— se despide y sale del lugar.

—Como saben señoritas, soy su profesor de finanzas y será conmigo con quien más tiempo pasen, aquí están sus horarios y creo no debo repetir que no se permiten tardanzas en mi clase. Les daré los horarios y quiero que salgan una vez lo vayan recibiendo— pregunta nuestros nombres y los va entregando, me deja de ultima, cuando voy a tomar lo que me tiende me lo quita —hola— saluda con esa voz gruesa y relajada —¿Te acuerdas de mí?— pregunta sin sonreír y con su mirada fija a la mía, con toda mi chulería me encojo de hombros.

—¿Cómo olvidar al gilipollas que me tiro a un charco de agua y casi me deja sin ropa interior?— enarco una ceja, no cambia su imponente mirada.

—¿Sabe usted que le ha faltado el respeto a su profesor?— finjo una cara de sorpresa.

—Madre mía ¿Cómo es que no me di cuenta de eso?— digo con sarcasmo —lo lamento profesor, soy una lela que no se había dado cuenta de su imprudencia… ¿Me disculpa?— da dos pasos y se pega más a mí.

—Soy el amo del sarcasmo señorita, pero la entiendo, ayer que se metió a mi cama estaba en sus cinco sentidos y por eso no separaba su mirada de mi polla— susurra a mi oído, mi piel se pone de gallina al recordar su estúpido cuerpo y más esa polla enorme que tiene, pasando saliva le arrebato las páginas. 

—Su sarcasmo es pésimo profesor y no fui yo quien se metió en su habitación, está confundiéndome— salgo del lugar casi corriendo, puedo sentir su mirada en mi espalda.

—Oh… la nueva ya se quiere coger al profesor— detengo mi marcha y miro a mis espaldas, ahí está esa rubia tonta —¿Crees que puedes ser nueva aquí y ya volverte popular?— alzo las cejas.

—¿Qué ya no lo soy?— sonrío y me acerco a ella y a sus discípulos —si crees que soy esa chica que por ser nueva te va a dejar hacer lo que tú quieras estas mal chata, conmigo no te metas o te vas a arrepentir ¿Entendido?

—Melanie— escucho a mi padre, maldigo y me doy la vuelta, sin responderle le paso por el lado, no me apetece hablar con él, no sé qué coño hace todavía aquí —te estoy hablando hija— me detengo y le miro furiosa.

—No me digas así, no soy tu hija, tu solo pusiste el espermatozoide y me diste tamaño hasta los 5 años, si quise venir a esta universidad no fue para verte la cara cada vez que tú quieras, déjame en paz, ya me viste hace horas, pues listo vete— su gesto se endurece.

—No me hables de esa manera, soy tu padre y debes respetar, vine porque sería yo quien debía traerte y no lo hice, me llamaron para preguntar los motivos, llego aquí y estabas dormida a la hora que se suponía debías estar en la charla— ruedo los ojos, este tío es tonto.

—Deja el drama y no quieras venir a hacer un papel que ya no te queda, fui a la charla, tengo mi horario y todo fino, ya déjame por favor, quiero ir con mis amigas a conocer el lugar— cuando intento alejarme me detiene.

—Quiero ir a tomar el almuerzo contigo, debes entender que quiero formar parte de tu vida y que te integres a la familia…

—Parame eso ahí, yo tengo mi familia y están en España, no quiero ser la hija perdida y que ahora quiere ser recuperada por su padre, ahórrame eso, el almuerzo te lo acepto, y solo porque me tienes que dar el dinero de la semana, venga vamos, muero de hambre— salimos del lugar y el carrazo que le veo me deja de pierda —anda… cuantos lujos señor Fuentes…— doy un silbido y monto cuando le quita el seguro —es una pasada— susurro.

Después de comer intento retirarme, pero como hizo rato atrás me detiene, me mira por unos segundos y sonríe.

—Eres idéntica a mi— susurra, le miro extraña, ¿Que cojones le pasa? —solo quiero hablar un poco más, ya mañana inician las clases y quiero que vengas a cenar con nosotros, Toño estará, ¿No te acuerdas de él?— niego, realmente ni del nombre.

—La verdad es que no, porque cierta persona por su indecencia me separó de él, y ahora recuerdo su nombre porque me lo has dicho, ya te lo dije, no quiero saber de ti, ni de tu mujer, mucho menos de Toño que a juzgar por todo el dinero que tienes ha de ser un niño mimado y bien portado, déjame a mí como la oveja negra, esa que falta a las cenas y solo ves cuando se mete en problemas— me levanto.

—Por favor pioja, estoy haciendo un esfuerzo— se levanta también —podemos irnos ahora y así podrás pasar más tiempo con nosotros, por favor hija— golpeo mi pierna con las hojas, asintiendo acepto a lo que dice, él sonríe y paga el consumo, cuando estamos esperando a que traigan el auto mis amigas llegan a mi rescate, riendo me monto en el auto de Vanesa.

—Adiós papá… será para después— carcajeo diciéndole a dios con la mono, él se lleva las suyas a la cabeza mientras mira el auto alejarse.

—Estás loca— ríe Ashley —¿Cómo puedes dejar a tu padre plantado de esa manera frente a todos?— no dejo de reír.

—¿Y por qué no? Por favor tía, me quiere llevar a su casa para jugar a la familia feliz, ¿Ya lo has visto? Todos deben ser unos estiradillos como los típicos ingleses, mírame a mí, está claro que no voy a encajar, primero porque soy hija de su primer matrimonio, segundo que no recuerdo ni quien es su esposa, y tercero quiere que haga como si nada ha pasado, él nos abandonó a mi madre y a mí— todas quedan en silencio —pero venga tías… cambiad esa cara y vamos a divertirnos— entendiendo lo que les digo asienten.

—Hoy hay fiesta en la casa de los chico, el diablo quiere revancha— Scarlett me mira traviesa.

—¿Quién coño es ese diablo? Es un idiota— gruño al recordar lo que hizo ayer.

—Si vas hoy a la fiesta podrás conocerlo, es uno de los chicos más populares de la universidad y el líder de la fraternidad, todas las tías quieren con él, pero el idiota solo las quiere para sexo— ahora entiendo porque sus licencias conmigo, por supuesto iré, debo conocerlo y dejarle algunas cosas claras. Mientras tanto debo pensar que hacer con aquel gilipollas que es mi profesor, solo estás cosas me pasan a mi.

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