Un cambio... Una fantasía hecha realidad... Valeria sufre por el abandono de su esposo, Darío la ha dejado por una chica mucho más joven que ella, lo cual mina la poca autoestima que le quedaba después de su largo matrimonio. Todo cambia cuando se queda sin empleo y la oportunidad de algo mejor aparece en su horizonte. Bien dicen que cuando la vida te quita cosas es porque algo mejor vendrá, Valeria comprobará que lo mejor aún está por llegar. ¿Podrá Rafael llegar al corazón de Valeria?
Leer másCAPÍTULO 31 Después del problema con Darío, Valeria tomó cada uno de los consejos de su hermana, como abogada tenía más experiencia, pero sobre todo no deseaba volver a vivir otro incidente similar. La juez fue justa y Darío tendría que trabajar mucho para restaurar la confianza para que le concedieran una visita a las niñas sin supervisión de parte del sistema de protección al menor. Las pequeñas se encontraban en la enorme sala de la mansión de Rafael. Ahí sentadas en el suelo realizaban sus labores escolares.—¡Hola! ¡¿Hay alguien en casa?! —exclamó Sandra al entrar y observarlas, el corazón de la tía se llenó de amor, adoraba a Camila y Rocío, solo pensar que todo podría haber salido mal la enojaba, lo bueno que todo resultó bien, al parecer Darío a parte de arrepentimiento genuino, también había aprendido la lección. Su excuñado se encontraba más que dispuesto a acatar las órdenes y los mandatos de la juez.—¡Hermanita! Al fin llegas, ven te mostraré el vestido que usaré —expr
CAPÍTULO 30 En el momento que estacionaron el auto, en el que, se encontraba Sandra y sus sobrinas, Valeria salió de prisa de la mansión, para recibir a sus hijas, ellas se bajaron casi corriendo. Las dos hermanas se comunicaron de forma visual. Las pequeñas no debían sufrir más de lo debido, ambas acordaron en silencio el control de los daños. Mañana se ocuparían de hacer los análisis razonables correspondientes. —¡Mamá! Tía nos compró hamburguesas —gritaron las pequeñas cuando se acercaron a su madre.—¡Estupendo! —señaló con su voz casi ahogada por la emoción de volver a abrazar a sus hijas.Todos se introdujeron en la vivienda.—¡Mamá! No quiero volver a ir con papá sin comida, la próxima vez nos das merienda, desde la mañana que comimos aquí no volvimos a comer. Él solo nos dio una galleta y jugo, luego nos llevó con la abuela y ella dijo que no tenía nada para darnos, luego nos llevó a otras casas, estuvo muy raro papá hoy —manifestó Camila, la mayor de las hijas y era más ob
CAPÍTULO 29Darío en un intento por recuperar el tiempo perdido con sus hijas decidió quedarse con ellas y no regresarlas con su exesposa; sin embargo, ahora la situación se encontraba fuera de control.Su madre le habló para informarle que la policía lo estaba buscando. Su progenitora no lo presionó ordenándole regresar en seguida a las niñas, pero por su tono de voz intuía que ella se encontraba al borde de la histeria. Aún retumbaban en su cerebro las últimas palabras cuando le recalcó que lo que hacía era un delito. Aunque en esa frase especificó que no eran de parte de ella, sino de Sandra, la cuñada. Fue imposible apartar de sus pensamientos el hecho de que la hermana de su exmujer, era una excelente abogada, sin contar su prestigio y de que algunas de las amistades de la joven eran personas con poder, por un instante se percibió acorralado. Se hallaba escondido nervioso en el departamento de su tía fallecida, Josefina. Ahí meditaba en su siguiente movimiento, por ahora nad
CAPÍTULO 28Darío pasó a la mansión por las niñas a las diez de la mañana del sábado, con el acuerdo de que a las cinco o más tardará a las seis de la tarde Las tendrá de regreso. Eran las siete y media, Darío no respondió a su celular, desesperada le llamó a su hermana, quien arribó de inmediato acompañado de Patrick, un oficial de la policía de Ciudad Coral. —Ahora hay que organizarnos. Valeria, tú te quedarás aquí en este domicilio por sí regresa. Yo lo buscaré en la casa de su madre, ¿le avisaste a Rafael? —señaló tratando de conservar los nervios a raya. Necesitaba mantener la mente fría, su hermana estaba al borde de un ataque de histeria, lloraba y por ratos sus manos temblaban. —Le hablé desde que pasó media hora, hace un rato me dijo que ya viene —informó Valeria entre sollozos.—Perfecto, espéralo —ordenó y salió de la mansión para dirigirse al domicilio de la madre de Darío. Apenas se estacionó en la calle enfrente de la entrada de la vivienda de la mamá de Darío, la se
CAPÍTULO 27De vuelta en Ciudad Coral, Valeria regresó a sus labores en el despacho. Esa tarde salió de trabajar y se dirigió a su domicilio para recoger algunas cosas personales, las acomodó en su auto. En el momento que estaba a punto de ponerle seguro a la puerta visualizó a Darío por el camino de entrada.—¡Hola, Valeria! —saludó cuando se encontró a corta distancia.—¡Hola! ¿Qué pasó?—Nada, solo quería ver a las niñas.—¿Cuándo? Para decirles y alistarlas.—Ellas, ¿no están aquí?—No. La nueva dirección se la mandé a tu abogado desde hace días.—¡Ah! Era eso, recibí un correo de él, en realidad no le di importancia, pensé que eras tú queriendo más dinero.—No, no era yo, me avisas por teléfono cuándo pasarás por ellas, ahora me tengo que ir, nos vemos —indicó despidiéndose de él para subirse a su auto y alejarse de ahí. A Darío le enfadó la indiferencia de Valeria, ¿qué se creía? Él era el padre podía ver a sus hijas a la hora que quisiera, sin más remedio se dirigió a la mora
CAPÍTULO 26 Playa Caracol se encontraba a dos horas de Ciudad Coral, Valeria y sus hijas habían ido en contadas ocasiones.Darío siempre mencionaba que no valía la pena manejar dos horas para estar en la playa por un corto período, que era muy cansado.Y ahora Rafael se encontraba conduciendo hacia la playa, si alguien los observara diría que eran una familia. Y todo esto le hacía un nudo en su estómago. Desde que lo conoció pensó que las intenciones de él con las mujeres nunca eran serias. La propia hermana se lo había comentado en más de una ocasión; sin embargo, Rafael le había dicho que la amaba, ¡la amaba! Solo rememorar ese instante le hizo dar una respiración que acabó con un suspiro.Por un breve momento Rafael movió la cabeza para observarla. Le sonrió, para luego regresar sus ojos en la carretera.Él había adquirido una residencia en la orilla de la playa, era acogedora y elegante. Estacionó el auto en la entrada y todos bajaron para dirigirse a la mansión.—Espero que les
CAPÍTULO 25Al tercer mes de haber iniciado la apasionada relación, Rafael llegó a casa de Valeria con dos bolsas de regalo.—Antes de salir, ¿puedo saludar a las niñas? —indagó mostrando una sonrisa y esperando que la joven no rechazara la petición.—¡Claro! —respondió y le permitió pasar. Se dirigió a la habitación de sus hijas y les pidió que bajaran a saludar a Rafael. Valeria ya los había presentado desde antes, a las pequeñas les agradó él.De forma tímida Rocío y Camila llegaron a la sala donde se encontraba de pie Rafael.—¡Buenas noches, doctor Rafael! —exclamaron al mismo tiempo.—¡Hola, niñas!, me tomé el atrevimiento de traerles un pequeño obsequio —indicó, observando a Valeria. —¡Genial! —gritaron Rocío y Camila dejando en el olvido la timidez inicial para acercarse a Rafael a fin de tomar las bolsas que les ofrecía.—Espero que sea de su agrado, investigué antes de adquirirlos y por lo que leí, es lo más popular entre los pequeños de su edad —explicó Rafael.En el mome
CAPÍTULO 24Llegar a su hogar después del trabajo era de lo mejor, sentir la sobreprotección que le proporcionaba la llenaba de paz.Con las niñas ya acostadas y dormidas, Valeria se acomodó en el sofá para pensar que debía hacer con respecto a lo que le comentó Carolina, sentía que no tenía tanta importancia, pero no dejaba de percibirse utilizada, para Rafael quizá solo fue un capricho, un reto de niño rico, ensimismada con sus reflexiones sonó su celular, al mirarlo, era un mensaje de él.Rafael _ 8.45¿Puedo verte hoy? Te extraño, ya.Valeria _ 8:47No, hoy no.Rafael _ 8:47¿Por qué no?Valeria _ 8:49Sé que tú hiciste que me liquidaran.Rafael ya no respondió, Valeria permaneció en el sillón sin poder evitar que sus lágrimas rodaran por su rostro, le dolía más de lo que debería, se recriminaba a ella misma lo estúpida que era y lo fácil que fue enamorarse. ¡Dios! ¡Estaba perdidamente enamorada! ¡Qué estúpida!En ese momento tocaron la puerta, se levantó rápido para ir a la entra
CAPÍTULO 23Valeria cuando se trataba de su trabajo era muy celosa y cuidadosa, en el poco tiempo había logrado que Carolina confiara en ella.Los días en la oficina eran tranquilos, a excepción de esa mañanaSe notaba demasiada actividad en el despacho de Carolina, algo que no la dejaba concentrarse y sin querer sus pensamientos se fueron de Regreso a Rafael, él tenía una explicación, fue persuasivo y la chica optó por darle otra oportunidad, ahora al parecer sería algo más formal. Aunque sus reflexiones se interrumpieron cuando su jefa la llamó, enseguida caminó hacia ahí.—Dime, Carolina.—Pasa y cierra bien la puerta —ordenó con seriedad.La chica obedeció y se quedó de pie en silencio, todo le pareció extraño porque la empleada sentada sollozaba.—Bertha acaba de descubrir que una de sus cuentas principales ha sido alterada, hay movimientos fuera de lo común, lo bueno es que ella decidió ser honesta y confesarlo ahora que estamos a tiempo para corregir, yo con expertos rastrearem