Dioses, poderes sobrenaturales, comedia y un poco de amor. LA SITUACIÓN En el pasado, los caballeros de la corte angelical eran los elegidos por los dioses para proteger el mundo terrenal de los invasores del inframundo. Pero fallaron en su misión, traicionando la confianza de sus creadores. Los dioses decidieron encargarles esa tarea a unos seres más controlables, a alguien que no quisiera desafiar su poder y su autoridad, a unos seres…mortales. Por eso eligieron a los humanos. Un grupo selecto de personas que se encargarían de proteger las barreras que dividían los mundos, mantendrían la paz y el balance de la tierra. Fue así cómo nacieron los guardianes del equilibrio. LOS HÉROES En nuestra historia conocemos a un grupo de jóvenes que se ven involucrados en esta antigua guerra de poder entre lo que queda de los antiguos guardianes del equilibrio y la facción que decidió que quería el poder para conquistar y no para proteger, la legión de la destrucción. Nuestros héroes tendrán que descubrir la verdad antes de poder tomar partido en esta batalla sobrenatural, pero aun así ¿Qué podría hacer un grupo de estudiantes de preparatoria contra estos enemigos tan poderosos? Una historia llena de acción, intriga, amor, traición, comedia y personajes memorables. Desarrollada en un contexto internacional desde una perspectiva muy mexicana, ya que los eventos se desarrollan en el centro del bello país de México. Si eres de los que ama las novelas fantásticas y siempre te preguntaste como sería una de esas originada en Latinoamérica, esta saga es para ti.
Leer más- ¿Y bien? ¿Por qué no se lo llevan? – Dijo la maestra Olivia. - Relájese señora. - Profesora por favor. – Contestó ella un poco indignada. - Bueno profesora, el chico está bien. Sólo tiene unos moretones y un poco de sangre en la cabeza. Tal vez sería recomendable hacerle unas radiografías, pero a mi punto de vista está bien.- Sí, muy bien de hecho. Si todo pasó como usted lo cuenta, es un milagro. – Agregó el otro paramédico. - ¿Duda de mí, señor? – Dijo Olivia indignada. - Paramédico por favor. – Contestó el paramédico haciéndose el gracioso. - Ay, no se puede con esta gente. – Dijo la maestra retirándose hacia el escenario. - Vas a estar bien, chico. Sólo fue el susto y algunos golpes. Como dije, te recomendaría ir al hospital y sacarte unas radiografías. De hecho, si quieres te llevamos de una vez, no hay problema. - No señor, muy amable. Me siento bien. – Contestó Tayler. - Bueno, si presentas alguna molestia irre
Más tarde Tayler ya estaba en su casa acostado, viendo al techo y pensando. Hasta que se quedó dormido. Estaba parado a la orilla del mar. Sabía que estaba soñando. Estaba aliviado que no fuera de nuevo el sueño de las sombras que atacaban a Sam. Caminó por la playa hasta que llegó a un lugar que reconocía. La casa de su maestro. Se acercó y antes de llegar a la puerta su maestro salió. - Tayler. Bienvenido. - Maestro Ryusei. - ¡Ryusei sensei! – El anciano se exaltó - Perdón, sensei. Me da gusto verlo. - Ha pasado tiempo. - Sí, no había podido regresar. Mis sueños están bloqueados. Tengo uno que se repite cada noche y me desespera. - No desesperes. Tranquilidad, fuerza y equilibrio. - Sí, lo sé. Es sólo que no entiendo qué es lo que pasa. - El entendimiento vendrá. Pero tener cuidado. Se acercan momentos difíciles. Peligrosos. - Dígame más, sensei. - Debes recordar tu entrenamiento. Este es su propósito.
Esa semana hubo una ceremonia en la escuela para darles un reconocimiento a los ganadores del torneo. La triple victoria no pasó desapercibida. El director Guzmán les dio un diploma de excelencia y algunos profesores en el estrado los felicitaron también. Había un par de personas de la prensa local que se apresuraron a entrevistar al entrenador después de dar su discurso y recibir su reconocimiento. - Señor Zúñiga ¿Cuál es su secreto para lograr los tres primeros lugares de este torneo? – El entrenador estaba a punto de contestarle a la reportera cuando cruzó miradas con Tayler que parecía muy serio. - Pues…primeramente tenemos a los mejores en esta escuela. Un claro ejemplo es Tayler Blake, quien ha ganado todos los torneos a los que ha asistido. – El entrenador miró nuevamente a Tayler en busca de aprobación de lo que acababa de decir, Tayler le sonrió. – Y pues la verdad es que soy un hombre muy dedicado, todo mi
El gigantesco rival de Hugo tenía la mirada perdida y no se veía muy bien. La campana sonó y el grandulón caminó lentamente hacia Hugo que aprovechando su altura lo golpeó un par de veces en las costillas provocando un grito de dolor. Insistió sobre los mismos puntos y después remató con un “Uppercut” en el la barbilla y el hombre de más de dos metros de altura se desplomó sobre la lona nuevamente. El presentador anunció a Hugo como el ganador del tercer lugar. Este volteó a ver a Tayler quien le contestó con un guiño. Después Tayler se fue a sentar junto a Demian que estaba sólo bebiendo un poco de agua. - ¿Qué fue lo que le dijiste antes de subir a pelear? – Preguntó Demian al tiempo que Tayler se sentaba.- Le dije las costillas que le había roto. – Ambos se rieron del comentario.- Bien ahí, Tayler.- Y a ti te quería decir: gracias.- ¿Por qué?- Por no ser tan duro con Hugo en su pelea, realmente lo agradezco
- ¡Mierda! – Exclamó Hugo. - ¿Qué?- Me toca contra él en la semifinal. Ya me dio miedo. - No seas nena. No te va a pasar nada. Tú puedes con él. Sólo tienes que atraparlo con una llave y ya. Él no sabe de llaves, sólo golpes y patadas. - Es fácil decirlo. A ti no te va a destruir un alemán de dos metros. - ¿Es alemán? - Pues no sé. Parece. - Ni mide dos metros, exagerado. Sólo es un poquito más alto que yo. - Y tú eres mucho más alto que yo. - Si te hace sentir mejor, yo voy contra él. – Tayler señaló a un chico enorme que estaba sentado del otro lado del gimnasio. - No es alemán, pero mide como dos metros diez y pesa como trescientos kilos de puro músculo. - ¿Acaso el invencible Tayler Blake tiene miedo? – Dijo Hugo burlándose de él. - No, sólo decía. Es más, para que te sientas aún mejor. Lo voy a dejar que me dé el primer golpe y sin cubrirme. - No lo haces. – Dijo Hugo desafiante. - ¿Cuánto? - Lo que
Ya era diciembre. Los preparativos para el festival navideño siguieron en toda la escuela. Al parecer iba a ser algo grande. La obra teatral de los grupos de tercero ya estaba muy avanzada. Todos ensayaban con los vestuarios y la escenografía ya estaba prácticamente terminada. Tayler, Hugo y Demian entrenaban para el torneo de artes marciales mixtas, así que pasaban mucho tiempo juntos. Esto hizo que Demian se integrara más al grupo. Sin embargo, seguía siendo muy reservado. El día del torneo llegó. Los tres competidores viajaron en el autobús de la escuela hasta otra preparatoria que estaba a unos treinta minutos. Las chicas estuvieron ahí desde antes y se encontraron con Julio y Erick en la entrada. - ¿No estás preocupada por tu novio, pequeña? Este tipo de competencias son muy violentas. – Le preguntó Julio a Brisa mientras caminaban por la escuela rumbo al gimnasio. - No profesor, me preocupan los demás.
De regreso en la escuela todo transcurría como un día más. Cuando llegó la hora de la clase de literatura la maestra Olivia los llevó nuevamente al auditorio de la escuela para ensayar la obra para el festival de navidad. Todos ya tenían asignados sus roles; escenografía, cuerpo de baile, actores y demás. Así que en las horas de literatura se iban a preparar todo para diciembre. Tayler y Hugo se ponían con trabajos el vestuario del caballo que consistía en dos partes. - No es justo que yo sea las patas traseras. – Dijo Tayler. - Hicimos piedra, papel o tijera y perdiste. Sí es justo. - Tayler, si no estás muy ocupado ¿Me podrías ayudar con mis líneas? – Dijo Sam con un libreto en mano. - ¿Bromeas? Soy un caballo, bueno medio caballo. Claro que no estoy ocupado ¿Qué hago?- Pues yo te digo mis líneas y si me equivoco me corriges y pues lees las líneas que no sean mías para que no pierda la continuidad ¿sale
Al día siguiente en la escuela todo transcurrió normal, excepto por la clase de Julio, ya que no se presentó. - Qué raro que no haya venido el profe Julio. – Dijo Hugo mientras salían de la escuela. - ¿Cómo qué raro, Gordo? Es obvio que está en el hospital con el abuelo de Brisa. - A sí , que tonto. - Pues sí que tonto. – Repitió Tayler Bianca, Sam y Brisa venían platicando un poco más atrás. - Lo siento nena, pero en serio tengo que ir. Si no mi mamá me va a matar. – Decía Bianca muy apenada a Brisa. - No hay problema, Sam, Hugo y Tayler van a ir conmigo por mi abuelo. Tú no te preocupes. - Bueno hablamos entonces. Ojalá se recupere pronto tu abuelito. – Bianca se despidió de ambas y se fue apresurada. - ¿Te vas conmigo? – Preguntó Sam. - Sí, que se vayan ellos hablando de sus tonterías. – Ambas rieron. Tayler y Hugo esperaban en el estacionamiento. - ¡Chicos! ¡Nos vemos