Alaric se levantó al instante. Sus ojos revelaron su sorpresa al volverse hacia Mariah y tomarle la mano. "Mariah", la llamó con voz temblorosa, "¿es cierto? ¿Llevas un huevo?"

"¿Eh?", preguntaron Mariah y Asher al unísono.

"¿Qué quieres decir con huevo?", preguntó Asher.

"Los dragones ponemos huevos", respondió Helios.

"¿Eh?", volvieron a preguntar Asher y Mariah, mirándose y volviéndose hacia quienes los acompañaban.

"Dime, Mariah", preguntó Alaric.

"Sí, no lo sé", respondió ella. "Me sorprende lo que oigo".

Atenea frunció el ceño. "¿Qué pasa? ¿Por qué el rey le hace esa pregunta a la princesa demonio?" “Eh, Anciana Atenea, hay algo que no sabes. Cuando te dije que el rey había tomado a una princesa demonio como amante, mentí. No es solo su amante, es su compañera”, explicó Vasilios, avergonzado.

“¿Qué? ¿El rey había encontrado a su compañera y yo no lo sabía?”, preguntó Atenea, irritada. “Dime, Señor Vasilios, si la piedra del dragón no hubiera brillado, ¿me habrías mantenido en la