—Sabía que te iba a encantar este lugar. Está un poco remodelado, pero vine hace unos días y pensé que te gustaría.
Habían cambiado el lugar al que ella se dirigía por uno más alejado de Meadville. Donde ella, pudiera sintirse ams cómoda. —hace tiempo que no sabes nada de mí. ¿Cómo pudiste pensar que esto iba a gustarme? —¿no es así? —preguntó él sonriendo. Pues estaba claro y seguro de que ella había disfrutado de los espaguetis en salsa roja y de la copa de vino que se había tomado. Una copa de vino que había terminado siendo una botella, pues más que nada, ambos habían disfrutado de la compañía uno del otro. —¿Quieres más vino? —No contestaste mi pregunta— le dijo ella lanzándole una mirada por encima del menú de los postres. Aunque le pareciera increíble, lo cierto era que habían tenido un almuerzo excepcional, un almuerzo bastante temprano, pero que aún así, había valido la pena y la vergüenza inicial pasó a sMatt observó como Susana salto del asiento con un suave gritito cuando los vio arreglándose de inmediato la ropa y acomodándose algo que estaba perfectamente puesto el hombre de cabello claro y mirada acerada llegó junto a ellos con tina del brazo la rubia los miro a los dos de manera curiosa soltó un suspiro se levantó de la silla para saludarlos también su conducta tan reservada no iba a ser bien recibida pero tampoco era un hombre de demostrar simpatía por personas que no conocían y Que obviamente incomodaban a Susan.Ella e volvió a él y le rogó con sus ojos marrones algo que él no logro entender.—¡Susan, nena! No creí verte aquí después que saliste de la tienda. Que pequeño es el mundo.—Mucho más de lo que me gustaría.—Estoy. Feliz de que me ayudaras con... Nuestro detallito. —Tina sonrió y le guiñó un ojo a Susan.Hasta el hecho de ver a Tina con su coquetería, le incomodaba en sobremanera.Le recordaba a alguien q
Susan—Perdona que pregunté hace un rato qué clase de relación llevabas con ese hombre. No pensé que tu cuñado estuviera aquí.—no me digas que no supiste que hace semanas mi esposo llegó a la casa de mis padres, intentando secuestrar me. —Entró la llave en la puerta del carro, abriéndolo y dejando la cartera en el asiento del copiloto, luego la Cerró y se giró, encarando la realidad que rodeaba a ambos. —hay muchas cosas que no sabes sobre mí. hay muchas cosas que desconoces sobre mi viaje y vida en Europa, una de ellas es la relación que llevé con mi ex esposo.Vio cómo Mattew se metió las manos en los bolsillos y la miró preocupado.—algo me imaginé cuando te vi por primera vez en el parqueo del supermercado. Supe que la relación no había terminado en buenos términos.—valga la redundancia, no realmente, no terminó en buenos términos. —concluyó ella sonriendo.Había pasado un par de horas que maravilla en compañía de ese
Fred Prestige—¿Quieres sentarte? estás haciéndome pasar una vergüenza— Tina le preguntó entre los dientes. Poco más que un murmullo, como para que solamente lo escuchara él y precisamente esa era su intención.Las palabras estaban dirigidas solamente hacia él.No supo porqué demonios aceptó acompañar a la mujer a ese almuerzo, donde él sabía que las intenciones de ella era algo más que simplemente darle la bienvenida al pueblo, sino porque en realidad ella estaba interesada en meterse en su cama y quizás si él le daba la oportunidad algo más allá.Son embargo, él no estaba interesado.Comenzando por el hecho de que sus ojos estaban mirando a la pareja que hablaba sonriente en la cera cerca del restaurante. Tenía la visión perfecta como para notar que Susan estaba en confianza con ese hombre.¿Novios de antaño?Sabía lo que era eso. Una vez tuvo una mujer en su vida, la cual amó por muchos años. Melida, era la muje
MattA los pocos minutos de llegar a la entrada de su casa, a la que pronto sería su casa y sólo de él, pues le había comprado la mitad de lo que valía la casa paterna para que Cassie y Jonas se compraran la casa de sus sueños muy cerca de allí.¿Por qué lo había hecho? no tenía idea.¿Era un iluso al pensar que iba a vivir el resto de sus años en Meadville? era probable.Pero aún así lo había hecho y estaba feliz con su Decisión. Aunque nunca le había preguntado a Mel que le parecería vivir allí, Lo cierto es que había actuado por impulso y su hermana menor había estado de acuerdo.Eso era lo más triste, que en su locura su hermana le había gustado la decisión de volver a su pueblo.Él se había ido por las razones equivocadas según ella, le había dicho que merecía la felicidad y aunque estaba consciente de que hacerlo implicaría dejar a su esposa y posiblemente involucrarse en una guerra por la custodia de Mel, a él le imp
Susan bajó del carro al descubrir que estuvo a punto de chocar a alguien.. Había decidido comprar un poco de fresas en el supermercado para hacerle un postre con manteca, fresas y duraznos a Lissa, a ver si flojaba un poco la presión de atender a dos bebés recién nacidos.Ella sufría por su hermana. Había tenido Michael sola, con dos niñeras y una enfermera que le ayudaron, personas que estaban ahí, atentas por sí su hijo se ponía enfermo, aunque ella jamás se despegó de él. Por eso sabía lo fuerte que era tener a un bebé recién nacido.La angustia Que daba cuando ellos estornudaban o cuando lloraban sin razón.Sí. Definitivamente, los primeros meses eran angustiantes.—¿Hola? ¿Estas bien? — el joven llevaba una remera gris y unos jeans oscuros. Su cabello le bajaba hasta el cuello.El chico no le respondió.Gracias al cielo había estacionado bien el carro, Caminó detrás de él casi corriendo. No sabía hacia dónde se dirigía
Susan—¿Dónde está mi hermano? —preguntó Cassie de inmediato al cruzar la puerta.Susan Comenzó a llorar como si hubiera recibido una terrible noticia. Al parecer, la presión que había estado sintiendo al esperar una respuesta de los doctores, estalló al ver a Cassie.— Lo siento.. Lo siento tanto. Todo esto es mi culpa— exclamó levantandose de la silla donde esperaba al lado de Mel.La mujer de pelo castaño y obviamente embarazada, se acercó y la abrazó con fuerza.Su pequeño cuerpo se estremeció junto al de ella.Cassie staba sufriendo también.Ella sabía lo difícil que debía ser estar en un hospital para ella, después de todo, sus padres habían muerto por un accidente de tránsito hacía unos cinco o seis años.—No, nena. No digas esa tontería. Sé que no es tu culpa. ¡jamás le harías daño a Matt! De eso estoy segura.—¡Dios mío! Esto es una pesadilla. Yo...—Mel... —Cassie se alejó
Susan—Comienzo a creer que no va a recuperarse.—Debes de ser más positiva. En esta vida no hay nada que no pueda ser arreglado.—Lo siento, mamá. —le dijo ella con el corazón en la mano y la voz temblando —creo que en este momento no puedo ser tan positiva como tú quieres.Ella estaba sentada frente al comedor, su madre había preparado un té de camomila para relajarla.La verdad era que nada podía hacer que ella se relajarse. Matt llevaba una semana sin despertar. La contusión había sido tan fuerte que había desarrollado un coágulo en el cerebro y éste lo había sumido en un estado de coma, las posibilidades de que él despertara eran cada vez menores. Tan mínimas como que su vida pudiera ser como el cuento de hadas que ella de adolescente había deseado.¿Relajarse?No podía ni aunque su vida dependiera de ello.—Tardaste 10 años en regresar a tu pueblo, mi querida Susan. Creo que todo puede se
SusanSusan no tardó ni dos segundos en tomar su cartera, el móvil que había comprado, despedirse de su madre y tomar a Mel por la mano y arrastrarlo hasta el carro.Ella misma se iba a ir a encargar de que Melissa quedara en un maldito psiquiátrico.Miró al chico que estaba con los ojos enrojecidos, seguramente había estado llorando desde hacía días, desgastándose el alma intentando pensar en una opción para salvar a su padre.Por él más que por Matt, más que por ella y por lo que pudiera o no sentir por Matt, iba a a hacer todo lo que estuviera en sus manos para salvar a su padre.No iba a dejar que esa loca le pusiera un solo dedo encima nunca más. Había sido una mujer sumisa, siempre manteniendo las distancias, siempre dándole su espacio, no quería entrometerse en su relación, pero era más que obvio que en esa ocasión, esa relación era disfuncional, mucho antes del regreso de ella a Meadville.—Estás segura de poder impedirlo