Leyna
Las palabras de Dereck parecen sinceras, aunque no me confió de él, ¿Cuántas veces "ha sido sincero"?, y después vuelve a traicionarme, por más que quiera nunca dejará de ser el hombre que ame y me destruyo a su antojo.
Acerca sus manos a mis caderas me toma de ellas, mi corazón se paraliza, no sé que hacer en realidad si lo sé, la que se acerca ahora soy yo, llevo mis manos a su cuello acercándolo a mí, Dereck es tan posesivo o más que yo, estampa sus labios en los míos, no me hago de rogar y respondo con pasión, con rabia y dolor, son las emociones que este hombre provoca en mí.
Dereck es un experto con sus labios, me devora por completo, muerde mi labio inferior haciendo que abra la boca y el poder meter su lengua recorre toda mi cavidad bucal, me levanta en el aire y me lleva encima de sus piernas quedando con mis&n
DereckMi vida se convirtió en un infierno, todo por ser un irresponsable, inmaduro, idiota y todos los adjetivos calificativos que haya, ¿en qué momento mi padre me vio apto para ser el jefe?, ese hombre debe estar muy loco, no hay una respuesta coherente para que decidiera algo así, si no puedo manejar ni mi propia vida, ¿cómo lo iba a hacer con una empresa?.—¿Me escuchas? —salgo de mis pensamientos cuando escucho la voz de Leyna.—No disculpa, —masajeo el puente de mi nariz. —¿Qué me decías? —pregunto mirándola.—¿Qué te duele? —niego, mientras que se acerca a mí.—La cabeza, —tomo unas carpetas que había encima del escritorio. —Debemos seguir. —comienzo a pensar una solución para tal desastre.—Dereck hace 10 horas que estamos aqu&ia
Leyna—No dormiré contigo, —anuncio esquivando su cuerpo. —Deja de seguirme. —pido con la poca paciencia que me queda.—Leyna es una estupidez que estemos en cuartos diferentes. —detiene mi huida abrazándome por la espalda.—Ya sé que lo es Dereck, —trato de soltarmesin embargo no me deja. —No me gusta dormir con nadie, lo sabes. —afloja su agarre para girarme y quedar frente a frente.—No soy cualquiera Leyna, —eso también lo sé, pienso. —Dime que sí. —súplica con un puchero ridículocon no me causa nada.—¿No me dejarás en paz? —niega con una estúpida sonrisa. —¡Maldita seas Dereck! Tú ganas, dormiremos juntos. —me levanta en el aire haciéndonos girar.—Graciasmein star (mi estrella). &mdas
Dereck—¡MALDITA SEA! —grito enfurecido.—Cálmate Dereck, no consigues nada con ponerte así. —miro al idiota de Mark.—¿Cómo me puedes pedir eso? —sigo mirando las carpetas que tengo entre mis manos. —Estamos en bancarrota. —susurro, Blaz me matará, arruinela empresa familiar.—Acepta la ayuda, no seas orgulloso. —me señala con su dedo.—No es orgullo Mark. —me niego a su caridad.—Y ¿qué es? —cuando iba a responder entra Leyna con Gavrel a su lado.—Lo que me faltaba. —suelto exasperado.—También me da gusto verte idiota. —comenta acercándose a mi encuentro.—Si vienes a regañarme o por lástima te puedes ir. —anuncio de mal humor.—Dereckno seas idiota. —
Leyna—¿Me seguirás esquivando? —pregunto parándome delante de Dereck.—No te esquivo, no quiero decir algo que lamente el resto de mi vida. —se marcha dejándome sola en medio de la cocina.Suelto el aire que llevo conteniendo desde que llegamos a la casa hace más de dos horas, tomo asiento en uno de los bancos de la cocina, ¿cómo le explico a Dereck que solo quiero aclarar las cosas con Cecilio? ¿Cómo hago para que entienda que solo me importa él? Las palabras nunca han sido mi fuerte, solo las uso par defenderme cuando me siento vulnerable no para demostrar amor, no es algo que esté en mi diccionario los sentimientos, es más fuerte que yo.Decido hablar con ese idiota, no puede estar celoso de Cecilio, ¡Dios hombres!. Salgo de la cocina en busca de mi dolor de cabeza, no lo veo en la sala, así que voy a las escaleras
DereckTrato de tranquilizarme y no armar un escándalo, observo a Leyna que le habla a Cecilio en italiano, muero por saber que le dijo, maldigo la hora que no aprendí idiomas, corta la llamada de mala gana y tira el teléfono sobre la mesita de noche, se acerca a mi cuerpo y me abraza, respondo por instinto aunque estoy molesto.—Mañana hablaré con Cecilio, —susurra sobre mi pecho. —Le dejaré en claro la situación—acaricio sus cabellos negros.—¿Situación? —pregunto desconcertado. —Y ¿Cuál sería? —detengo mis caricias.—Que estamos juntos, —sonrió por sus palabras. —Que no quiero a nadie más que no sea al idiota que ya tengo. —borro mi sonrisa por sus palabras. —Ahora vamos a dormir Dereck. —pide a acomodándose en mi cuerpo.—Tambi&ea
LeynaDereck baja su mirada entristecido, trata de soltarme, pero no lo dejo me acerco a él y lo abrazo me responde sin dudarlo apoyo mi cabeza en su pecho.—Siento lo mismo que ti, —susurro sobre su pecho. —Pero te sigo odiando por lo que me hiciste. —me aleja de su cuerpo mirándome como si estuviera loca.—Dilo de nuevo. —giro mis ojos por lo cursi que puede ser.Te odio. —suelto con sarcasmo.—Leyna dilo. —advierte con sus pupilas brillando de emoción.—Que siento lo mismo Dereck Fischer.—estampa sus labios sobre los míos en un beso posesivo el cual respondo sin hacerme rogar, nos alejamos, ya que estamos dando un digno espectáculo.—Eres el amor de mi vida. —asiento con una corta sonrisa. —Te invito almorzar. —dejaun beso en mislabios.—No esperaba menos. &mdas
Dereck—Yo ...—Leyna hace una pequeña pausa. —No sé Dereck, todo es muy rápido. —aleja sus manos de las mías.—Lo sé, disculpa. —suelto un suspiro tomando de mi café.Quedamos en silencio, cada uno en sus pensamientos, ¿en qué momento se me ocurrió que Leyna aceptaría esta locura?, tiene una vida por delante una profesión y dejar todo eso por mí que solo supo lastimarla y no supo valorar la mujer que tenía al lado, debo estar idiota para creer que esto funcionaria.Le doy una mirada de soslayo y se encuentra en sus pensamientos más profundos y oscuros, tiene tantos secretos que se ha vuelto esclavos de ellos sin que se décuenta, no te deja entrar se mantiene alejada del ojo humano de todo aquel que se atreva a herirla, tan ella, tan Leyna, tan mein star (mi estrella).—
LeynaMi cuerpo se tensa por completo cuando veo al hombre que está parado al lado de un auto lujoso, ¿qué mierda hace aquí?, no puedo creer que mi progenitor esté aquí.—¿Qué querrá? —me encojo de hombros ante la pregunta de Dereck.—No sé, tampoco me importa. —pienso mandarlo al diablo como las anteriores veces.—Leyna, —giro para ver esos ojos azules. —Es hora de que lo escuches. —comienzo a negar.—No, —Dereck arruga su entrecejo. —No me importa sus escusas. —vuelvo la vista a donde se encuentra parado y el parecido que tengo con mi progenitor es increíble.—Mein star (mi estrella) escúchame, —niego repetidamente. —Dale una oportunidad, no sabes lo que paso. —por un segundo comienzo a pensar en todas las escusas y mentiras que me dir&a