Bendíceme Señor, porque he pecado. He albergado pensamientos impuros, tentaciones de la carne. He abrazado el pecado de la lujuría, lo he abrazado por el último hombre que debería hacerlo. Un siervo de Dios, nada menos. Trato con todas mis fuerzas de alejarme de la tentación pero es imposible. Tampoco ayuda que este hombre no sea un ángel. No puede serlo. Ningún hombre piadoso que lo sea me miraría como lo hace él. Como si quisiera devorarme. Adonis esconde un pasado oscuro, y créeme que estoy ansiosa por descubrirlo.
Leer másEva. Venga ya. No tiene intención de darme carta blanca para que le pregunte cualquier cosa, ¿o sí? La sinceridad de esos profundos ojos azules es innegable. Claro que también lo es el cansancio evidente en sus rasgos. Antes habría aprovechado al instante la oportunidad de aplicarle el tercer grado a mi hombre y así conseguir las respuestas a todas las preguntas que tengo acumuladas, pero ahora mismo no puedo hacerlo. Lo que me preocupa es él y que se recupere pronto. Porque la salud y la seguridad de Adonis ocupan ahora el primer puesto en mi lista de prioridades, desde que vi cómo lo alejaban de mí en la calle. —Necesitas dormir. Descansar. Porque tienes que reducir la ciudad a cenizas para que todos sepan que nadie le toca un pelo a Dante Romano ni a su esposa. Me mira de nuevo asombrado y me observa como si jamás me hubiera visto. A lo mejor tiene razón. Porque ahora más que nunca soy otra persona. Soy la esposa de Dante. Soy una asesina a sangre fría. Soy la her
DANTE Los gritos de Eva resuenan en mi cabeza sin parar mientras me sacudo en las sábanas y salgo de mi pesadilla. ¿Qué coño me han hecho? Ordené que no me dieran mierdas. Que necesito mantenerme despierto. En alerta.Hay una sola idea que se repite en mi cabeza desde que esa maldita bala atravesó el parabrisas. «No puedo perderla. Nadie me la va a quitar, joder.» —¿Dónde está? —mi voz sale demasiado ronca, pero es imposible no captar la desesperación en la pregunta —. ¿Mi esposa está bien?—Estoy aquí. Su pequeña mano se cierra sobre la mía. El alivio me invade al sentir su caricia, aunque el olor a desinfectante inunda mis fosas nasales.—Les pedí encarecidamente que me pusieran más cerca de ti–dice con voz añiñada e inmediatamente sé que está mintiendo..– Nos amenazó con arrancarse todos los cables y buscarle ella misma–me informa sonriente la doctora Stepford y de primera mano noto que Eva se ganó su corazón.–¿Es así, dulzura?– alzo una de mis cejas todo lo divertido que el dolor
Eva No recuerdo haberme desmayado, pero al despertarme en una habitación de paredes blancas y olor a desinfectante, sé que en algún momento perdí el conocimiento.Me incorporo en la cama del hospital y miro de un lado a otro.Muy mala idea.Mi dolor empeora, y lo veo todo más borroso.Pero, pese a la falta de claridad en mis sentidos solo una cosa ronda en mi cabeza ¿Dónde está Adonis? Imágenes de dos desconocidos llevándoselo a rastras inundan mi mente y parece una pesadilla. Debo encontrarlo.Tengo unos cables pegados al pecho, y me los arranco. El pitido estable de una máquina a mi lado se convierte en alarma.Me han colocado una vía intravenosa, pero me arranco la vendita y me preparo para quitármela. La puerta se abre en ese momento, y aparece una desconocida.—No, por favor, si la quita, tendremos que ponerle otra. Ha insistido en que no corramos ningún riesgo...Si le pasa algo a usted nosotros...—¿Dónde está? —pregunto desesperada—. Dígamelo o me quito todo antes de que puedas acerc
EVADe vuelta al presente El dolor me consume cuando recupero el conocimiento. La puerta del coche se abre de repente, y hace que me caiga de lado. Unos fuertes brazos detienen mi caída.—Te tengo. Abre los ojos, dulzura . Abre los ojos por mí, joder. No te puedo perder, no te voy a perder ahora.La desesperación en su voz. Grave. Ronca. Pecaminosa. Era la voz que anteriormente consideraba como la tentación del diablo, pero ha dejado de serlo. Ahora es la voz del hombre que amo.Parpadeo y tengo la sensación de que tengo una brecha en la cabeza donde me golpeé contra el cristal cuando giramos en la esquina y nos estampamos contra la farola. El dolor me martillea las sienes. Cuando enfrento esos ojos azules que conozco tan bien, su temor se transforma en alivio. La ardiente pasión que arde en sus ojos me da fuerzas.—Gracias al cielo —su frente roza la mía, y aspiro su olor amaderado.—¿Crees que te ibas a librar de mí tan fácilmente? —hablo entrecortada, sin la seguridad que quer
EVA 10 años antes No había dado mi segunda vuelta en busca de mis padres cuando el sonido de pasos llegó desde el final de un callejón. Algo se apretó en mi estómago, impulsándome a hundirme a la pared contra la que estaba apoyada. Mi corazón se aceleró y corrí hacia la.puerta más cercana.Apenas había llegado a los tres pasos cuando cuatro hombres salieron de la oscuridad.Mi garganta se apretó por el pánico, mis pulmones dejaron de respirar. Con la mano temblorosa, me lancé hacia la manija de la puerta, pero justo cuando lo hice los hombres se apresuraron hacia mí. Mi grito se perdió en el bloqueo en mi garganta, y fui golpeada contra la pared, una mano golpeando mi cara. Traté de formular un plan para alejarme de estos hombres malos , pero mi pequeño cerebro no funcionaba. Me palpitaba la mejilla y me dolía la cabeza y no podía formar ningún pensamiento coherente. La ansiedad brotó dentro de mí como un hoyo negro , tragándome por completo, llenándome de puro terror. Mi papá
Dante10 años antes...Al finalizar la reunión crucé la habitación y salí afuera.Saqué un cigarro de mi bolsillo y lo encendí, inhalando profundamente, tratando de apaciguar mis demonios.De repente, la puerta se abrió a mi lado, y se cerró de golpe.Me puse el cigarro en la boca y me enfrenté a ella, apoyándome en la pared. Como si sintiera el peso de mi mirada, se dió vuelta y me miró. —Hola —dio un paso más. Joder, las drogas eran buenas. Eran de mi arsenal por eso sabía que eran puras, pero jamás pensé ver a un maldito ángel—.– Hola–respondí casi sin voz.– ¿Estás triste ?– el brillo de curiosidad en sus bonitos ojos me dejaron hipnotizado por unos breves segundos.– No, ¿ por qué lo preguntas?Sonrió compasiva la pequeña renacuajo y se acercó a mí.– Dice mi papá que los ojos nunca mienten–murmuró– Ten– alzó sus pequeñas manitas y me ofreció un pequeño osito.– Se llama Alegría, cuando estés triste puedes abrazarlo. A mí siempre me funciona– asintió segura y por primera vez
EvaLo que es mío lo protejo...eso incluye a Dante Romano , mi rey, mi esposo, mi alma gemela .Ya no me basta con mantenerme al margen.Quiero algo más.Necesito algo más.Adonis ha intentado mantenerme en la Luz, pero bien sabe que la oscuridad corre por mis venas.Y aunque intente resistirme, jamás renunciaré a mi trono.Jamás renunciaré a Él. Nada nos separará.Ni él. Ni nuestros enemigos. Nadie.La traición a nuestra organización se paga con sangre: y yo seré juez, jurado y verdugo.Yo soy la heredera al trono ruso. Yo soy La Reina italiana.
Eva El sol a mediados de octubre besó mi piel cuando desembarcamos en nuestro jet privado estacionado en el aeropuerto de España. Mientras el clima antes había sido gris y lluvioso en Italia , el sol y el calor nos recibieron en Marbella . E Incliné mi cara hacia arriba, disfrutando del toque de los rayos del sol en mi piel. En preparación para el clima más cálido, me puse mi vestido maxi de color amarillo con su efecto sombreado y el cinturón dorado acentuando mi cintura, así como mis sandalias doradas planas favoritas. La mano de Adonis se apretó alrededor de la mía y lo miré de reojo, encontrándolo frunciendo el ceño amenazadoramente a nuestro piloto que me había estado comiendo con los ojos. Tiré de su mano y él se centró en mí, el ceño fruncido desapareciendo. —Eres demasiado hermosa. —Cierto —dije con una risa—. Vamos. Quiero ver el yate. —Eso, y quería alejarnos del piloto antes de que Dante decidiera liberarlo de algunas extremidades. Un conductor nos esperaba junto a un
Hola, muchas gracias a todas más personitas bellas que tomaron su tiempo para leer mi novela, sí se que ahora mismo tienen deseos de matarme por acabar el libro de esa forma jjj. Les tengo una buena noticia: el libro tiene segunda parte. Se llama La Reina Italiana, pero antes de subirlo les regalaré unos extras de Adonis y Eva, espero los disfruten. Bueno ahora mismo no tengo idea de que más escribir pero para poder subir el aviso debo subir cien palabras aquí me tienen fomentando a la lectura. Nuevamente, mil gracias a todos por darle la oportunidad a Pecado Placentero.