Aquí estoy, terminando de trabajar para volver de arrimada a la casa de mi tía, ha pasado un mes desde que mamá murió, ya no tengo nada por que luchar, perderla me ha dolido mucho, ella era mi única familia en toda la vida, solo cuento con mi tía y ya está.
Mi trabajo en el bar me está fastidiando, hombres que solo quieren propasarme conmigo, un jefe capullo que solo me ve como un potencial para darle más dinero.
Odio a los millonarios, son arrogantes y se creen lo mejor del mundo, ¡joder como los detesto!
Mis días básicamente se basan en extrañar a mi madre, trabajar, y ver como mi sueño de ser Arquitecta se va alejando cada día más.
—¿Comiéndote la cabeza nuevamente?— Nicol mi tía y mi salva vidas en estos momentos me sonríe, seco mis manos que están mojadas por el hielo de las cervezas y niego después de un suspiro.
—Solo estoy hartándome de mi vida, estoy cansada de intentarlo y ver como fallo una y otra vez, se suponía que esta vez podía irme a la universidad en USA, pero aquí me ves, varada y sin dinero por la deuda que he tenido que pagar, ¿No es grandiosa mi vida?— mi tía asiente.
—Lo es, tienes solo 19 años cariño, tu futuro se puede salvar, aquí la jodida soy yo con mis 35 años— carcajea —no tengo muchas opciones, pero tú sí. Ven es hora de nuestra salida y se nos hace tarde— mi tía tira de mi mano, casi corriendo montamos a su coche, le miro confundida.
—Hey calma, ¿A dónde vamos tan deprisa? vivimos a 30 minutos— le miro divertida, mi tía es bastante loca e impulsiva al igual que yo.
—Ya lo verás cariño, ya lo verás— sin más acelera a fondo, le miro asustada ahora, vamos a las carreras.
Mi tía esquivó choches, tocó el claxon como loca y fue grosera con medio mundo Al llegar a nuestro destino le miro sin saber qué es lo que hacemos aquí, ella baja corriendo y va directo al maletero, no me muevo de mi puesto hasta que siento como tira de mí con fuerza.
—Pero Nicol… ¿Qué hacemos en el aeropuerto? Y ¿Qué haces con mi maletas?— mi tía gruñe porque pongo resistencia –Nicol… para joder— grito en medio aeropuerto, mi tía me mira furiosa —¿Qué hacemos aquí? explícame o no me moveré de este lugar, tú decides— mi tía resopla desesperada.
—Eres cabezota, no puedo contigo Dani, ¿Recuerdas que me hablas siempre de esa dichosa universidad en los Estados Unidos? Pues bien, me contacté con ellos y tienes la oportunidad de seguir tus estudios— sonríe emocionada y yo no me lo creo —sé que eres buena en los estudios y podrás ganarte esa beca, igual metí en tu bolso todos mis ahorros, si no consigues la beca podrás buscar donde vivir y un trabajo para que puedas pagar la universidad, pero no vuelvas, lucha por un mejor futuro— me llevo las manos a la boca, mi corazón late con fuerza, ¿Qué ha hecho esa loca?
—No, no puedo aceptar algo así, Nicol… quedarías sin nada, no puedo aceptarlo— me niego con rotundidad.
—Daniel, para mí es demasiado tarde, tú tienes una vida por delante, yo estaré bien, lo prometo, acepta esto cariño, ve y gánate esa beca y cuando seas una gran arquitecta vienes por mí y me muestras ese país tan famoso— me guiña y luego tira de mi mano, sin saber como reaccionar me dejo guiar. Estoy a nada de irme a ese país que soñé visitar desde niña, mi tía me ha dado la posibilidad de cumplir mis sueños. La emoción se va dando su lugar, mi corazón va tan rápido que me agito.
Al llegar a la puerta después de llevar a etiquetar las maletas miro a mi tía con los ojos llenos de lágrimas, ella siempre estuvo ahí para mí, jamás me dejó sola, y aunque no llevamos la misma sangre ella jamás me ha tratado con diferencia, era la mejor amiga de mi madre y cuando ella murió prometió siempre estar para mí.
—Gracias por esto, prometo que vendré con un título y un buen trabajo, estarás orgullosa de mí, tendremos una vida mejor, lo prometo— le abrazo con fuerza y dejo salir las lágrimas –cuídate mucho, te llamaré en cuanto llegue, te amo tía— ella llorando a mares asiente apartándose de mí.
—Cuídate mucho cariño, ya sabes que primero los estudios y después los chicos, mantén tu pureza hasta que estés graduada, y Daniel… te empaqué la carta de tu madre, cuando tengas el valor para leerla hazlo— sonrío asintiendo.
—No te voy a defraudar tía— dándole un último beso y un abrazo me despido, tomo en manos el billete del vuelo y paso a la sala de abordaje.
—No seas muy grosera cielo, siempre lucha por lo que quieres y entrégate completamente, jamás… jamás dejes que te obliguen a dejar tu creencia y olvidar lo que crees correcto— grita mientras me voy alejando. Al primer llamado me coloco en la fila. Con las emociones a flor de piel y con un futuro que con esfuerzo convertiré en lo mejor y más brillante que pueda haber.
He estado nerviosa en todo el vuelo, aunque mi tía me ha dicho que me estarán esperando en el aeropuerto no puedo evitar estar intranquila, estaré en un lugar sola y dependeré totalmente de mí, ahora agradezco a mi madre por enseñarme a ser fuerte y superar cada reto que la vida me da.
Al bajar del avión busco en los carteles y veo mi nombre, frunzo el cejo al ver a ese hombre trajeado de mirada dura. Sin decirle nada voy por mis maletas y después voy con él.
—Oh, lo siento— se disculpa una mujer que casi me deja de culo en el suelo, no digo nada ese hombre no me da buena espina, ya me veo en esa universidad con todos esos adinerados que se creen dueños del mundo.
—Hola— saludo en mi ingles con bastante acento —yo soy Daniel López— el hombre recorre lo largo de mi cuerpo con un gesto indescriptible.
—Finalmente llegó— responde con voz ronca –déjeme ayudarla por favor— cuando me va a quitar las maletas niego –tranquila, no es nada, puedo ayudarla— lo pienso por un momento y finalmente me dejo ayudar. El hombre me guía por todo el aeropuerto hasta llegar al estacionamiento. Al subir veo a un hombre en el asiento trasero, frunzo el cejo —él es mi compañero, es nuevo y debe practicar— miro al hombre a mi lado con desconfianza.
—Un gusto señorita— aquel olor que desprende lo conozco, es tabaco mezclado con vodka, paso saliva con dificultad, los nervios se elevan y esa sensación de peligro va creciendo en mi cuerpo. El hombre arranca el auto y se pone en marcha —eres muy guapa— susurra el hombre a mi lado –serás una maravilla en la universidad— dice burlón, con el corazón casi en la boca miro para todos lados, estamos en un lugar solitario, todo está oscuro, todo es extraños así que decido estudiar a mi acompañante de asiento y su mano tatuada es la única señal que necesito. Sin esperarme a nada y realmente asustada golpeo al tipo que iba a mi lado y después al que va conduciendo, este detiene el auto y yo abro la puerta, el hombre al que golpeé primero tira de mí provocando mi caída, me tiene sujeta por el pie, le doy una patada en la cara con mi pie libre. Una vez estoy libre mw levanto y corro como nunca.
Con el pensamiento de salvarme voy tocando todas las puertas que veo, pero en ninguna abren, los hombres vienen tras de mí. Agitada y creyendo que ya no estaré a salvo grito con desesperación, veo a un chico que está cerrando una puerta, sin pensármelo voy cruzo la puerta, un auto pasa y toca el claxon, por poco me atrooella. Llego con el chico y con fuerza abro la puerta y tiro de él para después cerrar.
—Por el amor de Dios niña, ¿Qué te sucede?— pregunta escandalizado con voz femenina.
—Joder— grito al ver a los hombres —vamos corre… corre— tiro de él para adentrarnos al lugar —por una mierda, deja de gritar y corre— le ordeno al verlo tan nervioso —¿Dónde están las puertas traseras?— él histérico y tembloroso me señala el lugar, sin soltarlo salimos por ahí, tras correr varios minutos nuestra suerte cambia, hay policías y estos ofrecen su ayuda, el tipo me mira asustado y con ganas de matarme.
—¿Qué ha sucedido? ¿Por qué corrías así? ¿Quiénes eran esos?— agitada y sudorosa le miro.
—Se suponía que venía para una beca de la universidad, pero esos dos no eran de la universidad… creo son… son de trata de personas— le miro a los ojos, siempre he sido fría y oculto bien mis emociones con personas que no conozco, pero esta vez es la excepción, casi me raptan –me lo han robado todo, los ahorros de mi tía para poder vivir aquí, mi ropa y todos mis papeles— paso la mano por mi cabello para peinármelo y dejo salir las lágrimas, tiemblo como una hoja de papel al viento, el chico se acerca a mí ahora con cara de preocupación.
—Lo lamento cariño, para estos tiempos hay muchos de esos hombres malos— me mira a los ojos y después mira al policía que está más allá –si dices algo de esto ellos te van a deportar, ven conmigo, prometo que no te haré daño, mírame soy gay— me sonríe ahora con ternura. Sin dinero, sin ropa ni documentos aceptó ir con él, no me da desconfianza y no quiero estar sola en un lugar que no conozco y donde esos hombres puedan atacarme nuevamente.
—Gracias por salvarme el cuello, y muchas gracias por esto, prometo que una vez me arregle me iré— él niega sonriendo.
—Te has salvado tú misma, yo solo gritaba como perra en celo— sonrío por lo que dice, el susto no se me va del cuerpo pero él lo hace más fácil —soy Simone— tiende su mano.
—Yo soy Daniel— se la estrecho.
—¿De Daniela?— niego, siempre hay esa confusión con mi nombre, creen que lo digo en diminutivo, pero no es así.
—Daniel, lo sé, es nombre más para hombres, pero aquí me tienes— me mira a los ojos y me sonrío de una manera que me calma.
—Todo estará bien Daniel— asintiendo en medio de un suspiro, pienso en cómo casi fui secuestrada por dos hombres que no tenían buenas intenciones, si mi tía se diera cuento de esto no se lo perdonaría nunca.
Aquí estoy, en un país que no conozco con un desconocido que se ha ofrecido ayudarme, cuando creí que todo iría para mejor se derrumba como si nada.
Ha pasado un año desde que escapéde los imbéciles que pretendían secuestrarme, nada fue fácil al inicio ni loestá siendo actualmente, pero tengo al mejor amigo que una persona puede tener,Simone es un amor, lo adoro con toda mi alma. Él me ayudó cuando no tenía naday ahora que trabajo para mis gastos igualmente me ayuda a tener más ingresos,¡Lo adoro!—Teddy— escucho su suave voz, novoy a mentir, tener 2 trabajos y estudiar en la noche no es nada fácil, peroquiero lograr lo que le prometí a mi tía, ella no sabe nada de lo que me pasócuando recién llegué al lugar, es mejor así –cariño, debes levantarte y comer,te estás matando lentamente— me giro para pone
Han pasado días desde que sucedióesa incómoda situación entre aquel ególatra y yo. No logro quitármelo de lacabeza y ahora solo sé mirarlo por la tv, sale por todos lados y es un cretinopretencioso el cual no soporto ver. Resulta que aquel insultante hombre es elempresario más emblemático de los últimos tiempos.Por otro lado está mi casi exmejor amigo, estoy muy enojada con él, si no se hubiera confiado de aquelhombre que me recomendó la casa yo no estuviera con la imagen de aquel cuerpode Dios griego y de su extremadamente polla erecta y grande. Siempre que piensoen ese hombre y su mirada toda yo me caliento y mis rodillas tiemblan, ya no loquiero pensa
Turbada por aquel beso y porsaber que aquel imponente hombre no me dejará en paz llego a mi departamento.Al entrar veo a mi darling sentado en el sofá.—Teddy, ¡has vuelto!— sonríeemocionado, pero yo no le miro, paso de largo.—Voy al baño— es lo único quepuedo alcanzar a decir, mi corazón está realmente acelerado, mis labios aúntienen la sensación de aquel beso indecente y escandaloso que ese hombre me dioy yo correspondí como una tonta —¡Contrólate Daniel!— me regaño —ese hombre esun multimillon
Es lunes por la mañana, voy en dirección a la oficina, mi jefa a pedido verme y por primera vez no voy tarde, no he podido dormir bien. El señor Meyer no sale de mi cabeza, se mantiene en mis pensamientos, su actitud tan posesiva me deja pensando siempre más y más. Aquelloslabios carnosos y sensuales, aquel cuerpo fuerte y fornido, aquellas caricias sutiles y enloquecedoras, mejor dicho, ¡Estoy perdida ante ese hombre! Me detesto por ser tan débil con él, siempre me he cuidado de hombres así y de pronto llega Yazahib Meyer a dejarme la cabeza liada.He hablado con mi amigo y le he pedido que no le dijera nada de mí a Yazahib, que tratara de ayudarme a esconderme de ese hombre, pero la respuesta de mi amigo fue una gran verdad. Ese hombre es p
Al terminar el desayuno me pongo a trabajar. Patricia me guía a la habitación de nuestro jefe, al entrar mi boca se abre exageradamente. La habitación es enorme y majestuosa, está pintada en tono oscuro, puedo asegurar que el tono es un gris, la cama es enorme, tiene un estante que abarca toda la pared llena de libros, la mesa de noche es en negra y lleva una lámpara con diseños en chocolate caoba, también cuenta con sofás visiblemente cómodos en negros, las ventanas son enormes y todo el lugar está perfecto.Dejo de admirar el lugar y me pongo a limpiar. Al ver la cama tan desordenada frunzo el cejo, él estaba con esa mujer aquí y después me besó a mí. Furiosa quito las sabanas y maldigo al sentir el olor de su perfume, es delicioso y varonil, ese olor despierta la sensaci
Ha pasado una semana, misma que he estado soportando al señor Meyer y a su amiga. Él se niega a aceptar la relación que tiene con la mujer, pero realmente yo no le hago caso, no quiero saber nada de ese hombre, no me tomará de tonta.Yazahib en cambio es el mismo celoso, posesivo y controlador de días atrás, pero ya no lo soporto más, quiero salir corriendo, quiero alejarme de él lo más que pueda, pero simplemente no pudo, debo cuidar de mi trabajo, no puedo perderlo.Mi mejor amigo me está dando ánimos, me está aconsejando que le dé la oportunidad a Yazahib, pero no puedo, no cuando me pasa por el frente a esa mujer que es muy grosera y se cree su d
Después de desayunar entre charlas con Yazahib y Patricia me levanto para limpiar los platos, Yazahib quiso negarse, pero yo no se lo permito, debo ayudar a la mujer, no quiero ser una carga para nadie.Después de limpiar los platos hablo con Patricia mientras Yazahib está atendiendo unos asuntos de su trabajo. Siempre mantiene ocupado hablando por el celular o revisando la computadora para responder correos, no sé para que se quedó en casa si iba a prestar más atención a su trabajo.
Sentados a la mesa, Yazahib me mira con ojos de deseo, me siento nerviosa ante esa mirada. Patricia nos cocinó realmente delicioso. Fue fantástica toda la comida que hizo, pero mejor fue disfrutarla con el imponente hombre que no deja de mirarme como si yo fuera el morbo personificado.—Yazahib, si me sigues mirando de esa manera ya no sabré como actuar— miro la copa para escapar su mirada lujuriosa que me da calor —deberías disimular un poco más— sonrío sin mirarle.—¿Crees que puedo disimular esto? Ya te lo dije. Desde que te vi moviendo las caderas al ritmo de aquella música me volví loco por ti— alzo la mirada y le veo directamente a los ojos.—¿Estás seguro que no me quieres solo por tener sexo seguro?— su mirada cambia, ahora es seria e inflexible. No le ha gustado mi cuestionamiento.—Te lo he dicho mil veces, Dani, te