Maddy es una chica alegre, responsable, con sueños y metas definidas, pero cuando vuelve a encontrarse con Alexander, renacerá en ella los sentimientos que había reprimido y se dejará arrastrar a su mundo. Alexander guarda muchos secretos, su vida está en constantes altibajos, solo tiene una verdad definitiva y es que ama a Maddy, cuando se convierte en uno de los jefes más peligrosos de la mafia, querrá protegerla hasta de él mismo. Cuando el placer sobrepase los sentidos y el deseo nuble el juicio. La pregunta es ¿Podrán escapar o ella también quedará atrapada? Lo que ignoras, no te hará daño.
Leer más—De pronto olvidé mis modales —estira su mano hacia mí—. Mi nombre es Edmon Kozlov.—Yo soy Maddy Brown —le sonrío, sujeta mi mano y besa el dorso.En el camino vamos conversando cosas sin importancia, el clima, hasta los partidos de fútbol son temas para matar la tensión, llegamos a uno de los restaurantes franceses más caros de la ciudad.—Edmon —lo miro asustada—, no estoy vestida apropiadamente para ingresar a un lugar así.Hablo al darme cuenta de que todos llevan trajes elegantes, están bien arreglados y yo estoy luciendo un simple pantalón de mezclilla, zapatos deportivos y una camiseta, mi cabello está sujeto en una cola y debo tener el maquillaje un poco corrido.—Por la vestimenta no te preocupes, eso no tiene importancia —habla como si no fuera nada.—No me dejarán pasar —menciono preocupada.Sé muy bien que en estos lugares se reservan el ingreso y niegan el acceso si no cumples con el código de vestimenta.—Dulzura, estás conmigo… te dejarán pasar así solo te estés cubrie
—¿Quién es ella? —pregunta la morena mientras sujeta la mano de Alexander.—Espérame en la habitación —le dice antes de sujetar su rostro y le sonríe, ella responde la sonrisa y empieza a subir las escaleras, deseo caminar y arrancarle las extensiones, pero me contengo.—Maddy, no te esperaba —el tono de su voz es tranquilo y camina hasta ir a servirse un trago.—¿Quién es ella? —Mi voz está a punto de quebrarse.—Estamos saliendo —responde frío y toma todo el contenido de su copa.—¿Cómo pudiste hacerme esto? ¿En nuestra habitación?No grito y mis ojos se humedecen, pero no me permito llorar.—Tú y yo, ya no estamos y esta es mi casa, puedo traer a quien quiera —Pasa las manos por su cabello alborotándoselo.—¡Eres un imbécil! —hasta acá duro mi cordura, necesito gritarle— Vine a buscarte porque quería arreglar las cosas, pero ya me di cuenta —retrocedo unos pasos y limpio las lágrimas que se escaparon sin que las pueda detener— ¡SOY UNA ESTÚPIDA! ¡Helen tenía razón! La tuvo todo est
Alexander—No lo sé, también fue una sorpresa para mí —dice con el tono de voz más alto de lo normal. Recibo la bebida que Daniel me alcanza—. Debieron habernos escuchado llegar —Se encoge de hombros mientras bebé el contenido de su copa.—Me pregunto cómo lograste escapar —Me acomodo en el sofá.—Tuve que ingeniármelas, ustedes no estaban por ningún lado, fue difícil, pero lo conseguí.—Bueno, tenemos que idear otra estrategia —tomo un sorbo de mi bebida—, por lo pronto necesito hacer una diligencia, iré solo con dos hombres para no llamar la atención. —¿A dónde irás? —pregunta con el ceño fruncido.—Tengo una reunión importante con la gente del Sur, debo verificar algunos envíos —expreso con seriedad.Me acomodó en la silla, ahora que sé que hay un soplón, tengo que saber si es él o Carl y la única manera es ponerlo a prueba.—¿Drogas o armas? —inquiere.—¿No te parece que estás haciendo muchas preguntas? —Lo miro sin pestañear.—Disculpe —Baja la mirada.—Nadie debe enterarse de m
Alexander Me acerco a limpiarle con el pulgar, estoy cerca a su rostro y tengo unas ganas locas de besarla, quiero tomarla entre mis brazos.—Necesito hacer algunas cosas.—Prométeme que volverás —Sujeta mis manos y no las suelta.—Lo siento, pero no puedo prometerte eso, lo nuestro no funcionará… Tengo que irme.Digo esto y siento mi corazón romperse, trato de soltarme, pero ella me detiene con fuerza.—No digas eso… Yo te amo.Esto es más difícil, quiero gritarle que yo también la amo y la amaré siempre, pero eso sería más doloroso.Kiara ingresa y ve la escena sin comprender.—Perdóname —al fin digo mientras una lágrima rueda por mi mejilla, beso su frente y me suelto de su agarre.—Alexander —la escucho llamarme—, no te vayas.La ignoro y sigo mi camino, seguiré pendiente de su recuperación, pero no puedo estar con ella, no puedo exponerla al peligro, no puedo volver a pasar por esto.Continúo caminando hasta salir del hospital, los hombres que siempre me acompañan van a mi lado,
—Así es —respondo seguro de mí mismo.—Comprendemos que debe estar en la mira de las personas de mal vivir —parece dar por hecho que somos las víctimas y eso me relaja.—¿Nos acompaña a colocar la denuncia?—Por supuesto oficial, pero será en otro momento, ahora están operando a mi novia y no pienso moverme del hospital —respondo de manera tajante.—Entendemos y lamentamos lo que está pasando, en todo caso nos puede acompañar a un lugar más privado para brindarnos su declaración.Asiento afirmativamente con la cabeza porque es inútil que me niegue, eso crearía sospechas. Los sigo hasta una pequeña habitación que nos han prestado.—Por favor díganos cómo ocurrieron los hechos.Empiezo a contarles una historia de cómo quisieron ingresar a la casa y nosotros, recién llegábamos, dispararon para asustarnos y el disparo le cayó a Maddy.Trato de sonar lo más convincente posible y que las piezas encajen, después de unos veinte minutos se fueron, me dan la impresión de estar satisfechos con m
Remango las mangas de la cafarena beige que llevo puesta y camino de un lado a otro, tiene que haber alguna manera de salir de aquí, no puede ser que esté prisionera, no lo dejaré salirse con la suya. Miro al balcón y una idea viene a mi mente, me asomo y no veo a nadie. Observo las paredes y no está tan alto, me fijo en la enredadera que hay al costado y me alegro porque voy a poder bajar sin problemas.Tomo lo que necesito y después de comprobar que soporta mi peso me trepo en ella, sonrío porque desde que era niña no me trepo a un árbol, me siento niña de nuevo. Con cada paso estoy más cerca del suelo, ya casi estoy llegando.Puedo ver el suelo desde esta pequeña altura. Me dejo caer los últimos centímetros antes de tocar el piso, acomodo mi ropa y cuando levanto la mirada me quedo inmóvil. Alexander está de pie con los brazos cruzados y con una enorme sonrisa en su rostro.—Pensé que no te atreverías —Niega con la cabeza.Suspiro y acomodo mi cabello.—¡Mira! —grito señalando haci
MaddyDesabrocha mi brasier y lo dejo, este cae al suelo y él rompe el beso para separarse y mirarlos con su sonrisa baja bragas, los toma con sus dos manos para luego masajearlos mientras me besa, mis labios los siento hinchados, pero no me importa y continuamos, camina conmigo hasta llegar a la cama en donde arranca mi braga y se coloca en medio de mis piernas. Su lengua empieza a apoderarse de mi sexo, tomándolo y haciéndolo suyo, mis espasmos empiezan a hacer su aparición.—Así amor, gime para mí —dice mientras introduce dos dedos en mi interior y luego regresa con su lengua a frotar mi clítoris.—¡Dios! —grito cuando llego al orgasmo.—Soy Alexander mi amor.Lo veo levantarse y me doy cuenta de que él aún no está completamente desnudo, con habilidad empieza a sacarse la ropa y yo me levanto para ayudarlo, desabrocho su camisa y paso mis manos por sus pectorales.Él se apodera de mi boca y mis pechos para volverse acostar encima de mí, colocándose en medio de mis piernas, coloca u
MaddyDoy unos pasos y escucho mi nombre sonar por el altavoz, maldigo en silencio y cruzo los dedos para que alguien más que Alexander ofrezca por mí. En el instante en el que subo al estrado sonrío nerviosa y no sé si se nota. Lo que quiero ahora es que me trague la tierra.Empieza la puja.—¡Mil dólares! —Suspiro creo que le hubiera hecho caso a Alexander y no hubiera subido a hacer el ridículo.—¡Cincuenta mil dólares!—¡Cien mil dólares! —Levanta la mano otro tipo.—Alguien da más —el maestro de ceremonias pide.Yo miro a Alexander para que ofrezca y me saque de una vez de ahí y él me mira divertido, maldito está disfrutando ver como estoy pagando el no haberle hecho caso.—¡Doscientos mil dólares!—¡Doscientos cincuenta mil dólares! —Ahora la puja es entre dos hombres. —¡Trescientos mil dólares! —se escucha a otro hombre y por fin consigo relajarme, al menos alcance la cantidad de Zenda, ahora es tiempo que Alexander ofrezca y me libere de esto.—Bien, al parecer tenemos un emp
MaddyMe levanta agarrándome de las caderas, enredo mis piernas alrededor de su cintura y camina conmigo hasta ingresar a la casa, no podemos esperar más, me acuesta en el sofá y se saca su pantalón con destreza, me levanta el vestido corto que llevo puesto y pasa sus dedos por mi cavidad comprobando que ya estoy completamente mojada esperando por él.Sin perder más tiempo se introduce en mí, gimo de placer y él también se queja, una vez dentro se queda por un segundo quieto, ambos lo estamos, es como si por esa simple acción hubiéramos encontrado la tranquilidad que estábamos buscando.Empieza a moverse suavemente, sus penetraciones son placenteras.—Temía tanto no volver a estar dentro de ti —susurra en mi oído y la corriente eléctrica recorre mi cuerpo.—Moria por sentirte dentro, llenándome por completo —mi voz sale entrecortada y me cuesta hablar.—Eres mía —sus estocadas se vuelven más firmes— y nunca dejaré que te vayas de mi lado, me perteneces Maddy, eres mía y solo mía.Rasg