Mi Duquesa
Nota
No debemos ser lo que las demás personas quieren.
Somos nostros los principales responsables de ser quien queramos ser, o ser quien las personas quieren que seamos.
Índice
Copyright © 2020 Melanie Fraser
No se permite la reproducción total o parcial de este libro, ni su incorporación a un sistema informático, ni su transmisión en cualquier forma o por cualquier medio, sea éste electrónico, mecánico, por fotocopia, por grabación u otros métodos, sin el permiso previo y por escrito del editor.
DEDICATORIA
Para todos aquellos que estuvieron ahí y confiaron en mí, para los que día a día me recordaban lo principal: el amor por lo que hago.
Agradezco a mis lectores, y aquellos amantes de la romántica que hacen de mis proyectos una realidad con su excelente aceptación.
Os quiero y deseo infinitamente que la biligia dulce Sea de su agrado.
¡Besitos de arcoíris!
Para aquellos que ven el amor como una fuerza y una prioridad, para los que a pesar de todo luchan por lo que desean… por aquellas personas que más allá de los obstáculos, miran posibilidades.
Melanie Fraser
Mi nombre es Amelia Brigitte O‘Sullivan Windsor, tengo 32 años y pertenezco al linaje real inglés, pero eso casi no forma parte de mi vida, siempre oculto mi segundo apellido, es por lo único que se me puede relacionar con eso de lo cual, siempre le huyo. Mi vida y mi reconocimiento son por el negocio del cual quedé a cargo cuando mi padre murió hace 6 meses, desde entonces, he podido hacer mi vida tal y como me place. Les cuento un poco más de mí, soy una mujer que se mueve en el mundo de los hombres, si lo sé, quizás en este siglo las cosas sean un poco más fácil, pero igual tiene sus lados en los que las mujeres nos vemos afectadas por el simple hecho de que son los hombres quienes los lideran. Ser la dueña de una compañía de marketing no es fácil, constantemente me tengo que enfrentar a la competencia, eso no tiene nada de malo, pero que sean hombres y me traten como algo débil e incapaz es el verdadero reto. Total, mi vida laboral tiene muchas batallas, pero mi pad
Es hora de irme a España, pero como siempre, mi querida tía, la Duquesa más respetada de Inglaterra, se presenta para decirme que hacer. Mi madre siempre ha sido permisiva y me ha dado la liberad de vivir mi vida fuera de la realeza, ella más que nadie sabe, lo que es vivir con todas esas reglas, lo supo en cuanto se enamoró de mi padre, un hombre pobre y soñador, todo un amor prohibido aunque ellos lucharon para volverlo algo real y aceptable. Mi tía Amelia quien no me deja estar, debió tener hijos para molestarlos a ellos y no a mí, suficiente con llevar su condenado nombre.—Querida, sabes que viene la celebración por tu nombramiento como Duquesa. —Por respeto y protocolo no hago mal gesto, estoy cansada de decirle que no deseo ser Duquesa. —Tu boda con el príncipe Harry no se dará si no te nombramos antes, sabes cómo son estas reglas cariño. —Miro a mi madre y resoplo —¿Qué ha sido eso? —pregunta escandalizada. —Eres una dama, una Duquesa, no puedes permitirte esos comport
He estado en España tres días, el trabajo no me ha dado tiempo de nada, las constantes llamadas de mi tía me agobian. Declan no sale de mi cabeza y como si fuera poco aún no sabe quién soy, solo nos encontramos a la salida, o cuando tenemos trabajo juntos que hacer, es buenísimo en lo que hace, tiene conocimiento con respecto a toda la empresa, no cuestiona el por qué solo aparezco cuando tengo trabajo con él o a la salida, así que le intereso menos de lo que creí, parece inmune a mis encantos, odio estar ahogada en trabajo y no ponerme al cien por ciento para obtener lo que deseo, ese hombre se ha vuelto mi lujuria y mi inspiración en mi autosatisfacción. Por otro lado, Gastón está intenso con la salida que le prometí, y no es para menos, aquellos juegos frente a todos encienden a cualquiera, las miradas y los roces a discreción son un peligro.—Buenos d&iacu
Han pasado varios días desde que pasó lo del ascensor con Declan, ha estado distante conmigo, ni siquiera me habla cuando tenemos trabajo juntos, y no lo entiendo, sé que se muere por mí, me mira cuando yo no lo estoy mirando y cada vez que subimos al ascensor juntos su reacción corporal me lo deja todo en claro, quiero acercarme a él pero simplemente se limita a responder lo que pregunto de manera tajante y ya está, no me dice nada más.Gastón después del enfrentamiento que tuvimos vino como el tonto que es, arrepentido, aquella rubia es desagradable y odio que esté junto a Declan, a Gastón también le molesta mucho, por lo que los tiene separados a los dos, eso me conviene y por ello decidí hacer las paces con mi amigo. Mi tía no deja de molestarme, ni mi madre, que está tan enojada como ella. Exactamente ha pasado más de dos semanas desde que estoy en España, aun no les he dicho que mi estadía en este país se extenderá por motivos laborales y segundas intenciones, pero eso n
Hoy he despertado más relajada, el juego de ayer me liberó de manera alucinante, me siento como nueva y con ganas de ir a por todas, Declan como siempre no sale de mi cabeza, tengo miedo que se convierta en una obsesión, realmente me preocupa que me haya enamorado de él como una tonta, espero y no sea así, porque si es así, voy a sufrir como nunca antes, amaría a un hombre mientras estoy con otro, lo típico que se vive en la realeza, no puedo con mi vida, se supone que yo iba a romper ese hilo de infelicidad. Lista y hermosa como siempre, voy al ascensor para ir a planta baja, Mateo ha de estar esperándome y yo de lo más tranquila. Al llegar veo al hombre con una cara de preocupación única, me acerco a él igualmente preocupada, él jamás deja de sonreír.—Buenos días Mateo, ¿Qué sucede? Le noto bastante acongojado. —Se mueve intranquilo y me mira bastante turbado.—Es mi esposa señorita, está mal, me han llamado de urgencia, es todo. —Cuando da un paso en dirección al aut
Su confesión me deja atónica, ningún hombre para estos tiempos llega virgen hasta esta edad, es algo poco creíble, pero aun así me crea un morbo tremendo, Declan Aragón, ese hombre que deseé desde que lo vi por primera vez, ahora me estaba diciendo que era virgen, seré la dueña de su primera vez, seré quien perturbe su inocencia, será completamente mío, ¿Pero cómo hacerle algo así? Está comprometido y no puedo hacerle esto, no a él que se ha comportado de manera dulce conmigo, que aun con su indiferencia, sé que lo hacía por su compromiso. No soy capaz de hacer algo así, ser una mujer empoderada, que consigue lo que quiere cuando se encapricha, no es sinónimo de ser una desgraciada con los sentimientos de los demás, eso dejémoslo para los hombres sin sentido común y que son unos déspotas.—Yo…—¿Tú qué? —Me interrumpe con voz gruesa, me mira a los ojos mientras frunce el ceño —¿Ahora qué sabes esto ya no me deseas? ¿No quieres estar conmigo por ser un inexperto e inocent
El placer que estoy sintiendo me encanta, me hace sentir como si estuviera en una orgia, un hombre devorando mi vagina, otro mi ano, sus bocas calientes y sus lenguas juguetonas me enloquecen. Dos hombres a la altura de mis pechos, cada uno en un pezón, los estimulan, los muerden y me torturan para mayor placer, mientras tanto, otros se masturban ante la mirada lujuriosa que tengo, esto es morbo, esto es lo que me gusta. Un movimiento que siento por primera vez me hace temblar, están haciendo un buen trabajo con mi sexo.—Aaahhh. —Gimo poseída por la sensación que aquel hombre me proporciona —Oh siii. —Llevo mis manos a su cabeza, mis dedos se hunden en su pelo, pero aquel sedoso cabello lo reconozco, frunzo el ceño y en medio de gemidos, jadeos y convulsiones abro los ojos. Declan está metido entre mis piernas saboreándome, siento un corrientazo al darme cuenta de que es él, es un experto nato en
Han pasado 2 días desde que salí con Declan y socialicé con sus amigos y los de su hermana, creo que aún me siento mal, esa famosa resaca casi me mata, no paré de vomitar todo el día, y lo peor es que estaba trabajando, no vuelvo a beber así en toda mi vida, esto no está hecho para mí, solo de pensar en el alcohol ya me revuelve el estómago.Mi tía y madre no paran de llamar al igual que Harry, a este último no les tomo las llamadas, quiero que me deje en paz estos días, después de todo seré su esposa el resto de su fastidiosa vida.Declan… oh Dios, mi secretario es el mejor, es dulce, mimoso y tiene una paciencia infinita ante mis celos y posesión, siempre me baja las defensas con solo besarme y acariciarme. Duerme conmigo en mi hotel, solo nos despegamos en el trabajo y por supuesto nos quedamos de últimos solo para darle de perrito, esa mala