—¡Vaya!
—¡Increíble!
—Espera, ¿eso es una piscina? —Exclamó Charly después de salir al patio de la planta baja.
Demonio Interior: "¿Te dije que habías ganado el premio gordo, Charly?"
El Ángel Guardián simplemente hizo un puchero.
Una empleada le había informado que el desayuno sería en el patio trasero de la hacienda, el mismo que daba a los huertos, pero antes de dirigirse allí, optó por hacer un poco de exploración.
Le encantaban las enormes ventanas abiertas, las cortinas blancas, el aire fresco y la luz del sol que entraba a la casa, también los colores claros en general. Charly sentía que la hacienda era un escape maravilloso de la vida citadina.
Había pensado que Luxford no estaba completamente urbanizado, que aún conservaba un toque del campo. Pero, ¿esa finca? ¡Era belleza rural pura y sin contaminar!
Para ella, era grandiosa. Charly estaba acostumbrada al lujo, pero eso era diferente.
No había candelabros imponentes ni pisos de mármol pulido, sin embargo la hacienda irradiaba