Pasaron unos segundos antes de que recuperara los sentidos y gritara. —¡Taylor! ¿Por qué no cerraste la puerta?
Cerró la puerta de un portazo, furiosa mientras llegaba a su habitación.
Más tarde, durante el desayuno, Taylor no paraba de reírse y mientras comía, preguntó. —¿Qué carajo tiene de malo que me hayas visto completamente desnudo?
—¿Cómo que qué tiene de malo? —Le espetó Charly.
—No cerré la puerta porque ya estaba adentro. No veo ningún problema con eso. Vivo con mi novia. ¿Y qué si me ves desnudo? ¡Incluso si te aprovechas de mí, está bien! ¡Eres mi novia! —Exclamó Taylor.
—Genial —Gruñó Charly—. Ahora voy a ir a clases con la imagen de tu trasero grabada en la cabeza.
Efectivamente, Charly regresó a la escuela después de un día de descanso. Su rostro ya no estaba hinchado y necesitaba ponerse al día con sus clases de mercadotecnia.
Hasta el momento, su abuelo Claudio no le había dado seguimiento a su oferta de ayudar a presentarle Taylor a su padre, pero ella sabía que el pl